Partida Rol por web

Al volver a recordarle lo de sus ropajes, Sigfried sufrió un pinchazo. Inmediatamente llevó su mano a la parte derecha de su torso, donde le le habían causado las heridas aquellos pobres infelices, que exceptuando el cobarde y Corg, habían caído en la pelea.

Uff

Un suspiro casi mudo salió de sus labios, pero inmediatamente inspiró, cerró su mano cogiendo la ropa que tapaba sus heridas, apretando el puño como medida de escape al escozor. Las heridas eran leves, pero el roce con el tejido de las ropas nobles que llevaba, y el hecho de no haberse curado, le hacía pasarlo un poco mal. Aún así, recuperó disimuladamente la compostura, y continuó escuchando.

Un...¿Sureño? Y una serpiente plateada...

Un hombre que hablaba raro y tenía los cabellos oscuros, todo apuntaba que podía ser del sur, como aquellos comerciantes que comenzaba a haber en estas fechas por la capital. Lo de la serpiente le sonaba. Había visto alguna vez ese emblema por la capital, o eso creía... Pero la verdad, no lo relacionaba con nada.

Bödvar estaba bastante satisfecho con la actuación de los dos hermanos, a pesar de que era evidente que ambos se sentían mucho más a gusto con una espada en la mano que inmersos en diatrabas verbales. Pero parece que por fin se requería de sus conocimientos, pues ninguno de los presentes parecía reconocer el emblema, a pesar de que para él era tan evidente como recordar su propio nombre.

Bueno, al fin y al cabo era de esperar, puesto que el Kennari soy yo.

      Ottar se giró ante la mención de la serpiente, aunque ni Styrbjorn ni Siegfried tenían muy claro por qué, pues a ellos no les terminaba de decir nada concreto... les sonaba vagamente, pero no conseguían asociar si se trataba realmente de la heráldica de algun clan o era otra cosa... Bödvar, no obstante, dió un respingo ante la mención de dicha serpiente... el si sabía mucho sobre ella.

      La cabeza de Bödvar demostró una vez más ser un prodigio en un mundo de incultos y lerdos, pues apenas el prisionero mencionó la serpiente, ya había valorado unos diez posibles clanes o herrmans afamados que podrían ostentar tal símbolo, el cristal rosado despejó cualquier duda en un instante: el clan Kärme, una víbora blanca sobre fondo rosa pálido...

      Le llevó unos instantes de reflexión recordar todo lo que sabía sobre los Kärme y seleccionar la información que le podía resultar relevante. Los Kärme eran un clan casi tan antiguo como los Rothgar, que en el pasado fueron muy poderosos... no obstante, ladinos y traicioneros, siempre favorecieron a los invasores para tratar de sacar tajada, y cuando los Lobrock se alzaron con el poder, el clan Kärme vio su poder e influencia reducidos a una infima parte, por no mencionar la cantidad de tierras perdidas, quedando reducidos a sus tierras originales.

      Las tierras de los Kärme no estaban muy lejos de las de los Rothgar, dominaban el nacimiento de un rio hermano del que bañaba los acantilados de Puntaférrea, pues ambos nacían del mismo gran glaciar... sin embargo, los dominios de los Kärme pertenecían al Legato de Bosque Negro, cuyo Legnar debía lealtad a un Valorg distinto al que servían los Rothgar... el Valorg del Este, Sigor Voalen, ese joven malcriado que se había casado con una extranjera... para colmo, una ortiana.

      La reflexión sobre la ortiana le llevó al extranjero que había descrito el reo: pelo corto, oscuro, ojos castaños... esa descripción podría aplicarse perfectamente a ortianos y vieneses, y según su historia, tenía mucho sentido que un representante de los Kärme fuese acompañado por cualquiera de ellos... la cosa era: ¿Sería el mismisimo Lord Kärme quien dio la orden, o uno de sus hijos o sirvientes?

El respingo de Bödvar hizo que todos los asistentes centrasen su atención en él. Se había dejado llevar por las emociones, aunque solo fuera por un breve instante, por lo que se recompuso rápidamente, y se apoyó en el respaldo de la silla, y comenzó ha hablar lentamente.

