Partida Rol por web

- ¡ Eso es ! ¡ Ataca ! ¡ Muerde ! - Cleon gritaba de alegría al ver que el can reaccionaba como él pensaba que lo iba a hacer. Cuando lo encontró en la cocina le vio espíritu de lucha. Ese animal era un cazador, como él, y solo tenía que conseguir sacarle el instinto dormido de tanto tiempo lejos de los campos.

Por su parte, tomó dos flechas en vez de una y las montó simultáneamente sobre el arco. Sus disparos eran buenos, pero no hacía mucho daño, ahora con dos flechas esperaba mejorar eso.

Cleon demostró que su puntería era algo a tener en cuenta, más cuando utilizó dos flechas en un mismo disparo y ambas se incrustaron en su objetivo. El demonio que ya había sido muy castigado hasta el momento, tanto por Edzard como por el propio cazador gimió de dolor al ser atravesado su brazo izquierdo por una de las flechas y al incrustarse la segundas junto a su clavícula. El cazador apretó el puño en señal de victoria, pues sabía que aquellas heridas acabarían por dar muerte a aquel ser. Sólo esperaba que su perro acabara de rematar la jugada.

Lo cierto fue que aquel animal ladró enseñó los dientes amenazando al demonio sin ojos y finalmente lanzó una dentellada al aire que lejos de acertar en la diana al menos provocó el despiste necesario para que Markku, quien se había movido de forma rápida desenfundado la espada corta que Edzard llevaba al cinto, aprovechara la ocasión ensartando desde atrás a su enemigo. El demonio aulló de nuevo y calló al suelo agonizante. Se habían librado del primero de sus enemigos, pero aún quedaba un segundo.

No obstante, allí estaba Edzard demostrando todos sus años como combatiente. Esgrimía con pasión y destreza su espada larga y en dos rápidos movimientos consiguió que el demonio que aún quedaba en pie sufriera dos aparatosos cortes en el brazo del arma y el hombro. Edzard se sentía eufórico y espoleado por la adrenalina no veía el momento de echarse atrás aun sabiendo que sus heridas eran bastante serias.

El demonio se sabía perdido ante la furia de Edzard quien parecí haberse convertido en un bárbaro del norte cargado de furia asesina. Aquel ser miró con sus cuencas vacías de oscuridad en todas direcciones encontrando enemigos sedientos se sangre por doquier, aún así no se retiró. No obstante era el momento en que Lope debía demostrar de una vez por todas a que había acudido a aquel plano y hacer gala dela reputación que se ganó en la Villa de Vilerres donde llegó a ser un importante miembro de la guardia gracias a sus dotes de combate y a su astucia de zorro.

El batidor vió como el demonio caia al suelo, con una mezcla de alivio y de rabia por su inutil actuación, procedió a acercarse al ser que no cedia terreno, pasó junto a él, evitando los ataques gracias a sus dotes marciales, se colocó detrás del demonio y le golpeó lo mas fuerte que pudo, fruto de la rabia, el odio, la desesperación y el mas profundo deseo de destruir a ese ser vil y que no merecia existir.

-Maldito ser, Cae! Cae como ha caido tu amigo!!!

Aquel demonio atacó a Edzard a la desesperada. El ser de oscuridad descargó un nuevo ataque sobre Edzard pero de otra vez aquel veterano supo esquivarlo con maestría. Se veía rodeado y perdido, eso se deducía del nerviosismo que mostraba. Parecía dubitativo y dio un paso atrás justo después de atacar. Fue en ese preciso instante cuando Lope se situó a su espalda impidiendo cualquier posibilidad de huida y en esta ocasión si logró asestar un buen golpe al demonio.

El demonio oscuro miró en la dirección en la que se encontraba su malherido compañero. Al verlo tirado en el suelo y sin que reaccionara apretó sus fauces y acto seguido lanzó un agudo chillido que sin duda sería perceptible a varios kilómetros a la redonda. Posiblemente se trataba de una señal de alarma. Podía ser que estuviera convocando a otras de aquellas bestias que se encontraban en los alrededores.

