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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 2- Bosquecillo de Muro de Salmuera.

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25/10/2017, 20:04
Tradición Ancestral.

REGENTE DE JADE: 2- BOSQUECILLO DE MURO DE SALMUERA.

Notas de juego

- Escena exclusivamente Narrativa.

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04/11/2017, 18:16
CALENDARIO.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

La caravana de Sandru Vhiski se ve obligada a detenerse cuando el sendero que conduce al Castillo está demasiado cubierto de matojos y es imposible avanzar excepto a pie.

En ese momento Ameiko se derrumba y el Viejo Hattori corre a socorrerla.

Notas de juego

// Entran en escena: Caravana de Sandru al completo y todos los viajeros. - Proceden de: Viajes.

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05/11/2017, 10:16
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Un plomizo manto nuboso ocultaba el sol dejando pasar una luz atenuada y melancólica. La vegetación, el sendero y los objetos se veían con colores apagados. Incluso las ropas de colores vivos y los abalorios de Koya mostraban un pálido reflejo en tonos grises de su viveza original.

En cuanto al camino, se hacía evidente que no podrían avanzar más con los carros. Una rueda del carro de pasajeros había quedado atrapada al hundirse una madriguera de conejos. Hattori trataba de calzar un tablón en la rueda a modo de rampa para ayudar a sacar el carro cuando notó la delicadeza helada de un copo de nieve posarse en su nariz. - Ameiko tendrá frío. - pensó. Así que, tras liberar el carro, el viejo fue a buscar la capa de abrigo, los guantes y el gorro de piel de su señora.

Pero no eran tan solo el frío y la precariedad del camino los que hacían aquella última etapa del viaje tan desapacible. Conforme se acercaban a su destino, tenía la sensación de que el buen ambiente de la caravana se había ido enrareciendo y las noches de Hattori habían consistido en una alternancia de insomnio y sueños funestos.

Quizá las malas sensaciones no son más que recelos de un viejo a vivir aventuras.- se dijo una vez con la ropa de abrigo en las manos y en busca de su señora.

La localizó al final de la caravana. Estaba de pie, quieta, con gesto ausente y una mirada perdida que hizo preocuparse seriamente a Hattori.

-¿Ameiko-sama?- La llamó con un hilo de angustia en la voz.

Ella giró la cabeza hacia donde él estaba, pero no parecía verle. Un instante después se había desplomado. Hattori dejó caer la ropa para correr a su lado. - ¡¡AMEIKOOO!!

Se arrodilló junto a ella, comprobó que no estaba herida y le cogió la mano para sentir su pulso mientras acudía alguien con conocimientos de sanación que pudiera socorrerla.

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05/11/2017, 11:04
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.


Al contemplar como Ameiko se derrumbaba, y ver como Hattori corría a protegerla, Propiedad Transitiva desenvainó su hacha, mirando alrededor preparado para un ataque. En su mente sencilla que alguien se desvaneciera podía ser tanto enfermedad como algún tipo de magia o maleficio. ¿Y no significaba acaso eso que podían estar a punto de ser atacados por alguien que tuviera entre sus combatientes a un brujo, o mago, o cualquiera de esos que usaban la puñetera magia?

- Órdenes, jefe- le dijo a Sandru, sin mirarle, ocupado en mirar alrededor de ellos por si hubiera alguna emboscada preparada.

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06/11/2017, 11:55
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Kelsier se había detenido frente al río, con la inmensa imagen al fondo del castillo en un alto de un gran acantilado. Se detuvo observando el grueso tronco a modo de puente, suficientemente ancho para una persona e insuficiente para una carreta. El joven realizó una leve mueca con la boca, a modo de disgusto y miró río arriba y río abajo, tratando de vislumbrar algún puente robusto transitable para todos que hubiera pasado desapercibido. Pero no miró por mucho ya que, al comenzar a acercarse a la orilla escuchó algo tras de sí, en la caravana. Parecía un revuelo.

Aquello captó su atención lo cual hizo que retrocediera, sacando una flecha de su carcaj y colocándola en la cuerda mientras volvía a los carros, temeroso de que algo podría atacarles desde retaguardia.

¿El perro?

Pronto vio que se trataba de Ameiko desfallecida, siendo atendida por varias personas y finalmente llevada por Hattori en brazos a su carro.