Creo que por fin podremos arrojar algo de luz a todo esto. Hay diez clanes distintos que tienen en su emblema una serpiente, pero el cristal rosado lo confirma claramente, se trata sin ninguna duda del clan Kärme. Y aun hay más, por los rasgos que este indeseable describe, el extranjero solo puede ser un ortiano o un vienese, y dado que Sigor Voalen está casado con una ortiana... me atrevo a afirmar que me decantaría por la primera opción.

Podría proporcionar mucha más información, pero Bödvar sabía que ninguno de los de la sala se había quedado indiferente y que todos estaban deseando mostrar su opinión, por lo que decidió no añadir nada más por el momento, y poniéndose la mano en el mentón, observó cómo se desarrollaba la situación.

La mirada de Styrbjorn  saltó del reo al kennari observando la cara de haberse salvado de uno y la de conocer lo relacionado con el emblema del otro. Hasta que Bödvar no habló Styrbjorn no pudo borrar la expresión de saber que le faltaba algo al rompecabezas y no conocerlo, mudando su expresión de la incertidumbre a una clara alegría siniestra, como aquel que descubre a los emboscados entre la maleza antes de que ataquen.

Ciertamente sois un hombre sabio Bödvar, pocos podrían hablar con tanta claridad y certeza sin consultar decenas de libros primero, parece que habéis descubierto al principal culpable de que nos encontremos en esta situación.

Miró al reo, después a Forel y a su padre, para de nuevo mirar a Forel.

Creo que no se requiere la presencia de Corg para continuar la reunión...Forel llevaos al prisionero a las celdas del castillo y ponerle dos guardias de confianza, además tened presente que siempre esté bien vigilado...no quiero que tengamos sorpresas desagradables respecto a él.

      Forel asintió sin mediar palabra, y con un gesto de su mano, sus dos hombres volvieron a tomar al prisionero y los tres abandonaron la sala. Sin duda, alguno de los sirvientes les indicaría el camino. Cuando abandonaron la sala, Ottar se aproximó a su heredero y le puso la mano sobre el hombro.

Lo has echo muy bien, hijo mio - entonces dirigió su mirada a Siegfried - Y tu también, me siento muy orgulloso de ambos.

       Tras esas palabras, tomó asiento en su silla, en la mesa que tenía dispuesta en sus aposentos para las reuniones más secretas. Con una mano les indicó a todos que hicieran lo mismo, y entonces, con expresión preocupada, volvió a hablar, y, aunque se veía que valoraba el consejo de sus hijos, su mirada se detuvo más en sus dos asesores de plena confianza: Bödvar y Kendrick.

Y bien... ¿Qué opinais?

Sigfried escuchó atentamente las palabras del sabio. Se cruzó de brazos y se quedó inmóvil. Al finalizar, tuvo ganas de añadir una cosa, pero en cuanto empezó a hablar su hermano se dio cuenta de que tampoco era tan necesario. Cuando el prisionero se fue, trató de decirlo otra vez, pero ya lo había olvidado. Por ello, olvidó su intento de intervención, y solo se le quedaron unas palabras en su cabeza.

Kärme... Sigor Voalen...

Sigfried se colocó un poco la perilla, pensativo, y también colocó perfectamente su cinturón. Agradecido por las palabras de su padre, hizo una profunda reverencia con la cabeza, y tras el ofrecimiento de tomar asiento, lo aceptó imitándole. Apoyó el codo en el reposabrazos, sujetando la cabeza por la barbilla con la mano, y siguió meditativo y en silencio.

Styrbjorn siguió con la mirada a Forel y el prisionero hasta que abandonaron su campo de visión. Una vez se marcharon pareció que cierta tensión se escapara de Styrbjorn, relajandose éste e incluso sonriendo cuando su padre felicitó a los hermanos por la acción realizada.

