Los baños

Cuando os levantasteis el día de la gala y cruzasteis vuestras miradas durante el desayuno algo cambió dentro de vosotros. De repente estabais sonriéndoos con expresión embobada. Vuestros corazones latían al mismo ritmo, casi saliéndose de vuestros pechos... Y antes de daros cuenta estabais encontrándoos en los baños, allí donde las cámaras no grababan. En vuestra cabeza resonaba aquel poema que alguien había leído en el casting...

Las rosas son rojas,

las violetas azoles,

entra a OT

y encontrarás tus amoles.

Me arden las mejillas de lo emocionada que estoy cuando entro a los baños a escondidas y me encuentro con él. Con ÉL. Me late el corazón tan fuerte que casi parece una canción con tambores y así, rollo fusión y todo. A ver, que los casting estaban llenos de chicos guapos y todo eso, claro... Pero yo seguía fiel a mi Vicente, pero fiel del todo, ¿eh? Por fuera y por dentro, que ni una vez pensé en esos macizos de esa forma. Y ahora... ¡Ay!

-Ay, Carlos... -¿Pero desde cuándo suspiro yo así como una cursi? Si yo soy muy moderna y no me gusta San Valentín-. No sé qué me pasa que no puedo dejar de mirarte. -¿Será porque me estuvo consolando cuando supe que me habían nominado? Ay, no sé por qué es, pero ya ni me acuerdo de Vicente ni nada, y esto es superfuerte-. Tú... ¿tú sientes lo mismo?

Si es que me tiemblan las rodillas y los labios y todo cuando se lo pregunto. Como me diga que no creo que me muero aquí mismo. Que ya nos he shippeado en mi cabeza y tengo el nombre para la carpeta y todo... "Aitright", suena tan bonito... casi como una canción.

Durante el poco tiempo que llevaba en la Academia, me iba quedando con las caras y los nombres de tanta gente nueva, en general nunca se me dio bien recordar nombres, pero me fue extremadamente fácil recordar el de Aitana.

Cruzamos alguna que otra mirada durante el desayuno, en las salas comunes. Acababa de conocerla, pero de alguna forma me sentía muy cercano a ella, ¿qué sería?, su cara, su personalidad alegre y extrovertida, o su maravillosa voz. No era capaz de entender como una persona con esa voz había sido nominada.

En estas estaba cuando paseando por la Casa, me encontré de frente con ella. Ambos nos quedamos quietos, mirándonos con los ojos como platos, esperando inmóviles que el otro rompiera el hielo.

Finalmente fue ella quien dio el paso, y tras escuchar sus palabras, la expresión de mi rostro cambió del shock inicial y la incertidumbre de la situación, a una sonrisa de oreja a oreja.

- No pude dejar de mirarte desde que te vi al entrar aquí, pero no sabía muy bien como decírtelo. Casi no se nada de ti, y sin embargo...

Fue un alivio escuchar sus palabras y darme cuenta de que sentía lo mismo que yo, que no eran imaginaciones mías.

Cuando responde se me escapa otro suspiro. Creo que los ojos me deben estar haciendo brillitos porque de pronto me siento como si no importase nada más que nosotros dos. Y hasta me dan ganas de dar saltos de alegría, que lo haría si no fuera porque tengo las rodillas como flanes. 

-Ha sido química a primera vista -aseguro, dando un pasito más hacia él-. Contigo, quiero estar contigo, y decirte que ya no puedo vivir sin ti. Contigo, quiero ganar contigo, y conseguir que todo el tiempo sea estar junto a ti -Ay, ¿eso no era de una canción? ¿o lo acabo de componer yo misma sin darme ni cuenta? El caso es que aprovecho la flojera de las rodillas para acercarme más y cerrar la puerta con mi espalda-. Menos mal que no me han expulsado, no sé qué haría yo fuera sin ti, Carlos. Y tú tampoco te puedes ir, ¿eh? No me puedo quedar sola en la academia sin ti. 

¿Cuándo le he dado la mano? ¿He sido yo? ¿O ha sido él? No sé, pero su piel me da como un cosquilleo que me hace sonreír con la sonrisa más boba que he puesto nunca. Aprovecho ese pequeño contacto para enredar mis dedos con los suyos. Mis pupilas se pierden en las suyas y durante varios segundos me quedo así en silencio, sólo contemplándolo arrobada. Hasta que tengo que volver a respirar y pestañeo volviendo a mi ser. 

