Entonces y salvo que tengais algo que objetar, mañana a la noche os plantaré el post con sus respuestas. Luego ya si queréis podéis reformular otras preguntas o lo que consideréis oportuno. ¿OK?
Por mi ok, pero...
No os peleis por mi, os yo quiero a papa y a mama por igual =(
La sala de profesores no era gran cosa. Una mesa gigantesca, con sillas algo más cómodas que las de los alumnos, estaba rodeada de algunas estanterías llenas de libros de todas las asignaturas juntos y revueltos. La pantalla de algún portatil brillaba con la luz mortecina de Noviembre, que entraba filtrada por unas cortinas claras.
Cuando entraron allí los profesores estaban charlando nerviosos, y callaron repentinamente para salir uno a uno sin apenas esperar a las aclaraciones de Thomas. Al parecer, ya estaban sobre aviso como había comentado el director. Un par de ellos les dedicaron miradas entre preocupación y rabia a los detectives al salir, pero ninguno puso objeción alguna.
Cuando el último cerró la puerta, dentro quedaba un hombre de unos cuarenta años, con una mueca torcida. Thomas había visto esa mueca demasiadas veces: la del tipo que atropella al perro del vecino y se confiesa culpable. La de aquel que pega un puñetazo a un quinqui vacilón con razón y ganas. Una persona con un expediente limpio que se ve, por primera vez, con la ley en su contra.
Con algo de inquietud el hombre se acercó serio pero amable hasta los agentes, antes de tenderles la mano y apretarla con fuerza.
- Yo soy Svenson, el profesor de Sarah y Connor. Estaba nervioso. Se veía a la lengua. Sin embargo parecía dispuesto a colaborar, y ese era un punto importante a su favor. El Sr. Bahauss me comentó que querían hablar conmigo para aclarar algunas cosas sobre los chicos. Señaló la mesa de profesores, antes de apartar parte de los papeles que había por ahí. Pueden sentarse si quieren. Les ofrecería algo de beber, pero me temo que la maquina de cafés se ha estropeado.
Una vez se sentó y los detectives le explicaron la situación, el profesor pareció calmarse un poco. No mucho, y la seriedad de su rostro no desapareció ni un ápice, pero al parecer se había imaginado un interrogatorio mucho más monstruoso que aquel.
- En lo que a mis clases se refiere, no noté ninguna cosa rara.- respondió sin dudar.- Los chicos estaban algo nerviosos por los exámenes trimestrales, pero en las tutorías no me comentaron que tuviesen ningún problema más allá de alguna asignatura...
Aquello parecía desconcertar a Svenson, como si fuese habitual que los chicos le comentasen ese tipo de cosas. Parecía ser un hombre muy volcado en sus alumnos, y el resto de la charla les dio a los detectives la confirmación. Conocía bastante bien a los chicos y había intercedido en su nombre alguna vez.
- Verán, Sarah de por si es una joven bastante peculiar. comentó, con un suspiro. La mayoría de las chicas la ignoraban. Pasaba bastante de vestidos, chicos y el resto de conversaciones femeninas de la clase. Tuve una tutoria con ella cuando llegué al instituto y vi la situación, pero me di cuenta de que ella estaba cómoda así y tenía bastantes amigos. Chicos de otras clases y algunas chicas más mayores. Entre ellos estaba Connor.
- Connor es bastante popular en el centro, y no tardó en hacerse amigo de Sarah después de que hiciesen un par de trabajos juntos. El hombre esbozó una sonrisa, como si estuviese particularmente orgulloso de ese hecho, pero desapareció con rapidez. ¿Que importancia tenía ahora cuando ni siquiera sabían que podía haberles sucedido a los chicos? La gente empezó a tratar bastante mejor a Sarah a raíz de eso, pero en general Connor y ella son un grupo aparte al que se unen de vez en cuando otros amigos de Connor. Geniecillos y corredores que se salen del canon de quaterback rey del baile. Se sorprenderían de lo que se cumplen los estereotipos de la televisión...
El hombre usaba el presente de manera convencida cuando hablaba de sus alumnos. Inconsciente o no, parecía que se negaba a creer lo que estaba pasando. Lo cierto es que parecía haberse preocupado por los chicos durante toda su estancia en el instituto...¿como no preocuparse por su desaparición?
- Francis, Cecil y James. enumeró el tutor, seguramente el nombre de los chicos mencionados anteriormente. Están bastante afectados por lo que está ocurriendo... Entiendo que quieran hablar con ellos, y todos queremos que así sea si ayuda lo más mínimo a encontrar a Sarah y Connor, pero no se tomen muy en serio si les dan alguna contestación fuera de sitio...Es mala edad y mal momento...Se llevó la mano a la sien, como si él mismo hubiese sufrido aquello en sus propias carnes. El hombre hizo un ademán de levantarse de la silla, antes de pensárselo mejor y señalar la puerta. La autoridad era la autoridad, y en aquel momento estaba en manos de Thomas y Rick. Si quieren puedo ir a buscarles yo mismo. Si no tienen nada más que preguntarme, claro está.