Cuando Ottar indicó a los presentes que tomaran asiento Styrbjorn siguió las palabras de su padre y se sentó en la mesa señalada poniendo cuidado de que su espada no se trabase con las patas o los brazos de la silla que ocupaba. Cuando su padre terminó de hablar apenas empezó a abrir la boca para expresar su opinión se dio cuenta de que eran Bödvar y Kendrick los interpelados en esta ocasión por su padre, así rápidamente se contuvo, llevando su mano hasta su boca para taparla y disimular el intento de hablar rozando los labios secos por la charla anterior. Esperaría a hablar a que el kennari y el maestro de armas expresaran su opinión como parecía que su padre quería que fuera.

Justo después de que se sentara Ottar, Bödvar se sentó también en una de las sillas, hecho que sus piernas agradecieron de buen grado. En el corto espacio de tiempo en el que tardaron todos en sentarse, Bödvar intentó ordenar toda la información recibida en su mente, pues sabía que Ottar tendría un especial interés en conocer su opinión. Con la espalda firmemente apoyada en el respaldo y las manos extendidas sobre la mesa, esperó a que Ottar hablara. Sus breves palabras dieron a entender que no se pronunciaría hasta haber escuchado al resto de los miembros, por lo que Bödvar, como kennari del clan, fue el siguiente en hablar.

Aunque con la información de la que disponemos por ahora me resulta muy complicado esclarecer las verdaderas intenciones de Sigor Volen, creo que es evidente que al clan Kärme no le interesa la unión de los Rothgar y los Ëvaste. La pregunta es ¿por qué? evidentemente a ningún clan le gusta que otros clanes obtengan más poder, pero eso no es motivo suficiente para actuar de esta forma, sin duda hay algo más y creo que debemos averiguar de qué se trata con la mayor celeridad posible.

Bödvar hizo una breve pausa, mirando a todos los miembros de la mesa, y prosiguió.

No obstante, cualquier movimiento que hagamos deberá permanecer en el más absoluto secreto. La fecha de la boda se aproxima y considero que el Clan Rothgar debería actuar con la más absoluta normalidad. Pues si este incidente se hiciera público, podría echar por tierra lo que con tanto esfuerzo estamos a punto de conseguir. Con esto no quiero decir que los Kärme tengan que quedar impunes, pero si aconsejo que actuemos con cautela y prudencia hasta que la boda selle la alianza con los Ëvaste.

Kendrick había aguantado callado todo el "suave" interrogatorio, ya que si su señor había decidido que debía ser el heredero quien debía guiarlo él no era nadie para entrometerse. Claro esta que el maestro de armas hubiera optado por un método más directo, ya que al menos así hubieran demostrado a Forel que ocurría con los que osaban atacar o traicionar a un Rothgar.

Mi señor, yo a diferencia de Bödvar, no podría entender cual pudiera ser el problema con Sigor Volen, su esposa o con el clan Kärme. Pero si puedo decir que no dejaría impune un ataque a uno de los miembros mas importantes de la familia principal.

Su sangre de guerrero hervía por la ofensa.

Bödvar, que pensaba escuchar pacientemente lo que todo el mundo tenía que decir, quedó tan contrariado al escuchar a Kendrick, que se vió obligado a intervenir.

¿Qué ganas, Kendrick, dándole a tu enemigo lo que busca? ¿Acaso no eres consciente de que eso es exactamente lo que ellos quieren que hagamos? Y si es lo que ellos esperan... es evidente que forma parte de sus planes, sean cuáles sean, y que tienen previsto actuar en consecuencia.

Intentaba hablar de una forma calmada, propia de aquellas personas que lo analizan todo con la frialdad de la razón. Sin embargo, su voz denotaba una profunda irritación. Bödvar no estaba acostumbrado a que sus argumentos fueran puestos en duda. Tras una ínfima pausa, que le dió el tiempo suficiente para eliminar cualquier muestra de crispación, Bödvar prosiguió.

¿Por qué ir derechos a la trampa, pudiendo atrapar al cazador? Te conformas con poco, mi buen Kendrick. Confío en que el resto de los miembros de este consejo apunten más alto, y no tiren por tierra todo lo que este clan va a conseguir, por una batalla de la que podríamos no salir airosos.

En cuanto a la venganza, llegará... dalo por hecho que llegará.

