Partida Rol por web

Luis Mas y Rosa López van a demostrar la potencia de sus voces con una canción de Gloria Estefan y Só Pra Contrariar... «Santo, santo».

Y así es como los dos os encontráis en el Box 7, donde hay todo lo necesario para empezar a preparar la canción: un piano, una guitarra, las partituras, un buen equipo de sonido con sus micrófonos y todo... ¡Y hasta un sofá de dos plazas por si os cansáis!

Pero lo mejor de todo es que el box está insonorizado y eso quiere decir que nadie podrá escuchar lo que habléis mientras estéis aquí dentro. Nadie... salvo las cámaras, por supuesto.

Luis miró a Rosa de arriba a abajo. Hasta el momento no había tenido especial interés en trabar amistad con ella. Su acento le repelía ciertamente. En su casa tenían una cocinera y un jardinero andaluces, pero la manera de hablar de esa mujer era algo más allá. Algo primitivo - ¿De dónde será? - Además era mucho más grande que ella. A su lado Luis era un playmobil - Menudo dueto para empezar - Forzó la mueca para intentar que no se le notara, era muy bueno en eso, y se dirigió a ella. 

- ¡Rosa! ¡Juntos para empezar! ¿Qué guapo no?. ¿Conoces la canción?  A mi madre le gusta mucho Gloria Estefan. Una vez tocó para nosotros en un happening que hicimos en nuestra casa de Miami. Es muy diva ella, muy pequeñita eso sí - volvió a mirar de arriba a abajo a la granaína - Bueno, el tema no es difícil pero hay que moverse bastante. ¿Bailas bien?

No dio mucho margen a que Rosa contestase a sus preguntas casi vacías y continuó. Había tenido una idea. No quería caer nominado y había que hacer la mejor actuación posible. Como fuese. Con ella. 

- Mira, se me ha ocurrido una cosa que seguro que nos da bastantes puntos de cara a la audiencia. A ver qué te parece. El cantante de So Pra contrariar es brasileño. Así que no sería raro que no se le entendiese del todo el castellano al cantar. ¿Qué te parece si invertimos roles? Eso arreglaría tus.... dificultades de dicción. ¡Podemos hacer que sean parte del show! Yo seré Gloria Estefan y tú So Pra Contrariar. ¿Te parece, guapa? 

-¡¿Qué yo tengo qué?! -Pregunté con una zonriza en mi rotro, po que al niño ehte no ce le entendían la palabra que zortaba po la boca. -Ay miarma, ci yo no tengo poblema arguno. -Moví la cabecita de un lado a otro como ci de una mami ce tratace. Etaba claro que er probe nececitaba amigo, pero no entendía que zacale poblema a la gente le cirviera pa entablá amitá. Vamo, que ce le podía llamá niño repelente y nadie diría naa. Pero yo no era como lo demá. Yo tenía mu buen corazón y no le iba a zortá la guantaa que ce merecía. Ni musho meno.

-¿Pero cómo que va a cantá tú de Gloria, Luimma? No diga tontería shiquillo. Ojú, que cocita que tú tiene. -Me río abietamente, ante el chite de mi compi. Al meno le ponía gana, ezo etaba mu bien. -¿Qué etá celocillo po que no han dao una canción de mujé? -Cigo riéndome. -No te procupe, miarma, que ya no penzamo argo pa que te luzca tú también. ¡Zalao! ¡Ci yo he venío a aprendé! -Le doy con la mano en er hombro para ceguí la gracia.

-Lo que tenemos que hacé e que yo canto Gloria, tú el otro del nombre raro, ¡y me dobla por la línea de bajo en etribillo y puente! -Doy un par de palma y cigo. -¡Y ole! Hacemo la canción con arte y grasia, ¡y no ahorramo el hilillo atao ar huevillo para tirá cuando venga lo arto! -¡Vuelvo a reimme cin podé pará!