- ¡Hay que acabar con él! - Gritó Markku desesperado. - ¡Está avisando a los suyos!

Cleon por un instante pensó en apuntar a la garganta del demonio, pero al final decidió lanzar de nuevo un par de flechas a su enemigo, esperando que hicieran el daño suficiente como para que dejara de gritar. Por su parte el perro seguía enganchado al combate intentando morder de nuevo a la bestia.

Cleon se preocupaba... dos eran muy complicados, si vinieran más estaban perdidos. No quería mirar a su amigo Samian, pero se esperaba lo peor.

La euforia de Cleon duró muy poco, pues aunque llevaba algunos disparos dando en el blanco, en esta ocasión fallo desperdiciando dos buenas flechas. Su fiel compañero por su lado tampoco acerto a hincar sus colmillos en la carne de aquel ser. Aún no había probado su sabor aunque sin saberlo le había sido útil a Edzard ayudandole a que la atención de aquel ser no sólo se centrará sobre su persona.

Markku dudó un instante entre retirarse y seguir combatiendo. Su vida pendía se un hilo y lo sabía. Aunque había tomado una poción que había sanado alguna de sus heridas casi al instante devolviendole parte de su vitalidad, sabía que un solo ataque de aquel monstruo oscuro bastaría para arrabatarle la vida. Miró a Edzard y supo que debía hacer. Respetaba a aqyel hombre como a su propio padre. No le dejaría en la estacada.

Markku lanzó un ataque bajo sobre au enemigo con la espada corta que había tomado prestada al mismo Ed. No obstante, no era su arma predilecta y aunque había acertado con su primer ataque no así lo hizo en aquella ocasión.

Era el turno de Edzard que aprovechando la guardia baja de su adversario tras detener el filo de Markku, lanzo un ataque al cuello. No falló pero tampoco cortó la garganta de su enemigo como era su intención. En canbio cortó en el hombro del demobio que no dejó de chillar en momento alguno. Edzard trató de asestar una segunda estocada, pero el demonio en esta oportunidad si estuvo atento para esquivar el golpe y con un rápido movimiento ensartó a Edzard atravesando au muslo con aquella lanza gélida.

Edzard gritó dolorido y cayó de rodillas. Su vista se nubló por un instante creyendo que perdería la conciencia en el momento justo en que el filo helado salió del interior de su carne y volvió a estar a disposición de su amo.

Llegaba el momento de Loperick. De su acierto o fallo dependían muchas cosas, entre otras la vida de Edzard o Markku, pues no resistirían una nueva estocada de su enemigo. Su guardia estaba superada y fatigados nada o muy poco podrían hacer para defenderse.

D2 22 PG: -37

Loperick 18 PG: Entero

D1 16 PG Totales: -5

Cleon 10 PG: Entero

Perro 10 PG: entero

Markku 9 PG: 2

Edzard 5 PG: 5

Lope tu turno!

Lope hizo varios movimientos intentando encontrar el mejor punto para acabar con aquel ser, golpenadole con su hacha lo mas fuerte que pudo.

-Muere!

Esta vez en vez de lanzar dos flechas, Cleon hizo dos disparos de forma bastante rápida a la vez que el perro seguía intentando dar una dentellada a la bestia.

La primera flecha lanzada por Cleon atravesó el cuello del demonio. La sangre manaba a borbotones y aquel agudo chillido cesó de golpe. En cambio aquel ser empezó a emitir un sonido ahogado en los estertores de su vida. El demonio se llevó la mano torpe al cuello y por un instante pareció sopesar si arrancar la flecha de su cuello o no hacerlo y finalmente optó por lo segundo.

Ese momento de duda fue aprovechado por el cazador para cargar una nueva flecha en su arco, apuntar y disparar. No obstante y pese al blanco fácil, aquella segunda flecha salió muy desviada.