-¿Sabes? Después de la gala 0 vino a verme un tipo del jurado y me dio un regalo. Una llave magnética con la que puedo volver a entrar si me echan de la academia y con la que también puedo sacar a alguien que cante fatal. Y oye, ¿tú ya sabes a quién vas a votar por robachuletones de TeleCirco? Yo había pensado en Vicente, pero no tengo ni idea, la verdad... ¿Tú sabes algo?

Escuché como Aitana canturreaba la canción de El Canto del Loco, aquella chica era perfecta.

Nos acercamos lentamente sin dejar de mirarnos hasta que, sin tener muy claro como, teníamos las manos juntas con los dedos entrelazados.

- Lamento mucho lo del chaval que se fue, pero no pude evitar sentirme aliviado de no escuchar tu nombre. Si te hubieran expulsado... hubiera abandonado mi plaza en esta Academia.

Vivía en un estado extraño, cuando estaba con ella me sentía como si flotara, y cuando estaba con mi compañero practicando la canción o con el resto de concursantes en las zonas comunes, me faltaba algo y me embargaba una sensación de vacío. A cada momento que la veía por los pasillos, notaba dentro de mi un impulso de acercarme a ella, como un imán que no puede separarse de la nevera.

Aunque lo último que me dijo me hizo despertar levemente de ese estado, - ¿un regalo?, ¿has tenido algo que ver con la manipulación de la votación?

Era posible que no hubiera sido ella quien manipulara las votaciones pero el regalo que recibió... claramente tenía la función de desestabilizar el programa. No obstante, todo regalo que la ayudara a ella, me hacía sentir mejor. No sabíamos quien era el manipulador, pero cualquiera podría ser su próximo objetivo, y tener un as en la manga no vendría mal llegado el momento.

- Tenemos que protegernos entre nosotros. Debemos mostrarnos amigables mientras intentamos sacar información. Si alguien tiene que caer, mejor será que caigan ellos a que caigamos nosotros.

Me quedé un rato mirando sus ojos sin decir nada, - Tenemos que tener cuidado, si caes, no me queda nada aquí dentro por lo que luchar. Me importas tú mucho más que la fama y los contratos que me puedan llegar tras este programa.

-Qué va, qué va -niego con la cabeza, pero como no separo mis ojos de los Carlos al final el gesto se queda muy pequeñito-. Yo no he sido, no tengo nada que ver con los de TeleCirco ni con el boicot ni nada. Además mi tarjeta sólo funciona una vez para entrar y otra para salir*. Así que si veo que nos van a expulsar a ti o a mí la usaré para volver a entrar y si alguien se mete con nosotros la puedo usar para sacarlo. 

Me encojo de hombros, cuando me dieron la tarjeta me pareció un poco mal eso de hacer trampas, pero ahora que parece que otros las hacen para romper el programa... Pues no me lo voy a pensar si estamos en peligro uno de los dos. 

-¿Te imaginas que ganásemos los dos juntos el programa? -Mi sonrisa se amplía dejando claro que yo sí que me lo imagino-. Eso sería... Buah... 

Y así me quedo un poquito con cara de tonta, dibujando círculos en el dorso de su mano con el pulgar, hasta que una idea me viene a la cabeza. Si yo haría lo que fuera por salvarlo a él... ¿Él no podría haber amañado las votaciones para salvarme a mí?

-¿Y tú? ¿Tienes algo que ver con lo del boicot? ¿Sabes quiénes son o algo? 

Confiaba en sus palabras, pero en caso de que ella fuera la responsable, me limitaría a apoyarla.

Supuse que ella preguntaría si era el responsable, al fin y al cabo, ella me lo había dicho todo sin necesidad de que la preguntara.

- Yo no he sido el responsable del amaño, pero si hubiera tenido la más mínima opción de hacerlo para salvarte a ti, lo hubiera hecho sin dudar.

No podía desviar mi mirada de sus ojos, era casi hipnótico, esbocé una sonrisa al escuchar el supuesto de que ganaríamos juntos, pero estaba claro que para eso teníamos que tener cuidado y encontrar al responsable del boicot.

- ¿Qué tal la canción que te ha tocado?, ¿has conseguido sacar algo a tu compañera sobre el boicot?

