Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 9: Examen Final

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05/03/2019, 23:13
Narrador

Después del Baile de Primavera

Gracias a la contribución de los estudiantes, y en especial a la del Grupo 4, los estudiantes descontrolados pudieron ser contenidos antes de que se causasen daños mayores. Tras investigar el ponche, la Doctora Pujol determinó la causa del incidente.

Algo se había añadido al ponche, una nueva y apenas conocida droga estimulante que había aumentado y descontrolado los poderes de gran parte de los estudiantes que lo habían bebido. La Doctora Pujol tenía algo de experiencia con el diseño, pues había visto tiempo atrás casos de abuso de drogas similares en gente con superpoderes.

Una vez conocida la causa fue fácil encontrar una solución, al menos para alguien del talento de la Doctora Pujol, pero todavía faltaba saber quién había tenido la osadía de sabotear la fiesta de aquella manera. Los profesores mantuvieron a los estudiantes informados de que no creían que se tratase del ataque de un villano, no al menos de un villano de los que acostumbraban a enfrentar.

Incluso se sospechó de que se trataba de la “travesura” de algún estudiante de la escuela. Una falta muy grave que conllevaría la expulsión inmediata del centro.

Por otro lado, los estudiantes que salieron heridos del incidente lograron recuperarse por completo. La velocidad a la que habían sido puestos a salvo fue un factor determinante para su recuperación, tanto para los estudiantes descontrolados como para los que simplemente habían terminado heridos en medio de todo aquello.

La investigación se alargó un par de semanas, pues el descontrol de Tesla había freído los circuitos de las Palomas que habían presenciado lo sucedido en el gimnasio. Finalmente, el esfuerzo combinado de E.S.T.H.E.R., la Doctora Pujol e incluso Hécate logró arrojar algo de luz a todo aquello.

Un alumno expulsado por la escuela había decidido “vengarse”. Combinando su talento en ciencia y magia había logrado sabotear el Baile de Primavera. Daniel ya había presenciado las fechorías de aquel chaval, el mismo día en que llegó al Liceo y Hécate y él fueron atacados por unos extraños robots reanimados con magia.

Aquella vez lo habían detenido, pero seguramente no sería la última vez que oían hablar de él.

 

Currículum dual: el Curso de Héroes

A pesar del percance, las clases continuaron con normalidad. Los estudiantes del Liceo siguieron aprendiendo a salvar inocentes al mismo tiempo que desarrollaban sus conocimientos de lengua o matemáticas. El currículum dual del Liceo seguía resultando extraño, surrealista. Pero ahí estaban, convirtiéndose en los héroes del mañana.

Durante casi dos meses, la vida en la escuela fue todo lo corriente que podía ser en un lugar como aquel. Sin preocupaciones más allá de terminar un trabajo a tiempo o hacer los deberes para el día que tocaba.

Pero con el paso del tiempo se acercaba cada vez más el final del curso. Y aquello solo podía significar una cosa.

Exámenes finales.

Las pruebas que decidirían sus calificaciones finales en las diversas asignaturas se disponían a lo largo de una semana, unas detrás de otras. Para los que se esperaban al final para estudiarlo todo de golpe aquello era terrible. Para los que llevaban las asignaturas al día, no tanto.

Un buen resultado permitía a los estudiantes acceder a mejores prácticas con equipos reales en el futuro. Y las máximas calificaciones siempre llevaban a una recomendación para la Nueva Generación, el equipo de superhéroes de la escuela.

Faltaban dos semanas para los Exámenes Finales. Aquello era mucho tiempo para unos, pero bastante poco para muchos otros. Los que ya habían comenzado a estudiar ya se encontraban en la biblioteca la mayor parte del tiempo. Los que procrastinaban… bueno, iban a la suya.

Notas de juego

Vuestro próximo post ha de narrar un poco lo que hacen vuestros personajes a lo largo de estos dos meses. Con quién se relacionan. Qué practican. Qué actividades hacen en el tiempo libre. En qué dedican su tiempo para invertir los PP (más en la escena de Creación de Personajes).

Me agradaría mucho que interactuaseis también entre vosotros!

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06/03/2019, 12:26
Ignatius Brightnight

Crazy Crow, tras el incidente, estuvo como perdido durante unos días. Se dedicó a la introspección y a pasear por el bosque, al menos cuando no estaba junto a la "celda" de Laura/Lux. Se sentía responsable de ella, de que el incidente del ponche le hubiera afectado (y a él no).

En cualquier caso, el indio americano no podía permanecer mucho tiempo inactivo y cuando se retomaron las clases volvió a sentirse atrapado. Lo suyo no era estudiar, había decidido, y comenzó a saltarse clases (las aburridas, como matemáticas, pero no las superheroicas, esas le motivaban demasiado para no asistir) y a montar fiestas. Primero en su cuarto (aunque Didac, su compañero de cuarto, tenía la potestad de vetar determinados días u horarios, de decidir el tema de la fiesta y/o su música y decoración), luego en casi cualquier sitio gracias a sus poderes ─que poco a poco iban fortaleciéndose─, no pasaba una semana sin que hubiera alguna. Por supuesto, el Grupo 4 al completo estaba invitado, así como sus parejas y amigos, aunque pronto vendría asistiría gente de todo el Liceo y no sólo de las clases de primero. Y arrastró a la inicialmente tímida Laura con él. Carpe Diem, decía Crow, y ella no podía por menos que asentir. Además, la arrolladora personalidad del indio americano no dejaba margen para que se negara durante mucho rato.

Así las cosas, no tardó mucho en convertirse en un habitual de la sala de detención, pero incluso allí era difícil mantenerle quieto ("inevitablemente" le aparecían en las manos yo-yos, cartas de póker, baquetas de percusión, mp3, arpas de boca, e incluso un didyeridú...), así que al final le pusieron de ayudante de Jeroni Riutort, el jefe de mantenimiento. Como al susodicho le gustaba decir, "las palomas son útiles para muchas cosas, pero un desastre con la fontanería"). Fue su manera de descubrir que se le daba bien hacer cosas con las manos y de mantenerlo bajo control. Eso sin contar la cantidad de dinero que se ahorró en herramientas y reparaciones el Liceo durante aquellos 2 meses...

Y mientras tanto, en las clases superheroicas en las que aparecía (la mayoría de ellas, salvo que no estuviera en condiciones de asistir por falta de sueño o embriaguez) lo daba todo. La típica crítica que recibía de los profesores era que se arriesgaba demasiado, a lo que él siempre venía a replicar algo como: "si no entreno a tope y me arriesgo aquí, un entorno seguro, ¿qué haré cuando lo necesite en un enfrentamiento real?". Esto, claro, también le convirtió en un habitual de la enfermería. Al menos era un estupendo paciente e hizo buenas migas con la doctora Pujol.

De esta manera, Crow llegó a los exámenes finales con un extraño nivel de paz interior: por un lado estaba claro que, salvo que tuviera mucha suerte(1), no iba a superar los exámenes convencionales, pero por el otro lado también estaba claro que iba a hacer buen papel en los heroicos.