Por su parte el animal que Cleon había adoptado como su compañero animal intentó de nuevo incar el diente aunque por desgracia para él y su amo, el resultado fue el mismo que en ocasiones anteriores. Las fauces del can agarraron la pierna de su presa, pero su gruesa armadura salvaguardó su integridad.

Markku también vio la oportunidad de acabar con el demonio de una vez por todas. Empuñando con firmeza la espada corta embistió hacia el demonio tratando de atravesar su dura piel y su robusta armadura, pero su golpe no fue todo lo certero wue requería y no causó daño alguno a su adversario.

Edzard estaba cansado de aquella lucha. Asió con ambas manos su espada larga y lanzó un golpe dirigido al estómago del ser y este de forma asombrosa interpuso su lanza.

-¡Vuelve al infierno del que has salido! - Gritó Edzard mirando por un segundo a las cuencas vacías de aquel monstruo.

Fue entonces cuando descargó un fuerte golpe hacia el cuello del oscuro demonio. Éste trató de desviarlo de nuevo con su lanza pero aunque logró interponerla en la trayectoria de la espada de Edzard, la fuerza y la rabia superaron su guardia.

La cabeza del demonio quedó cercenada al instante. Voló varios metros hasta caer por el pozo que tenían a escasos pasos. El cuerpo sin vida del demonio se desplomó y fue en ese momento cuando todos recordarob a Samiam. Era tarde, no respiraba, nada podían hacer ya pir él. Había muerto.

El batidor estaba aliviado, aquel ser por fin estaba muerto, se acercó al primero de ellos y para evitarse sustos procedió a seccionarle tambien la cabeza para asegurarse lo mas posible que no volviera a levantarse; acto seguido comprobó como el pobre Samiam había encontrado su final, por lo que deberian rezar despues por él. Lo primero era buscar la mayor información posible sobre aquellos seres, recoger lo mas útil de sus compañeros caidos y buscar a Khorvin, si es que seguia vivo. De pasada el batidor optó por darle un toque de barita curadora a sus compañeros heridos para que no estuviesen tan maltrechos.

-Buscad en los cuerpos a ver si tienen algo que indique su procedencia y si tienen algo de valor para nuestra expedición lo necesitamos mas nosotros que ellos.

Mientras Lope buscaba en los cuerpos, Cleon abrazó a su nuevo compañero.

- Has hecho bien y te has comportado. Necesitas un nombre... Arvak fue mi anterior lobo y según la leyenda, Alsvid es su compañero. Ese será tu nombre a partir de ahora.

El can miraba confundido a su amo, pero apreciaba la muestra de cariño moviendo su rabo.

- Mientras examinas a esos seres, Alsvid y yo permaneceremos de guardia, no me han gustado nada todos los gritos de esa criatura. - entonces cayó en la cuenta de que Samian no iba ya a levantarse. - Ha sido un gran compañero y ha tenido un final honroso, en cuanto acabes daremos una buena sepultura a su cuerpo.

Mientras iniciaba su guardia vigilando los alrededores, recuperaba tantas flechas como podía encontrar en buen estado de las que había disparado.

Tras la muerte de aquel segundo demonio el silencio volvió a reinar por doquier. Tanto Cleon como Lope decidieron comprobar a su manera si la amenaza que se cernía sobre ellos tras los gritos desesperados del ser oscuro era real o no. Durante unos momentos comprobaron toda la zona a través de sus sentidos, pero nada parecía acecharles, nada ni nadie parecía vigilarles desde la espesura del pantano. Cleon decidió no obstante dar una vuelta por los alrededores, no se fiaba de aquellos seres ni de aquel lugar y lo hacía con razón.