Post para cualquier reacción o pregunta adicional. En Notas especificarme que vais a preguntar a los chicos, para hacer los siguientes post.
-Dice que estaban algo aparatados del grupo, pero ¿tuvieron alguna vez algún encontronazo con otro alumno?.- Rick miro al profesor tranquilamente, el hombre estaba cooperando y no había razón para no ser educado. -Y... ¿conoce usted un lugar llamado Le Lumiere?-
¿El bar a cuanto esta de aqui?
El hombre negó con la cabeza, aunque se notaba que había algo que no era del todo verdad. Pero no hizo falta que preguntasen, porque Svenson respondió por si solo aclarando el asunto.
- Encontronazos no, pero...bueno, Sarah era objeto de burlas entre el resto de las chicas y estas tendían a hacerle el vacío, pero la cosa se calmó mucho cuando empezó a pasar el rato con el grupo de Connor. Siguen sin llevarse bien, pero al menos le dejan tranquila. Y Connor es un chico muy tranquilo. El resto de sus amigos si han tenido algún ataque verbal de otros chicos, pero son una piña que saben defenderse muy bien de abusones. Nada fuera de lo normal, vaya...
Clark pareció arrepentirse rápido de esa última frase, a jugar por su gesto. Era el trabajo de los policías decidir aquello, no suyo. Él no quería interferir, pero la verdad es que retirar una frase tan insulsa como esa sería ridículo. Como profesor sabía que los chicos con gustos distintos solían ser atacados continuamente por otros alumnos con más poderío social, y por desagradable que fuese, todos mediaban para que la cosa no pasase de aquello.
Esperaba que no fuera el caso.
- Ah, el Lumiere. Su voz era puro disgusto concentrado, y se llevó la mano a la nuca incómodo. Otro quebradero de cabeza más del hombre sacado a relucir. Si, lo he oído, sobretodo a los mayores. Al parecer les ponen alcohol sin pedirles su pase de identidad. Quedaba claro que aquello no era de su agrado, pero no se había limitado a quedarse de brazos cruzados. Fui a hablar con el camarero pero me respondió de muy malas formas que me metiera mi opinión por lugares anatómicamente abruptos y me amenazo si acudía a la policía. Resopló, clavando la vista en la pared por un momento mientras recordaba la situación. Así que intenté concienciar a los chicos. Seguramente siga habiendo alguno de mis alumnos por ahí los fines de semana, pero poco más puedo hacer...Creo que todos hemos pasado por esa fase. sonrió un poco forzado, casi a modo de disculpa. Quizás debería haberle echado valor y acercarse a denunciar de todas formas...
No demasiado lejos: un par de manzanas. Lo suficiente para que si la gente que acude al instituto sea de la zona, les pille a una distancia muy aceptable para ser una ciudad tan grande como Nueva York.
Thomas torció el gesto cuando le dieron la noticia de que la máquina de café estaba rota. Eso no iba a ir por buen camino. -Peor acaba lo que mal empieza-pensó fatalistamente mientras el tutor de los alumnos tomaba asiento y respondía a sus preguntas.
Tomó nota mental de los nombres de los alumnos con los que más se relacionaban los desaparecidos, no le hacía especial gracia andar interrogando niños, pero tampoco es que tuviera mucho más margen de maniobra para intentar hincar el diente al caso. Ahora bien que estuvieran dispuestos a colaborar sería harina de otro costal.
-De todas maneras ambos eran alumnos no convencionales, habría que revisar los otros desaparecidos por si resulta ser un patrón...-Eso sí que era una idea a ciegas, pero tan buena como cualquiera de las que habían tenido hasta ahora.
También parecía que los chicos conocían el maldito Lumiere, no era muy extraño pues estaba al lado pero por alguna extraña razón eso le incomodaba. Sería que le apetecía más bien poco ir allí por la tarde. Una vez el tutor finalizó Thomas de le dio las gracias y le solicitó amablemente que les dejara unos momentos antes de recuperar su querida sala de profesores. Cuando salió le transmitió sus sospechas a Rick, a ver qué le parecían, dentro del absurdo.
Ahora ya "sólo" tenían que hacer llamar a unos adolescentes hormonados a que respondieran unas preguntas sobre unos compañeros ante unos "cerdos" de la ley. Maravillosa perspectiva.
