Aquella noche de domingo era especial. Era seis de enero, y tras trasladar unas semanas antes el fin de semana, el propio presidente del gobierno había escrito a los Reyes Magos para que retrasasen su visita a la noche siguiente. No podía haber distracciones. El país había colapsado casi por completo. El anuncio de la directora de que ya no habría nominados había hecho más tangible la realidad: que el fin se acercaba, que cada vez quedaban menos y que cada intervención podía ser decisiva. Todos, absolutamente todos, sabían que aquel día uno no podía hacer nada más que ponerse al día y prepararse para esa dosis de emoción, de drama, de música... de Arte así, con mayúscula. Ya vendrían los regalos más adelante, eso era secundario.
Se encendieron las luces del plató. Ahí estaban los siete concursantes que quedaban, en unos bancos cada vez más vacíos. Por ser una noche especial habían dejado acudir también a los expulsados, aunque estos estaban apartados. Se encendieron las luces. Se encendieron los focos. Sonó la sintonía de comienzo... Pero no apareció nadie. Ni Roberto Real, ni Carlos Pozano, ni Jesús Blázquez. Se hizo el silencio. Pasaron los minutos. Nadie comprendía nada, hasta que al fin en uno de los enormes televisores se vio la imagen del presentador.
—¡Perdonad, perdonad, ha sido el cambio horario! —Roberto Real llevaba una camisa hawaiana y unas gafas de sol. Por su entorno se diría que para él no era de noche, sino de día, y que estaba en la playa—. Lo siento, pero acabo de conectar con el plató para avisar de que no puedo presentar el programa. No lo vais a creer, pero me ha pasado una cosa...
El hombre parecía totalmente feliz. Se llevó una mano al bolsillo y miro un papel.
—Hoy por la tarde salía hacia el plató cuando en el buzón me encontré una nota con un cupón del Sorteo del Niño firmado por la asociación de lotería. Decía que se me había caído el cupón, pero que sólo se podía cobrar hoy en las oficinas del caribe... ¡Y aquí estoy! Ahora iré a cobrarlo. —Con una expresión de alegría absoluta mostró a cámara el cupón del que ahora era dueño:
El número, efectivamente, coincidía con el premiado ese día.
—¿Qué suerte la mía, eh? Yo ni me acordaba de haber comprado lotería, pero me toca el primer premio —dice, empezando a enumerar con los dedos sus golpes de suerte—, alguien lo encuentra, me lo devuelve, me pone las instrucciones... ¡Esto es la leche! Lo siento mucho por el concurso, pero es que esto no podía esperar.
La conexión se cortó entonces. Por un lado del escenario entró una mujer a la que todo el país conocía como Pilar Turbio, presentadora famosa porque todos los programas en los que participaba solían terminar abruptamente por falta de audiencia.
—¡Que te calles, pesao! —dijo al tiempo que la imagen de Roberto Real desaparecía.
En ese momento la mujer miró a la cámara con una cara de satisfacción absoluta. Llevaba una camiseta de Airon Maiden que más bien parecía una imitación que engañaría a cualquiera que no conociera realmente al grupo y estaba contenta, de eso no había duda.
—¡Buenas noches, España, y Felices Fiestas!
El público se repartió entre aplausos y abucheos.
—Gracias, gracias, muchas gracias. A ver...
Miró entonces unas notas que tenía.
—Aquí lo primero que pone es expulsar a Luis Mas, así, sin cantar ni nada. Pobrecito, ¿no? —Miró al mentado—. Ya lo siento, muchacho. Ahora... Ah, sí, la música.
Entonces dio paso a las actuaciones de los concursantes. Aunque entre que de los nominados quedaba sólo Alfred y Luis, si es que él contaba, que Bisbal y Natalia habían ensayado más bien poco y que Aitana y Juan intercambiaron una mirada que decía que iban a cantar otra cosa... Finalmente Pilar dio paso a los seis al escenario, dispuesta a dejar que sorprendieran a toda la audiencia.