- Tarde Rosa, tarde. Llevo ensayando el agudo de la Estefan ya horas. Si hubieses estado en el box en vez de buscando manteca podriamos haberlo discutido. Ahora no hay vuelta atrás, tú haces al brasileño. O bueno... hacemos los dos a la Estefan, como veas, pero España te va a ver cómo la retrógrada que no quiso invertir roles.

A ver si se me van a asociar a mí con un tipo de las favelas...

- Pero tranquila 'salá'  - Luis intentaba hacerse el simpático imitando el acento de Rosa pero lo más que conseguía era dar bastante repelús -  que lo vas a hacer de miedo.

Bueno, y ¿qué piensas de los compas? 

-Luimma, ere mu dezagradable y mu malaje. ¡Ere un veneno! -Digo llevándome la manita a la cintura y regañando con vo de madre. -Ci ar degañito eze le llama agudo... vamo mu mal... pero que mu mal. Gritá como una niña shica azutada no e cantá como la eftefan... azín que naa. He venío a aprendé, y ni tú, ni tu mala zangre me lo va a impedí. Ci quiere, me dobla por bajo, ci no, te enfurruña en una equinita. ¡Ale!

Me cruzo de brazo mirándole malamente para que cepa que aquí etoy yo y que no me va a amendrentá con zu bordería de niño mimao en manción de miami con actuacione de la etefan o de quién cea. Que ce marshe pa zu manción a ve ci a ci aprende un poquito, aunque cea de modale.

Luis reculó un poco al ver el genio de Rosa. No pretendía enfadarla pero le salía natural. 

Uy.... qué carácter. ¿Esta no será gitana también no? Con los andaluces mira que es difícil distinguir... Todos parecen servicio. A ver si va a traer a su familia a la gala y me rajan. 

- A ver Rosa, que no quiero ser desagradable. Que a veces me sale así perdona. Perdona tía de verdad. Pero jo, es que ya llevaba yo ensayada media canción cuando te has dignado a dejar el fuet y venirte al box. Compréndeme. Además, tu voz es mucho más maleable que la mía. Tú puedes hacer al brasileño, a la Estefan y una Rumba a la vez si quieres niña. Rumba de musiquita ¿eh?. No la aspiradora. Menudo instrumento gastas... Yo soy más.... limitadete, entiéndeme. ¿Paz?

¿La habré calmado? 

- Venga niña, ¡artista!. Dame un abracete que yo creo que te abarco. Que estas reuniones en los box también tienen que servir para que hagamos lazos. Venga, un besillo - termina diciendo mientras pone la mejilla hacia Granada. 

Mira como ce baja del carro de la mala zangre e niño pijo ete... pero bue, aunque cea un zalamero... la canción hay que zacala padelante como cea. Como lo grupo ezo del roc an rol que ce tiran cerveza a la cara en mitá de lo concierto po que no ce pueen ni mirá a la cara del ajco que ce dan.

-Ainssss que zalamero ere... -Digo abriendo los bazo para darle un ashushón. Pero el bezo naa. Que ce me va a pegá to lo malo zuyo que no he poco.

Y qué quería que hiciera, con er tofú eze... po me agarré er fué, que era lo único que ce podía comé zabiendo lo que te llevaba a la boca, joé. Ezo taba claro, con ezo no ce juega... bueno, enterremo el aza de guerra y hagamos una buena actuación. ¡Ole y ole, y otra ve olé!

-Bue, tu canta que yo te cigo y arreglo tu vo, cin poblema. Te cojo la etefan po arriba, me hace la repueta del bracileño. Y no doblamo en el ettribillo. Ya hago yo lo arto, tu lo recoge po abajo y lo redondeamo con arte. ¡Dale una vuerta!

Alfred García y Miguel Nández: Alba (Antonio Flores).

