No había nada. No era demasiada sorpresa, a decir verdad. Ni siquiera estaban allí, como si fuera solo el sentimiento de sentirse rodeado de nada. En realidad, de formar parte de esa nada, o de ese todo. Era extraño, agobiante y extraño. La sensación de sentirse demasiado pequeño. Sentirse...nada.
Era una sensación extraña, como si fuese un mero paseo para llegar a algo más grande, unos microsegundos de adaptación entre la vida y la muerte. Una gravedad inexistente los deformaba, desestructurando su existencia poco a poco. Como si fueran solo hilos de lana, que tienen que deshacerse para volver al ovillo y entrecruzarse para volver a formar otro jersey. Nunca sería el mismo.
Pero existe una determinación. No permite continuar, no permite volver y fingir que nada hubiera pasado. Pero permite mandar un último mensaje. Breve, antes de que todo se pierda.
Una manera de despedirse. De recordar a alguien lo que le amas. Lo que le odias. De vengarse.
O de salvar de verdad a Nueva York.
Podéis mandar un último mensaje a un jugador o PNJ (preferiblemente lo primero). Tenéis que escribirlo vosotros, es decir, que copypastearé vuestra carta. No puede ser muy largo y recordad que los fantasmas no destacan por su claridad escribiendo ;)
Espero que halláis disfrutado la aventura y que la sigáis disfrutando desde la Atalaya de los VIPs :P
Querida Katherine, conozco su interés sobre las desapariciones que están ocurriendo en Nueva York, quizás le interesaría investigar una pequeña granja al Norte a las afueras de la ciudad.
Tenga cuidado.
Atentamente R.R.
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Donna no te voy a llamar mañana. Saca toda la basura de la granja. Haz que se enteren. Te esperaré aquí con el café que siempre te debí. T.J.
Quiero mi VIP xD
Era una sensación extraña.
Como...
....¿Como ese momento en el que aún no estás dormido, pero tampoco despierto?
Si, eso...
Flotaba en una inquietud oscura. Una masa indescriptible pero líquida, suave. Todo revoloteaba a su alrededor en una inexplicable calma, energía que brillaba con tanta fuerza que se salía del espectro en un negro puro. Le recorría la piel en forma de un cosquilleo sugerente, aumentando sus sentidos.
De entre la oscuridad surgían formas, patrones. Sombras de conceptos. Un ruido suave, como de telas rozandose, aumentaba poco a poco. Poco a poco.
Y fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía hambre.