Edzard y Markku agradecieron las curas de aquella varita mágica. Cuatro descargas fueron suficientes como para que recuperaran las fuerzas necesarias para seguir adelante. Acto seguido tanto uno como el otro se encaminaron a velar el cuerpo sin vida de aquel monje que durante tanto tiempo fue torturado y que no dudó en regresar al mundo donde había pasado tantos suplicios en pos del bienestar de otros.

El batidor decidió entonces ir a comprobar la identidad de aquel perseguido que había muerto frente a sus ojos. Sin embargo, una vez estuvo en el lugar donde estaba convencido que debían reposar sus restos no vio nada. Tan solo tierra aplastada y algo de sangre que manchaba las malas hierbas del pantano. Confundido alzó la mirada encontrándose con la de Edzard y con un mero gesto le preguntó acerca del motivo de su confusión.

- ¿Qué sucede Lope? - Preguntó Edzard.

- El muerto. - Señaló bajo sus pies, donde debería hallarse el cadáver, pero al ver como Markku y Ed se miraban extrañados intentó dar algo más de luz al asunto. - El joven que perseguían estos seres...

- Lope... - Markku se acercó hasta el batidor. - ...tan solo me perseguían a mi. No hay ningún muerto salvo los demonios y bueno... el pobre Samiam.

Aquello no convencía para nada al batidor. Él estaba convencido de que había visto morir a alguien que estaba siendo perseguido por los demonios. Estaba convencido de que no era a Markku a quien seguían los demonios, no solo a él al menos. Quizás el cansancio y el entorno le estaban jugando una mala pasada, pero en el fondo Lope estaba convencido de que había visto morir a alguien y que su cuerpo sin vida no estaba ya donde debería.

- ¿Y Khorvin? - Preguntó de pronto Loperick.

- Traspasamos juntos el umbral del portal. - Respondió Markku. - Caminamos un tiempo juntos y luego... nos fuimos separando paulatinamente. - Markku negó con la cabeza. - Por mucho que lo intentáramos no podíamos acercarnos. Llegó un momento en que le perdí de vista y bueno... no se donde está.

- ¿Dónde encontrarse a los demonios? - Preguntó entonces Edzard.

- Sentía que me seguían y empece a caminar más rápido buscando un refugio. - Empezó Markku a narrar su historia. - De pronto me vi desprovisto de equipo y corriendo para salvar mi vida. Estaba herido y cubierto de sangre. Grité, me alcanzaron y sentí el frío gélido de esas cosas. - Señaló una de las armas de los seres oscuros. - Perdí por un momento la consciencia. Nada más se...

Loperick empezó a rebuscar en los cadáveres. Los seres oscuros portaban unas extrañas armaduras. No estaban hechas de metal, ni de cuero, ni de ningún material conocido. Se trataba de una especie de exoesqueleto biológico adherido al cuerpo mediante una viscosa sustancia pegajosa. El solo hecho de percibir aquello le causó cierta repulsa, no obstante la curiosidad provocó que tratara de quitar la armadura que cubría el cuerpo de aquel ser. Por mucho que lo intentó parecía algo imposible. Con toda certeza aquella armadura formaba parte del cuerpo de sus enemigos y solo cortando podría arrancar alguna de las piezas que la conformaba.

Poco más portaban aquellos seres salvo sus extrañas lanzas. Unas armas pesadas y aparentemente difíciles de utilizar para aquellos que no habían entrenado con ellas. Sin duda eran poderosas armas en manos del guerrero adecuado, pero no tanto en las de alguien ajeno a su modo de uso.

Por su parte una vez Edzard y Markku hubieron rezado sus oraciones dirigidas al alma de Samiam, accedieron al registro que Lope hizo de sus pertenencias. A parte de las provisiones, que sin duda y dado el páramo en el que se encontraban les serían de gran utilidad, el batidor se hizo con un amuleto, un anillo, unos guanteletes y unos brazales que tenían la apariencia de ser poderosos o mágicos. 