 Y así es como los dos os encontráis en el Box 7, donde hay todo lo necesario para empezar a preparar la canción: un piano, una guitarra, las partituras, un buen equipo de sonido con sus micrófonos y todo... ¡Y hasta un sofá de dos plazas por si os cansáis!

Ansioso por practicar la canción que les habían designado, Alfred llegó puntual a encontrarse con Miguel en el BOX 7. Quizás la canción no era tanto de su estilo y sin duda le costaría un poquito más ese tono, pero al menos era una romántica, y esas siempre era más fácil sentirlas. Además, muy importante, tenía parte de guitarra. Y eso siempre era un punto a favor. 

Bueno, ¿como lo hacemos? ¿Mitad y mitad o alternamos estrofas? - preguntó a Miguel con una enorme sonrisa, entusiasmado por empezar. - Tengo muchísimas ganas de cantar, a ver si así podemos distraernos un poquito de ese caos - comenzó a decir alegremente, pero acabó con un suspiro, frunciendo los labios - Es que me sabe tan mal que alguien se sienta tan desesperado para hacer esas cosas. Con lo genial que sería solo cantar por tu sueño con toda la fuerza de tus pulmones y abrirte camino en el concurso ganándote fans. - y en cambio ahora estaban ahí, con gente esperando que dejaran el cantar en segundo plano para concentrarse en acusaciones.

Miguel llegó justo a la hora y no tenía muy buena cara, se había pasado la noche pensando en lo que estaba pasando y a penas había dormido. Saludó a Alfred intentando mostrar una alegría que no sentía.

-¡Que pasa pisha!

Mientras su compañero hablaba se acercó hasta la guitarra y la tomó entre sus brazos, al menos ella no lo traicionaría y la canción se prestaba mucho a que pudiera tocar algunos acordes, al menos durante los ensayos semanales.

-¡No se porqué, tu llegada al mundo fue así...! Nananana... -Hizo unos cuantos acordes más y después miró a Alfred.- Prefiero que nos vayamos intercalando quillo. Pero antes... ¿Tienes algo que ver con todo lo que está pasando?

Alfred parecía buen chaval, pero es que todos lo parecían. ¡Ese era el problema! En todo caso necesitaba preguntárselo de frente, aunque sabía que si su compañero era culpable solo tendría que mentirle y negarlo, pero quizás algo le delatara. En todo caso no podía seguir con aquello sin estar seguro que los dos estaban en el mismo bando.

Viendo que el chico tomaba iniciativa yendo hacia la guitarra del BOX, Alfred tomó la propia para hacerle compañía en los acordes, aprovechando de practicar. De seguro subirse al escenario con guitarra les daría un poquito de ventaja, así que tenían que sacarle el máximo provecho posible. 

Intercalado entonces - sonrió, dispuesto a ponerse a ensayar la canción en voz cuando el otro chico añadió lo siguiente - Nada de nada. - se encogió de hombros - Pero me sabe mal, porque seguro son chicos que están luchando por sus sueños de la manera equivocada. - suspiró, frunciendo los labios. Entonces se dio cuenta de que él no había preguntado al respecto - ¿Tú no eres uno de ellos, no? Porque si lo eres puedes decírmelo, y podemos hablar con el resto para que te perdonen y se acabe esta tontería. 

Miró a Alfred mientras negaba cualquier participación en lo que sucedía y se quedó pensativo. O tenía frente a él a un mentiroso compulsivo y profesional que no dejaba entrever sus verdaderos objetivos o tenía al tipo más majo y bondadoso que había conocido nunca.

¡Hasta los justifica y está dispuesto a perdonar todo!

Miguel no se mostraría tan comprensivo con el responsable o los responsables, eso seguro. Finalmente rasgó las cuerdas de la guitarra y decidió que creería a Alfred, en caso contrario no podría ni ensayar. Dejó la guitarra y se acercó para darle un abrazo.