Y así fue. Curiosamente esa fue la actuación más lograda, con mayor compenetración y más sentimiento de toda la edición. Comenzaron con el villancico En Navidad, siguieron con una recopilación de las canciones compuestas durante el concurso... Y pronto la presentadora estaba invitando a los expulsados también a unirse a los que cantaban en el escenario. El público no entendía nada, pero no parecía necesario: lo vivían coreando cada sílaba, bailando y dando palmas tanto en el plató como en sus casas. También hubo quien no se unió a sus antiguos compañeros, como Juan Antonio, Amaia Montero o Vicente Seguí, pero la gente no pareció darle importancia: sólo tenían ojos para el escenario, donde los concursantes lo daban todo como si ya no tuvieran nada que perder.
Para cuando la canción —o canciones— terminó, el público pidió otra. Y luego otra. Y luego otra más. Y luego pidieron un desnudo de cada uno de los participantes, y sus teléfonos, y unas gotas de su sangre para clonarlos, y... Al final la gala se había alargado casi cinco horas, pero a nadie parecía molestarle. Era como si Operación Triunfo fuese su droga y cada vez les excitase más y más. Pero como con todas las drogas, llegó el momento del bajón, y Pilar aprovechó ese momento para suspirar, agotada por corear con los demás las canciones.
—Ay, por favor... Si es que sois los mejores —dijo al público, como si todos aquellos vítores fuesen para ella.
—Bueno, el caso, que llega el momento de expulsar.
A pesar de que la presentadora había disfrutado cada momento del programa, el brillo de sus ojos hizo notar que aquel iba a ser su favorito.
—Y esta semana, con dos o tres votos y porque nosotros lo valemos se va... —Fue la primera persona que no miró ninguna tarjeta, ni nada parecido, como si tuviera claro no sólo quién se marchaba sino también de quién eran precisamente esos votos—. ¡Alfred García! ¡Un aplauso para él por dejarnos en paz de una vez!
La gente no supo muy bien si aplaudir o no, aunque algunos se sumaron a lo que pedía la presentadora. Sin embargo, aún había algo más. Tras cruzar una mirada cómplice Aitana le siguió algunos pasos, mirándole como sólo era capaz de mirar los sanjacobos.
—Oy oy oy... ¡Que me parece que tenemos unos tortolitos por aquí! —exclamó Pilar Turbio, claramente encantada—. ¿Quieres acompañarle fuera? —No hizo falta que Aitana respondiera: era evidente por su actitud. La presentadora hizo un gesto con la mano entonces hacia Carlos Right, invitándole a acercarse, mientras hablaba a los de control—. Chicos, chicos, ¿podemos...?
Entonces empezó a sonar la canción que acompañaría a los tres fuera del lugar.
—Espera, entonces... —Pilar Turbio miró a los que quedaban: Natalia, Juan Camus y David Bisbal. Señaló entonces a este último—. Eh... Tú, fuera. Expulsado también —dijo encantada—. ¡Acabo de adelantar las votaciones, ¿habéis visto?! Y... Tú y tú, ganadores. Y tú también —dijo, haciendo un gesto a Luis Mas para que volviera al escenario—. ¡Y vosotros dos! —añadió, haciendo lo mismo con David Bustamante y con Encarna. Pareció pensarse si invitar también a Agoney y a Vicente, pero finalmente pareció no contar con ello.
—Bueno, pues... —añadió entonces mirando a cámara—. Parece que el programa ha terminado. ¡Para que luego digan que ninguno de los que presento llega al final, ¿habéis visto?! Ahora, chicos... ¿Alguno quiere decir algo? —preguntó, ofreciendo el micrófono a los concursantes.