Lope empezó a repartir las pertenencias mas importantes de su compañero caido antes de enterrarlo, seria una especie de tributo en su honor llevar sus objetos.

Optó por quedarse el anillo, entregó el amuleto a Cleon, los guanteletes a Markku y los brazales a Edzard, Os parece bien compañeros? desconozco lo que hacen, alguien conocia a Samiam y sus objetos?

Tras enterrar a su compañero caido, Lope Clavó las lanzas de aquellos seres a modo de monumento en su honor, los seres descabezados quedaban tumbados en el lugar en el que perecieron, a la espera que algun ser hambriento diera cuenta de sus cuerpos.

-Creo que lo mas viable es seguir el rastro de Markku hasta donde se separó de Khorvin, con suerte podremos encontrar su rastro y continuar la mision los 5,... 6 (dijo Lope mirando al perro que movia su cola). 

Tras esto, Lope dio un trago de cerveza de su jarra magica, pasandosela a sus compañeros, quienes seguramente agradecerian un poco de alcohol en su gaznate, tras esto, sacó unas raciones de su bolsita magica y juntamente con parte de las raciones de Samiam, dieron un pequeño y rapido refrigerio antes de empezar a caminar.

-Conviene alternar mis raciones magicas con las que hemos traido, a la larga solo quedarán de estas, por lo que conviene estirar lo mas posible la carne seca,... no sabemos hasta cuando podremos dar un bocado decente de nuevo.

Cleon tomó el amuleto como un recuerdo de su amigo. No sabía cómo se sentía. En el periodo de cautiverio se había hecho más duro y había pensado que Samian ya había muerto. Se llevó una gran alegría al comprobar que no estaba muerto, pero ver su cuerpo inconsciente tantos días también le hizo perder de nuevo la esperanza. Este vez sí era la definitiva, pero Cleon ya había hecho duelo por su amigo y, gracias a ello, pudo mantener la compostura.

Tomo el amuleto en su mano. "Espero que por fin encuentres la paz que tanto buscabas". Apenas un susurro en su memoria.

- De acuerdo en todo, - convino con Lope - pero estamos muy cansados y conviene reponer fuerzas. Hay que buscar algún refugio o algo que ofrezca la suficiente protección para poder descansar en este infierno.

Edzard aceptó los brazaletes que Lope le entregó y se los colocó en silencio tratado de ser respetuoso con el fallecido. Markku hizo lo mismo al colocarse los guanteletes que el batidor había seleccionado para él. Una vez enterraron el cuerpo sin vida de Samiam y abandonaron los cuerpos de aquellos dos demonios a su suerte. Comenzaron a buscar un lugar donde descansar sin peligro, aunque eso segundo parecía más bien imposible.

- ¡No creo ni que las bestias carroñeras de este mundo se alimentes con los cuerpos de éstos condenados! - Dijo Edzard mirando a los monstruos que habían acabado con el monje.

- Hieden a azufre. - Añadió Markku. - Sin duda son demonios salidos del Gran Abismo.

- ¿Dónde está Khorvin, Markku? - Preguntó por fin Edzard.

- Nos separamos durante el viaje a través de los planos. - Respondió Markku. - Al llegar hasta este yermo ya no volví a verle.

- Entonces, es posible que siga vivo. - Concluyo Edzard. - ¿Qué pasó después?

- Por suerte la sangre que me cubre de arriba abajo no es mía. - Dijo el guardia señalando de arriba abajo su cuerpo. Sus ropas así como sus brazos, cara y pelo estaban totalmente ensangrentados. - Esos dos seres empezaron a perseguirme y caí en un profundo pozo de sangre. Al salir había perdido mis armas y tuve que salir huyendo desarmado. Por suerte para mi, me escuchasteis y es ahora Samiam quien reposa sin vida y no yo. - Dijo eso último apesadumbrado.