- ¿Qué ha ocurrido? ¿Está la srta. Kaijitsu bien? - preguntó preocupado a las dos personas más cercanas que vio, Sandru y Kromdal. Con una mirada nerviosa no pudo evitar mirar al final de la caravana, como hacia con cierta frecuencia, y sus ojos buscaron a Vishkirville.

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06/11/2017, 15:21
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

El sendero por el que avanzaban los carromatos iba estrechándose más y más conforme la vegetación iba colonizando lo que en otro tiempo había sido hollado por ruedas que impedían que el follaje se asentara salvo en las lindes del camino. El paso, progresivamente cada vez más penoso, finalmente se detuvo ante la imposibilidad de avanzar. Vankor, gruñó por lo bajo, sabedor de que aquello no era bueno. Si querían avanzar deberían dejar atrás muchas cosas. Y la distancia a recorrer quizá fuera mucha. En aquel punto, un grito hizo que elevara la mirada y la dirigiera al origen del mismo. Ameiko Kaijitsu había caído al suelo, sin que nada pareciera explicar su desmayo o lo que fuera. ¿Un enemigo acaso que desde la distancia y oculto entre los matorrales la hubiera atacado con algún sortilegio o con un dardo envenenado? Lo ignoraba, pero se adelantó en su posición y prestó especial atención a cuanto lo rodeaba.

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06/11/2017, 19:06
Shalelu Andosana.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Acercarse con la caravana hasta el Muro de Salmuera estaba siendo un buen problema, pensó Shalelu mientras exploraba la avanzadilla del camino por donde tendría que pasar la caravana. – Hubiera sido mejor dejarla escondida – murmuró para sí misma mientras volvía con sigilo hasta el grupo.

Al llegar, su mirada como siempre iba hacia Kelsier y Ameiko, sabía que estaban bien, pero inconscientemente los buscaba para asegurarse que no les había pasado nada en esos instantes en que ella estaba alejada de la caravana. Devolvió la sonrisa de Ameiko, pero algo no le cuadraba, estaba pálida y su sonrisa era un pálido reflejo de su jovial carácter. Sin apenas darse cuenta estaba caminando hacia ella con el ceño fruncido por la preocupación, aunque enseguida se volvió en una carrera cuando la vio desvanecerse.

Llegó justo después de que Hattori llegara a socorrer a la joven. Se arrodilló al otro lado de la muchacha - ¿Ameiko? – preguntó en una voz preocupada mientras buscaba signos del porqué del desmayo: asegurándose que no tenía fiebre, cómo era su respiración,… además de asegurarse que no se había hecho ninguna herida al caer.

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06/11/2017, 19:45
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Canturreaba canciones de viaje varisias con mal tono y peor sentido de la musicalidad cuando desde la parte delantera de la caravana le dieron el alto. Era obvio, no podían avanzar más, seguramente el camino se hacía ya impracticable para los carros y debían detenerse allí hasta que pudieran despejar el camino o buscar otra solución. No era la primera vez que le sucedía algo así en su carrera profesional. En una ocasión durante su segundo viaje como miembro de la caravana del jefe Sandru se habían encontrado en mitad de un sendero de tierra con un par de pesados árboles que obstaculizaban el paso. Como miembro novato del grupo le tocó a él ser el que se llevó la peor parte para apartar aquellos pesados troncos. De recordar aquella vivencia ya estaba cansado.

Sus recuerdos fueron interrumpidos al escuchar algunas palabras de susto y ver como sus compañeros se reunían. Con velocidad, no excesiva, Bevelek tomó su ballesta y se acercó al resto del grupo a tiempo para ver a la señorita Ameiko en los brazos de su sirviente, el siempre leal Hattori. Antes de hablar el varisio miró a ambos lados y luego preguntó.

¿Ocurre algo? ¿Estáis todos bien? ¿Qué ha sucedido?

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06/11/2017, 21:19
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

​Koya estaba de mal humor. Sabía que pronto llegarían a su destino y que, por lo tanto, lo más seguro es que tuviera que dejar las comodidades de su carro. Así que pasó la mayor parte de la mañana encerrada en su carromato, echada sobre el camastro cubierto de sus blandos cojines. Cuando se detuvieron no salió a ver qué pasaba así que tardó en enterarse de lo que había sucedido. Cuando vio a una inerte Ameiko un grito desgarrador salió de su boca. Comenzó a mesarse los cabellos incapaz calmar el frenético latir de su corazón.