Aquí termina la partida. Sois libres de postear durante los próximos días una despedida, si os apetece. :)
Una gala más, el regreso al escenario y ver otra vez en persona a sus compañeros, era una buena ocasión para celebrar si no fuera porque aquella noche el expulsado había sido Alfred. A Miguel se le partió el corazón más que a Alejandro Sanz y todo aquello fue rematado por Aitana que se había vuelto a enamorar de nuevo y otra vez abandonaba la academia antes de tiempo.
Ar menos esta vez se ha enamorado de un tipo simpático y buena gente.
Después siguió la expulsión de Bisbal y la declaración de ganadores a los que quedaban, otra sorpresa más y otro jarro de agua fría. Pero a pesar de todo Miguel quería ver el lado positivo, como que su amigo Alfred había encontrado el amor y que ahora podrían disfrutarlo lejos de las cámaras y junto a su familia y amigos. Así que decidió coger la guitarra y dedicarles una canción.
Ay, ay, ay, ay
Canta y no llores
Porque cantando se alegran
Alfrecito lindo, los corazones.
En el plató de OT
se va Bisbal no muy contento
Y un par de tortolitos, Aitana y Alfred
lo van siguiendo.
Ay, ay, ay, ay
Canta y no llores
Y deja que Eurovisión
ponga en su sitio a los saboteadores.
Esa guitarra que tienes
Alfrecito lindo, entre tus brazos
tócala con cariño, y verás quillo
vaya temazo.
Ay, ay, ay, ay
Canta y no llores
Te vas a vení a Cai
Alfrecito lindo, de vacaciones.
Ese era su pequeño tributo a su amigo y también al resto de finalistas que no habían hecho trampas. Al otro lado estaba el grupo que había manipulado el concurso y mentido para obtener el inmerecido triunfo. Entre ellos le dolía especialmente la presencia de Juan y Natalia. No podía expresar con palabras lo que sentía así que era mejor dejar que la música lo hiciera.
Sabéis mejor que nadie que me engañasteis
Que lo que me decíais era un error
Yo que creía en vosotros, vaya desastre
Y siempre os defendía de corazón.
Y aunque tengo razones para enfadarme
No quiero que acabemos de mal humor
Y allá en el escenario
En vez de pitos encontréis palmas
Porque una canción sin trampas suena mejor
Decid al que pregunte que fui un desastre
Decid que no acertaba ni una expulsión
Que cada gala se iba un buen triunfito
Al que el quillo de Cadi no protegió
Y allá en el escenario
En vez de pitos encontréis palmas
Porque una canción sin trampas suena mejor
Cuando Juan Camus vio entrar a la Turbio, una sonrisa apareció en su cara. ¿Pilar lo había conseguido? Esa chiquilla se lo merecía todo. Estaba claro que era una profesional como la copa de un pino y debería tener su propio espacio. Y eso significaba… Miró a su alrededor. No podía ser, aún quedaba mucha gente, no podían haberlo conseguido, ¿no?
Ah, pues sí. Tras la expulsión del pobre Luis y de darlo todo durante horas sobre el escenario, llegó la nueva expulsión, con sorpresa incluida. Aitana se había olvidado de Carlos y ahora bebía los vientos por Alfred. E igual que había dejado la Academia antes, la dejaba ahora. Juan Camus no entendía muy bien a esa chica, cómo dejaba pasar una oportunidad tan grande. Pero, oye, le vino de perlas. Porque automáticamente la señorita Turbio proclamó ganadores a los que más se lo merecían. Y mientras saludaban al público, les comentó a sus compañeros, entre atronadores aplausos:
- A ver, que no soy yo para decir… Pero esta chica y Bisbal han venido los dos para ligar y eso a mí… Eso demuestra que en no ha pasión, ¿no? Pasión para… Yo es que a la gente que no se toma esto en serio, ¿sabes? Por eso decidí yo unirme a esta causa, para que fueran echando a aquellos que, en fin… Pues que aquí tiene que ganar los que se dedican 100% a la música, no a los culos, ¿sabéis?
