En la mesa te esperaba la cena que Mérope había llevado, ahora fría después de tanto tiempo esperando a su comensal. No se trataba de nada extravagante; un filete a punto con puré de calabaza y un vaso con agua. Aun así, sería más que suficiente para satisfacer a tu estómago, el cual había comenzado a rugir de hambre por tantas horas de ayuno.
Tu resistencia mental ha disminuido en 10 puntos debido al cansancio.
Despido a la dulce Mérope con un beso en la mejilla antes de entrar a la habitación. El aroma a comida se ha adueñado de la sala con el correr de las horas, y delata cuál es el plato que me espera sobre la mesa. El filet se ve delicioso aunque frío, al igual que el puré, pero eso no me impide sentarme frente a la mesa y comenzar a comer. El hambre que siento tarda en saciarse, como un bocado tras otro sin terminar de masticar el anterior, así hasta terminar el plato. Muy lentamente siento destellos de saciedad y bienestar, pero las fuerzas que retornan a mi cuerpo no alcanzan para mucho más que ir hacia la cama.
Recostado, exhausto, alzó el mentón y estiro mi cabeza para ver por la ventana. Está oscuro, la noche envuelve ese lugar como lo hace con cualquier otro, parece una más de las tantas que ya han pasado por mi vida, y sin embargo nunca he vivido algo como lo que viví hoy. Vaya Sarthan, ya eres un mago!
Sarthan se queda recostado hasta que el sueño se apodere de él, o lo que fuera que pueda suceder en este extraño lugar ;)