Sólo pesaba en su conciencia el haber "desbaratado" a Laura y sus impecables planes de estudio, pero si alguien podía permitirse aflojar un poco en lo académico esa era la empollona pelirroja.

Notas de juego

(1) Aunque tiene una buena cantidad de ésta, tiene la Dote Suerte a nivel 2.

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06/03/2019, 22:26
Sara Carrión

Al final sí fue el ponche y la historia que le acompañaba era un tanto retorcida, de un alumno vengativo con ganas de fastidiarles los buenos momentos. Le habían arruinado una bonita jornada con sus amigos y con su novio. Ahora tan sólo deseaba que pronto tuvieran oportunidad de irse a hacer una fiesta que compensara el lío aquél.

En dos meses había dado tiempo de sobra para echar el partido de baloncesto. No sabía si Reina Alien se contentaría con aquella pequeña competición. Sara no solía tener tiempo para hablar con ella y no sabía cómo se había tomado lo de la contención en el baile. Para su sorpresa decidió cancelar "el evento" y sin dar explicaciones. De verdad tenían que hablar en algún momento pues Estigia no quería que estuviera guardando algún tipo de rabia contra ella.

Todos los días siguientes Sara se dedicó a estudiar con ahínco, estaba motivada, de las más motivadas. Tenía muchos motivos para estarlo, allí en la academia las cosas le iban bien y su vida era tan diferente a la que había tenido hasta ahora. Podía dejarse llevar, ser como deseaba ser.

Estuvo al lado de Marina el tiempo que hizo falta, por suerte su compañera de cuarto era otra buena estudiante así que podrían darlo todo. Estigia quería formar con ella una potente pareja de estudio, así que era cuestión de picarse la una a la otra para ver quién sacaba mejores notas. Y haría lo mismo con el resto, con la esperanza de que ninguno quedara atrás. Salamandra era quien más le preocupaba, preguntándose si conseguiría unas notas decentes.

A las pocas semanas hizo un poco de trampas, tratando de juntar a los amigos de Alberto con el supergrupo cuatro. El aura de su novio podía ser útil para que César se lograra centrar y estando con ellos podrían echarle entre todos una mano, si la necesitaba, que parecía que sí.

 

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08/03/2019, 08:56
Daniel D´aeth

 

Después del Baile de Primavera

Al joven héroe inglés se le vio acompañando a Malina casi constantemente, ayudándola con sus libros y sirviéndole de apoyo mientras se recuperaba de las consecuencias del incidente. No fueron pocas las bromas, inocentes la mayoría, que señalaban a ambos como una pareja de armas tomar, pero Daniel no le dio importancia. Al fin y al cabo, ponche aparte, él se sentía responsable del estado de salud de la joven y quería asegurarse de facilitarle la vida hasta que estuviera completamente recuperada. La mutante, por su parte, necesitó de bastante tiempo pare volver a regular adecuadamente su poder, y a menudo su nuevo y flamante asistente personal se llevó algún que otro involuntario chispazo. Afortunadamente, su resistencia sobrehumana le mantenía a salvo, pero a veces se escapaba a la enfermería a petición de la Doctora Pujol para asegurarse que no había nada roto dentro de su cuerpo a causa de los constantes calambrazos que hubiera que lamentar.

Cuando se descubrió quién había sido el responsable, el inglés acudió a Hécate, y la profesora confirmó sus sospechas antes siquiera de abrir la boca. Sí, era el mismo causante del ataque que sirvió de fiesta de bienvenida en su primer día en el Liceo, lanzando esos arcaicos androides defensivos contra ellos. Afortunadamente nadie había salido gravemente herido, pero se preguntó hasta qué punto podría albergar alguien resentimientos hacia el Liceo para causar incidentes así. Ese chico, también Sergio, ¿habría alguien más ahí fuera del que tuvieran que estar prevenidos?

 

Currículum dual: el Curso de Héroes

Como decía la canción, "Después de la tormenta siempre llega la calma", y en un colegio privado eso significaba regresar a las clases y a los temidos exámenes finales. Afortunadamente, Daniel era un chico responsable que se organizaba un horario diariamente y enfocaba sus esfuerzos para lo que estaba por llegar. Los ensayos con la banda se redujeron a uno semanal — ya no había presión por estar preparados para el concierto — y sirvieron para olvidarse durante un par de horas de los exámenes, las clases y la Prueba Final y permitirse disfrutar.

El Liceo recibió una jugosa donación anónima — al menos, el Director y el profesorado se aseguraron de que así lo fuera — para contribuir a las reparaciones del gimnasio y reponer las Palomas dañadas durante el incidente. Durante esos días, Daniel pasó bastante desapercibido, encerrándose en su cuarto y enterrándose en apuntes y libros de consulta. Las tardes de domingo, eran libres, momento en el que paseaba por el bosque con Malina para conocerse mejor, o jugaba con Rudy y otros compañeros a algunos de esos juegos suyos de lanzar dados y fingir ser un héroe medieval.

Su gata, Bast, empezó a ser vista muy a menudo por las instalaciones del colegio. Hasta ahora, su presencia era algo casi anecdótico, pero durante el período pre-exámenes se la podía ver en los comedores, en salas de estudio, incluso apoyada en la ventana durante las clases. Por supuesto, no rechazaba sesiones de mimos y caricias por parte de algunos alumnos, o incluso quedándose dormido en el regazo de Moussa mientras cacharreaba con su dispositivo de curación — para consternación del joven — o jugando con el pelo de Didac como si fuera un peluche.

También había tiempo para los entrenamientos nocturnos con su compañero de cuarto. Rara era la noche que no se les veía practicar en la Sala de Peligro, o en los campos circundantes a las instalaciones. Daniel sabía lo importante que era la beca de los Vengadores para Rudy, y quería asegurase de que la consiguiera. Él no parecía tener intención de unirse a la Nueva Generación, aunque la idea de salir al Mundo Real y practicar con héroes veteranos no le desagradaba del todo.

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08/03/2019, 12:17
Rudy Vergara

Como hacía después de cada incidente, saqué mi diario y escribí como había sido la experiencia. Ya no solo era una forma de recordar todo lo sucedido. Me ayudaba a superar la situación, a relajarme y no centrarme en lo negativo, y sobretodo, a aprender de los errores. No le quedaban muchas páginas a ese diario.

Intenté estar lo máximo que pude con Martí, después del ataque. Menos mal que no había sido mal parado. ¡Se las tendría que ver conmigo ese maldito Tecno-Mago!

 

Esos meses pasaron con normalidad. Toda la normalidad que una escuela con adolescentes llenos de hormonas y superpoderes puede soportar. Al fin y al cabo, el Liceo era como un instituto normal, solo que todo se vivía intensamente el doble.

Hubo cosas buenas y otras más malas. Pero así era la vida.

Por ejemplo, Martí y yo, comenzamos a quedar con Sara y Alberto para hacer quedadas de parejitas. ¡Y resultaba muy agradable! Alberto era como su nombre indicaba, un Faro. Estar cerca de él ya te hacía sentir a gusto, pero como Martí, su dulzura y humor te hacían querer quedarte. ¡Y qué decir de Sara! Si pasar el rato con ella ya era entretenido, estando con nuestras parejas lo era aun más. Comentábamos los últimos animes que habíamos visto, los últimos cotilleos e incluso criticábamos a nuestros novios delante de ellos (siempre desde el humor y el cariño, claro).