Mientras, lloraba de emoción. Saludó a todos sus compañeros expulsados, pues sin ellos no podría haber llegado tan lejos. Sin ellos siendo expulsados, claro. Él no esperaba odios o venganzas. Eran todos amigos, por supuesto, y como tal aplaudió la canción de Miguel. Juan Camus, como antiguo empresario que había sido, sabía de sobra que estos pequeños trucos eran normales cuando alguien quería triunfar. Y él no había echado a nadie con odio. Los había echado porque, en el fondo, Juan Camus sabía que él era mejor que el resto. Nada más.
Llegó el momento. Pilar Turbio les ofreció el micrófono. Era la oportunidad de Juan Camus, así que se acercó.
- Quiero agradecer todo lo que ha aprendido a una persona muy especial. Una persona sin la cual yo no habría podido aguantar tanto. Una persona a quien le dedico todas las canciones que he cantado –Miró con ojos intensos al profesorado-. Manutrix… -comenzó, haciendo una pausa, como si no supiera bien qué decir. Finalmente, levantó la mano e hizo un gesto al joven profesor-. Por favor, quítate de en medio que no veo bien… Ahí, perfecto, gracias. Ahora sí, Mina, que te habías quedado atrás. Mina, nos has inspirado a todos, eres una gran maestra. Sin ti esto no habría sido posible. Gracias por esta oportunidad.
Les ofreció a sus compañeros el micrófono, por si alguno quería añadir algo, mientras él, emocionado, se retiraba.
Bisbal, después de 6 o 7 horas de gala y de cantar hasta al revés, presencia la expulsión de Alfred y Aitana y echando cuentas rápidas, se da cuenta de lo que le espera, así que coge a Natalia de la cintura y en un rápido movimiento, la pega contra sí.
Seas de Telahinco o de La Unto, yo siempre tendré un modo de llenar tus huecos. ¡Los del corazón!
Y con otro rápido movimiento, la hace doblarse su espalda a lo Dirty Dancing y le planta un morreo en el hocico de los que dejan huella.
¡Joer que ganas tenía de hacer esto!
Acto seguido, le expulsan. El programa acaba y Turbio, que está rebuena pero no es para Bisbal, separa los triunfitos en dos grupos: los buenos y los malos. Los vencidos y los vencedores. Bisbal se da cuenta de que debe hacer una elección final, como si protagonizase Memorias de Eidún. Y hace su elección.
Yo he venido aquí a triunfar.
Salto, patada, giro, giro, giro, giro y acabar de rodillas delante de Aitana.
Y si no triunfo de una forma, lo haré de otra.
Saco algo del bolsillo, una cajita ortogonal uqe le entrego entreabierta a la novia de España por excelencia, para ver si completo el cuarteto de novios. Dentro de la cajita, pequeña y acolchada como la de un anillo de joyería, algo que sé que conquistará el corazón de Aitana: un sanjacobo con forma de corazón.
Me hizo musha ilución ve a too lo precente aquí reunío, lo malaje ce habían esho con er concurzo, pero era normá, po que ello contaban con gente como Luimma, Juanca o Nati... y nozotro... con Tarradella... que ni ciquiera zabe hacé bien la pizza... como pa hacé bien otra coza en la que haya que uzá la cabecita. Ay... miarma, que vida tan injuhta. Aun ací, mabía partío er pesho y encima mabía ganao un cuerpín... que ojito. Ni con too er biomaná ece der mundo. Nunca dormirce en una zauna había cio tan weno. Ezo ci, que ehtube bebiendo y me***o hahta llegá ar cuerpo 10, o ar 11, er que cea. Nah má llegá yo ya zaludaba a la camarita, po que mabía enamorao de la gente der prúbrico y mabía entrao gana de ceguí con ehto... con lo de cantá... ci ehque ar finá, uno le coge ganita a to ehto... ¡Mabían tratao tan bien en la tertulia que medaba iguá que me cambiacen er precentadó cada do por tré! Me iba a llevá a lo cámara pa mi caza, pa ceguí preparando parrillada... zanjacobo, y lo que fuera. A ehtoh no lo iba yo a perdé de vihta. Que era la reina y mabía acontumbrao.