Que vengan esos críos que nos les comemos con patatas
- No me den las gracias. Mientras valga para encontrar a esos chicos, testificaré las veces que haga falta. Svenson se despidió de los policías con un cordial apretón de manos y abandonó la sala de profesores.
Rick y Thomas estuvieron casi un cuarto de hora solos, en la tranquilidad y el silencio solo roto por el ventilador zumbante de uno de los ordenadores en funcionamiento. No era mucho lo que tenían, pero al menos la relación de los muchachos con el Lúmiere empezaba a ser un hecho contrastado.
Con un par de golpes en la puerta, Svenson volvió a entrar. O más bien a asomarse, pues se limitó a abrir la puerta.
- Les traigo a Francis, Cecil y James. el hombre echó una mirada hacia atrás e hizo un gesto de la cabeza a alguien hasta entonces invisible para los investigadores, que pronto tomaron forma.
De detrás de Svenson salieron tres adolescentes, entre los dieciseis y dieciocho. Los tres chicos, con cara bastante malhumorada, proclamaban a gritos el estereotipo de nerd, empollón y genio incomprendido. Pese a la poca disposición que parecían tener, no hicieron ningún comentario de queja ante la orden muda de su tutor, y se limitaron a pasar al interior de la sala y dejarse caer con mas o menos buenos modales ante los agente. Clark se despidió con un gesto, al que los chicos asintieron, y se marchó cerrando la puerta.
En aquellos momentos, Thomas y Rick agradecieron profundamente no haber tenido hijos. Uno de ellos, el nerd, miraba a la pared situada al lado de los investigadores con los brazos cruzados, evitando su mirada. El empollón mantenía la mirada perdida, más evitando el contacto visual por miedo que por desafío. El más "normal" de aquellos era el genio, que tenía la vista clavada en ambos detectives de una manera poco agradable. Por que aquella mirada solía ser la que ponían ellos a la gente que interrogaban, y no al revés.
Francis, Cecil y James. La creme de la creme intelectual del instituto, y unos frikazos en pura regla.
La cosa no mejoró mucho con las preguntas. La situación se hizo aún más tensa cuando Thomas apenas había acabado de plantear la primera pregunta. Francis no tardó en soltar un exageradamente largo resoplido, antes de poner la vista de una puñetera vez en sus interlocutores.
A una hostia le arreglaban todos los males.
- ¿Que pasa, que no saben leer? Cualquiera diría que para ser las fuerzas de la ley y el orden uno tendría que tener un CI superior al de un chimpan...
- Cállate, Francis. soltó, cortante, James. Lo más sorprendente es que su amigo se limitó a mirarle...y obedecer. Cecil solo agachó aún más la mirada, apunto de esconder la cabeza en su propia traquea. Con un par de segundos de incómodo silencio, el chico tomó los mandos de la conversación. Su voz sonaba increíblemente autoritaria para ser un chaval tan joven, y más en la situación en la que estaba. Oiga, si quiere que declaremos de nuevo, lo haremos. Pero nos hicieron estas mismas preguntas la primera vez que nos interrogó uno de sus compañeros del cuerpo. Deberían tenerlas en su informe. Que intuyo no tienen, o no estarían aquí perdiendo el tiempo con tres críos que ya han dicho todo lo que saben.
- Lo que me lleva a pensar que o no son policias o este caso no es suyo. Sorprendentemente, una pequeña sonrisa apareció en su cara. No pienso quejarme si alguien más que la policía se pone a buscar a Connor y Sarah, y más si hace algo más que esta última, que se limitó a cruzarse de brazos. Para algo son nuestros amigos.
Por primera vez en toda la conversación, los otros dos chicos se quedaron mirando a James y asintieron, mirando con seriedad a la pareja de investigadores. Francis tenía un brillo de pura curiosidad en sus ojos y aunque Cecil parecía más nervioso incluso que antes ante la perspectiva de estar bajo unos falsos agentes de la ley, había un intento de valentía en sus ojos bastante loable.
- Pero no nos trate como si fuéramos imbéciles o nosotros haremos lo mismo. ¿Quienes son, quién les manda y por qué están aquí?
El detective enarcó una ceja ante el comentario del deslenguado adolescente. Pero según iba terminando de hablar el gesto del policía fue cambiando a una sonrisa lobuna, depredadora.
-Muy bien genio- dejó su placa encima de la mesa- ¿se os ha ocurrido pensar que los que no eran policías fueran los primeros?-
-Putos críos y su puta cabezonería- pensó torvamente.
