Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 3: Una profunda verdad

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20/12/2016, 13:59
Aitor Zumalacárregui

-Puedo gestionar un alquiler de alguna pequeña discoteca o karaoke en horario de tarde, si queréis -dijo el joven genio, levantando ligeramente su tablet (que ya estaba entre sus manos) como indicación de cómo lo haría- no creo que salga demasiado caro, puedo pagarlo yo mismo.

Un local alquilado en exclusiva les permitiría ciera intimidad que sin duda ayudaría con el tema de que vieran o no a Salara. Por otro lado, resultaba curioso que fuera precisamente Rudy el que dijera algo así, el mundo ya se había acostumbrado a ver cosas asombrosas, como gente que tiraba rayos por los ojos o reventaba el asfalto de un puñetazo. Lo de los alienígenas tampoco era tan excepcional, en especial si eran de ese tamaño y con esa actitud...

Aitor, aunque permanecía con su habitual cara de palo, falto de emoción ni tan siquiera en su tono, estaba resultando bastante colaborativo. Puede que la idea no le apasionase, pero estaba claro que no se posicionaba en contra. De haber sido así lo habría dejado bien claro.

-No se me da bien bailar, la verdad, pero puedo poner las canciones que os gusten.

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20/12/2016, 14:07
Sara Carrión

La joven también se preguntó si Salara podría ocultar su apariencia. No sería la primera que tendría esa facultad. Al mirar el movimiento de Rudy ella sonrió.

- La cumbia colombiana tiene que ser divertida. Pero sí, mejor un karaoke entonces, ¿verdad?

No había ido nunca a ninguna de esos lugares y dado que le gustaba la cultura japonesa le pareció interesante ir a ver qué tal era. Seguramente sería un poco ridículo pero lo importante era simplemente que no hubiera ninguna grabación. Una cosa era hacer el tonto con los amigos y otra que saliera al público. Ella no estaba por la labor de permitir eso.

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21/12/2016, 10:53
Salara

Salara dio palmaditas de nuevo cuando Rudy sugirió lo del karaoke.

[color=#9A2EFE]~ ¡Sí, sí! ¡Me encanta![/color]

Luego se puso a reír cuando el colombiano hizo referencia a su aspecto.

[color=#9A2EFE]~ Soy telépata, Rudy. Puedo hacer que la gente me vea como yo quiera.[/color]

Dicho aquello, algunos esperaron que la extraterrestre hiciese una demostración de lo que decía. Sin embargo, no lo hizo. Se levantó de la mesa de un saltito.

[color=#9A2EFE]~ Eso estaría bien, Aitor, si preferís que tengamos algo más de intimidad ~[/color] asintió con la cabeza mientras respondía al ofrecimiento del genio [color=#9A2EFE]~. Mi idea inicial era algo parecida. Así que cantaremos y bailaremos todos juntos ~[/color] sentenció finalmente.

César se removió un poco en su asiento, ¿inquieto?

Marina daba saltitos, también emocionada.

[color=#9A2EFE]~ Cuento contigo para conseguir el local ~[/color] se dirigió a Aitor, aunque todos pudieron oírlo.

Sonrió y ladeó la cabeza.

[color=#9A2EFE]~ Yo me encargo del equipo y del transporte.[/color]

En ese momento Gata Lunar miró un dispositivo que tenía en la muñeca, a primera vista parecía un reloj.

[color=#9A2EFE]~ Vaya, ya hemos estado un buen rato… No os quiero privar de vuestro tiempo de recreo, así que… A no ser que alguien quiera decir algo más, ¡reunión finalizada![/color]

Parecía que iba a irse, pero Gata Lunar se dio un golpecito en la cabeza como si se acabase de acordar de algo.

[color=#9A2EFE]~ ¡Nos vemos a las 17:30 en el vestíbulo principal![/color]

Notas de juego

Tenéis aún tiempo del recreo por si queréis hacer algo. Hablar entre vosotros, jugar al fútbol con superpoderes, adelantar algún trabajo, planear alguna jugarreta...

¡En la cafetería os dan bocadillos!

O si preferís pasamos directamente a la siguiente clase.

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21/12/2016, 10:58
Salara

Desde su posición, aún encima de la tarima del profesor, Salara miró fugazmente a Aitor. Sus mentes conectaron al instante.

[color=#9A2EFE]~ Antes querías hablar, Aitor ~[/color] el genio advirtió entonces que el mensaje era sólo para él [color=#9A2EFE]~ ¿De qué se trata?[/color]

Notas de juego

Si no nos da tiempo a acabar antes de la transición de escena podemos seguir narrando (pero será flashback).