- ¡Ay, mi Ameiko!¡Ay, pero qué ha pasado!- Se acuclilló como pudo junto al cuerpo de la tien y, al igual que la fría Shalelu, Koya comenzó a examinar a su joven amiga. El contraste entre la elfa y la varisia en la forma de buscar respuesta a lo que había sucedido era muy evidente. Mientras Shalelu parecía mantener la calma, Koya examinaba el cuerpo de Ameiko entre sollozos, aspavientos y maldiciones.

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06/11/2017, 21:59
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Hattori depositó el cuerpo de Ameiko en el carromato de Koya y ésta siguió al anciano indicándole dónde podía ponerla para que estuviera más cómoda y accesible. Cerró la puerta antes de que Shalelu pudiera seguirlos. Profanar la intimidad del carro de una adivina de caravana varisia sin su permiso podía traer al valiente inconsciente que lo intentara un mal de ojo como recompensa.

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06/11/2017, 22:10
Koya Mvashti.

Koya no era una experta en la cultura tien pero, de haber pasado incontables horas de conversaciones con Ameiko, algo había aprendido sobre ella. Y una de esas cosas era que los tien tenían un exagerado sentido del pudor. Es lo que veía reflejado en el compungido rostro de Hattori. Entendía y respetaba que el protector de Ameiko no quisiese que las exploraciones que tuviera que hacerle a Ameiko las hiciera delante de todos. Las expertas manos de Koya se movían con presteza y se metían por todos los recovecos que dejaban las ropas de la mujer. Le aflojó el escote para que no le apretara y pudiera respirar con facilidad.

- ¿Kamis?- No tenía ni idea de a qué se refería Hattori.- Ameiko solía traducirme esos términos.- Hablar de ella con su cuerpo ahí presente le atenazó aún más la garganta ye hizo que la voz le temblara. Cuando el anciano especificó que se trataban de espíritus Koya apretó los labios y se quedó pensativa.- Ten por seguro que si es eso lo sabré.- Le indicó a Hattori lo más segura que pudo a pesar de que no encontraba explicación a lo sucedido en la exploración realizada.

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06/11/2017, 22:40
Shalelu Andosana.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Siguió a Hattori cuando éste cogió a Ameiko en brazos para llevarla al carromato de Koya. La mujer parecía que estaba perdiendo facultades porque cerró la puerta antes de que ella entrara. Esto no la detuvo, al contrario, abrió la puerta y entró.

- Deberías mirar antes de cerrar la puerta, jovencita – dijo con voz severa a Koya, pero luego volvió su atención a la joven Tien para seguir sus signos vitales… No parecía que hubiera ningún motivo por su estado, pero era preocupante… 

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06/11/2017, 23:16
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

El muchacho vio la silueta del perro, hierática, observando a la caravana. Estaba subido en una loma cercana, detrás del último carromato, y miraba fijamente a los componentes de la expedición. Un escalofrío recorrió la columna del joven al verlo, y es que Kelsier llevaba ojeando a Vishkirville a diario, pero nunca como ahora.

Pareciera como si la fijura del can se difuminara, siendo imprecisa y transformándose en un borrón oscuro donde dos pequeñas luces brillantes indicaban donde estaban sus ojos. Por otro lado percibió cómo el bicho exudaba una sutil neblina, unos jirones nebulosos de icor que proclamaban a gritos su evidente maldad.

Los gritos de Koya sobresaltaron al explorador, captando su atención de nuevo hacia los carros, pudiendo ver cómo la sacerdotisa lloraba como una plañidera de entierro. Por un momento temió que Ameiko hubiera muerto, pero finalmente pensó que la anciana solo pretendía despertarla a base de berridos. La presencia repentina de su madre socorriendo también a la tien lo dejó unos instantes perplejo.

Perplejo porque, por lo general, Shalelu no se involucraba en las cosas del campamento, pero en cuanto Ameiko había caído allí estaba. Perplejo, por su metódico actuar a la hora de comenzar a tomarle los puntos vitales e intentar discernir el origen del problema observando los síntomas. Su tía, Clara, había enseñado al semielfo sobre primeros auxilios y con frecuencia comentaba que su hermana, Shalelu, era muy hábil en ello.