Kendrick se tomo las palabras de Bödvar con calma, realmente el no habia dado ninguna idea de lo que hacer. No le sentaban muy bien las criticas y por tanto se tranquilizó antes de responder.

Creo, Bödvar, que he dicho que no puedo entender cual es su problema, y por tanto no digo lo que hay que hacer. No hablo de presentar a todas nuestras tropas en la puerta de su castillo y llamar a la puerta. Me refiero a que no habría que dejarlo impune. Si mi pensamiento fuera que la guerra es lo apropiado no te preocupes que lo habria dicho tal cual, no soy de la clase de persona que se deja información entre las palabras, eso amigo mio, es trabajo de otros. Solo he dado mi opinion, que creo que es lo que se espera de mi, y recuerda que no solo tu te preocupas por la seguridad de nuestro clan y de nuestras tierras, Kennari.

Kendrick se sabia un gran guerrero, y no eran para el estas intrigas, pero no iba a dejar que nadie le hiciera quedar como un estupido.

Mi señor, si bién preparar al ejercito no seria un buen movimiento, si seria importante asignar a alguno de nuestros hombres mas experimentado a acompañar a cada miembro de nuestro clan, en caso de Sigfried, tal vez deba volver con "un sirviente más".

Kendrick matizó la palabra sirviente, para dejar claro que no se referia a un sirviente normal.

      Ottar había escuchado a sus dos consejeros con atención, y no pudo evitar sonreir ante el malentendido que se había dado, como muchas otras veces, entre ambos... Era inevitable, esas son las cosas que pasan cuando juntas a un impulsivo militar y un sesudo kennari.

Bien, bien... calma, no estais diciendo cosas distintas, y ambos teneis razón. Los Kärme no pueden quedar impunes en modo alguno, pero pospondremos nuestra venganza hasta después del enlace de mi hijo con Astrid Eväste... Sobre tu sugerencia de poner un escolta a mi hijo Siegfried, Kendrick... creo que el no lo aceptaría, pero no debemos adelantar acontecimientos... aun le tendremos unos dias más con nosotros.

      Se incorporó mientras hablamos, y cuando dijo las ultimas palabras lo hizo cogiendo a su hijo menor por los hombros y apretandolos fuertemente, de forma afectuosa... finalmente, retiró las manos para dar una fuerte palmada, poniendo fin a la reunión.

Bien, entonces, todos largo de aqui... tenemos muchas cosas que preparar, la ceremonia está a la vuelta de la esquina.

Sigfried escuchó atentamente, mientras jugueteaba con su perilla. La opinión de Kendrick le parecía bastante lógica, aunque eso no era extraño, ya que siempre había tenido bastante afinidad con las ideas y los pensamientos de Kendrick. Pero era evidente, que, también como siempre, las opiniones del sabio tenían mucha más consistencia, ya que tenía un punto de vista más amplio, y no solo se fijaba en el presente inmediato. Cada vez que uno de los dos sugería algo, su mano dejaba de mesarle la perilla, y se quedaba quieta, como una estatua, como si ella también estuviese escuchando atentamente. Cuando esto pasaba, el menor de los Rothgar asentía, excepto cuando Kendrick sugirió lo de la escolta. Entonces Sigfried frunció el entrecejo.

En ese momento iba a protestar, pero su padre se dio cuenta, y en seguida trató de calmarle. Cuando Ottar les echó, su hijo pidió la palabra para terminar, y dijo:

Sería todo un honor, la verdad, que alguien pudiese escoltarme, pero no lo creo conveniente. He madurado, y a pesar de todo lo que me enseñaste, también he mejorado notablemente, o eso creo. Tal vez una buena solución sería ir mejor equipado, y no confiarme tanto, como hice cuando me atacaron, ya que solo iba con mi daga. Es evidente que el hacha de la guardia teutógena intimida más que una daga, y estoy seguro que si me hubiesen visto con tal hacha, se hubieran acobardado antes de atacarnos, pero bueno... Ahora estoy en casa, y de momento eso puede pasar. Pero bueno, disculpe, padre, por alargar más la conversación.