Y no solo con Sara cotilleaba, para mi sorpresa, a Ignatius también le iba el mundo del corazón (del Liceo, claro). Aunque no compartía el nuevo gusto del nativo de hacer campana, había llegado a congeniar realmente bien con él en esos últimos meses. Nos pasábamos las comidas bromeando.

Con Moussa por ejemplo, no tenía esa clase de amistad. De hecho, nuestro humor nunca había sido muy parecido.  Pero desde Heliopolis , el chico había cambiado tanto… Y lo mismo había hecho nuestra relación. Ahora me daba la sensación de que era más fraternal que antes. Lo que aprendí sobre él en el mundo egipcio hizo que desarrollase un sentimiento de protección sobre Moussa, como si fuese mi hermano pequeño. Sabía que el senegalés podía ser perfectamente el más poderoso de todos nosotros, ya nos había salvado el culo millones de veces, pero aquella fragilidad y volatilidad me preocupaba. Aunque a veces daba la sensación de que era completamente al revés, y él era el hermano mayor que estaba harto de su molesto Rudy.

Pero no todo eran risas en el Liceo. Poco después del baile, y K’sha-sensei ya había fijado el examen de Cultura Alienígena. ¿Y adivináis quien va de culo en esa asignatura? Ahá, Rudy. No era ningún plot twist que se me daba fatal la Historia Alien, por no hablar de Historia y Filosofia, pero de eso ya se hablará.

Total, que Didác accedió a ayudarme a estudiar Cultura Alien. Al principio me costaba bastante concentrarme. Con Diana era más fácil, porque Dídac, aparte de ser exuberantemente más sexual, hacía a menudo bromas de esa índole. Pero me acostumbre pronto.

De hecho, íbamos al bosque a estudiar (Se notaba que al fin y al cabo seguía siendo Diana en eso). Fue bastante bien, gracias a eso conseguía ponerme al día de la asignatura. Pero en una de las sesiones, pasó algo…** Esa situación, hizo que Didac y yo estuviésemos más unidos que nunca. Era el mejor amigo que se podía tener.

Y hablando de mejorar, seguía entrenando intensamente con Daniel. En nuestras sesiones, el inglés se convertía en lo que yo llamaba Sargento D’aeth. Cada entrenamiento era más intenso que el anterior, y gracias a eso iba mejorando en combate día a día. Ya no era tan torpe como las primeras veces. Desde que desarrollé mi nuevo poder de Rayos X, me obligaba a pelear con una venda tapándome los ojos. “¡Me tenía que acostumbrar a usarlo sin esforzarme!”. Me ayudaba enormemente, la verdad. ¡Y sabía que estos entrenos también le ayudaban a mejorar  a él!

Así que estaba tope en general. Con todos los entrenamientos, las clases, las horas de estudio y mi recién incorporación al Comité Organizador de Fiestas, a lo que pronto comencé a llamar COF, apenas tenía tiempo de ver a mis otros amigos del Liceo.

Con Fusión hablaba más que nada por Whatsapp y a veces quedábamos para merendar y ponernos al día. El chico radioactivo también tenía sus exámenes y el pobre no daba abasto.

Con Fantasma, a pesar de que nuestra amistad se enfrió un poco después de lo que pasó en el baile, pronto volvimos a la normalidad. Al final, él y Natalia comenzaron a seguir. ¡Y no podía estar más contento! Natalia era fantástica y merecía ser feliz y estar con alguien tan buenazo como Fantasma. Así que ahora volvíamos todos a ser amigos y dejó de ser incomodo estar todos juntos en el mismo grupo.

Y con Martí era todo simplemente perfecto. El chico aguantaba todas mis tonterías y bromas, incluso se reía de ellas. Me ayudaba con Lengua  y con Filosofía, y yo le ayudaba con Matemáticas y Ciencias. Nos compenetrábamos bastante bien. Y entendía que no tuviese mucho tiempo libre, con todo ese estrés. Así que cuando nos veíamos, disfrutábamos él uno del otro al máximo.

De hecho, gracias a los poderes de invisibilización, de teletransporte y de intangibilidad de algunos de mis compañeros, Silvano se colaba en mi habitación para dormir juntitos.  Obviamente, por respeto a Daniel, solo cuchicheábamos y hacíamos mimos sin molestar mucho.

Pero el colmo llegó cuando un buen día cuando fui llamado a secretaria.

-Hola, capullo. –dijo mi hermanita, sentada en uno de los bancos. Eugenia "Honey" Vergara.- Adivina, adivinanza…

Estaba rodeada de maletas. Un momento.

-¡NOOOOOOOOOOOOOOOO! –grité cayendo de rodillas, telenovelicamente dramático.

Se ve que sus poderes habían estado floreciendo desde la última vez que nos vimos. Compartía habilidades con Plasma y algunas otras con Mamá y conmigo, pero también tenía cosas únicas. Después de varios análisis y pruebas en el MI13, llegaron a la conclusión de que lo mejor sería que se quedase en el Liceo y que comenzase en el siguiente curso.

-¡Pues sí! Y no he tenido que causar un accidente en media ciudad para estar aquí, Cateto. JAJAJAJAJAJAJA. –y se rio con la más sonora de las risas, heredada de la mismísima Wrecking Mom.

 

Así que habían sido unos meses cuanto menos, entretenidos.

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08/03/2019, 22:07
Dídac Castelló

La noche del baile de primavera... bueno, esa noche Dídac no durmió en su habitación, dejémoslo ahí. Lo último que se supo de él era que se había ido a su habitación porque estaba cansado y Juanjo había ido tras él. Había mucho que explicar.

A eso de las ocho de la mañana Dídac entró por la puerta de su habitación, serio y pensativo, aunque de vez en cuando se quedaba mirando a la nada y sonreía estúpidamente. Trató de hacer el menor ruido posible, aunque lo más probable era que Ingatius se despertara igualmente... aquella noche el sigilo no era lo suyo, estaba derrotado.

El tiempo antes de los exámenes finales Dídac, como no, hizo todo lo posible por ayudar a sus compañeros siempre que les hiciera falta. Conocía el temario de sobra, y el que no lo memorizaba mientras estudiaba con sus amigos... los estudios no eran un problema para el metamorfo. Tampoco lo eran las interacciones sociales, pero durante el curso se dedicaba más a estudiar que a otras cosas... quizá ahora que tenía todo el temario memorizado de principio a fin, era hora de soltarse de verdad.

Acudió a todas y cada una de las fiestas de Ignatius, eso si, transformado en cualquier otro alumno que no se encontrara en la fiesta... si había algún problema, no quería estar envuelto. Aprovechaba esos momentos en que era "otra persona" para darse el lote con más de una/o. Quizá surgiera alguna relación de sus escarceos amorosos, quién sabe... muy pocas personas podían resistirse a sus encantos y el primer paso ya estaba dado. Una cosa sí aseguró a sus compañeros - que tarde o temprano se enterarían de sus quehaceres.

