Partida Rol por web

Entrar en aquella sala quizas fuera lo más descolocante que podria haberte pasado en la vida. En lugar de mantener una decoracion mas o menos similar a la del Hall de Entrada, al salir del ascensor te diste cuenta de que aquella planta tenia ciertos dejes romanís, orientales e incluso hindis que nada tenian que ver con el resto del edificio. Aquello parecia mas bien el interior de la tienda de una adivina, sumido como estaba todo en aquella agradable penumbra embriagada por una serie de aromas dulzones, casi sugestivos.

Una enorme rinconera con motivos árabes presidia aquella sala y todo estaba cubierto por maravillosas alfombras, mullidos y decorados cojines y decenas de tililantes velas, y pañuelos de seda, que parecian repartidos por doquier.

Y alli, en aquel sofa, estaba sentado Dimitri, con los dedos entrelazados y una copa vacia situada sobre la mesa, a su derecha, mirandote fijamente cuando entraste. - Bienvenida, Alice. Espero que la fiesta esté siendo de tu agrado... No sabes cuanto me alegro de que finalmente decidieras aceptar mi invitacion. - dijo el hombre, poniendose entonces lentamente en pie, mientras caminaba un par de pasos en direccion a Oliver y a ti, que acababais de salir del ascenso.

Entonces se dirigio a Oliver, con un señorial cabeceo y una sonrisa de aprobacion- Muchisimas gracias, Oliver. Has sido muy amable trayendo hasta aqui a la señorita Alice. - dijo el hombre, a lo que el chico se limito a asentir, alzando aquella mano que tu sujetabas, en un gesto de entrega a Dimitri. - Ha sido todo placer, creame. - dijo el chico, haciendose entonces a un lado, dejandote margen y espacio para reaccionar.

Al salir del ascensor parpadee varias veces sorprendida ante el cambio de decoracion de un ambiente a otro, no tenia ni idea de quien era esta gente pero todo esto me estaba dejando claro que almenos dinero parecia que les sobraba por todos lados, y la gente con dinero no me gustaba, quizas porque los unicos que conocia asi habian sido mis familiares, que me habian apartado como si fuera un monstruo.

Me costo morderme la lengua, pero le había dicho a Oliver que lo escucharia, y eso haria, aun así... - Deberias darle las gracias mas bien por hacer que te escuche y no te tire a la cara tu invitacion, que es para lo que venia - Mi caracter seguia ahi, y su forma de actuar no me había gustado nada - Muy inteligente mandarlo a el para que me relajara en vez de aparecer tu primero - No tenia duda alguna de que lo había echo intencionadamente - Pero si quieres que te escuche no quiero jueguitos ni tonterias como la ultima vez, se claro.

Una enigmatica sonrisa se dibujo en el rostro de Dimitri, que parecia mucho mas relajado que la ultima vez, en el restaurante. -Entonces se las daré, no te quepa duda. - dijo, asintiendo, con aquel porte señorial, majestuoso, que solia acompañarle.

Nada mas llegar frente a ti se detuvo, ofreciendote su mano, en una clara invitacion para acompañarle al interior de aquella curiosa invitacion- Esta vez nada de juegos, Alice. No te he traido hasta aqui para nada, ¿no crees? - dijo, mientras esperaba a que aceptaras aquella mano, dispuesto a sentarse contigo en uno de aquellos mullidos y comodos sillones.

-Antes de nada, me gustaria agradecerte que hayas decidido venir finalmente a esta fiesta. Tu compañia realmente me honra. - añadio el hombre, llevandose una mano hasta el corazon, observandote- Y, aunque puedo suponer que mi atractivo no puede competir con el de mi buen Oliver... espero que, al termino de esta velada, hayamos podido llegar a comprendernos y a aceptarnos mucho mejor. - dijo el hombre, con un cabeceo, esperando tu reaccion a su gesto antes de seguir hablando.

- La cuestión no es si es mas o menos atractivo, si no la forma de tratarme, y el echo de que entres en partes de mi vida que no me gusta que entre nadie no es una buena forma de empezar. - No estas sola... Aquella nota había sido cruel, cruel y sin sentido, pues si lo estaba, y dejarla en aquel lugar había sido pasarse, dejarla en la tumba de Megan había sido demasiado.