Sigfried hizo una reverencia a su padre, y se marchó, poniéndose a la altura de Strybjorn.

Hermano, ¿nos tomamos algo?

A Kendrick seguía sin parecerle lógico que Sigfried no quisiera tener a un soldado entrenado por el cuidando su espalda, pero tras haber hablado Ottar, el debía callar.

No le gustaba lo que estaba ocurriendo, y no sabia como mostrar su preocupación, así que decidió que era la hora de preparar a las tropas para pasar revista, asignar puesto para las diversas festividades venideras, y empezar a organizar los terrenos donde se batirían los guerreros y, o dispararían los arqueros. En general hacer su trabajo.

Mi señor, también yo me retiro, si mis ojos no vigilan a los guardias de vez en cuando les puede la vagueria, y por lo que acontece no es momento de descansar.

Sin más dilación hizo una pequeña reverencia a la asamblea y salio, por la puerta rápidamente.

Bödvar tenía muchas cosas que hacer, por lo que se levantó y corrió a ultimar los preparativos de la boda, confiando en que no tardara mucho en llegar "cierta carta", que le permitiría a Bödvar fijar de una vez los torneos preparados para el evento.

Mientras andaba por los pasillos, encontró a un grupo de sirvientes, que no tuvieron más remedio que dejar a un lado sus quehaceres para ponerse a las órdenes de Bödvar.

Tal vez si acabo pronto con los preparativos de la boda podría dedicarle un rato más de tiempo a mi investigación... aunque creo que de momento no podría hacer nada, por desgracia creo que tendré que posponerla definitivamente hasta que acabe el enlace.

La situación era casi cómica, con el Kennari avanzando con paso lento, pero firme, rodeado de diligentes sirvientes que iban y venían de un lado para otro.

Creo que si puedo iniciaré alguna investigación más sencilla, algo de alquimia siempre viene bien para relajar la mente y alejarse de todo esto, claro está, si consigo tenerlo todo preparado ante de tiempo.

Styrbjorn escuchó con tranquilidad a los reunidos alrededor de la mesa de su padre y pareció no tener nada que agregar a las  últimas palabras que surgieron de los labios de los miembros del consejo, asemejaba tener las mismas opiniones que su padre. 

Cuando su hermano se acercó a la silla en la que estaba el sentado y escuchó su propuesta su cara se tornó en felicidad repentina, en verdad parecía estar cansado del día y los entresijos en el desvelados respecto a los clanes y el mal que querían a los Rothgar.

Me encantará vaciar unas cuantas jarras contigo hermano.

Tras levantarse y realizar una pequeña inclinación de cabeza hacia su padre a modo de respeto dijo:

Si me perdonáis el aceptar vuestra orden de abandonar la sala creo que iré a vaciar algún barril con Sigfried- en un tono bastante jovial y familiar, propio del momento de descanso que todos podrían tener ahora, antes de que llegaran los Ëvaste.

Acto seguido se encaminó junto con su hermano hacia la puerta, camino de regar su garganta con el ansiado jugo ámbar que tanto gustaba degustar en sus ratos libres al heredero.

      Los dias pasaron, con todos ocupados en sus distintas tareas y, en general, con el festival de primavera y el futuro enlace. Bödvar en particular se mostró especialmente ocupado desde que le llegase un mensaje acompañado de un pequeño cofre, aunque encontró la ayuda de alguien inesperado: Lilith, que se mostraba especialmente entusiasta con la boda y querí ayudar en todo lo posible.

      Así, llegó el esperado dia del enlace. Desde la noche anterior habían comenzado a llegar las delegaciones de los clanes vecinos: los Bordagh de Castañar, con la ardilla roja ondeando sobre un fondo verde, fueron los primeros en llegar, pero no tardaron en seguirles los Koler, con la piraña azul celeste sobre fondo blanco, los Narmig, con el ciervo... y otros varios. Los sirvientes se encargaron de instalarles a todos lo más comodamente posible, por suerte, el castillo era lo bastante grande para poder albergar a los señores en habitaciones suficientemente comodas y a sus escoltas en el interior de las murallas o la aldea.