- Tranquis aguafiestas .- Les replicó con una sonrisa desenfadada -. Nunca me transformaré en ninguno de vosotros o en vuestras parejas, lo prometo .- Aquella promesa era completamente cierta... a no ser que uno de ellos se lo pidiera. A saber...

Con Moussa comenzó a acudir al club de inventores a tratar de ayudarle con las muestras para el upgrade de su aparato de curación. En cierto punto aquel lugar y la gente que acudía allí, comenzó a agradarle aún más, y pensó hasta en apuntarse... quizá más adelante, pero era un lugar en que se sentía a gusto. Y cuando Rita se encontraba en aquel lugar y no haciendo sus otras muchas actividades, lo disfrutaba aún más. Aún con el evidente cambio de personalidad de la chica tras la visita a Heliópolis, el metamorfo no podía evitar querer conocerla mejor... aún sin habilidades físicas, se había lanzado a salvarle la vida, y eso era algo que le agradecería de por vida, y que, quizá sin quererlo, forjaría una amistad difícil de romper.

Con Rudy no necesitaba excusa alguna, era su mejor amigo dentro del Liceo, ya fuera Diana o Dídac, tenían una conexión especial, y eso Martí lo sabía y lo aceptaba. De hecho el metamorfo había hecho muy buenas migas con el novio de su mejor amigo, hasta él comenzaba a aceptar sus estúpidamente sexualizadas bromas.

En cuanto a su relación con Juanjo, al parecer seguía adelante. Nunca explicó a ninguno de sus compañeros porqué había sucedido aquello la noche de la fiesta, pero al parecer todo estaba perfectamente, más que bien. De hecho cualquier rato de esparcimiento del mentor del Grupo 1 lo pasaban juntos, y muchas de las veces no quedaban sino para hablar o tomar algo, no era para nada como al principio.

Solía quedar también con Sara y Marina a solas los tres, y en aquellas situaciones, salía la Diana que Dídac lleva dentro. De hecho, a veces, para hacer que las chicas se sintieran más cómodas, volvía a ser su alter ego femenina. Siempre estaba bien tener amigas con quienes hablar de sus problemas, más allá de Rudy, aunque a éste se lo contara todo... o casi.

Con Daniel, quieras que no, no tenía una fuerte conexión más allá que la de ser compañeros de grupo, que fuera el compañero de cuarto de Rudy y que ensayara con Juanjo, pero después de haberse puesto entre un techo desplomándose y el chico y su pareja, se forman vínculos. De hecho más de una vez se apuntó a los entrenamientos con Daniel y Rudy. Quizá los exámenes teóricos fueran pan comido... pero no tanto los físicos, y no era algo que pudiera solucionarlo con labia.

Con César todo era más complicado, el chico no era lo que se podría decir la alegría de la huerta, pero siempre que sabía que "la mini antorcha humana" se iba a entrenar, y siempre que supiera que era relativamente seguro, se pegaba a él, a ver si conseguía hacer aflorar esa parte de sus genes, era algo que podría o no aprender a usar, pero según le habían dicho... ahí estaba.

De resto se le vio un par de veces en los pasillos de charla con Égida y Tramuntana, que parecían llevarse bien con el metamorfo, aunque no quedaba bien claro porqué, aunque parecía que de vez en cuando hacían chistes sobre las guerras Kree-Skrull y Égida y él hacían peleas de manos como niñas de preescolar, para luego reírse.

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09/03/2019, 13:43
Moussa Dakar

La noche del baile sería algo que seguramente nadie olvidase jamás. ¡Vaya la que había montado el estudiante expulsado! Aunque lo que más le hizo pensar, era lo cerca que él mismo podría haber hecho algo así de no haber contado con la ayuda y apoyo de sus compañeros. Por ello, cada mañana cuando se levantaba y se miraba al espejo, no podía dejar de pensar en que debía de seguir intentando ser mejor persona. Claro que no es que eso fuese muy complicado, no gracias a las personas que les rodeaban.

Durante los dos siguientes meses, era raro verlo sin Ana a su lado. La muchacha era una santa y todo un encanto que lograba convertir a Moussa en una persona más centrada. Por su parte, Moussa trataba de tener toda clase de detalles con ella y cuidarla haciendo honor a su nombre, es decir, como a una reina.

Ana tuvo la genial idea de formar un pequeño grupo de estudio con Sara y su novio. La presencia de Faro sin duda fue un factor clave para que Moussa mejorase notablemente sus notas ya que hasta el momento, se distraía con bastante facilidad al estudiar asignaturas que no le gustaban mucho. Además aprendió del orden metódico de Sara para llevar al día sus apuntes y deberes. A cambio de la ayuda de sus compañeros, se los llevó un par de veces hasta la ciudad para ir a una discoteca y disfrutar así de un respiro entre los estudios. Sara se había convertido en lo más parecido a una hermana para Mouusa. su carácter pacífico y buen hacer, hacía que se la tomase cariño con facilidad, por no mencionar el gran corazón que la dama de hielo tenía.

Con Rudy también mejoró su relación, de hecho trataba de aprender lo máximo posible de su compañero para así, poder relacionarse con el resto de forma más amigable. Claro que a veces Rudy podía ser un poco molesto, así que Moussa comenzó una pequeña guerra de bromas con él. Por cada una que lograba colarle, Rudy se la devolvía con creces, pero eso sí, siempre con gran humor.

Con Ignatius no logró establecer fuertes lazos, al principio le pidió quedar para practicar artes marciales. Pero el espíritu libre del Americano, ya no congeniaba bien con el nuevo yo de Moussa. Antaño habrían sido compañeros de mil fiestas, pero ahora Moussa se había "domesticado" y prefería cumplir las reglas del Liceo ¿¡Quién lo iba a decir!?

Marina se convirtió es una especie de confidente para Moussa, era a ella a quién acudía cuando necesitaba consejo para una de sus citas con Ana o para comprarla algún regalo. La muchacha sabía escuchar, pero también dar muy buenos consejos. Moussa desarrolló un gran cariño también hacia ella, así que trató durante aquellos dos meses y de forma muy sutil, emparejarla con César. Quién tras haber vuelto a estrechar lazos con su familia, pensó que sería un buen momento para al igual que él, dejar atrás la vida de...bueno, de mal estudiante y estar con alguien como Marina sería bueno. Así que como por arte de la casualidad, los citaba a ambos junto a Ana y después farfullaba de que el resto los habían dejado tirados.

La presencia de Moussa en el club de inventores se fue tornando cada vez más participativa, ya no solo aportaba ideas, sino que también aportaba su pequeño grano de arena en los experimentos. Por supuesto el abismo que lo separaba del resto de los miembros del club era enorme, pero poca a poco iba aprendiendo. Además aprovechó a pasar más tiempo con Didac, aquella versión de Diana era un encanto y todo eso. Pero Moussa echaba de menos a la verdadera Diana. No se  lo hizo saber, claro, pero era lo que sentía. Aún así a veces sufría de fuertes ataques de risa por las ocurrencias de Didac. El metamorfo logró convertir el club de inventores en un ambiente más divertido, algo que todos agradecieron.