Perplejo, ya que la elfa era la principal exploradora de la caravana y los ojos más vigilantes que había, no acostumbrada a abandonar su puesto. Y sin embargo allí estaba, atendiendo a una amiga.

Kelsier se encontró con una suave sonrisa bobalicona mientras la miraba, posiblemente la primera que le dedicaba en años al mostrar "la mujer de hielo" un comportamiento amable y cuidadoso. Repentinamente su progenitora alzó la vista y lo miró directamente. Creyó ver en ella un atisbo de sonrisa cómplice, cómo si supiera que llevaba un rato mirándola, pero lo que advirtió fue como sus ojos miraron un instante hacia un lado, la vanguardia de la caravana, antes de volver a mirarlo fijamente.

El joven medioelfo le devolvió una sonrisa mayor y un asentimiento de cabeza. Sin necesidad de palabras. Acto seguido se giró y su mano libre volvió a tensar la cuerda de su arco y la flecha preparada desde que se inició el jaleo. Miró a Sandru y Kromdal, junto a él e hizo un gesto con la barbilla, indicando que iba a avanzar. Con premura  comenzó a avanzar hacia la situación delantera, donde parecía estar Vankor.

- ¡Y que nadie se acerque al perro! - exclamó mientras alcanzaba al menor de los Dalmuvian.

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06/11/2017, 23:24
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Hattori se sobresaltó ligeramente al ver a la exploradora elfa entrar en el carro. Aunque, bien pensado, era preferible que ella también estuviese junto a Ameiko-sama. Había oído de su habilidad sanadora y la intimidad de su señora estaba a salvo con ella.

El viejo colocó a la joven donde le indicó Koya-sama y se hizo a un lado dejándole espacio para su examen. Con voz preocupada se dirigió a la recién llegada para transmitirle sus temores.

- Shalelu-sama, los de tu pueblo sois sabios y vuestras vidas se prolongan por varias vidas humanas. Cuentan de tu gente vivís en armonía con la naturaleza y sabéis tratar con los espíritus que habitan los bosques. El desvanecimiento de Ameiko-sama no parece normal y hay algo de sobrenatural en torno al viejo castillo y el Muro de Salmuera. No creo que esté enferma ni que sea cansancio. Tal vez tú puedas percibir más allá de donde llegan los sentidos de los hombres.

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06/11/2017, 23:43
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Aunque todo su ser quería lanzarse hacia atrás para sostener a Ameiko y asegurarse de que nada malo le ocurría, de Sandru dependían otras catorce almas a las que no podía dejar fuera de su responsabilidad como maestro caravanero. Sabía en su fuero interno que Hattori cuidaría de ella mejor que si fuera su hija, y lo el viejo tien lo confirmó cuando llevó a cabo la acción más adecuada en ese momento: Cargarla hasta el carro de Koya. La sacerdotisa de Desna daría lo mejor de sí misma por su estimada amiga.

En apenas unos segundos descartó la posibilidad de una emboscada o un atacante oculto. Shalelu y su hijo eran simplemente demasiado buenos apara que algo así les alcanzara pasando bajo su guardia. La otra opción era un silencios ataque mágico, más no creía que Desna, por medio de Koya no les hubiera puesto sobre aviso en forma de algún presagio. Si los alrededores estaban tranquilos, y no se abatía ninguna magia insana de un ente cercano sólo podía haber una fuente del malestar de Ameiko: Aquello que se ocultaba en el castillo, fuera maldición, legado o fantasma de un lejano pasado.

Escuchó la petición de directrices del shoanti, y Sandru habó de manera breve.

- Frenad los carros, todos atentos. Guardas en su puestos y observad los alrededores. Giorgino comprueba los caballos. -

Tras eso saltó del pescante que compartía con Bevelek y se acercó al carro de Koya, subiendo al pescante del mismo y observando el carro desde el acceso frontal del mismo. La adivina conocía su oficio y meterle prisa o importunarla sería un error, que pudo apreciar con una sacudida de cabeza cuando Shalelu, sin duda preocupada por su íntima amiga irrumpió en el carruaje. Estuvo tentado de intervenir, pero un no tan lejano pasado afloró a su mente y dejó la cosa estar. Por ahora.

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07/11/2017, 09:59
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Koya echó una furibunda mirada a la osada elfa.