Cuando me dice que sería capaz de amañar un concurso de la tele sólo por mí me palpita el corazón tan fuerte en los oídos que casi no me oigo ni los pensamientos. Me muerdo el labio inferior para contener una sonrisa que se me escapa por las comisuras. Qué mono es, si me sigue mirando así creo que me voy a derretir aquí mismo. 

-Amaia es muy maja y la canción que nos ha tocado es genial. Me gusta muchísimo más que la que me pusieron como nominada, que era un horror -Frunzo la nariz con disgusto para que se entienda lo horrible que ha sido tener que salir por la tele haciendo el ridículo con esa canción infernal-. Pero aún no hemos hablado apenas, se pasa el día haciendo pis. Ya te lo diré si consigo que me cuente algo. ¿Tú crees que puede ser ella la del boicot? Parecía muy enfadada cuando nos robaron los chuletones. 

Me quedo pensando un poco sobre eso y luego mi sonrisa vuelve. ¡Si es que quiero saberlo todo de él!

-¿Y tú qué tal con Juan? ¿Te ha dicho algo? -Me río bajito antes de la siguiente pregunta-. ¿Ha sido capaz de terminar alguna frase?

No pude evitar soltar una sonrisilla cuando dijo que Amaia se pasaba el día haciendo pis. Pero al pensarlo un poco más, es posible que sus constantes viajes al baño fueran para evitar que la hicieran preguntas incómodas en lo referente al amaño. De hecho, ahora mismo Aitana y yo estábamos en los baños, quizá Amaia estuviera por aquí haciendo pis, escuchando nuestra conversación. Miré a los lados, y alejándome un como de la joven fui mirando en detalle los baños, pero no había nadie.

Me volví a acercar a Aitana, - ¿Crees que los viajes al baño pueden ser sospechosos? - respiré hondo intentando tranquilizarme tras el susto de pensar que nos estarían escuchando. - Mi nuevo compañero es... especial. Parece estar confuso por la situación y cabreado por la expulsión de Alex, pero claro, en caso de ser el responsable del amaño, tendría que disimular y diría exactamente lo que dijo, que es lo mismo que decimos todos cuando nos preguntan. Por lo que no creo que nos sirva de mucho. Además, cuesta una barbaridad mantenerse atento a lo que dice, con tanto parón y tantas frases sin terminar.

Me tomé un par de segundos sin hablar, hasta que finalmente, mirando hacia el suelo, - No tengo ni idea de a quién votar, me da la sensación de que todos votaran al tuntún, cualquiera puede ser el que salga de la votación, y me aterra pensar que puedas ser tu... ¿A quién has votado tú?

Siento frío de repente cuando se separa y lo sigo con la mirada mientras revisa los baños. La verdad es que cuando estamos fuera me cuesta una barbaridad no pasarme el rato pegada a él, pero con las cámaras y todo lo que está pasando... mejor que nadie se entere. Cuando vuelve a mi lado lo hace también ese cosquilleo cálido que recorre mi piel al tenerlo cerca. 

-No creo que sus viajes al baño sean para nada malo, porque dice que le parece bien si la acompaño y le sujeto la puerta -voy hablando, sin dejar de mirarlo-. La verdad es que no me parece muy sospechosa, más bien parece que no se entera de nada. Pero a lo mejor me equivoco y disimula muy bien. 

Jo, cuando dice esas cosas así preocupándose por mí se me cae la baba. Subo una mano para colocarle el flequillo. Ya debo estar sonriendo como una boba, luego voy a tener agujetas en las mejillas.

-He votado a Vicente, pero el motivo es una tontería, la verdad... -Me da vergüenza, pero no le quiero ocultar nada-. Es que yo tengo... o tenía... un novio fuera, ¿sabes? Y se llama Vicente. Así que de primeras lo voté porque no me gusta oír su nombre todo el rato aquí dentro y eso. Pero claro, luego se puso a cantar eso franquista y ya pues me dieron más ganas de votarle. Si estamos todos sin saber a quién votar... ¿No te parece que más gente le votará por eso? 

Me coloca el flequillo mientras me habla del tal Vicente, lo cierto es que entendía por qué le quería fuera, debía ser molesto escuchar su nombre dentro de la Casa, y tal vez se sintiera culpable de tenerlo fuera y estar como estábamos nosotros dos aquí dentro.