Daniel era tan educado y organizado, que le daba la sensación de que se encontraba en presencia de un adulto. Aquello no era malo en absoluto, pero le hacía sentirse a veces como alguien muy pequeño. Quizás por eso fue a él a quién le pidió que le ayudase a entrenar. El inglés era todo un experto en el combate cuerpo a cuerpo y Moussa estaba comenzando a desarrollar sus capacidades combativas. Carecía de la fuerza de Saga, pero su capacidad para teletransportarse y la capacidad de conjurar las armas de Bosch, le ayudaban a poder dar algo de guerra al experto Saga. Durante el tiempo que pasó entrenando a su lado, se dio cuenta de que sería un gran líder en el futuro, ya lo era, claro, pero estaba seguro que podía llegar a ser mejor incluso que el capitán América. Sin duda serían afortunados de contar con él.

Con tanto entrenamiento y tantos estudios, no es que tuviese mucho tiempo libre, sobretodo desde que había comenzado a salir con Ana. Pero no quería repetir curso y quedarse atrás, así que estaba haciendo su mejor esfuerzo. Además, tenía muy claro que quería llegar a convertirse en el mejor médico del mundo y poder sanar enfermedades como el cáncer y cosas así. Por lo que no le quedaba más remedio que ponerse las pilas y estudiar.

Con el resto del Liceo también trató de llevarse bien, trazó buena amistad con sagitario. El muchacho era una de esas personas que no tenían nada de malicia en su interior, por lo que sin duda era una buena influencia para Moussa. Con fantasma y augurio también estrechó lazos e incluso con el Doctor Ahora. Claro que este último no estaba nunca muy ilusionado con aguantar a Moussa, pero para poder estudiar los portales de este, debía de soportarlo.

Así que en definitiva, aquellos dos meses fueron muy agotadores para Moussa. En especial cuando un par de semanas antes de los exámenes finales, comenzó a desaparecer del Liceo.

 

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09/03/2019, 15:23
Moussa Dakar

Dos días antes del comienzo de los exámenes...

El cielo, teñido de un hermoso tono anaranjado mostraba el final del día. En poco tiempo la noche caería y las primeras estrellas comenzarían a brillar en el firmamento. Todos sus compañeros de equipo, así como las parejas de estos, habían sido reunidos en la cancha de baloncesto por Moussa. De los presentes, tan solo Ana sabía lo que se traía entre manos el senegalés, pero se negaba a soltar prenda.

Oculto en la lejanía, Moussa espiaba a sus compañeros aguardando el momento idóneo para aparecer. ¡Tenia que hacer una buen entrada! Tan solo cuando el último rayo de sol se difuminaba en el horizonte, emergió a través de uno de sus portales frente a sus compañeros.

-Bienvenidos a todos, gracias por estar aquí. Sé que en breves comenzarán los exámenes finales y que seguramente desearíais estar estudiando. Pero esto es importante. Bueno, todos sabéis esto...lo complicado que he podido llegar a ser en ocasiones. No recordaba lo que era tener una familia hasta que os he conocido a vosotros. Este año hemos pasado por muchas cosas y aunque los exámenes serán difíciles, seguro que no es nada que no podamos superar. Por eso quería que esta noche nos la tomásemos libre.

Durante las dos últimas semanas ha estado saliendo del Liceo a escondidas y apenas se le ha visto fuera de las de clases. No ha sido fácil para él preparar todo aquello, pero espera que realmente merezca la pena. Por ello, alza la cabeza hacia el cielo y contempla la hermosa noche que los envuelve y el sinfín de estrellas que comienzan a brillar en el firmamento.

-Seguidme, por favor.

Moussa encabeza el grupo guiándolos hasta el denso bosque que rodea el Liceo y se adentra en él. Camina en silencio, sintiendo el frescor de la lluvia que horas antes ha caído y permitiendo que sus sentidos perciban cada detalle de la vida que allí florece. Rodeados de incontable tecnología, el adentrarse en un lugar como aquel resulta de lo más extraño pero también agradable.

Durante largos minutos les hace caminar a través del bosque sin responder a ninguna pregunta, guiándolos por un sendero por el que nunca antes habían caminado. Finalmente, un claro se alza ante ellos y no tardan en reconocer el lugar donde les ha traído.

Allí fue donde libraron su terrible batalla contra Omnis, el lugar por donde fueron arrastrados a Heliopolis. Los signos de lucha han quedado engullidos por el avance de la naturaleza, como si allí jamás habría sucedido nada.

Un resplandor azul ilumina el cielo al aparecer el primero de muchos fuegos fatuos, que rodean el claro. Su luz, azulada y cálida les permite contemplar lo que Moussa ha preparado para todos ellos. En medio del claro se alza una gigantesca piedra de color negro y superficie completamente lisa. Su forma es ovalada y se siente cálida al contacto. No están solos allí, Rita y el resto del grupo de inventores también se encuentran allí. Se les ve sonrientes y contentos.

-Perdimos la piedra de los nombres por culpa de Omnis. Pero esta era una tradición que no quería que perdiésemos. Esto marcó un antes y un después para muchos, sobretodo para mí. Así que he buscado una nueva para el Liceo, pero quería que fueseis los primeros en inscribir vuestros nombres, todos vosotros os lo habéis ganado.

En el pasado usaban un cuchillo para grabar sus nombres, pero en lugar de ello, Moussa les tiende un pequeño cilindro de metal similar a un puntero láser. El pequeño artilugio es precisamente un láser de poca potencia con la capacidad de ofrecer un haz de luz que alcanza cualquier tonalidad, cuya finalidad es poder perforar la superficie de la piedra.

-Logré que el club de inventores me ayudase a reunir los componentes necesarios para crear una piedra única. Cada nombre que grabemos en la roca, perdurará para siempre. Cada noche, cuando la noche caiga, el nombre se iluminará con el color que cada uno haya elegido. De eso modo espero que todos recordemos que no importa donde estemos o la oscuridad que nos envuelva, aquí siempre estarán nuestros compañeros dispuestos a iluminar nuestro camino. Espero que os guste.

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10/03/2019, 10:57
Sara Carrión

Quedaba poco tiempo ya para los exámenes, Sara lo había preparado ya casi todo. Aparte podía hacer todas las trampas si quisiera y no las iba a hacer porque se había matado a estudiar junto a sus amigos. La gracia de haber establecido un pequeño pique era motivarse entre sí. La joven había aprovechado muchas técnicas de estudio, que aprendió del resto, su potencial se había desarrollado un poco también por ahí. Ya sin la carga de tantas emociones negativas como habían existido en su vida anterior podía dedicarse a mejorar. Había podido ver lo mismo en sus compañeros, quienes iban dando lo mejor de sí mismo. Ciertamente la academia funcionaba, al menos para ellos.