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21/12/2016, 14:35
Iván Auriol

- Nah, esto no es lo que yo estaba buscando – Le respondió a Moussa, sonriendo – Tengo mejores cosas que hacer que gimcamas con superpoderes… Como rascarme la barriga, por ejemplo. Y estoy bastante seguro de que todo esto será un añadido a las matemáticas, no un sustituto, con lo que perderemos todo el tiempo libre. Pero como ya dije, no os voy a dejar tirados, y a lo mejor luego me divierto.

El tema entonces cambió a qué iban a hacer para conocerse mejor, y rápidamente se decidió por un karaoke. En un primer momento Iván frunció el ceño, no tenía ningún plan que cancelar, pero por alguna razón le fastidiaba tener que ir a hacer aquello, aunque fuese con sus amigos, con los que se llevaba bien. Decidió ignorar su propia cabezonería esta vez, ya que sabía que se lo iban a pasar bien y no era como si le estuviesen obligando a lavar letrinas. ¿Por qué se estaba volviendo tan gruñón? No, no era gruñón… Era el hecho de que estaban planeando algo para luego, en vez de improvisarlo al vuelo. No tenía problemas cuando se decidía hacer algo al momento, pero si le programaban algo para más adelante, le sentaba como una patada en el estómago. No sabía por qué, pero racionalmente supo que era una estupidez, así que sonrió al resto del grupo.

- Que alguien lleve aspirinas y tapones para los oídos. Si tengo que cantar yo, os harán falta.

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22/12/2016, 13:46
Sara Carrión

Al final el plan no estaba nada mal. Irse a cantar con los amigos tenía que ser muy divertido. Cada uno lo expresaba de forma diferente pero ella estaba ya pensando en lo gracioso que sería ver a los chicos cantando. No por sus voces sino por lo cortados que parecían. A lo mejor la sorprendían.

Cuando Salara dijo si querían hacer algo más ella simplemente se quedó callada unos segundos hasta idear algo interesante.

- Pues no sé que hacer... supongo que me daré un paseo. ¿Venís alguno?

En fin, la intención era tratar de captar cómo se relacionaban los alumnos, los grupos que existían, quién era famoso y quién impopular y ese tipo de información tan vital desde el punto de vista social.

Notas de juego

 

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23/12/2016, 14:56
Aitor Zumalacárregui

[color=#8300A8]-En efecto. Espero que no te ofenda la crudeza de mis pensamientos, pero la vida es cruel y no es realista esperar que sea de otro modo: por un momento he estado enamorado de ti, Salara, de tu sensibilidad, de tu capacidad de sobreponerte a la adversidad, de tu adaptabilidad, de tu amplitud de miras. Has seguido siendo una persona íntegra, buena de corazón, capaz de enamorarte de un miembro de una especie completamente diferente a la tuya. Dadas tus circunstancias, eso es loable. Pero mi actitud no ha sido correcta. Como bien sabrás, la naturaleza humana es muy complicada y nuestra dependencia biológica de las hormonas nos hace más complicados todavía. Aunque mi mente va más allá de lo que la mayoría de los adultos de este planeta puedan ser capaces jamás, mi cuerpo es todavía joven y no había experimentado el amor de forma tan apasionada. Te pido disculpas. Nunca pensé enamorarme de ti, pero aquel accidente hizo que cambiara radicalmente mi forma de pensar. Aunque no hayas sido tú la que me ha causado estos sentimientos por tus acciones, sí lo has sido por ser quien eres, por lo cual sólo tengo dos cosas que decir:
1) Ojalá hubiera más personas como tú, me pareces alguien a quien poner de ejemplo sobre cómo hacer las cosas, cómo ser y cómo comportarse.

2) Domaré mis sentimientos para no interrumpir la relación que ya tienes. No tengo derecho alguno de alterar las cosas ni de tratar de “conquistarte” o apartarte de tu novio. Lamento profundamente haber tenido pensamientos al respecto.
Por lo que a mi respecta, seguirás teniendo un alumno civilizado en quien poder confiar, de la misma manera que yo seguiré considerándote la estupenda mentora que eres.[/color]

Aitor se quedó allí plantado, tenso, esperando alguna reacción. Necesitaba algunas palabras, las que fueran, para afrontar el futuro. Y, muy a su pesar, sabía que dependiendo de la naturaleza de las mismas su comportamiento sería bien diferente…

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03/01/2017, 19:27
Salara

La transmisión de información de Aitor, aunque cuantiosa, sucedió en unos pocos segundos gracias al vínculo telepático que unía sus poderosas mentes.

Aitor advirtió, a medida que hablaba, que la primera reacción de Salara fue sonrojarse. La confesión del joven no le sorprendió. Al contrario, parecía que Gata Lunar ya estaba al tanto, o al menos sospechaba, de los sentimientos de su protegido.

Sin embargo, escuchar aquella conversación – aunque fuera pensada – ruborizó a la alienígena. Salara juntó las manitas, y su cuerpo pareció encogerse a medida que la declaración de Aitor tomaba fuerza.