-¡Está bien pisha, lo siento, dame un abrazo! Estoy algo nervioso con todo esto. Cuando entré en la academia sabía que no iba a ser fácil, sois todos muy talentosos, pero al menos esperaba una competencia justa. Lo que está pasando no me gusta quillo. -Se separó y volvió donde había dejado la guitarra.- Tenemos que hacer algo para descubrir quien es. Ahora mismo no tengo sospechosos la verdad, hay gente que es más retraída y con la que casi no he hablado, pero eso no quiere decir que sean los culpables. ¿Tú sospechas de alguien?

Se vio algo confundido cuando notó que el chico se ponía de pie dejando la guitarra de lado, pero al darse cuenta de que iba a abrazarlo sonrió y se dejó abrazar, correspondiendo el gesto con un solo brazo mientras con el otro sostenía su guitarra. Las palabras de Miguel le sacaron una suave risa sincera, ocasionada por la reacción de su compañero de casa. No sabía que le había producido tanta ternura, pero sin duda prefería abrazos a peleas y discusiones. 

Nada, no te disculpes, que no es necesario. Todos estamos nerviosos. - le aseguró dándole una palmadita en la espalda con su mano libre a modo de consuelo antes de que se separara. - No lo sé, no conozco a nadie lo suficiente como para decir si está actuando raro... - frunció los labios, encogiéndose de hombros - Así que por ahora solo tengo impresiones, que no es mucho. Y no sé, me sabe mal acusar gente por un pálpito. ¿Tú tienes a alguien en mente? Quizás has visto algo que yo no. 

Miguel se encogió de hombros, él tampoco tenía ningún sospechoso ni había visto nada raro, todos eran desconocidos y no había diferencia entre unos y otros.

-De momento no, quillo. Supongo que al menos podemos borrarnos tu y yo de la lista de sospechosos, eso ya é algo. Y creo que podemos ampliar la lista con nuestra compañera Amaia, es un trozo de pan. ¿Qué opinas de Encarna? -Habían estado ensayando juntos para la gala al igual que él con Amaia así que podía conocerla algo mejor que al resto, aunque a Miguel no le parecía sospechosa, la pobre casi no se enteraba de nada.- ¿Y de Agoney? -Era el único que había recibido una acusación directa por parte de Chenoa, a la que parecía que se había unido Bisbal.- Me parece muy fuerte la acusación de Chenoa, eso solo puede ser que está muy segura. O que intenta desviar la atención.

No podía evitarlo, la sospecha había anidado en su cabeza y debía cuestionarse todo.

Alfred asintió, considerando sensato que su compañero no tuviese ninguna apuesta segura aún. Apenas se conocían todos, y era muy difícil adivinar quien hacía mal si no se les conocía en estado normal para notar los gestos que les delataban. 

No lo sé, no llegué a charlar mucho con ella - entre que no había estado muy conversador ese día y que la chica le entendía mal lo poco y nada que decía, la comunicación no había sido lo que se dice fluida. Además, tampoco tenían mucho de lo que hablar, porque para ese entonces seguían creyendo que eso sería un concurso justo y sin obstáculos externos - De Agoney no sé tampoco. Está más callado ahora, ¿no? - frunció el ceño, ladeando un poco la cabeza mientras pensaba que no recordaba haberlo oído hablar durante el día. Aunque claro, quizás lo había hecho y él había estado soñando despierto y se lo había perdido. 

Yo no sé si creerle a Chenoa. Siempre había estado tan tranquila y ahora lo primero que hace es acusar a alguien - le parecía raro, sin duda - Además, entre ella y Bisbal parecían querer entretener al resto para que no hablaramos de los votos, ¿no? Distrayendo con lo de Agoney y luego con lo del himno... No sé, algo no me convence de esos dos. - lamentó decir, porque no le fascinaba la idea de hablar mal de la gente, pero es que necesitaba la opinión de alguien más.

Miguel sonrió ante la respuesta de Alfred.