Había un pequeño lío emocional con Didac del que apenas habían hablado, lo notaba muy tenso. Uno de esos días cuando recobró la forma de Diana no pudo evitar sentir una gran alegría, como si volviera a ver a su amiga y pudieran comentar muchas cosas sobre lo que habían vivido tras haber estado tiempo alejadas, y no había sido así, pues el joven seguía siendo parte del grupo, pero había algo instintivo que hacía que lo viera diferente según su forma. Hablaron largo y tendido sobre las clases, los profesores y los alumnos. Además sabían que algo pasaba con Moussa, quien se ausentaba a menudo.

Sara se preocupaba por que la presión estuviera pudiendo con el senegalés y reaccionara apartándose de todos. Mas cuando echaron a andar por el bosque ya parecía que estaba tramando alguna cosa. Se encontraron con el club de inventores, fue una gran sorpresa con el colofón final de esa nueva piedra del nombre, tan bonita. Aquello demostraba el gran ingenio de todos ellos, se merecían ese nombre, casi que merecían el nombre de club de genios, al menos ella lo sintió así, embargada por un fuerte sentimiento, como si con su ciencia Moussa y los demás hubieran hecho algo mágico que llegaba hasta el alma.

- Dios mío, es precioso.

Claro que lo que ella quería era manifestar sus sentimientos, dejarse llevar e incluso soltar alguna lágrima. Pensaba entonces que actuar así no era lo adecuado, ella siempre había sido muy sentimental, le vino a la memoria la bofetada sin sentido hacia Daniel. Siempre fue sentimental pero sabía que tenía que controlarse como haría Hécate o cualquiera de sus otras heroínas. La joven quedó algo paralizada, queriendo buscar algo intermedio. Se acercó a Moussa para darle un abrazo.

- Sois geniales, va a ser maravilloso tener una nueva piedra del Nombre, siempre ha sido algo especial.

Después del abrazo a Atajo, fue a buscar al resto, se merecían todos lo mejor, después de un trabajo tan importante como era levantar uno de los símbolos de la academia, de la unión entre sus estudiantes.

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11/03/2019, 17:15
Daniel D´aeth

Daniel procuraba que el grupo hiciera al menos un entrenamiento conjunto cada cierto tiempo, tanto para verse en otro ambiente que no fuera sentados en pupitres como para mejorar su trabajo en equipo. El inglés había demostrado que era capaz de controlar por completo esas prolongaciones de sí mismo, hechas de arena y con el mismo aspecto de esos soldados de Heliópolis que pudieron ver en la ciudad, y no dudaba en usarlas para poner en aprietos a sus compañeros. Sin embargo, Moussa siempre le pedía por favor si podía escaquearse porque tenía cosas importantes que hacer, lo que aumentó la inquietud de Daniel. ¿Estaría el senegalés volviendo a su comportamiento taciturno de antaño? ¿O había algo más? Estaba decidido a descubrirlo de una vez por todas, cuando fue el propio Atajo quien reunió al grupo para una visita nocturna.

El bosque ya era un lugar familiar para él y para Malina, quien ahora le acompañaba pegada y comentando en voz baja sus dudas sobre uno de los temas de Biología. Sin embargo, Moussa no tardó en recorrer un sendero que casi había desaparecido bajo la vegetación pero que era bien conocido por todos. La primera vez que Daniel había estado allí había recibido su nombre de guerra, y la última vez había descubierto que había un mundo más allá que suscitaba tantas respuestas como resolvía dudas. 

No sabía qué esperar de su compañero, pero lo que no esperaba era encontrarse con algo tan único, tan mágico y tan especial como aquello. No sólo estaba dando un lugar a las generaciones existentes y por venir del Liceo, sino estaba ayudándoles a todos a olvidar el tenebroso incidente con Omnis. Era una muestra de lo que podía hacer alguien que quería sanar al mundo, tanto física como mentalmente. 

Es un regalo que nadie podrá olvidar, Moussa —asintió Daniel, esbozando una leve pero cálida sonrisa.

Como buen caballero inglés, dejó que fueran las féminas presentes quienes firmaran primero su nombre. Después, encabezó a los varones tomando el lapicero de alta tecnología, y tras trastear un poco hasta encontrar el color deseado, grabó las cuatro letras de su apodo en un hermoso rojo carmesí que encajaba con el del brazalete que se había traído de Heliopolis.

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11/03/2019, 19:51
Rudy Vergara

Caminando por el bosque, iba charlando con Lux, Ignatius y Silvano. Quizá nadie lo notó, pero las plantas se apartaban del camino del grupo, evitando que nadie tuviese que hacerlas a un lado, que nadie se tropezase y sobretodo, que nadie las pisase.

Les hable sobre la primera vez que caminé por aquel sendero. No hacía ni un año todavía, pero después de todo lo vivido parecía una década. Le volví a contar a Ignatius en qué consistía la tradición de la Roca del Nombre y como cuando nombramos a Daniel se lió parda. Y claro, ya no quedaba Roca.

Por un momento pensé que Moussa nos iba a gastar una broma. Aunque el nuevo senegalés no haría perder el tiempo a tanta gente a la vez, solo para echarse unas risas.

 

Y ahí estaba, una nueva Roca del Nombre. Diferente a la anterior, pero resplandecía la misma energía.

-Guau. -dije con los ojos húmedos. No tenía palabras.

¡Moussa y el Club de Inventores! ¿Quién lo habría dicho? A principio de curso Atajo era un malote solitario y el Club me habría parecido gente con pocos sentimientos. Y ahora...

Sorbí la nariz. Le estiré de la camisa a Martí e hice el gesto de sonarme los mocos para que me diese un pañuelo (él siempre llevaba).

Una vez Daniel escribió su nombre, seguí yo. Cogí el bolígrafo láser y los configuré en un tono azul záfiro, como el de mi traje de Cráter.

-Yo... Quería decir algo. -dije ajustándome la capucha de la sudadera.- Creo que esto significa mucho. A algunos les podría parecer que es una piedra con nombres tontos. Pero lo que escribimos... Es nuestra identidad. Yo soy tanto Rudy Vergara, como Cráter. Supongo que será parte del entrenamiento y eso, pero ¿No os habéis dado cuenta? Cuando entramos en combate, o en momentos de tensión, nos llamamos por nuestro nombre en clave. Ya no por cosas de identidad, si no porque ese somos nosotros. ¿Sabéis? No sé si me explico. ¿Sí, no? Jo-joer. En mi cabeza sonaba mejor. Pero eso. ¿Si? ¿No?

Alguna mirada que luchaba entre reírse y llorar me indicó que debía parar.

-Pues eso. -dije mirando a Moussa.- Gracias, Atajo. No sé qué haríamos sin tí.

Inscribí mi nombre en la Roca. No me quedó tan bonito como con la caligrafía de Daniel, pero quedó resultón. Igual lo podría haber escrito un niño de 7 años.

CRÁTER

 

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14/03/2019, 00:09
Dídac Castelló

De camino al bosque, Dídac iba pensando exactamente en lo que les esperaba en el claro. Últimamente  se había permetido pasar más tiempo en el club de inventores, y no es que algunos fueran los mejores guardando secretos. Sabía lo que les esperaba en el claro, y aún  así llevaba la mayor ilusión  del mundo. De hecho, cuando llegaron, aparte de su propia reacción  estuvo atento a la de los sentimentales del grupo, aunque sobre todo de Rudy.