Ací mabía quedao, y ahora era too ceci. Claro que ci. Ole, ole y ole. Puee que mablaran en la tertulia, pero había merecío la pena. Aburrice había dao zu fruto. ¡Claro que cí! Tambié había empezao a componé una canció... ci, lo taba hashiendo... que tenía musha gana de dedicamme a ehto. Pero lo primero era lo primero.
-¡Hola a too! -Voy corriendo a da un abrazazo mu grande a Aitana. Dándole un tortasho a la shushta eza que lestaba regalabdo Bihbi a la niña. -Quita eza porquería... ricito de oro... y ve a por... por... -Me quedo penzativa. -¡Cohone, po a po argo de oro! -Que za penzao ehte... ¡Po favó!
Po no ce la ehtan zumbando entre do pa vení ehte a recogé la miaja con un zanjacobo... po favó... de oro parriba, mi niño. Luego miro a lo malaje que no la han liao a too. Y lo miro mu feo.
-Zoi uno malaje y no ce oh caerá la cara de vergüenza ni nah... Ezo eh lo que zoi. -Me pongo to digna. -Y ar Buenfarzante... bien dada ta er tortazo, y te va a librá de otro po que er que ce lo merece eh er empanao de Tarradella... andevé... andevé... ¿Que paza miarma? No te coge er bocata y no trae a nadie de vuerta... ¿En que mundo vive tú?
Pero weno, que zabía acabao too, y ya taba to esho... no ce podía hacé nah má...
-¡Amo too a cantá!
Ehtoy feliz de encontrarme hoy aquí
y no me preguntes má porqué
ya corre en mi vena la emoció
y nace en mí una ilució.
Siento algo nuevo
en mi interior
que me llega a ti.
He comído demaciaaaaaoooo.
De nada meprivaaaaoooo.
Europe's living a celebration
todo junto amo a cantá.
Europe's living a celebration
nuehtro zueño una realidad.
No ce oirán jamá la voce que no
quieran ehte concurzo impurcioná
ci exihte en nozotros la pació
¡Aitana en zu carne la zufrió!.
Ahora er tiempo noh cambió
y cerá pa ciempre
Telahinco la lió
¡Cambió la votació!
Europe's living a celebration ...
No nos eshé ladroooo
(no lo haga po favó)
no digas adiós
(nunca jamás)
y crece, va creciendo
E pocentaje y la ejpurció.
Europe's living a celebration
nuevo tiempo, a nadie impota ya.
Europe's living a celebration
e zu fiehta y no hay vuerta atrá.
Mu fino, que al final David Bisbal le había comido los morros en directo. Toma Casillas y Carbonero 08. Y aún encima poco después se va a junto de Aitana! Ainsss.... no obstante, Natalia estaba que se regalaba de lo contenta que se veía y tampoco hizo nada por evitarlo ¡Que había llegao al final! Y para cuando llega el momento de agarrar el mic, la rubia, toda emocionada, procede con sus últimos "saes" para el concurso.
- Bueno.... chicossss, compis de cubil y academia, toa España, que nos lo hemos pasao' mu bien juntos! - exclama primero. - Y que por un sello... digo! que por la música y un millón de seguidores en Insta, digo... de momentos maravillosos, cualquiera haría cualquier cosa, que estoy completamente segura!
Entonces se aclara la garganta.
- Sé que alguna vez, hay que entregarse y arriesgar. Poner amor y dar entero el corazón - comenta - Sin pensar jamás en que se puede fracasar, en que siempre habrá una segunda vez mejo' - ¿saes? - Y nunnnnnca, volverás, a jugarte la votaciónnnn ♫ - ya tiene pensado videoclip para yutuf y todo - Y tratarás de proteger tu amoooooor ♫
No soy un ángel, ni lo seré!