Si el genio esperaba despertar una reacción en la alienígena, sin duda sus directas palabras lo consiguieron. Cuando él hubo acabado Salara se permitió agachar la cabeza y cortar el contacto visual.

El silencio sumió el aula. La tensión de Aitor no era lo único que se respiraba en el ambiente. El genio pudo captar ciertas sensaciones, inputs telepáticos que le llegaban de su mentora.

Vergüenza. También pena. Y nervios.

Era obvio que Salara estaba buscando en su interior las palabras para enfrentarse a aquello, pues Aitor la había desarmado por completo.

[color=#9A2EFE]~ Yo… ~[/color] comenzó, dubitativa incluso a través de su telepatía [color=#9A2EFE]~ Me siento muy halagada, de veras… La verdad es que nunca me había considerado a mí misma… buena o especial…[/color]

Aitor sintió que la pena que sentía Salara no era sólo por él, sino por ella.

Como había podido descubrir Aitor el día que reconstruyó la mente de su mentora*, Salara había sido expulsada de su planeta natal, Gaos cuando era muy pequeña.

La sociedad de su planeta era patriarcal. Los hombres tenían completo poder y control sobre las mujeres. Todas las selenianas eran educadas para mantener un severo silencio telepático y hacer todo lo que les mandaban sus esposos. Pero Salara era diferente.

Desde bien pequeña había mostrado una curiosidad e inteligencia que intimidó e incomodó a los hombres de su familia.

Los compromisos nupciales en aquella sociedad eran todos por conveniencia y se disponían a edades muy tempranas. Durante la ceremonia en la que debía conocer a su futuro esposo, y en la que Salara era aún muy joven, la pequeña alienígena hizo un comentario poco afortunado acerca de la inteligencia de su prometido.

Aquel acto enfureció a ambas familias, y el resultado fue el exilio de Salara.

El resto, como dicen, era historia.

[color=#9A2EFE]~ Me alegro de que pienses eso de mí. Si no estuviese con Hermes lo nuestro quizá funcionaría pero… No puede ser ~[/color] concluyó con cierta tristeza.

Como bien sabía Aitor, la historia entre ella y el telequinético era relativamente larga. Habían sido muy cercanos desde que ingresaron los dos en el Liceo con catorce años. Y tras el primer curso floreció el amor entre ellos.

[color=#9A2EFE]~ Que seas tan maduro dice mucho de ti ~[/color] dijo la alienígena a modo de alabanza [color=#9A2EFE]~. Estoy encantada de ser tu mentora y, ahora que has desbloqueado tus poderes, te enseñaré todo lo que sé.[/color]

Una sincera sonrisa recorrió el rostro de Salara mientras se acercaba a Aitor. La alienígena, inesperadamente, le dio un abrazo al genio.

Aunque todavía se podía percibir la tristeza que desprendía.

Notas de juego

* Se me fue el santo al cielo. Algún día te la pasaré, aunque no la tengo ni escrita toda, tan solo pensada a grandes rasgos. De momento nos apañaremos con la información tal cual la vea necesaria.

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03/01/2017, 19:28
Hécate

Los estudiantes disponían de mucho tiempo libre durante aquel recreo inusualmente largo.

Ante la propuesta de ir a dar un paseo de Sara, Marina se acercó sonriente con intención de unirse. Todos abandonaron el aula, aunque Gata Lunar y Aitor se quedaron atrás, sumidos en un extraño duelo de miradas.

Hubiesen aprovechado el tiempo o no, la voz de Esther se oyó por megafonía al finalizar el recreo. Les instaba a dirigirse a sus clases sin demora alguna.

La tercera hora de los viernes solía ser especial.

Aula 1C, Viaje Dimensional

Las clases de Viaje Dimensional habían sido hasta el momento sumamente extrañas y alucinantes al mismo tiempo.

Hécate, como hechicera oficial del Liceo, era la encargada de hablarles acerca de las otras dimensiones que coexistían en el multiverso con la suya propia. Saber que su Tierra no era la única fue algo decepcionante para algunos, pero a otros la revelación les llenó de emoción.

La profesora de blanco era muy educada. Hablaba con calma y explicaba con infinita paciencia su temario. Aunque estaba familiarizada con los actuales avances de la tecnología, prefería servirse de su magia para mostrarles las maravillas del multiverso.

Como si de pequeños portales se tratara, abría sin dificultad ventanas a otros mundos. Les mostraba parajes inimaginables, criaturas desconocidas y fenómenos que jamás habían visto.

A pesar de lo espectacular de sus clases Hécate trataba siempre de mantener a sus estudiantes concentrados, así como exigirles cierto trabajo cada semana para evaluarlos de forma continuada. La asignatura, además, acabó convirtiéndose en una especie de Artes Ocultas para principiantes, pues muchos de los alumnos no contaban con conocimientos básicos sobre temas místicos. La profesora prometió que en cursos posteriores los más versados en la asignatura podrían disfrutar de clases más avanzadas.