- Ésta vez os habéis  superado cerebritos... y tu también canijo .- Dijo levantandolo  en el aire. No es que Dídac  fuera un portento físico,  pero para levantar a Moussa, no era necesaria la fuerza de Rudy o Daniel -. Pensaba que no podría  cambiarme oficialmente  el nombre de héroe sin la piedra del nombre. 

En aquel momento enarboló una preciosa sonrisa y agarró  el puntero con el que debían  inscribir sus nombres en la piedra. El color le daba igual, aunque acabó escogiendo el morado... lo importante era el nombre. 

MASCARADA 

Escribió  con una perfecta caligrafía,  muy raramente vista de manos de un hombre. A fin de cuentas... seguía  siendo Diana.

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14/03/2019, 11:22
Ignatius Brightnight

Moussa siempre había resultado un tipo curioso para Ignatius: un muchacho pequeño que se esforzaba por ser un chico malo para parecer más de lo que era, cuando en realidad era más de lo que casi todos podían soñar. Sus poderes eran impresionantes, probablemente los más potentes del grupo. Si Ignatius no fuera un chico tan seguro de sí mismo, seguramente se hubiera sentido acomplejado por lo que el senegalés podía lograr en sólo unos instantes. Y ahora quería reunirnos en el bosque. Un lugar inusual, sin duda el lugar apropiado para esconder algo de la vista de las palomas. O tal vez no. El nativo americano se moría de la curiosidad. Si hubiera sido una emboscada seguramente lo hubiera disfrutado igual... pero no, al llegar a aquel claro lo único que les esperaba era un enorme monolito negro, ovalado y cálido al tacto (por supuesto Ignatius no tardó en admirar su textura tocándola sin temor alguno a lo que pudiera pasar). Aquello era espectacular.

─Mis felicitaciones, chicos, Moussa, es impresionante.

Ignatius aguardó en silencio compartiendo sólo miradas y preguntándole a su novia sin palabras qué le parecía todo aquello, eso sí, con una sonrisa en la cara. Ignatius parecía estar disfrutando aquello tanto o más que los demás, pese a la novedad que suponía para él (o tal vez debido a ello).

Tardó un poco en reaccionar cuando alguien le depositó el puntero láser en la mano. Se lo quedó mirando, no por el propio objeto, sino por lo que significaba. Rudy, o mejor dicho, Cráter, tenía razón: cuando estaban en situación de combate se llamaban por nombres en clave que se habían convertido en parte de ellos. Ignatius todavía no tenía, ni se lo había planteado siquiera, pero en un ramalazo de genialidad, supo lo que debía hacer: utilizar su nombre nativo, el que no figuraba en ningún papel, que ya formaba parte de él, para darle un nuevo uso.

CRAZY CROW

Lo escribió en negro, un color que, dada la tonalidad de la nueva piedra del nombre, quedaría como un grabado oscuro sobre algo oscuro brillante. Sólo aquellos con buena vista o afición por el detalle percibirían, pero Crazy Crow no tenía intención de hacerse famoso, sino de inscribirse en aquella roca como quien era en realidad. Reafirmar su propia identidad. Grabar SU nombre.

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14/03/2019, 21:58
Sara Carrión

Se alegraba de que todos tuvieran esas buenas vibraciones hacia el nuevo invento del club de inventores. La joven pudo ver cómo algunos de ellos se acercaban a apuntar sus nombres. Una de las cosas que le gustaba de la nueva piedra del nombre era que podría albergar a alumnos durante todos los años necesarios. Se imaginaba que las palabras podrían moverse, reorganizarse, quizás hasta borrarse si alguno era expulsado.

Viendo que era un buen momento para hacer su parte, tomó el lápiz especial, escribiendo con cuidado su nombre "Estigia". No lo había dicho a nadie, pero últimamente tenía sueños intensos y su sueño se estaba alterando. Algo la intranquilizaba mas no veía motivo para ello. En realidad, le iba muy bien, casi todo le salía "de perlas". Debía de ser que pensaba que no se merecía todo aquello. ¿Era esa la conclusión apropiada? Nunca le había ido tan bien, ni tenido amigos desde que pereciera su hermana. Sara trató de apartar sus propios fantasmas, sonrió suavemente queriendo dejarse llevar por el momento. La escena era especial y merecía la pena grabarla en su memoria para siempre.

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16/03/2019, 00:23
Narrador

Marina sonrió ampliamente cuando Moussa les reveló la nueva Roca de los Nombres. Sonriente, se acercó al senegalés para abrazarlo con fuerza. A Moussa se le cortó la respiración a medida que los poderosos brazos de Sirena lo atrapaban, pero ésta pronto lo soltó.

Luego se acercó junto a sus compañeros a la roca, y con el puntero escribió su nombre de heroína, usando un color azul celeste.

“SIRENA”

César, por su parte, pareció emocionarse bastante con el gesto de su amigo. Mientras todos escribían sus nombres en la roca, el piroquinético se acercó a Moussa y le pasó el brazo por encima de los hombros, estrechándolo contra él.

Observaron en silencio cómo todos sus compañeros escribían sus nombres en la roca y, cuando hubieron acabado todos, César tiró de Moussa para acercarlo a la roca. El senegalés juraría que incluso había visto lágrimas en los ojos de su amigo.

César escribió su nombre con un intenso tono anaranjado.

“SALAMANDRA”

- Ahora te toca a ti - le dijo solemnemente a Moussa mientras le tendía el puntero.

Pero todavía quedaba otra sorpresa.

Rita dio una palmada, atrayendo su atención.

- ¡El Grupo 4 no puede grabar sus nombres en la Roca sin todos sus integrantes! - anunció, emocionada.

Entonces, hizo un gesto hacia el bosque, saludando con la mano.

De entre los árboles emergieron dos figuras, dos chicos de su edad. Marina ahogó un grito de sorpresa.

Eran Aitor e Iván.

Aitor se veía igual que cuando se había marchado del Liceo, meses atrás. Iba bien vestido, con camisa, pantalones y zapatos. Tenía aspecto de ejecutivo.

Iván, por otra parte, era al que hacía más que no veían. El chico hada andaba apoyado en un bastón. Parecía que se había recuperado parcialmente de las graves heridas recibidas durante la batalla contra Plasma. Él vestía un atuendo informal, como lo que solía llevar en la escuela.

César echó a correr hacia Iván, gritando de alegría. Marina, por su parte, se quedó junto a Sara, mirando a Aitor desde la distancia.

Tras saludar a sus compañeros, los recién llegados se acercaron con gesto solemne a la Roca y grabaron sus nombres junto a los de sus compañeros.

“ZENITRAM” escrito con trazos rápidos, en un brillante plateado.

“VENT” escrito con elegante caligrafía, en un intenso verde esmeralda.

Habían venido durante una sola noche, invitados por Rita, para poder participar en aquella ceremonia.

Cuando Moussa hubo escrito el suyo, junto al de sus compañeros, Rita y los demás aplaudieron efusivamente. Luego, por supuesto, corrieron todos a grabar también sus nombres.