- No es ninguna tontería, entiendo que te moleste, y además lo de la canción... en fin. La cosa es que si el saboteador fuera medianamente inteligente, no llamaría tanto la atención cantando esas cosas. Lo cierto es que yo he votado a Encarna, me da la sensación de que aunque vaya de no enterarse de nada, se entera de todo. Pero después tengo dudas con Vicente, Amaia, Alfred, Bisbal, Rosa... en fin casi con todos.

La miro un par de segundos y mientras le quito una pequeña pelusilla de su camiseta, - Lo cierto es que es muy pronto para tener las cosas claras. Mientras tu no estés en peligro, yo estoy tranquilo, pero aquí nadie está seguro. De momento tenemos que ir paso a paso. Tratar de conseguir información y disfrutar de estos momentos juntos, que no sabemos cuanto van a durar.

Jo, si es que encima es comprensivo. Mira que yo no quería hablarle de Vicente -el de fuera- por si se sentía incómodo, pero es tan bueno y tan mono... Jo. 

-Ya, yo no entiendo que esté sorda y cante como si nada. Es raro, ¿no? A lo mejor sólo es medio sorda. Y dudas... puf, tengo con casi todos. Es que nadie ha hecho nada muy sospechoso todavía. Pero seguro que alguien termina metiendo la pata si estamos atentos. 

Se me acentúa la sonrisa cuando me quita la pelusa y aprovecho para rodearlo con los brazos. Me siento tan bien desde que sé que él siente lo mismo que yo... Pero eso que ha dicho me pone nerviosa y me separo un poco para mirarlo.

-Oye, pero van a durar, ¿no? -pregunto, con ojitos suplicantes-. Quiero decir, si nos echan seguiremos juntos, ¿verdad? Tú también eres de Barcelona, así que podremos seguir viéndonos. 

Sentí como si el resto del mundo desapareciera cuando me abrazó, duró unos pocos segundos, pero en mi cabeza fue eterno, un eterno momento de felicidad dentro de todo lo que nos rodeaba, incertidumbre, traiciones y amaños.

De golpe noté como se alejaba ligeramente, y se me quedaba mirando, como si hubiera dicho algo inapropiado o algo que la hubiera molestado. Al escucharla me di cuenta del error, había escogido mal las palabras y evidentemente ella había entendido algo que yo no quería decir.

- Perdóname, no quería decir eso. Me refería aquí dentro, al tiempo que podamos disfrutar de estas instalaciones.

Volví a abrazarla, notando como su rostro se apoyaba en mi pecho. Pero al terminar la frase me di cuenta de que había algunas cosas que no tenía demasiado claras. Ella tenía novio fuera de la Academia, y ahora todo era más fácil porque no estaba cerca, pero ¿qué pasaría al salir?. Durante unos minutos me olvidé de la preocupación por los votos y los amaños, en mi cabeza solo existía el miedo de estar viviendo una fantasía, estar viviendo en una burbuja que explotaría al salir del programa. ¿Debería preguntarla?, quizás la respuesta no fuera la que querría escuchar, en cuyo caso me arrepentería de haber preguntado.

- Al salir de aquí muchas cosas cambiarán, volveremos cada uno a nuestra vida, y quizás... no se, al estar lejos de estas paredes... tus prioridades cambien. - a cada palabra que salía de mi boca, rezaba por escucharla decir que no, que nada cambiaría, pero era algo que no dependía de mí, y cada segundo que esperara su respuesta sería un mundo de agonía.

Cuando responde lo abrazo más fuerte y niego con la cabeza contra su pecho. Jo, qué bien huele, me quedaría así para siempre. O al menos hasta la hora de la cena. 

-No van a cambiar -aseguro, totalmente convencida. Y es que nunca me había sentido como ahora, no me entra en la cabeza que pueda ser algo temporal. No, no, no. Esto es de verdad y las cosas de verdad no se esfuman tan fácilmente-. Cuando salgamos dejaré a Vicente y tú y yo podremos salir juntos sin tener que escondernos en los baños. Bueno... si tú quieres, claro. -Que tampoco quiero yo ser una novia chunga y mandona ni nada. 

Dejo que pasen algunos segundos así, sólo disfrutando del momento, pero luego me viene algo a la mente y levanto la mirada buscando sus ojos. Por un instante, al encontrarlos, se me olvida lo que iba a decir y sólo me quedo mirándolo, pero al final reacciono. 