Aquel día Hécate entró, como siempre, con cierta teatralidad. Cuando todos los estudiantes (Grupos 4 y 5) se encontraban en el aula la puerta se abrió con suavidad. La profesora entró con la ropa y el cabello mecidos por una ligera brisa que no venía de ningún sitio. Un silencio un tanto innatural se hizo, como era costumbre, al amortiguarse todos los sonidos de la sala por la magia de la profesora.

Cuando todos se hubieron sentado Hécate inició su discurso.

Buenos días – saludó mientras dejaba sobre el escritorio un pesado libro – seguramente extraído de su biblioteca personal.

El tomo cayó pesadamente sobre la madera, arrancándole un quejido que resonó por toda el aula. Entonces se abrió, y las páginas comenzaron a pasarse solas hasta detenerse finalmente en una en concreto.

Hoy hablaremos del Limbo – indicó con voz serena -. ¿Alguien tiene alguna idea acerca de lo que vamos a tratar hoy?

Miró de reojo a Sara y esbozó una leve sonrisa mientras esperaba a que alguno de sus alumnos se pronunciase.

Sabía que muchos de los estudiantes que llegaban al Liceo no estaban al tanto de los asuntos místicos, pues eran pocos los que obtenían su poder de una fuente como la magia.

“Sin embargo” repetía siempre que alguien le cuestionaba la utilidad de su asignatura “Siempre viene bien saber algo, pues nunca se sabe cuándo un villano podría estar recurriendo a la magia, o cuándo vas a acabar tirado en una dimensión de origen mágico”.

Notas de juego

Un sencillo control de conocimiento apropiado a dificultad 8 permitirá decir unas cuantas cosas básicas sobre esa dimensión y quedar bien en clase.

También sois libres de intervenir para otras cosas que no sean responder directamente a la profe xD

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03/01/2017, 21:43
Sara Carrión

La siguiente clase era una de las más interesantes de todo el año para la joven Sara ya que esos poderes suyos provenían de una oscura dimensión. Al notar la mirada de la profesora se preguntó si el río Estigia estaría en el Limbo. Sería bastante posible solo que ella no lo tenía muy claro. El hecho de pensar en el río ya le hacía estremecerse en su interior.

El Limbo era ese lugar al que iban las almas de los niños no-natos o que no habían sido bautizados, así como algunos no-cristianos que eran de buen corazón pero no seguían a Cristo. Se lo había explicado así su abuela en alguna ocasión. Claro que no se iba a poner a decir eso porque ese tipo de conocimiento venía del cristianismo y como Hécate se enterara de que pensaba así directamente la expulsaría de clase por cateta. La alicantina había creído esas cosas hasta que tuvo acceso a internet en la escuela y se pudo dedicar a aprender alguna cosa que otra. Para qué negarlo, principalmente se dedicaba a chatear y cada vez que decía algo religioso la trataban de boba, así que habia aprendido a mantener la boca cerrada.

Por esta razón se quedó pensativa, estudiando la posibilidad de que se refiriera a algo relacionado con las almas o no, hasta que recordó que en algún momento había leído algo sobre él, como una dimensión llena de demonios a los que se habían enfrentado alguna vez los X-Men.

Al caer en ese detalle comenzó a rumiar en si debía de responder o no hasta que pensó que lo mejor era decir algo para que la profesora se sintiera correspondida por sus alumnoas.

- El limbo es una dimensión muy peligrosa donde viven muchos demonios. 

Miró de lado a Iván pensando que a lo mejor él sabía algo más. No creía que ningún otro tuviera conocimientos sobre nada relacionado con magia.

- Tiradas (1)
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05/01/2017, 02:30
Iván Auriol

La clase de Viaje Dimensional era una de las que Iván encontraba entretenidas. No, no era porque se basaran en la “mágia”. La magia de Iván era instintiva, no respondía a normas y regulaciones más allá de la práctica, más práctica y todavía más práctica. Hablar de esquemas y reglas poco hacía para él.

No. Lo que tenía aquella clase eran múltiples ventanas a otros planos de existencia. Era como ver al Félix Rodriguez de la Fuente del multiverso. Hécate les enseñaba otros mundos, criaturas extrañas, cosas que parecían ilógicas en nuestro plano de existencia. Seguía siendo una clase, había que tomar apuntes, memorizar datos y pasar exámenes, pero aquellos pequeños atisbos de lo que hay al otro lado del espejo captaban la atención del semi-fae poderosamente.

Él conocía un poco del plano Material, como todos los demás, y un fragmento muy pequeño del infinito plano de Fae. Creía que lo había visto todo hasta que la profesora abrió la primera de sus ventanas, y ardía en deseos de, como Alicia, cruzar esos espejos y llegar al otro lado.

