Rick salió del bar y Thomas un buen par de pasos tras él. La acompañante no parecía haberse dado cuenta, e iba enfrascada en una charla insulsa con el detective, que aunque Jackson no alcanzaba a oír si era capaz de apreciar el carácter de insinuación y sensualidad de la que iba recargada.
Un par de agentes encubiertos lanzaron unas miradas demasiado indiscretas a Jackson y uno de ellos, demasiado gilipollas incluso para estándares newyorkinos, intentó acercarse para preguntar que pasaba.
Por suerte el policía consiguió zafarse de él sin llamar la atención, aunque perdió un par de metros con respecto a la pareja, que giró una esquina. Al final casi de la calle Jackson pudo ver como ambos se acercaban a una furgoneta blanca, un monovolumen más propio de un carnicero que de una mujer atractiva en busca una diversión de una noche...
Aquella era una sensación extraña. Rick sabía que aquella mujer estaba implicada en las desapariciones de alguna manera, pero era incapaz de asegurar como, y menos el porqué. Caminaba hacía una certeza que en realidad no era más que una maraña de dudas, una vaca filósofa avanzando hacía el abismo, hacía el matadero.
El paseo acabó frente a un monovolumen blanco. De forma discreta y con la costumbre casi inconsciente de un investigador memorizó la matrícula, mientras Amanda buscaba las llaves en su bolso.
- ¿Listo para dar una vuelta?- preguntó con esos ojos hipnóticos clavados en los de Rick...
Bien, este es el último post antes de (probablemente) entrar en cinemática y llevaros al inicio de la siguiente parte de la trama. Se resolverá en el siguiente día fingiendo que está en esas horas intempestivas entre media noche y madrugada. Lo digo por si quieres añadir cualquier cosa ;)
Thomas buscó el primer coche de operaciones encubiertas que pudo para montarse y seguir a la misteriosa furgoneta.
-Joder, sólo falta el cartelito de caramelos gratis-pensó con el gesto torcido intentando que no pareciera muy obvio su seguimiento.
Al capullo que casi vuela su cobertura ya le pillaría por la oficina otro día... Recordó avisar por radio lo que se disponía a hacer a la vez que pedía que le siguiera una única patrulla en coche civil y que el resto de operativos mantuvieran la alerta en la zona por si acaso.