Partida Rol por web

Ahora ce pone a hablá er otro y me pega un zuhto del copón de la baraja. Ahora que entramo en materia ce pone en plan ninja y ce cuela en medio mitá con la parrafada padre. ¡La vihgen maría, Dió, Jocé, la vaca, la oveja y too lo zanto!

-¡Cohone! -Doy un brinco patrá llevándome la mano al pesho, ande er corazón, que lo tengo mu grande. -¿Pero que tú habla? -Ay miarma, que me ce ve a zalí er corazón po la boca. -Ezo ce aviza, ehh.

Cuando ya me recopongo der too, po que toy hipeventilando. ya hablo la coza. 

-A ve, ací ar 100 po 100 no ce puee acegurá naa de nadie. Ni de Juanca. -Digo ceñalando a Juanca, obiamente. -Ni de Joce. -Digo ceñalando ar que habla de repente. -Yo zolo pueo habla de mi ar 100%. Y yo ce que yo no zoy, o vamo, que yo no la ehtoy liando, cohone... me iba yo a poné tofú pa comé... no ha nacío aun en ehta tierra quién me haga a mi comé tofú de ece. -Levanto la babilla de foma artiva.

Luego mio a Joce, con cara de Cehlo Joms. -Y tú también va mu en plan recervadete... pa luego meté er zuhto en er cuerpo. ¿Tiene argo que confesá?

Pobre Rosa, obligada a comer tofu durante una semana hasta que les repusieron la carne. Para mantener aquellas potentes curvas necesitaba una buena dosis de proteína. Juan Camus veía normal su desconfianza, pues habría pasado un buen tiempo debilitada. Por eso volvió a rodearla con el brazo y la achuchó cuanto pudo.

- Venga, Rosa, que ya ha pasado, ¿eh? No pienses más en eso, nos han devuelto los chuletones, las costillas, todo. Claro que esta vez nos han quitado los instrumentos y los micrófonos -No era algo que le preocupara mucho. La voz era el (des)afinado instrumento de Juan Camus y ya había demostrado que sabía buscar micrófonos donde no los había. No necesitaba mucho más.

- A ver... Como dice Rosa de nadie se puede asegurar al 100%, ¿sabes? Más que de uno mismo. Puede que Chenoa, eh, nos la esté colando o qué sé yo. Pero, en fin, teniendo en cuenta que es la única persona que dice algo con seguridad... Yo confío en ella al 85%, dejémoslo ahí -respondió Juan Camus a Jorge-. ¿Vosotros sabéis en quién vais a votar? Yo tenía la esperanza de que Chenoa diera algún dato nuevo, ¿no? Y poder dar mi voto con más seguridad, pero, en fin... Como tiene el casting, ¿no?

Juan Camus no tenía envidia de Chenoa. Juan Camus podía conseguir un casting también en cualquier momento.

Agradehco el abrazo de Juanca poniendo mi cabeza en zu hombro, eh too un caballero. Un caballero cutre, de lo de hojalata, pero caballero ar fin y ar cabo. 

-Yo no tengo ni la menó idea de nah de nah. Ya me gutaría, que ací ce me quitaría la cenzación de ehtá rodeada de malaje y de maleshore y de mala gente. Pero nah. ¡No tengo ni pajolera! -Eh lo que hay, tampoco eh que hubieran esho ninguna tontería con la que pillahle. -Zupongo que te haré cazo. Calo Rai paece mu comodín el. No hay temó en zu ojo... A lo mejó eh que eh ací el hombre, pero weno. Eh lo que hay.

Jorge miro a Rosa, cuando hablaba como mira un perro que no entiende a los humanos.

-Que voy a acultar yo. Nada ma que esta peazo sonrisa.

-Pos yo toy igual quiero creer a la Chenoa así tenemos menos en quien pensar. Pero para mi que esa hoy no dice ni mu. A buenas horas pide horas extraordinarias para ver a la familia. -Dijo a modo de chiste. -Y los demás no parecen saber mucho mas. Yo estoy casi, casi como vosotros de indeciso. -Se encogió de hombros.- -Vamos que ni se ha quien vota todavia.

Tras las inesperadas noticias que habían recibido, Juan Camus regresó unos minutos al Box para relajarse y poder ensayar su número. Quería clavarlo y que el público se levantara.

- Le busqué piedad a las mentiras, invente disculpas de comedia. Uy, no me sale bien eso último. Coomediaa. La virgen, tengo algo ahí en la garganta. ¡JJJJJ! Ya está. Inventé disculpas de comedia... -Pero a Juan Camus no le terminaba de salir bien del todo. Unos podrían pensar que Juan Camus estaba preocupado por la situación de la Academia; otros, que directamente cantaba mal. Fuera lo que fuese, dejó de ensayar.