Así que no le hacía mucha falta el anuncio de megafonía para llegar a tiempo a aquella clase. Se sentaba atrás, simplemente por educación y respeto a sus compañeros, porque generalmente acababa flotando sobre el pupitre y así se aseguraba de no tapar la vista de nadie.

Otra cosa buena de aquella clase era que cuando la profesora llegaba, se cernía un silencio sobrenatural sobre la clase. Solo lo había hecho dos veces antes, pero ya le estaba cogiendo el tranquillo: Hizo una pequeña bolita de papel y justo cuando la profesora abría la puerta, intentando que esta no le viera, le lanzó la bola a Diana. Con el silencio y la espectacular llegada de la profe, su compañera no tendría tiempo de protestar. Probablemente se lo cobráse con creces luego, o a lo mejor lo olvidaba. Pero a Iván le parecía desternillante. Y al menos no le lanzaba el papel mojado con babas…

La clase empezó sin más dificultades, y Hécate les preguntó acerca del Limbo. Iván prácticamente cruzó los ojos, tratando de estrujarse el cerebro para extraer algo de información sobre aquello. No sacó nada en claro, a excepción del juego del Limbo… Y esto le dio una idea. Apuntó un par de cosas en un papel y buscó a Rudy.

- Rudy, ¡hey! – susurró, llamando su atención - ¡Toma!

Le alcanzó el papel, sonriente, y se reclinó en la silla, dejando poco a poco que su ingravidez le separáse de la misma.

- Tiradas (4)
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05/01/2017, 02:39
Iván Auriol

Notas de juego

Rudy, se que te gusta responder:

El Limbo es un plano muy pequeño en el que hay que ir avanzando agachado esquivando grandes lineas de fuego.

No me des las gracias.

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06/01/2017, 23:17
Aitor Zumalacárregui

[color=#8300A8]~Me parece una buena decisión. No sería nada bueno que te aventuraras a una relación conmigo por pena. No es lo que deseo ni es lo que te conviene. Me alegro que estés tan bien con Hermes, parece un buen chico. No cualquier humano se enamoraría de una alienígena tan diferente fisiológicamente. Aprecio sinceramente, además, que sigas un enfoque tan racional y te ofrezcas a enseñarme todo lo que sabes sobre telepatía. Estoy seguro de que será algo muy provechoso. Desde luego evitará que invada accidentalmente la mente de otros en el futuro, lo que ahorrará "malentendidos"... Gracias por tu atención, Salara.[/color]

Aitor estaba exultante por varias razones: los sentimientos que había despertado en Salara (lo que en el fondo no era productivo, ni racional, pero que quieras que no mejoraba el ego del genio adolescente), porque aquella pequeña alienígena que tanto le había pasado a importar estaba en buenas manos y porque sus estudios no iban a verse amenazados por sus sentimientos. Si algo había reflexionado durante su corto periodo de adolescencia recorrido era que, en la medida de lo posible, iba a evitar que los flujos hormonales que sin duda iba a sufrir, no interfirieran en modo alguno con su aprendizaje y preparación para su vida adulta. Su futuro pesaba más que su presente, lo que podía llegar a ser podía verse truncado por malas decisiones y no pensaba dejar que tal cosa sucediera.

De esta manera, el encuentro con Salara había salido a las mil maravillas. Aitor suspiró (mentalmente) aliviado. Se había quitado una gran carga de encima. Aunque su subconsciente ya preparaba maldades, como la necesidad imperiosa de rebelarse contra su intelecto hiper-racional y tener un acceso de fuerte atracción con cualquier chica al abasto para "desquitarse" de que le hubieran dado calabazas. El cerebro humano es así, retorcido y rencoroso...

Sin perder más tiempo, el vasco se dirigió al Aula IC. La siguiente clase era de lo más interesante: Viaje Dimensional. Pese al enfoque eminentemente místico de la profesora, no por ello el joven euskera dejaba de aprender sobre diferentes dimensiones, y eso era algo que no estaba al abasto en bibliografía convencional.

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06/01/2017, 22:14
Moussa Dakar

Moussa no lograba encontrar ninguna diferencia entre la ciencia y la magia. Para él, ambas cosas estaban a un nivel de entendimiento que simplemente, no podía alcanzar. Las clases le emocionaban y aburrían a partes iguales. Por un lado, le encantaba escuchar lo que se podía lograr con cualquiera de aquellos dos conocimientos, en cierto modo, era como disfrutar de un nuevo capítulo de su serie favorita. Pero por otro lado, cuando comenzaban con las clases teóricas, sentía que el tiempo se detenía y era encerrado en una prisión temporal donde los minutos se transformaban en eternas y agónicas horas.