-Así que vamos a llevarnos bien y antes de que os lleve a los tres por desacato a la autoridad, a la de verdad- fue reforzando el personaje de poli malo. Rick se encargaría de reforzar la idea del poli bueno y de una forma u otra colaborarían-vais a ir respondiendo a las preguntas que os hemos hecho. Además vais a contarnos todo sobre esta otra entrevista para saber qué habéis contado... y a quién.- así como al descuido añadió-Ah sí, y nada de mandarse callar los unos a los otros o miraditas o vendréis a la central sentaditos en el asiento de atrás por obstrucción.-
Una cosa si que reconocía, aquello se estaba complicando más y más por momentos. ¿Interrogatorios paralelos? ¿Quién estaba ahí metido y con qué intenciones?
- Faltar al respeto a un adolescente es un poco lamentable siendo un hombre hecho y derecho, ¿no cree?- respondió el genio. Francis pareció disfrutar de la puya, pero tras la mirada asesina de Rick su sonrisa desapareció en un instante.
James, sin embargo, era un hueso más duro de roer. Ya no sonreía, y su cabecita parecía estar uniendo hilos a una velocidad digna de un maquina textil. Jackson y él compartían ahora, a su manera, la misma preocupación. Interrogatorios paralelos. ¿Quién estaba metido ahí y con que intenciones? ¿Por qué dos hombres distintos de la policía venían a interrogarles sin saber el uno del otro?
- El Capitán nos enseñó bien su placa, y yo mismo comprobé más tarde que efectivamente era él. Además, nos trajo dulces. El resto de chicos echó una pequeña risa. No sabían si era otra puya o ahora se reían de la ingenuidad del otro policía. El Capitán Black. Acabó de añadir, antes de iniciar un rápido resumen, retahíla de preguntas y respuestas habilmente construidas con sus buenas pausas. Él nos preguntó si Sarah y Connor se habían metido en líos. No. Si conocíamos el Lumiere. Yo personalmente no soy santo de eso, pero se que la gente de clase va de vez en cuando.
El chico lanzó una rápida mirada a sus compañeros, por si alguien quería hablar, pero parecía ser el único portavoz del grupo.
- La última vez que les vimos fue en clase, y nos dijeron que nos apuntásemos. Pero Cecil dirigía una partida de rol...con un suspiro, como si fuese una aclaración lamentable pero obligatoria y no, no matamos gente con katanas. Pueden preguntarle a mi madre, estuvimos toda la tarde en el salón de casa.
Hubo otro tenso momento de silencio, pero James no había acabado aún.
- Y se lo digo a usted porque sea policía o no, va a buscar a mis amigos. Pero me gustaría saber también quienes son ustedes, Agente. La última palabra iba cargado de algo dificilmente identificable entre el sarcamos y el retintín. Nos menosprecian porque no tenemos veinteaños, pero podemos ayudarles.
Bien, chicos, último post y se cierra el asunto. Postead impresiones, si respondeis o no a los chicos y la vuelta al hogar.
-Faltar al respeto a dos desconocidos es una imprudencia bastante gorda…- dijo Rick, que no había abierto la boca en todo el rato, no le gustaban nada los críos, y más cuando no eran suyos y ya estaban criados.
-Aunque está claro que si os traemos chucherías os pondríais a bailar para nosotros claramente…- escruto con la mirada a los 3 chavales.
-Buscaremos a vuestros amigos, mejor dicho, los encontraremos.- Entrecerró los ojos y los fijo en el “genio” -No menosprecio vuestra ayuda porque no tengáis veintitantos años, sino porque si os metéis en un lio, no vais a saber salir de él. Y en este caso, el lío puede ser bastante gordo…-
Thomas enarcó nuevamente una ceja. Estaban colaborando y todo... eso sí con la arrogancia suficiente para que pareciera que le estaban haciendo un favor.
-Muy bien... creo que ya os he dicho quiénes éramos.- apoyó los brazos en la mesa con calma, dándose tiempo para no mandarles a freír espárragos- Soy el detective Thomas Jackson, éste es mi compañero Rick Rogers. Y cualquier intento por vuestra parte de meteros en donde nadie os llama no saldrá bien.- sutilmente les dejó caer que no rebuscaran nombres- sin embargo sí podéis ayudar en la investigación para localizar a vuestros amigos.- les pasó una tarjeta con su número- si les veis o... "recordáis" algo más llamadme. Eso sí, si os veo por la calle jugando a los investigadores del crimen vais derechos al correccional. ¿He sido lo suficientemente claro?-
Ya estaba hasta la coronilla de críos. Lo último que le apetecía en ese momento era que se metieran donde nadie les llamaba y se ampliara la lista de desaparecidos. Hizo ademán de levantarse para marchar, allí ya no les quedaba nada más por preguntar y cuanto antes se alejase de esos listillos tanto más feliz sería.