Me senté en uno de los cojines y mire a Oliver de reojo antes de poner mi atención sobre mi acosador personal y particular, dejaría que el hablara y cuando terminara ya formularia yo todas las preguntas que me quedaran en el tintero, pues la verdad eran bastantes ¿Como podía saber todas aquellas cosas de mi? ¿Con que derecho se las contaba a otras personas? ¿Que narices quería de mi? 

- Adelante, empieza.

Dimitri asintio con complaciencia al ver que finalmente aceptabas tomar asiento. -Esta bien. Reconozco que empezamos con mal pie. Pero, el hotel, el restaurante... Tan solo pretendia darte una sorpresa. Hacerte sentir... especial. No pense que fueras a tomarme por un psicopata. - dijo el hombre, observandote, mientras gesticulaba al hablar con las manos.

-Sí, te he estado observando, desde hace tiempo. Todo ese dolor. Todo ese sufrimiento, esa soledad. No, está claro que no te merecias nada de eso y, sin embargo, llevas todos estos meses, todos estos años, soportandolo con estoicismo, saliendo a flote de la mayor de las adversidades, mirando hacia adelante, a pesar de la tentacion de tirar la toalla. - comenzo a decir el hombre, mientras te observaba, con una expresion profunda y serena- Reconozco que me senti tentado a intervenir un par de veces, pero me obligue a seguir esperando. No, aquel no era el momento. No  estabas preparada, no al menos como lo estas ahora... No habrias sido digna de lo que estoy a punto de ofrecerte, no habrias comprendido la magnitud de todo lo que nos rodea, del hecho de que estes sentada, ahora mismo, en esa silla. - añadio, con total tranquilidad, mientras la miraba, haciendo una pausa.

-Se lo que estas pensando. ¿Por que?¿Por que me has vigilado? ¿Por que sabes todo eso de mi? ¿Por que me has llamado? - dijo entonces, alzando un dedo, antes de que pudieras decir nada mas, dispuesto a darte alguna explicacion mas que en veces anteriores. Y, de repente, no sabrias si decir que por efecto de la luz, o de sus palabras, o porque quizas aun no te habia parado a verlo asi, te diste cuenta de que habia algo en aquel hombre, algo que, a pesar del mal pie con el que habiais comenzado resultaba atrayente, misterioso, cautivador.

-La respuesta es sencilla, Alice. Porque te he elegido a ti. A ti, Alice Richardson, para que seas la heredera de mi legado. La unica heredera sobre la faz de la tierra. - dijo, con un tono que, a juzgar por su expresion, dejaba claro que no mentia, y que aquella era una decision enormemente importante.

- ¿De verdad no lo pensaste? Un desconocido que deja notas en una tumba, en mi bozo, que me deja regalos sin mas, no hace falta ser loquero para dejar claro que eso es como mínimo perturbante... - También denominado como acoso, trastorno obsesivo compulsivo, control impersonal, fascinación... había un montón de formas de llamarlo.

Pero sus siguiente palabras hicieron que me encogiera incomoda, no me gustaba que la gente supiera cosas de mi vida si yo no les había dado paso a ella, me hacia sentir vulnerable, algo que nunca me había querido permitir - ¿Porque? ¿Por que me vigilabas? ¿Que te une a mi para hacer eso? ¿Que te da ese derecho? - Le pregunte mirándome las manos incomoda, no me arrepentía de nada de lo que había echo en mi vida, mis ojos fueron a mi muñeca, al reloj de mi padre, no, tampoco me arrepentí de entrar en aquella casa y robar algo que deba pertenecerme por derecho, mas bien podía arrepentirme de no prenderle fuego con aquellas odiosas personas dentro que me habían dejado en la calle como un simple perro cuando compartir su sangre... ¿Mis padres serian como ellos si estuvieran vivos?

Pero ya lo ultimo que dijo me hizo elevar la mirada a el completamente sorprendida y con los ojos muy abierto - ¿Que? ¿Tu heredera? ¿Como? ¿Que? ¿Por que? - Estaba alucinando pues estaba claro que aquel tío el dinero le sobraba, pero si no fuera pos su forma de mirarme pensaría que me estaba vacilando ¿a que venia aquello? ¿no tenia familia? ¿porque a mi? no era mas que una rata que había sobrevivido a las calles y se había echo pasar por gato ante el mundo.