La roca negra, hasta hace poco desnuda, comenzó a llenarse de nombres brillantes.

“ORÁCULO”

“FRAGUA”

“TESLA”

“ENLACE”

“SILVANO”

“ABEJA REINA”

“FARO”

“LUX”

Y muchos más que los seguirían desde aquel momento...

Antes de marcharse del claro, todos observaron en silencio la nueva Roca de los Nombres. Los nombres refulgían en su superficie, visibles a pesar de la oscuridad de la noche.

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16/03/2019, 00:23
Narrador

Pocos días después...

A pesar de la proximidad de los exámenes, aquel día era un día especial. Era el cumpleaños de Moussa. Ana los había contactado a todos de forma secreta, le quería dar una celebración sorpresa a Moussa en los merenderos de la escuela.

Según el plan, ella lo mantendría ocupado mientras ellos preparaban la fiesta. A la hora de comer, lo sacaría a los jardines donde todos lo estarían esperando.

Les había dado carta blanca para la decoración, pastel, ¡e incluso el regalo!

Eso sí, no hacía falta invitar a demasiada gente. Ana creía que Moussa disfrutaría más de algo más íntimo, con sus compañeros de grupo y sus amigos más cercanos.

Faltaba una hora para el comienzo de la fiesta, ¡así que no tenían tiempo que perder!

Notas de juego

La idea es que entre todos organizáis la celebración, a espaldas de Moussa. ¡Sed creativos!

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16/03/2019, 00:26
Abeja Reina

Pocos días después...

A pesar de la proximidad de los exámenes, aquel día era un día especial. Era el cumpleaños de Moussa, o al menos el día que creía que era su cumpleaños.

Moussa se encontraba en su dormitorio con Ana. Ella había insistido en ver aquella serie que tanto le gustaba, Stargate.

La muchacha se había presentado en su cuarto, sonriente, con un disco DVD en las manos. Al parecer, contenía la serie al completo. Quería ver los capítulos favoritos de Moussa, ¡como celebración de cumpleaños!

Mientras veían la serie en el ordenador portátil de Ana, ella le hizo una pregunta.

- Oye Moussa, ¿te apetece hacer algo en especial hoy? He pensado que podríamos ir luego a comer por los jardines de la escuela, tú y yo.

Acompañó la sugerencia con una dulce sonrisa.

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16/03/2019, 07:27
Daniel D´aeth

Los exámenes seguían en el horizonte, pero Daniel había aprendido en los meses que había estado en el Liceo que la vida de un Instituto era más rica y variada que sólo estudiar. Y por supuesto, celebrar el cumpleaños de alguien como Moussa, que había dado tanto por sus compañeros, era algo que no podía pasarse por alto.

Una hora, no es mucho tiempo —aunque fuera con la mejor de las intenciones, Ana no destacaba por ser demasiado previsora. Daniel dio una palmada y frotó las manos, poniéndose a pensar. —Mi propuesta es que preparemos algo relacionado con las experiencias que hemos tenido cada uno con Moussa. Que sea algo personal. Si le regalamos cualquier cosa tirando de tarjeta  —hizo un ademán hacia Ignatius —o usando tus poderes, no tendría gracia, es como ir a lo fácil. Y Moussa no se merece eso.

Allí estaban congregados alumnos con poderes increíbles que podrían construir y fabricar cosas maravillosas.

Sin embargo, sí que me vendría bien tu ayuda para la decoración. Entre mi arena y tu poder, podemos decorar esto de forma única. Me quedé muy impresionado con esa columna que invocaste en el gimnasio —había sido una muestra de poder fabulosa, y esa ocasión sería idónea para explotarlo —Yo ya sé qué regalarle, será algo relacionado con lo que vivimos en Heliópolis porque para mí significó la primera vez que Moussa se abrió de verdad a nosotros. 

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17/03/2019, 13:27
Moussa Dakar

Moussa no sabe cuándo ni cómo se inició la tradición de la piedra de los nombres, lo único que sabe es que aquella tradición de los alumnos para con los nuevos, marca un antes y después para todos ellos. El Liceo acaba convirtiéndose en un hogar para todos ellos, un lugar donde no solo aprenden a controlar sus poderes, si no aceptarse los unos a los otros y lo más importante de todo, a descubrir quienes son en realidad. Por ello el hecho de volver a tener una piedra de los nombres le paría vital, después de todo y aunque en aquel momento no lo supiese, el Liceo cambió su vida para siempre.

Al tomar el puntero y como no puede ser de otra manera, elige un tono azulado muy similar al de sus portales.

ATAJO

Sonriente y alegre, regresa junto con sus compañeros cuando de pronto, Rita reclama la atención de todos para anunciar la llegada de los dos antiguos miembros del equipo. La llegada de Aitor (alias el próximo gobernador del mundo) le alegra, pero más aún el ver a Iván. Así que se teletransporta hasta él para abrazarlo. No había tenido el valor necesario hasta entonces para ir a visitarlo y por ello temía que aún siguiese encadenado a una silla de ruedas. ¡Pero ahora de nuevo vuelve a caminar! Así que está seguro de que su aparato de curación ahora funcionará a la perfección con él y que de nuevo podrá volver a correr.

Sin duda aquella fue una buena noche, rodeada de aquellos a los que ya considera su familia. Un gran recuerdo y un gran momento que jamás olvidaría.

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17/03/2019, 13:43
Moussa Dakar
Sólo para el director

Los gustos en películas y series entre ambos era un tanto dispar. Moussa es un amante de la ciencia ficción, mientras que Ana estaba loca con el señor de los anillos. Pero habían logrado encontrar algunas pelis y series que les gustaban a ambos y con las que disfrutaban. Aunque para gran sorpresa de Moussa, Ana aparece aquel día un recopilatorio de todos...TODOS los capítulos de Stargate.

-¡BUAH! ¡Eres la mejor!

Con todo el tema de los estudios, los entrenamientos y el aprovechar el tiempo con Ana y sus amigos, hace mucho que no ve un capítulo. Así que tras meditarlo unos instantes, decide que solo la hará ver uno. Es uno de sus favoritos en el cual tres de los protagonistas reciben superpoderes al ponerse unos brazaletes alienígenas. ¡Eran tan rápidos como Misil y tan fuertes como Rudy! Además O´neill era muy divertido en ese capítulo, así que espera que le guste.

-No te haré sufrir mucho, solo te haré ver uno. Espero que te guste jeje.

Mientras conecta el reproductor y busca el capítulo, Ana le hace una interesante sugerencia. Ir a comer a los jardines los dos solos le parece algo guay.

-Pasar el tiempo contigo ya me parece algo especial.   -La dice mientras la guiña un ojo.   Pero lo de ir a comer a los jardines me parece una idea genial. ¿Hay algo que te apetezca comer? Estoy seguro de que puedo conseguir cualquier cosa de las cocinas, ventajas de llevarse bien con los cocineros. oh, oh que empieza...¡Ostras! me había olvidado del capítulo en el que repiten el mismo día una y otra vez. Bueno, ese ya lo veremos otro día jeje.