El Castillo fue construido sobre la montaña que se alzaba en aquella isla, la piedra negra se mimetizaba casi a la perfección con la roca negra de la montaña, y aunque era una zona de difícil acceso, esta construcción era majestuosa aunque ya habían pasado hace décadas sus mejores años.
Lo que más resaltaba de esto era el hecho de que fuera un Castillo Europeo en mitad de aquella isla de apariencia casi tropical, pero sin contar con aquellas inexactitudes geográficas. Este claramente coronaba la isla, como debía ser. Probablemente su regente era alguien poderoso.
Las puertas doradas y plateadas están cerradas con lo que parece ser un doble sistema de cerraduras, es decir, será necesaria ambas llaves para poder pasar a abrir el interior del mismo. Aunque por fortuna no hace falta que ambas sean abiertas a la vez.
Aquella Maid decida avanzó a través de aquellas muuuuchas escaleras en dirección hacia la cima de las mismas. Y después de estar andando, subiendo, escalando, finalmente llegaría a la mitad de las mismas, por lo que ahora le tocaba... la otra mitad... y tras seguir andando mucho más, finalmente logró llegar a la cima.
Vi continuo subiendo aquel infierno de escaleras, con suerte podría pasar la noche en el castillo al llegar arriba, y ya al día siguiente con luz buscar lo que había ocultado en los jardines, suponía que la llave dorada que había dentro de aquel oso, abriría la verja dorada, aunque no quería no imaginar como había acabado en el interior de aquella criatura.
En efecto, la llave dorada era capaz de girar en el panel dorado, en cambio aún necesitaría otra llave para poder abrir el panel plateado, y aunque esto empezara a parecerse a cierto videojuego con puzzles enrevesados a lo largo y ancho de la casa para desbloquear el baño... al menos tenía la intuición de que precisaba una llave plateada.
La Maid como bien suponia, necesitaba encontrar aquella otra llave. ¿Deberia de preguntar a las otras? Pero en cierto modo, le preocupaba, despues de todo, alguien las estaba matando, ¿Y si era una de ellas?¿Debía de confiar en ellas tan fácilmente?
Suspiro, molesta por no poder decidirse en aquello, técnicamente, debían de cooperar, todos servían al amo, pero ¿y si había una traidora?
Sea como fuere, qeudarse alli, no le iba a servir para solucionar aquello, asi que cerrando y llevandose la llave de nuevo, decidio bajar las escaleras y buscar refugio en el jardin para pasar la noche, no era lo mas civilizado para una dama, pero le parecia lo mas seguro.
Aquella Maid decidida avanzó a través de aquellas escaleras en dirección al Jardín, en donde tan solo tendría que bajar muuuuchas escaleras hasta llegar hasta allá abajo. Pero después de estar andando, bajando, descendiendo, finalmente llegaría a la mitad de las mismas, por lo que ahora le tocaba... la otra mitad.