No soy un ángel, pero disimularé!
Votándome...
Por esta noche queeeeeeate' ♫
¡Muchos besos a todos!
Ay, pues ya está. Cantamos tanto en esta gala que al final empiezo a pensar que Mamen nos va a mandar a todos a la cama a collejas, pero es una pasada. Y ya hasta se me olvida un rato que hay chungos entre nosotros de lo bien que lo pasamos. Claro que luego ya salen a relucir otra vez y echan a mi Alfred... nada que no me esperase, que teníamos ya muchas papeletas, pero me da tanta penita que yo me pego a él en cuanto me dejan. Mi rarito no se puede ir solo, ni hablar.
Al que no sé cómo mirar es a Carlos. Ya sabía que me esperaba una charla incómoda con Vicente -mi Vicente, no el facha- cuando saliese de la academia, pero jo, ahora me va a tocar otra ya antes de salir. Qué mal. Si es que yo no sé qué me ha pasado, que la tele me ha ablandado el corazoncito o algo. Debe ser por las emociones y estar expuestos ante las cámaras o no sé. Jolín, a ver qué hago, que no sé ni dónde meterme.
Y ya cuando aparece Bisbal con un sanjacobo no sé si enamorarme de él también o salir corriendo del plató por exceso de maromos. Menos mal que Rosa me salva y me la abrazo fuerte fuerte.
-¡Ay, mi Rosa! ¡Cómo te echaba de menos, tía!
Y nada, que ahí se arranca a cantar la gente y yo ya he cantado mogollón, pero les hago los coros dando palmas. Que hemos perdido y todo eso, pero jo, lo hemos pasado guay igual y hemos aprendido... Bueno, aprender no hemos aprendido demasiado, al menos yo, que me he pasado el concurso escondida en los baños con uno o con el otro, pero a lo mejor algo se me ha quedado.
Al final me quedo mirando a Alfred con ojillos enamorados, que tenía ya ganas de poder demostrarle al mundo que los raritos también pueden ligar. Y ahora a lo mejor hasta nos montamos un disco así en pareja y podemos dar exclusivas. Que de lo malo malo, me voy a la escuela de diseño... o me hago tertuliana. O saco una colonia con mi nombre, que eso da caché.
El pequeño y perfecto Jorge no hacia otra cosa que negar con la cabeza al saber de que la gala había terminado y la habían ganado los "malos". Pero todo lo que fue la gala, lo que había sudado y lo que los demás estaban cantando y saludando hicieron que la sonrisa del chico fuera mas grande que nunca y tan nervioso estaba que no cogió el micro hasta que se lo pusieron en los morros, a falta de minutos para terminar la gala.
-Que... que digo... Pooss, que esto a sido un palo, pero al menos todos hemos aprendido de que va la vida y eso y que... A sido divertido y difícil, pero muy gratificante y que... -Empezó a dar saltitos agitando su mano derecha. -¡YO QUE SE! QUE SOIS TODOS DE ¡P$%& MADRE! ¡CAGUEN TOO! -Puso su mejor sonrisa intentado no llorar.
-¡MAMA TE QUIERO!
No se esperaba que ese día lo echaran a él, pero la noticia tampoco le tomó exactamente por sorpresa. Después de todo, ya estaba claro que serían los tramposos los que ganarían y era solo cosa de tiempo para que eso ocurriera, así que era una buena noticia para su ansiedad el no tener que pensar cuando ocurriría exactamente. Además, no se iba solo. Y cuando vio que su cotorrita lo miraba con ojitos de amor, enseguida le extendió la mano y la pegó bien a él, sin poder creer la suerte que tenía de que lo amara tanto para seguirlo fuera del programa.