-É complicao hablar con la mushasha, pero parece mu buena gente.

Tan solo había que estar preparado para ir explicando una por una las cosas que le decían o pararse delante de ella y hablarle muy despacito. En cuanto a Agoney estaba en el mismo caso que su compañero, no habían tenido apenas relación.

-Pue ser shiquillo. Iguá es por tó lo que está pasando. O iguá es que no é muy hablador. El caso é que no me gusta acusá a nadie sin pruebas.

Miguel siguió tocando los acordes de la canción e invitó a Alfred que hiciera otro tanto, y mientras tanto pensó en las últimas frases del chico. Había sido extraño, pero bueno, no sabría decir si más que otras cosas, todo lo que estaba sucediendo era nuevo y extraño para él.

-No se quillo. A mi el que acuse sin pruebas no me gustó ná. Pero me parece que nuestros compañeros están mu tranquilos con todo este asunto, siempre que quiero hablar del tema casi nadie contesta. Se que estamos aquí para cantá y hacernos famosos, pero me gustaría atrapá al culpable y que el concurso fuera justo.

Cuando regresaron al box su compañero Agoney ya había sido expulsado. Miguel miró a su alrededor. Estaban solos en el box y este estaba insonorizado, tan solo reparó en las cámaras y en los micrófonos que había en la habitación y en los que ellos llevaban encima. Decidido dejó la guitarra a un lado y se acercó a Alfred, tapó su micro y el del muchacho y luego le hizo una pregunta, estaba claro que Miguel no quería que ni siquiera el público o quien tuviera acceso a las grabaciones pudiera escucharlos, tan solo su amigo.

-¡Pisha, vaya chasco, verdad o no se llevaron al Agoney! -No parecía convencido aún que fuera el culpable, pero ya nada podían hacer si no esperar que todo se arreglara.- Cusha quillo. Si tu pudieras salvar a alguien de la expulsión de esta semana. ¿A quien salvarías?

Las votaciones del "público y los jurados" eran distintas a las de los propios compañeros, aún así Miguel le había cogido cariño a Alfred y había visto que Alfred había recibido un par de votos, esperaba que eso no influyera.

Alfred concordó con su compañero cuando este dijo la poca gracia que le hacía acusar a gente sin pruebas, pues él se sentía exactamente igual al respecto. El problema era que en esa situación, en realidad no les dejaban mucha opción. Quizás hubiese sido mejor que hubiesen elegido un comité investigador que se encargara de ese lío y que dejaran a los que no querían involucrarse en esas cosas cantar tranquilos. Al menos Alfred tomaría esa opción más que seguro. 

Siguiendo el liderazgo de Miguel, Alfred tocó los acordes que correspondían, disfrutando de esa pausa musical con una sonrisa tranquila. El sonido de la guitarra siempre lograba subirle el ánimo, y si se podía compartir la experiencia tanto mejor. 

Pareciera que el himno es más importante que el concurso... - comentó con un suspiro derrotado en respuesta a lo último que le había dicho el chico. Él entendía mejor que nadie el preferir cantar a entrar en discusiones, pero no sabía si realmente podían darse ese lujo mientras tuvieran la responsabilidad de atrapar a los culpables. 

(...)

Volvió al box algo desanimado, pero se negó a dejar que un par de votos le quitaran el ánimo y le impidieran cumplir con su destino en el mundo musical. Iba a practicar con Miguel, lo harían genial, y cuando hicieran la presentación todo el mundo los amaría. O ese era su plan hasta que vio como el chico se apresuraba en ir hacia él y tapaba ambos microfonos, lo que le dejó desconcertado. ¿Podían hacer eso? ¿Era legal? Porque sonaba como algo que iba en contra del contrato. 