- Chicos, estoy muy sorprendido con lo que ha pasado. Tres personas han sido expulsadas. Tres. La verdad, si llego a saber que Aitana se iba a marchar con Carlos... Porque Carlos me parecía, ¿no? sospechoso. Pero Aitana era una buena chica, creo yo. Ayudaba mucho y sabía pensar, ¿sabéis?

Jorge ayudaba con el ritmo mientras cantaba su parte con el salero y el talento que el tenia. Solo descansaba para que las otras dos chorros de voz pudieran llegar a su altura, antes de volver a empezar.

Aunque siempre había un ratito entre terminar la canción y volver a cantarla para charlar de cosas importantes.
-Míralo de esta forma Juan, tu sospechabas de Carlos y si era una de los traidores la Aitana al estar compinchada con él, también era parte de ellos aunque indirectamente supongo. -No entendía muy bien algunas cosas de ese loco mundo de la tele. -O viceversa de ser Aitana la culpable. Ahora como el Juan fuera de ellos y se ha ido por la puerta de atrás. Algo que nos ahorramos. Prefiero pensar así que si son todos inocentes, porque de lo contrario estamos perdiendo buenas personas, demasiadas. -Torció el gesto y miro a Rosa. -A no ser que sepas algo Camus, amigo.

Juan Camus evitaba mirar a Rosa, dolido porque lo hubiera señalado como saboteador delante de todos. Por supuesto, no dejaría que se notara durante la gala. Juan Camus se debía a su público y su público tenía que ver una actuación impecable. Pero justo en ese momento, le costaba. Se centró en Jorge y reflexionó sobre sus palabras. Finalmente, tras unos segundos de sudar la gota gorda por estar usando tanto su cerebro -llevaba unos días que no descansaba-, dijo:

- Supongo que tienes razón sobre Aitana. Pero me da rabia, ¿sabes? Porque parecía una chica agradable y con mucho, eh, mucha intuición, ¿no? -Juan Camus suspiró. Fue un suspiro largo. Tanta emoción esos días le iba a hacer reventar.

- No, no tengo información de nada. Y ojalá, ¿no?, así sería todo más sencillo. ¿Sabéis lo que nos falta? Nos falta que la Academia o la policía nos dijera si entre esas personas hay algún saboteador. Porque así podríamos, no sé, tejer nuevas teorías, ¿no? Si tal persona era malo y defendía mucho a esta otra... ¿sabéis?

-Vale, Juanca, ya que me confiahte lo que penzaba, voy a confiá en ti. -Miro ar otro y me encojo de hombro, no me iba a poné a hablá ar oido pa que no me oiga. -Creo que Arfondo y Benito zon zaboteadore, paece que hay gente que dehconfía de ello y ademá dan mu mala ehpinita. -Paceo un lao a otro de la zala. -Cite he mentao a ti, a Anshoa y a Luimma, eh po que no habei tenío musho voto y hay tiempo hata er miecole para ceñalá ar que creo que ehtá actuando mu malamente. Ademá, ci oh pongo en er puntico de mira, no oh van a eshá, digo yo. Que me pueo equivocá, pero creo que no.

Le hago gehtito a ve ci me va ciguiendo con la coza, po que no me guta repetí lo que digo, que me cuehta horrore. Er cazo es que hay que comprobá la reaccione y ve lo que amo haciendo y diciendo. Pa ve como vemo lo de la votacione.

-Aunque ci ere de lo malaje, vaya cagada toy cometiendo. ¡Pero eh lo que hay! -Zonrío. -Ci te lo digo ehto ahora... eh po que ehta noshe... puee pazá cuarquié coza. He zacudío er arbo, y ezo no zuele gutá.

Juan Camus seguía algo sensible, pero escuchó a Rosa con atención. Juan Camus era un tío enrollado, así que por el bien común decidió dejar de lado sus rencillas. Hizo sus cálculos mentales que básicamente se basaban en descubrir quiénes eran Alfonso y Benito y, descartando, llegó a sus conclusiones.

- Lo entiendo, Rosa, lo entiendo. Es solo que... en fin, me sorprendió, ¿no? Y obviamente te arriesgas, Rosa, hablando conmigo y con Jorge y con cualquiera. Igual que yo me arriesgo, ¿sabes? Yo tampoco estoy seguro de ti, pero no sé... Yo suelo desconfiar más de quienes intentan señalar a unos y a otros directamente sin tener pruebas, ¿sabes? No me parece muy... no sé, bonito. Por eso tú, que siempre has estado más callada, ¿no?, pues me fiaba de ti más o menos.

¿Qué había pensado Juan Camus de Alfred* y Vicente? Eso era lo que le tocaba responder ahora.