Las clases con Hecate les fascinaban pero a la vez, le aterraban. Desde que la hechicera les había hablado de la posibilidad de viajar a otros planos y de la existencia de las horribles criaturas que habitan en ellos, un profundo temor se había apoderado de Moussa. Por el momento, sabía que sus poderes le permitían viajar en apenas un instante de un punto a otro, pero...¿Y si podía viajar a otro plano? o lo que era peor aún...¿Y si quedaba atrapado en otro plano? ¿Podrían criaturas de otros planos llegar hasta el suyo atravesando uno de sus portales? La idea de poder invocar una horda de criaturas molaba mucho, pero claro, si esa misma horda estaba más que dispuesta a devorarle de pies a cabeza, la idea ya no parecía tan buena.

Así que por regla general, Moussa pasaba la mitad de las clases de Hecate prestando atención y la otra mitad, imaginándose como sería viajar a otros planos y combatir contra exóticas criaturas. Aquello sería como vivir un capítulo de stargate, aunque con un peligro real de morir.

En aquella ocasión, Hecate les preguntó sobre el Limbo. A Moussa no le sonaba de nada, lo único que le venía a la cabeza era una estúpida canción de viejos, que había escuchado en alguna ocasión.

"¿El limbo? No jorobes, no creo que sea eso lo que busca. ¿Cómo era esa jodida canción?

...Bailemos el limbo, el limbo, el limbo...está causando sensación...

No, no creo que sea eso, sería una pregunta la leche de rara. Así que seguro que Sara tiene razón, es un poco empollona así que seguro que ha estado leyendo el libro y eso estos días."

Poca a poco el senegalés trataba de ir aprendiendo a tener más autocontrol y a mantener su gran bocaza cerrada. Por lo que se guardó sus pensamientos para sí mismo. Por desgracia dejar de hablar no era lo mismo que dejar de moverse. Moussa era inquieto por naturaleza  y rara era la ocasión que lograba mantenerse sentado en un mismo pupitre mucho tiempo. Por lo que lo normal era que el muchacho se fuese moviendo de un lugar a otro en cuanto el profesor se despistaba.

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06/01/2017, 23:46
Aitor Zumalacárregui

No había duda, o al menos no demasiada, a pesar de la cara de palo típica de Aitor, que al joven vasco la profesora de Viaje Dimensional no le caía bien. Su teatralidad, su uso de una fuente de poder irracional, sus afirmaciones vagas, todo sumaba para que Aitor no le tuviera demasiado aprecio. Por supuesto, era tan educado que no cabía posibilidad de que le faltara al respeto o le pillaran en un "renuncio", pero aún así Aitor no prestaba demasiada atención durante la clase. Incluso en alguna ocasión le habían pillado haciendo deberes de otra clase durante esa misma. Lo que no quitaba que retuviera todas y cada una de las palabras que Hécate decía en clase. O que a menudo pudiera aportar sus propios conocimientos para enriquecerlas.

-El Limbo es una dimensión de bolsillo donde la magia suplanta las leyes físicas. Está habitada por demonios de toda clase nativos a esa dimensión. Parece existir como consecuencia del promethium, un extraño metal místico de poder inagotable que mantiene íntegra esa realidad. Los demonios del Limbo carecen de una voluntad férrea, por lo que son fácilmente conquistables y se doblegan ante la autoridad que los gobierne, en muchas ocasiones ajena al Limbo y a menudo procedente de la Tierra-616 (nuestra dimensión). Además, allí el tiempo no es continuo, por lo que su historia se puede reescribir. Me gustaría que aclarara usted este punto, si puede ser, profesora Hécate.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me he permitido la libertad de buscar información al respecto. Espero no haberme pasado con un 20...

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07/01/2017, 00:54
Diana Castelló

Tras un corto paseo junto con sus compañeras, Diana se sentó a la sombra de un árbol a la espera de la siguiente clase, como no la chica siempre solía repasar antes de las clases lo que era posible que se diera en las mismas... siempre gustaba de ir preparada. Cuando E.S.T.H.E.R. avisó por megafonía la reanudación de las clases, la joven se levantó de un salto, alargó sus brazos y recogió sus cosas del suelo y emprendió el camino hacia la clase de Viaje Dimensional.

A decir verdad, Hécate desde hacía tiempo le parecía una mujer intrigante y a la vez interesante, y siempre que estaban en su clase o que se la cruzaba por los pasillos, siempre prestaba atención. Puede que simplemente la estuviera estudiando, como hacía con muchas personas, pero en el fondo le gustaba.

Al recibir la bola lanzada por Vent, la chica simplemente giró la cabeza y lo miró con una mueca de condescendencia en su rostro. Ni siquiera había pensado en protestar, y mucho menos en tomar represalias... al fin y al cabo eran adolescentes, y no se podía esperar que todos y cada uno de los alumnos se tomaran las clases de la misma manera que lo hacía ella, así que volvió la cabeza de nuevo y comenzó a atender a la profesora. 