¿Salvar a alguien? ¿Puedes hacer eso? - lo miró desconcertado - ¿Conoces a alguien en la dirección o algo? - luego sacudió la cabeza, dándose cuenta de que hacía muchas preguntas y no respondía ninguna - Yo... es que... no sé. A ti. - hasta ahora era el que más confianza le provocaba, aunque tampoco pondría las manos al fuego por él. Pero no se salvaría a sí mismo nunca, y Miguel parecía buena persona. - A ti o a Manu, aunque de él no estoy seguro - lo intentaría salvar porque le gustaban sus teorías, pero no tenía como confirmar que no fuera uno de los conspiradores - ¿Tú sabes si Agoney tenía algún contacto o algo? Porque lo que sí sé, es que si lo expulsaron no sirvió de nada. No sé si era ladrón o no, pero si tenía alguna misión o contacto o lo que sea, se lo pasó a alguien más.

Miguel no las tenía todas consigo y no pensaba que sus otros compañeros prefirieran el himno a otros aspectos del concurso, quería suponer que todos estaban igual de preocupados que ellos, todos excepto el o los culpables.

-No creo que sea eso quillo. Creo que simplemente el himno é una manera de evadirse, no los culpo, a veces me gustaría olvidarme de todo, pero no puedo...

Y no podía por varias razones, una de las cuales estaba a punto de confesar a Alfred. Si era buena idea o no solo el tiempo lo diría, pero Miguel necesitaba comenzar a confiar en alguien o se iba a volver loco, para eso prefería que lo expulsaran de una vez, nunca pensó que iba a sufrir tanto allí dentro. Cuando Alfred le preguntó lo miró fijamente antes de contestar.

-Mira quillo, yo no pedí esto, pero un día Mina vino a hablá conmigo, debían olerse lo que estaba pasando y querían hacer algo. -Se notaba que Miguel no entendía muy bien las razones o lo que suponía todo aquello, solo la responsabilidad que había recaído sobre él.- Cada semana puedo elegí a una persona, como si fuera el favorito del público y aunque los que amañan las votaciones decidieran sacarlo se salvaría. ¡Pero ni siquiera se quien está de nuestro lado! -Miguel calló durante unos segundos y pensó en las palabras de Alfred.- Solo votaría por mí si estuviera cien por cien seguro que van a por mi, de lo contrario prefiero arriesgarme con otros. Y si no podemos estar seguros de Manu, que me cae geniá como casi todos, esta semana te salvaré a ti, necesito saber que hay alguien aquí dentro en quien poder confiar, si el domingo después de la gala te echaran no sabría que hacé, estaría como al principio, o peor. Pero... Tienes que guardarme el secreto pisha, si alguien que no debe se entera que puedo elegí un favorito me querría quitá de en medio pero ya.

Peor porque se habría ido alguien de confianza y buena gente y los malos serían más fuertes todavía. Una vez sincerado y con un peso menos sobre sus hombros se sintió mejor. Pensó en la última pregunta de Alfred sobre Agoney y su cara dio a entender que no había comprendido.

-No se que dices pisha. ¿Quieres decí que si fuera el tramposo le dijo a alguien más como seguí haciendo trampas? -Eso era una malísima noticia, aunque podía ser que la persona a la que se lo dijera fuera alguien integro y no utilizara esas artimañas, una vez más no saldrían de dudas hasta el domingo tras la gala.- ¿Y tu como sabes eso? 

Eso era muy extraño. ¿Cómo había conseguido Alfred enterarse de todo eso? En ese caso sabría a quien le dejó lo que fuera Agoney y podrían detenerlo. Eso si realmente Agoney era culpable de algo, que no se había demostrado aún.

¿A mi? - preguntó extrañado y halagado al mismo tiempo, sin saber que había hecho para merecer el honor de que quisiera salvarlo a él pero más que feliz de que la confianza fuera mutua. La idea de que Miguel se arriesgara por salvar al resto no le gustaba mucho, pero al menos nadie había votado por él la vez anterior, así que se sentía un poco menos incómodo dejando que lo hiciera. Suponía que, si algún tramposo le tuviera puesto el ojo encima, habría intentado echarlo por las buenas primero. - Sí, claro, yo te guardo el secreto. Prometido. - asintió con solemnidad, como si estuviese jurando con la mano sobre la biblia como en las películas americanas.