Sus labios se fruncieron con incomodidad al ver que la presentadora maligna aquella llamaba a Carlos por subir los ratings. Si es que había que ser muy mala gente para jugar así con un corazón roto. Aunque claro, él tampoco sería la mejor persona a ojos de los demás luego de robarle la novia a uno de sus compañeros de Academia, pero no tuvo demasiado tiempo para pensar en eso porque enseguida comenzó a sonar la canción de Miguel y a Alfred se le iluminó el rostro con una sonrisa. Luego se puso un poco nervioso, por supuesto, porque era la primera serenata en televisión abierta que le daban, pero solo dos personas podrían hacerle algo así sin que quisiera que lo tragara la tierra y una de ellas era su amigo.
¡Te eché tanto de menos! - le confesó a ese hermano inesperado que se había hecho en la Academia, abrazándolo contra él con el brazo que permanecía libre, porque no pensaba soltar a su cotorrita nunca más. O al menos ese era el plan, porque la chica se le soltó un par de segundos después para ir a abrazar a su equivalente de Miguel, así que Alfred solo sonrió al verla tan feliz por reencontrarse con su amiga.
No sonríe mucho con la intervención de Bisbal, que le saca una mueca indescriptiblemente incómoda. Alfred no era de meterse en medio, porque sabía de sobra que Aitana se podía defender sola, pero el gesto del chico de rulos de todas maneras le tensó. Difícil que no lo hiciera cuando alguien intentaba robarle al amor de su vida frente a sus narices. Pero aunque hubiese querido intervenir, Rosa lo hace mucho antes y Alfred se da por victorioso ante el desprecio de la chica. Mucho mejor que cualquier cosa que hubiese podido decir él.
Al final, y dentro de las malas noticias, todo había salido bien. Ahora no solo era un rarito, era un rarito con un mejor amigo y novia. ¿Que más se podía pedir? Si hasta ya tenía vacaciones planeadas en Cádiz. Y si pensaba en su futura carrera, no le cabía duda de que los tres tendrían éxito por su propia cuenta, así como varios más de ahí. No los tramposos, claro. El resto, como Bisbal, o Rosa. De los tramposos se ocuparía el karma mientras él y su cotorrita producían un álbum juntos. La vida era buena.
Manu Tenorio ignoraba qué clase de futuro como cantante le esperaba. ¿Vendería alguna vez un disco? ¿Harían memes sobre él y su disfraz de Pikachu? Nada de eso ya importaba. Los malajes habían ganado y, con ellos, Pilar Turbio había llegado a terminar un programa sin que este se hundiera por la baja audiencia.
-Ya eztá to' el pezcao vendío -sentenció, con aquel acento que tanto le caracterizaba
El joven sevillano sabía que no había mucho más por hacer. Sabía que antiguamente hubo un negro, un tal "Yimi Jendriss" que se dedicaba a quemar la guitarra en los conciertos para dar el cante. Manu hubiera estado dispuesto a quemar la suya en un acto de rebeldía, pero la quería demasiado. Por ello, colgándosela a la espalda, se dirigió a sus compañeros y declaró:
-¡'Amoz, toz pa' Loz Cien Montaditoz! Que zeguro que noz invita la Trelevición Ezpañola. ¡Viva Andalucía!
Aquella fue la primera edición de Operación Triunfo. La primera, y la más especial para todos los espectadores. Había sido un programa lleno de dramas, de confianzas y desconfianzas, de tofu y de chuletas, de agua y de lo que no era agua... Pero había llegado a su fin.
¿Quién sabía si alguna vez se repetiría un fenómeno como aquel? Pero una cosa era segura: ahora el siguiente destino era Eurovisión... Donde algunos decían que los representantes de un grupo de países se habían unido para boicotear el programa. ¿Era eso posible? Sólo el tiempo lo diría. Y en caso de que fuese así... Siempre se podía recurrir a las votaciones.