La metamorfa había repasado aquel asunto del limbo días antes, aunque no sintió necesidad alguna de compartirlo. No porque temiera hacerlo mal, ni porque creyera que la información que tenía era insuficiente... solo que con un sabelotodo en la clase era suficiente, y aunque su memoria pudiera ser en cierto modo infalible, prefería no hacerse notar y mantenerse al margen.

Tras el pequeño monólogo de Aitor, durante el cual la chica cogió ciertos apuntes, continuó mirando a Hécate esperando la respuesta a la pregunta que había hecho Aitor... siempre, por supuesto, con el bolígrafo en la mano esperando.

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07/01/2017, 12:00
Rudy Vergara

Me senté en las filas del medio de la clase. No quería parecer muy empollón sentándome al principio, ni tampoco un macarra sentándome al final. 

Siempre venía preparado a estas clases de la misma forma. Saqué de mi mochila una fina vara de madera de unos 30 centímetros. Sí, era una replica de la varita de Harry Potter. Como buen semi-inglés, era fan de la saga del mago desde pequeño. ¡Como no iba a llevar mi varita a una clase impartida por una bruja!

Con la varita en la mano, jugando con ella, moviéndola, estaba listo para comenzar la lección.

Pasaba sus clases absorto en todo lo que decía. Me parecía de lo más interesante el tema de las dimensión. Tal vez algún día podría convertirme en un Guardián Dimensional o algo por el estilo.

Hécate-sensei pregunto sobre que era el Limbo. Primero pensé en el hogar de los dioses griegos. Eso es el Olimpo idiota. Y probablamente ella tenga un apartamento allí.

-¿Eso no era lo de los muertos? -dije al escucharlas explicaciones de mis amigos. Entonces me di cuenta del papel que me había pasado Iván. Lo leí por encima, intentado que la profe no me pillase.- O tal vez... Es un plato muy pequeño que hay que ir amasando... Y agachando para que no te achicharren trineos de fuego.

Me giré disimuladamente hacia Iván, le guiñé un ojo y levanté un pulgar mientras sonreía. Me pareció raro lo que había leído, pero si lo decía Iván que era un hada, tenía que ser cierto.

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09/01/2017, 14:24
Hécate

Hécate juntó las manos sobre su abdomen, en una elegante y paciente postura. Esperó las respuestas de sus estudiantes y los miró fijamente mientras hablaban.

Cuando Sara fue la primera en pronunciarse se pudo ver en el rostro de la hechicera una ligera sonrisa.

- Así es. Una dimensión peligrosa, sin duda. Por tanto, es importante que sepáis algo acerca de sus habitantes.

Entonces vino la respuesta de Aitor.

La profesora se quedó muy callada mientras escuchaba al genio vasco, su mirada fija en el alumno.

La primera vez que había oído una intervención de Aitor había quedado enormemente sorprendida. Vista la poca atención que parecía prestarle, de hecho, había supuesto que no era buen estudiante al principio. Nada más lejos de la realidad.

No era extraño conocer a gente brillante cuando te codeabas con hechiceros. Pero la mente de Aitor era algo extraño incluso para Hécate.

- Excelente – respondió con un asentimiento de cabeza.

No había nada que puntualizar, salvo la propia pregunta de Aitor. Hécate advirtió que algunos de los otros estudiantes parecían más atentos. La manipulación del tiempo parecía un asunto fascinante a los ojos de la mayoría de alumnos. Lo cierto es que lo era.

- Veamos…

Con un pequeño gesto, Hécate hizo que volase hacia su mano uno de los lápices táctiles que usaban los profesores para interactuar con las pizarras electrónicas.

Trazó una línea horizontal innaturalmente recta. Seguramente el software la ayudaba con eso.

- El tiempo en el Limbo, como el nuestro, es lineal. Lo que sucede en el Limbo… - miró un instante a sus alumnos – es que se crean de forma natural brechas temporales. Puentes – la profesora trazó líneas curvas que conectaban puntos distintos de la línea horizontal inicial – que conectan diferentes puntos del pasado y el futuro.

Hécate volvió a encarar a sus alumnos, con semblante severo.

- Viajar a través de estas brechas permite, efectivamente, cambiar la historia del Limbo. Este fenómeno se atribuye a la naturaleza mística de la dimensión. Aunque debo aprovechar para advertiros… que cambiar la historia es un asunto complejo, con graves consecuencias.

Por suerte en aquella generación no había nadie con el peligroso poder de alterar el tiempo.

Rudy rompió el severo ambiente que se había formado en la clase al leer el papelito que le había pasado Iván.

Inevitablemente, algunos de los compañeros se pusieron a reír.

Hécate pareció quedar descolocada por la intervención. Si hubiera sido Bosch habría expulsado a Rudy por interrumpir la clase. Pero la profesora de blanco era mucho más tolerante en ese aspecto.