-Oye, ¿y oíste lo que dijo Chenoa? Porque parecía muy convencida y es verdad que ese Agoney está muy callado. Por si acaso le he dicho a Mina que cambio mi voto para él, ¿pero tú qué piensas? ¿Crees que lo habrá visto haciendo el boicot? 

Escuchó sus intenciones en lo referente a Vicente y yo al salir de la Academia, suenan como música en mi cabeza. Es una sensación muy placentera que alguien que te importa te diga exactamente lo que quieres oír, y más en una situación como esta.

- Por supuesto que quiero, ahora mismo no sé que deseo más, si quedarnos juntos aquí disfrutando mientras podamos de esta oportunidad o salir y empezar a vivir sin escondernos de nadie. En este momento, mi mundo gira entorno a ti, ya sea dentro o fuera de estas paredes.

Tras un silencio, Aitana empieza a hablar sobre la votación de Chenoa, - En lo referente a Chenoa... parece que está muy decidida sí, pero ¿quien sabe?, quizá sea cierto y sabe que es él o tal vez es ella y quiere despistar. Pase lo que pase en los próximos días, no hay que quitarle la vista de encima ni a ella ni al Bisbal, que parece que han hecho buenas migas.

Qué cosas más bonitas dice, si es que tiene una boquita preciosa y ya no sé ni qué estaba diciendo yo porque sólo puedo pensar en él. Y entre lo que dice y cómo me mira me derrito del todo y acabo poniéndome un poquito de puntillas para darle un beso de esos de levantar la pierna hacia atrás, como en las películas. Y buah. BUAH. Hasta me olvido de respirar y no lo suelto hasta que no noto que me empiezo a ahogar. 

-Ay, Carlos... -suspiro cuando me separo un poco, intentando hilar algún pensamiento entre todo el algodón de azúcar de mi cabeza-. Tenemos que aprovechar esta oportunidad, que estar aquí es un sueño... Pero cuando salgamos podríamos grabar un disco juntos. 

Buah, esa idea me pone las pilas. Si grabar un disco ya me parece una ilusión inalcanzable, hacerlo con Carlos es... Buah. Pero claro, para eso antes tenemos que encontrar a los ladrones de chuletones para que no nos echen del concurso antes de hacernos famosos. 

-Chenoa no sé, pero Bisbal me da mal rollo. No sé por qué, pero mejor que los tengamos vigilados, sí. Que además cantaron juntos en la otra gala, a lo mejor han hecho algún plan secreto o algo. -Me coloco el flequillo-. Oye, ¿y a ti no te fue a ver nadie de la organización o del jurado? Tienen que haber notado el talento que tienes.

Bisbal... quizá era el concursante que más me llamaba la atención, parecía estar siempre ausente de la realidad, con tonterías e intentando meter mano a cualquiera de las chicas. Y de Chenoa ya, no hacía falta ni hablar, había conseguido echar a una persona, convenciendo a más de uno de cambiar sus votos.

Tenía cierto miedo de lo que pudieran hacer de ahora en adelante, por lo pronto, Chenoa había conseguido confundir a más de uno, incluida Aitana... pero al menos ella, al igual que yo, no fue votada.

- Parece que de momento la gente confía en nosotros y en nuestra inocencia, esperemos que eso siga siendo así. - dije con un tono de preocupación palpable ante una situación que se escapaba a nuestro control.

Acto seguido, me quedé helado durante unos instantes ante la pregunta de Aitana, al fin y al cabo ella me había dicho lo de la llave, estaba en su derecho de saber si yo había recibido algún regalo. ¿Confía en mí o no?, su pregunta podría significar que sospecha de mí, o al menos que sabe que no se lo he contado todo.

- Pues... fue algo un poco extraño. Se me acercó uno de los jueces y me dijo que solo con talento no llegaría lejos en este concurso, que necesitaba darle algo más a la gente. Él creía que la mejor opción sería "poner un poco de pasión en mi vida", así que intenté ser un poco más abierto en determinadas cosas, tal vez por eso cuando te vi... pasó lo que pasó, mis prioridades cambiaron cuando me miraste por primera vez y esbozaste una sonrisa.

Terminé de hablar con un nerviosismo que podría notar cualquiera que me escuchara, me daba miedo que después de mis palabras, pudiera cambiar su opinión sobre mí.