*Meaw*
La pequeña Yukidama observó a la Maid IX que se había adentrado en aquella cabaña, y tras unos segundos de mirarla, este gatito volvió a mirar por la ventana, hacia aquel pueblo en donde ya no había ninguna de las Maids que seguían en el exterior, en el centro del pueblo.
Aquella Maid notó como la puerta detrás de ella se abría, para revelar la presencia de una de las tres Maids que se encontraban hacía escasos segundos atrás en el pueblo, al parecer esta la había seguido, y los motivos por los cuales esta estaba ahí eran desconocidos. ¿Estarían a salvo?.
Evidentemente cuando la Maid IX se adentró en aquella cabaña mientras seguía a la Maid III, la primera que se marchó de la reunión que ellos mismos habían convocado, se encontró con esta mirando a aquel gatito tan adorable que se había escapado solo para mirar por la ventana.
El tiempo siguió pasando en aquella isla, y poco a poco con el sol asentándose, el reinado de la noche, bajo la atenta mirada de la luna y las estrellas tomaría el poder. En la noche las sombras inocentes se volvían monstruos hostiles tan solo guiados por la más vívida imaginación. Y las acciones más mundanas se convertían en viles conspiranaciones bajo el secretismo de la oscuridad.
Era un buen momento para dormir, aunque quién sabe si de ese sueño una se podrá despertar...
- LUNA LLENA -
Yuuki ven vamos a dormir, mañana ya iremos a por tu comida al almacén, pero tengo miedo de salir ahí fuera.
*BFFFFFFFF*
El gato, domesticado, bufó a la Maid IX antes de dirigirse directamente a donde la Maid III se encontraba, al parecer estaba lleno de tanto comer helado y cansado de tanta aventura por la isla, pese a que la mayor parte del tiempo la pasara encima de la Maid III... pero... Oye... es un gato adorable, se lo dejamos pasar. ¿Vale?.
*Meaw*
-¿El gato tiene más comida aparte del helado? -preguntaría, sinceramente convencida de que el helado era el único alimento de la mascota. -. En fin: yo me tumbaré por aquí. Tampoco creo que salir sea buena idea.
Un poderoso rugido alertó a las dos Maids, así como al gato. Al parecer un animal salvaje había llegado al pueblo y estaba furioso. Y aunque la gente con mejor oído podía sentir los matices de aquel rugido como uno de dolor y furia, a decir verdad no había un traductor confiable de gruñidos presente...
Una poderosa explosión alertó a las dos Maids, así como al gato. Al parecer algo había explotado en el pueblo y aunque ninguna de las dos Maids podían saber exactamente qué fue lo que había sido, al menos estaban conscientes de que ellos aún seguían vivos y tenían todas las partes de su cuerpo en su sitio.
¿Que que ha sido eso? Tenemos que ir a ver qué ha pasado.
COjo a Yuki y salgo corriendo se la casa.
Salgo a buscar lo del ruido
-¡AGUANTA! -gritaría saltando a coger de un brazo a III. -. ¿¡Por qué crees que es buena idea salir con rugidos y explosiones afuera!? ¡Es una locura! ¡Solo mira los mensajes del PDA!
-Pero... ¿y si esperamos un poco para asegurarnos de que no estemos cuando explote otra cosa...?
Vale, ¿Y luego que? Estamos cayendo como moscas. Hay que evitar que seamos los siguientes ..
-¡Exacto! Todas han ido por allí buscando cosas y han ido cayendo una tras otra, ¡mientras que yo sigo aquí por permanecer en la seguridad de la casa! -argumentaría, al menos hasta que el PDA sonó, mostrando un mensaje que me haría dudar por unos segundos. -. ¡DIABLOS, OKEY! ¡Salgamos! ¡PERO SI PASA ALGO SERÁ TU CULPA!
¡¿como que culpa mia?! Mire el mensaje y volví a coger a yuuki. Vamos, acabemos con esto antes de que acaben con nosotras tambien.
Y con aquella invitación recibida que claramente NO era una trampa -o quizás sí, solo soy el narrador, no un narrador omnisciente-, aquellas dos Maids, junto con el insaciable Yukidama, abandonaron la seguridad de la cabaña "Santificarás las fiestas" y salieron al exterior.