- Supongo que cualquiera de los dos podría serlo o los dos. En cuanto a Alfred. Pasé de él, ¿sabes? No me acordaba ni de que existía porque, bueno, no hablaba casi, ¿sabes? Cuando Chenoa lo mencionó, me planteé... Pero no sé, ella ha dicho que ha sido todo intuición, así que... Sin pruebas y sin tener yo ninguna corazonada mía, no querría acusar a nadie. Eso sí, si Alfred es de los malos, está claro que Miguel también lo es porque lo defiende a muerte, ¿sabes? Y Vicente, tengo que reconocer que hace cosas raras. O sea, en la primera semana que ensayamos juntos fue... en fin, muy trabajador y me cayó bien, ¿sabes? Pero no sé... Primero habrá que ver cómo transcurre todo, ¿no? Cualquiera de nosotros podríamos ser expulsados. O sea, yo llegué a pensar tras la primera expulsión que Bisbal era sospechoso y luego fijaos... Resultó ser inocente.

-¿Cómo zabe que Bihbi eh inohente?

- Porque a Bisbal lo expulsaron los saboteadores durante la gala, Rosa. Bueno, podría haber tenido algún otro tipo de negocio turbio, es cierto. Pero saboteador-saboteador no era, porque no se habrían votado a sí mismos, claramente.

-¡Ole tú! Po ci que ha ehtao bien eza rehpuehta. -Había dao en er clavo. 

Me había arriehgao, er tiempo dirá ci lo he ezo bie, o ci lo he ezo malamente.

-Bueno, veamo cocurre con lo de hoy. Y ya veremo pal miercole. ¡Ojú, que nerviocita que toy!

-¡OLE! ¡Así se hace! Que hablar es bueno y hay que hacerlo pero los malos rollos pa'las galas, que aquí estamos pa'seguir adelante. -Abrazo a ambos al ver que habían casi, hecho las paces.

-Ahora una cosa os digo. Que tenéis razón si uno es culpable, seguro que el otro también y viceversa que se parecen a los Pavis y los enamorados ya han salido, asín que para estar tan seguros entre ellos... Es porque comparten algo mas que BOX, amos digo... -Se metió las manos en los bolsillos. -Lo ideal es que alguien supiera la verdad de uno para que el otro saliera también y ale, dos menos de quien sospechar.

Volvió a sentarse. -Que, ¿Le damos por ultima ve? -Preparado para cantar y tocar.

Y Manu Tenorio y Encarna Navarro van a subirse al escenario con Gloria Estefan, pero no literalmente, con... «Tengo algo que decirte».

—Ay Manu, la verdad es que no tengo cabeza para nada— dice Encarna cayendo sobre el sillón —Ni hay instrumentos ni nada. Y estoy tan molesta. Dime la verdad, que no me entero. ¿Tú también piensas que Vicente es culpable? Ay, que yo sé como le miráis y mira, sí, para mí es un empanado. No me agrada tampoco. En el box con Juan, antes de que se fuese o le sacaran o lo que sea, también le mencionó— dice ella con tristeza.

—Yo creo que le votaré. Pero es que no entiendo que pasa con la tía esta, Amaia. ¿Está mal de la cabeza o algo, no? Porque no se moja, no habla, no canta. Y mira, el uno me parece un idiota, pero ella... ay no sé. No sé nada. ¿Tú qué me aconsejas?— dice ella visiblemente agobiada.

-Zi te 'igo la verdá, aquí zozpechar tienez que zozpechar de todo er mundo -declaró el muchacho sevillano-. Aunque er Vigente tie' zu coza. Me zorprende que me votara el primer día zolo porque yo le dijera "Qué cara de malo que tienez". Zolo po' ezo, él me votó. No ez er único der que dezconfío. También zozpecho musho de Amaia, de Roza de Ezpaña y también de Buzcamante, que en el BOX de nominaos zolo habló ar finá pa' hacerme un poco la rozca. Entre uno de ezoz eztá ahora mizmo mi voto, me inclino máz por Amaia, Vigente o Buzcamante.

—¿Qué quien anda buscando amantes? Manu, ¿tú también vienes a otras cosas?— dice Encarna algo decepcionada. —ay mira. Pero parece que estás de acuerdo conmigo, ¿no?. Es que es muy raro todo. Al menos Vicente habla, ¿no? O eso creo. ¿Habla, no?. Bueno, Amaia también, pero es como un pájaro cucú, ¿no?. ¿Ha dicho algo en los boxes? Porque es que si no... ¿te digo algo? Yo he votado por Vicente esta vez, pero no sé, quiero votar por Amaia más. Pero pensaba que la conocían de antes, y ahora resulta que no, que nadie. ¿No es como raro? Si nadie la salva y si ella no dice nada, cambiaré mi voto. Porque al menos Vicente habla, aunque no me lo trague ni con toda el agua de la casa. ¿Entiendes lo que digo? Pero esta tía... no sé, tiene un problema. Y si nos hemos equivocado, pues el siguiente está claro quien debe ser, ¿no?— dice ella, casi sin respirar.

—Amaia y David llevarán a la gala «Just Cant Stop Loving You», de Michael Jackson.

Tras su expulsión Amaia ya no volvió a pisar el Box número cuatrio...