- ¿Es una broma, Rudy? – preguntó, tras recuperar la compostura.

Tras unos segundos Hécate le restó importancia al asunto con un suave vaivén de la mano. Entonces abrió una de sus clásicas ventanas para ver a través de otras dimensiones. Lo que parecía la superficie de un espejo de pie apareció junto a ella, en la tarima.

Con un chasquido de dedos de la profesora la superficie reflectante se volvió opaca, y luego comenzó a brillar con intensidad. Cuando la luz se disipó, pudo verse un paisaje yermo y rocoso. Con un cielo oscuro desprovisto de estrellas.

- Como veis, las vistas no tienen nada que ofrecer. Una de las características que os puede ayudar a identificar el lugar es el cielo. Despejado y sin estrella alguna.

En la imagen pudo verse algo de movimiento. Una figura pequeña y oscura en la lejanía, se movía entre las rocas con lentitud.

- Y los habitantes… Como bien han dicho vuestros compañeros, esta dimensión está habitada por demonios. La semana que viene daremos clase en la Sala del Peligro. Me gustaría que os pudieseis enfrentar a una simulación, como práctica.

Las francas palabras de Hécate confirmaron de nuevo una de las realidades a las que se enfrentaban los estudiantes día a día.

Estaban en el Liceo para aprender a luchar.

El resto de la clase transcurrió sin mayores incidentes que la intervención de Rudy.

Después de Viaje Dimensional les tocaba clase en el gimnasio con el mismísimo Bosch, su profesor de Entrenamiento de Combate.

El Subdirector había hecho hincapié durante las primeras clases en la defensa personal sin armas. Hasta el momento, seguía tratando de enseñarles a defenderse sin hacer uso de poderes o dispositivos.

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09/01/2017, 14:24
Narrador

Fin de las clases, vestíbulo de la escuela

Tras acabar el horario de clases y prepararse adecuadamente los miembros del grupo 4 se reunieron en el vestíbulo, tal cual habían acordado con Salara, para dirigirse a su “actividad grupal”.

Habían ido llegando a tiempos distintos, pero todos más o menos puntuales dentro de lo que cabe.

Dado que el Liceo era un colegio internado, no se solía ver a mucha gente entrar o salir de la escuela. Sin embargo, los viernes la historia era algo diferente.

Era sabido que a algunos de los estudiantes mayores se les permitía salir durante el fin de semana. Al fin y al cabo la escuela no era una cárcel.

Los estudiantes de primer curso, como ellos, tenían que conformarse con salir bajo la supervisión de un adulto o de un estudiante mayor que ellos con dicho permiso. En su caso tenían a Salara, estudiante impecable donde las haya. Incluso fue elogiada por el mismísimo Bosch. Si lo pensaban no era extraño que la dejasen campar a sus anchas. ¿Quién no se fiaba de la alienígena?

Pero había un problema. Estaban solos en el vestíbulo.

Salara llegaba tarde a su cita con sus protegidos.

- ¿Esperáis a alguien? – preguntó con amabilidad el conserje, un tipo de barba espesa famoso entre los estudiantes por su buen carácter.

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09/01/2017, 19:30
Sara Carrión

Sara no quería llegar tarde al encuentro con el grupo así que centró sus esfuerzos en arreglarse con bastante tiempo de antelación. Sabía que luego a última hora venían los imprevistos y cualquier pequeño fallo podía desembocar en un cambio de vestuario precipitado.

Llegaba con pantalones negros, botas marrones y camisa verde, con un pañuelo a juego del calzado al cuello. Iba guapa pero no llamativa, cosa imposible ya que no contaba con nada sexy en su vestuario. Otra cosa es lo que hubiera querido llevar pero de momento se conformaba y lo veía incluso bueno porque los chicos del Liceo eran un peligro como ya había constatado en alguna ocasión. Se había reunido con Diana y Marina para acudir todas juntas. Mucho se temía que Marina no trataría de cantar, no habían caído en ese pequeño detalle antes.

Para su sorpresa Salara no estaba allí esperándoles. Seguramente estaría preparando su disfraz. De hecho miró al conserje entrecerrando levemente los ojos por si ella era ese hombre. Viendo que esa posibilidad tenía pocas opciones de ser cierta inclinó levemente la cabeza resignándose a dejar pasar el tiempo.

- Esperamos a Salara, señor.

No sabía el nombre del conserje así que no podía decir mucho más. Era extraño que Bosch no estuviera también ahí vigilando la entrada.

- Quizá ella entendió que teníamos que quedar en otro lugar.

Mientras pasaba el tiempo se iría figurando diferentes opciones y si no aparecía pronto acabaría por preocuparse.

Miró al resto de compañeros fijándose en sus indumentarias, por ir determinando quién tenía más o menos amor propio. Quizá habría que revisar el aspecto de alguno de ellos antes de salir.