- Y tú a ver si aprendes que hay que llamar antes de entrar.- No tenía tiempo para ponerse a discutir con la maleducada Shalelu en aquel preciso instante.-  Los Kami son, si mal no recuerdo, odiosos demonios de las islas del Sur que al poseer a una víctima comienzan a transformarla de forma paulatina, pero irreversible en un monstruo demoníaco. ¿De verdad crees que es algo así?- Elevó la cabeza del cuerpo de Ameiko para mirar con semblante serio a los dos invitados en su carromato. Agradecía estar en la intimidad pues si alguien más escuchaba aquello podría entrar en pánico.

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07/11/2017, 10:24
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

-Nooo. Por la sagrada Desna. Transformarse en un demonio, no... Pero ... sííí un espíritu perverso o atormentado o enloquecido. Un ente vinculado a este lugar, a la familia Kaijitsu o una maldición de enemigos ancestrales.

Quizá aquellos a quienes lo que los Tien llamamos Kami no sea exáctamente lo mismo que en las islas del Sur, pero poco importa. No tengo ni idea de qué es lo que afecta a Ameiko-sama. Pero la conozco desde que nació y mi corazón me dice que este desvanecimiento tiene poco de natural y está más bien relacionado con este lugar y los espíritus que lo habitan.

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07/11/2017, 18:07
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

La vista del castillo dejó a Giorgino con la boca abierta pues no se esperaba que fuera tan grande. Se puso de pie en el pescante para tener una mejor perspectiva de todo.

-¡Es enorme! ¿Lo estáis viendo?

Por supuesto todo el mundo lo estaba mirando desde que los exploradores habían vuelto con la noticia de su proximidad. Pero de repente el castillo dejó de ser importante puesto que la Señorita Ameiko se había desmayado sin razón aparente. Giorgino estaba preocupado por lo que podría haberle pasado pero dejó que los que tenían conocimientos de medicina la atendieran. Cuando su tío le ordenó una tarea en la que ocuparse casi hasta lo agradeció.

-Sí tío Sandru, ahora voy a mirar los caballos. Se pondrá bien ¿Verdad?

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07/11/2017, 20:31
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.


Las órdenes de Sandru eran claras, y Propiedad Transitiva, hacha en mano, se propuso cumplirlas casi de forma literal. Los ojos del bárbaro miraban alrededor del grupo, y su cuerpo tenso, presto a saltar como un resorte, tan pronto cualquier amenaza se materializara.

Pero pasaron algunos minutos, y nada ocurría. Si acaso, ese bosque que parecía desprovisto de animales, aunque también era posible que, simplemente, se hubieran apartado del carro y de los vocingeros humanos entre los que el propio Kromdal se encontraba.

- No parece haber enemigos inminentes- dijo mirando nuevamente a Sandru, sólo un instante- ¿Órdenes?

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07/11/2017, 22:07
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

PASADO EL MEDIODÍA.

Nuestro camino ya está completamente adentrado en lo que me parece la parte más solitaria y agreste de nuestro viaje hasta el momento. Es algo completamente distinto a todo lo que habíamos avanzado hasta ahora y se siente un cambio, un aire diferente.

De pronto, llegamos a una barrera de matojos que no permiten que podamos seguir avanzando con la caravana, pero antes de que podamos pensar qué es lo que debemos hacer, Ameiko se desploma completamente. Veo la escena y miro a todos lados, viendo si es que ha sido un ataque externo o algo de lo que no nos dimos cuenta. MIs ojos no son capaces de detectar nada y no entiendo qué es lo que ocurre.

Desmonto de Roiyaru y me acerco a Ameiko, a quien están moviendo al carro de Koya para atenderla. Desde el lado del carro, miro nuevamente en todas direcciones mientras mantengo mi mano sobre la tsuka de mi katana, pero nuevamente no soy capaz de ver nada más que maleza.

"Es un lugar perfecto para que nos embosquen, sobre todo si nos atacan a distancia. Deberíamos salir de aquí luego."

Me mantengo en esa posición, atento a cualquier cosa, para así poder reaccionar y acabar con cualquiera que tenga la suficiente falta de juicio como para atacarnos. Escucho las palabras de Sandru y el resto mientras la imagen de aquella enorme torre corona un panorama que en este momento solo parece ser siniestro.