Algo así - frunció ligeramente los labios, pensando como explicarse - Yo no hablé con Mina, pero tuve una clase de interpretación con los Pavis esos, y me dijeron que tenía que desprenderme de mi piel y ponerme la de un personaje, y algo de una caja y seda y no sé que cosas... - se encogió de hombros, pues sinceramente entendía la mitad de lo que decían los hermanovios - La cosa es que cuando son las votaciones, yo puedo tomar su papel por un tiempo. Por ejemplo, si te votaran y te expulsaran a ti, yo podría hacer eso de proteger gente hasta que decidiera tomar el papel de otro expulsado por votaciones, pero puedo quedármelo si no quiero cambiar. El único problema es que si llego a tomarlo de un tramposo ya no puedo cambiar más. - suspiró, frunciendo el ceño, pues la idea ciertamente le ponía algo nervioso para usar esa habilidad - Intenté tomar el de Agoney, porque no le creía a Chenoa y quería comprobarlo, pero cuando llegué ya era muy tarde porque alguien más había tomado su papel antes que yo. Alguien que solo podía cambiar una vez, pero que podía hacerlo de expulsado por votaciones o por público. - volvió a suspirar - Así que si Agoney era tramposo, alguien más tomó su lugar. No hay menos malos que al comienzo. 

Entonces se le ocurrió una idea, y antes de que llegara alguien a obligarles a soltar los microfonos, se la dijo a su compañero. 

Oye, ¿y que vamos a hacer cuando ya no tengamos que ensayar juntos? No vamos a poder hablar estas cosas - y eso era una pésima noticia, porque hasta ahora era el único en quien confiaba - Podríamos hacer un código o algo así para comunicar nuestros votos y así podríamos apoyarnos. O para decirnos que alguien es inocente seguro. - pensó durante un segundo - No sé, algo que parezca normal, como quejarnos de la falta de comida con alguien si vamos a votarle, o darle una botella de agua a alguien si es inocente, o no sé... ¿Se te ocurre algo?

No esperaba menos de Alfred pero le aliviaba escuchar que le guardaría el secreto, asintió ante la decisión de protegerlo y eso se consolidó cuando su compañero le contó lo que él podía hacer. Ciertamente parecía complicado, pero si los Pavis habían confiado en Alfred significaba que su corazonada era cierta.

-Gracias pisha, me quitas un peso de encima. -Miguel abrazó a Alfred, ahora no se sentía tan solo.- Estaba tó cagao. Si llegas a ser uno de los malos no aguanto aquí dentro ni tré días. -Pensó en sus poderes, en los de Alfred y en todo eso.- ¿Entonce crees que a todos nos han dado argo así? ¿Incluso a los malos? Esto me suena a lío de la Academia para subí más la audiencia shiquillo. En cualquié caso al meno ahora nos tenemos a los dó.

Quizás no había menos malos, pero los buenos comenzaban a organizarse y eso siempre era buena noticia. Seguirían teniéndolo difícil pero si se coordinaban bien estaba seguro que lo lograrían. El sistema de Alfred le parecía muy bueno y suficientemente discreto, al menos por ahora, con el tiempo quizás alguien sospechara.

-É una gran idea quillo. Quejarnos de la comia si alguien é malo y darle una botella si es bueno. Lo malo será como saber eso, hasta ahora no he sabío de nadie, contigo me he arriesgao, pero si hacemos esto con todos meteremos la pata más temprano que tarde.

Si no confirmaban más gente dentro de su pequeño grupo seguiría salvando a Alfred, prefería no arriesgar su pequeño poder.