Tragando saliva, la albina se armaría de valor: definitivamente no quería morir, pero ser embestida y perder la consciencia por un animal mágico sonaba a una muerte más rápida que ser devoraba viva por los zombies...
Por lo cual, saldría de aquella casa dispuesta a huir al bosque.
La Maid IX había salido corriendo hacia el bosque, algo que por un lado no parecía tener sentido, pero tampoco importaba demasiado, la Maid VI también iba a ir al bosque a perseguirla hasta dar con ella y compartir algún tipo de conocimiento entre ellas, por ejemplo, la Maid IX compartiría cual era el sabor y la Maid VI le enseñaría a la Maid IX lo que duele un mordisco.
Las tres muchachas de edades similares que salieron de las cápsulas se levantaron del suelo luego de comer. Estas parecían estar bastante confundidas del porqué alguien las habían liberado o del porqué estaban ahí. Pero cuando estas vieron a la Maid VI estas decidieron que lo mejor que podían hacer era... ¡SEGUIRLA!.
Temiendo por su vida, la Maid IX abandonó a toda prisa el Pueblo, esperando que el bosque pudiera brindarle la suficiente paz y tranquilidad que el ajetreado pueblo no le iba a proporcionar debido a aquella plaga zombie que en estos momentos estaba sufriendo por motivos desconocidos.
Y así fue como aquella Maid ahora conociendo su posición y la misión que tenía en mente, podian trazar un plan junto a aquellas zombies para que ambas salieran ganando, a fin de cuentas, eso era todo lo que estaban buscando, expandir su número por medio de asesinatos y mordiscos. Por lo que también fue al bosque.