Siguieron caminando durante largo rato. Pese a que contaban con un experimentado batidor y un explorador no encontraban un solo lugar en aquella tierra que les diera las garantías mínimas para poder descansar con seguridad. Por ello continuaron su camino hasta que dos de aquellos soles rojizos se alzaron en el cielo y se escondieron por el horizonte distorsionado de aquel plano de locura. Fue entonces, cuando agotados y somnolientos decidieron acampar allí mismo y abandonarse a su suerte, pues de seguir avanzando por aquel pantano con aquella interminable oscuridad reinante, pronto serían de nuevo presa de las alimañas que allí moraban y de no tener plenas facultades físicas, sin duda sucumbirían ante los peligros que les acechaban.

La providencia quiso que nada perturbara su descanso. Aquella noche les pareció la más larga y oscura de todas las anteriores que habían vivido hasta el momento. Era evidente que las horas en que aquel sol rojizo convivía con el orbe oscuro que con su oscuridad abarcaba todo lo que su vista podía alcanzar, eran muy escasas. Pero el amanecer del tercer día tras el encuentro con aquellos seres fue tan corto como un suspiro. El sol naciente surgió por el este o al menos por lo que dedujeron que era el este, y se escondió en por el oeste tan solo unos segundos después.

Sin embargo, el anochecer les regaló con un inesperado destello luminoso, una explosión de luz que casi les cegó. Aquel destello no sólo iluminó el plano entero, sino que les mostró que su relieve no era únicamente aquel interminable pantano que no habían dejado en ningún momento desde llegaron a éste. Hacia el noroeste se elevaba una gran montaña bañados desde su cima hacia sus pies por unos extraños ríos mostaza. De ésta parecían emanar unos vapores amarillentos que se elevaban hacia el cielo. Hacia el noreste y haciendo frontera con aquel terreno dominado por la vaporosa montaña se encontraba una zona con otro relieve muy distinto al del pantano. Se trataba de una zona plagada de colinas de color rojizo que se extendían como un desierto sin fin hasta donde alcanzaba su vista.

Por desgracia aquella luminosidad cesó tan rápido como apareció volviendo a cegarles con aquella oscuridad antinatural. Por mucho que intentaron volver a avistar aquellos dos nuevos terrenos que segundos antes tuvieron ante sus ojos, tan solo pudieron ver pantano. Allí donde se les reveló la montaña, sólo había terreno de cenagal y allí donde se hallaban las colinas de tierra rojiza, sólo podían ver pantano. Era cierto que tanto las colinas como la montaña aún se encontraban a muchas distancia de donde se encontraban. Una distancia incalculable, pues en aquel mundo unos metros podían tardar horas en ser recorridos y unos kilómetros tan solo minutos, pero era evidente para todos lo que la luz les había mostrado segundos atrás, realmente estaba allí, aunque ahora aquella oscuridad pareciera que tan solo les dejaba ver lo que su oscura voluntad quería que vieran.

Sin duda este mundo no guarda ningun tipo de norma con respecto a nuestro plano, si no supieramos donde estamos, seguramente nos hubieramos vuelto locos. Empiezo a entender lo que nuestros amigos han sufrido tanto tiempo en completa ignorancia.

-No se si son espejismos o si es esta oscuridad la que es un espejismo, pero voto por dirigirnos hacia esas montañas tan extravagantes, todo con tal de ir a algun sitio que no sea este cenagal infernal. Dijo el batidor dando unos sorbos de ese vino aguado mágico al que le habia cogido el gusto.

El destello había durado demasiado poco como para apreciar la distancia hasta las montañas, pero Cleon intentó, al menos, establecer una dirección hacia ellas.

- Cualquier cosa será mejor que este pantano, pero recordemos que nuestra misión es rescatar las almas de aquellos que están en esta tierra y evitar la forja de un ejercito. Hay que estar atento a cualquier pista que nos pueda llevar hacia ellos.

Cleon señaló hacia donde pensaba que estaban las montañas.

- Juraría que es por aquí... vamos.