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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 4- El Castillo de Muro de Salmuera.

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17/07/2018, 13:15
Vankor Dalmuvian.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

El esfuerzo había sido notable. Una dura y rápida caminata de ida y vuelta para dejar a Koya en el campamento y regresar al castillo para reencontrarse con sus compañeros. Un Vankor jadeante los alcanzó finalmente casi en el mismo sitio que los había dejado, como si no se hubieran movido de allí en todo aquel tiempo. El joven varisio no era amigo de las quejas, pero cualquier amago de lamentarse de su cansancio quedó cortado en seco ante la visión de Serveris. Palideció y no pudo evitar acercarse al guerrero, a quien fue a sujetar por los brazos, pero temiendo hacerle daño, los dejó caer a ambos costados.

Sin duda, Serveris caminaba a la derecha de la muerte y solo su voluntad y la de Desna permitían que siguiera en pie.

-¿Qué te ha ocurrido? ¿Qué hace en pie? -dijo mirando a Sandru y los otros. Aquel hombre debía descansar y recibir los cuidados de Koya-. ¿Queréis que lo lleve donde Koya? Podría cargar con él -se ofreció.

Las explicaciones vinieron de la mano de Sandru y Vankor no pudo sino respetar las decisiones tomadas, entendiendo las razones de las mismas. Tras ello, y con el grupo nuevamente en marcha, ocupó su lugar.

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17/07/2018, 15:38
Sandru Vhiski.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Hattori no había sabido o no había querido tocar el tema de los discos, así que Sandru los guardó sin más comentarios en su zurrón. Si eran algún tipo de símbolo capaz de mantener a raya a los espíritus furiosos u otra función parecida escapaba a los ojos del varisio. Quizás pudieran averiguarlo si continuaban su avance.

Una vez puesto al día Vankor éste expresó su preocupación por Serveris, pero el orgulloso joven no daba su brazo a torcer y quería continuar. Sandru no podía negar que si se daba algún asunto de sangre que sólo fuera discernible de manera sobrenatural su presencia podía suponer una ventaja, más él hubiera abogado por mandarle directamente al campamento.

Su andadura les llevó ante un aparentemente impenetrable rastrillo de sólida manofactura. El antiguo hombre de mundo que había sido el maestro de caravana buscaba ya mecanismos u oquedades en las paredes que pudieran sugerir una manera de alzarlo, ya que dudaba que aún contando con la prodigiosa fuerza de Propiedad y los nada desdeñables brazos de Vankor y él mismo pudieran alzar siquiera la pesada mole que constituía el rastrillo de metal. Levantó una mano mientras sacaba su antorcha mágica para dar más luz al descansillo.

- Un momento, veamos si hay algo aquí que permita alzar este obstáculo. -

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18/07/2018, 00:23
Serveris.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Poco avanzamos cuando vemos a Vankor llegar de vuelta. Viene muy agitado, de seguro ha apurado el paso desde el campamento y no es un trecho corto a recorrer. Alguien con menos fortaleza física que él de seguro no habría conseguido demorar tan poco en su camino.

Lo primero que hace es preguntar por mi estado, a lo que contesto:

 - "Muchas gracias Vankor, pero puedo seguir. No debe quedar mucho en este castillo por registrar."

Que el resto de los detalles del acuerdo se los diga Sandru. Estoy seguro de que podremos completar lo que buscamos antes de que acabe el plazo y así volver por mi propio pie, como mi orgullo me exige. La mayor parte de esta construcción ya ha sido registrada, por lo que no deben ser muchos los peligros que nos aguardan aún.

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19/07/2018, 04:21
Serveris.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Una reja enorme se interpone en nuestro paso hacia el sótano de la torre de homenaje. En la parte superior, un par de muescas indican que los discos que hemos encontrado deben calzar ahí para poder abrir la barbacana. Hattori y Kelsier lo ven y no demora el grupo en introducir aquellas piezas.

El mecanismo se activa y la barbacana sube de una vez, dejándonos paso libre para así poder ingresar. Pero entonces, una aparición se manifiesta delante nuestro y revela un rostro. Un samurai, un tien armado con katana y en posición amenazadora está frente a nosotros y nos indica con su postura que no nos recibirá bien.

Al mirarlo, no noto el hedor maligno que el espectro anterior rezumaba. Ahora solo parece haber un espíritu atormentado frente a mí. De pronto, miro su rostro y lo reconozco al instante. Es una cara familiar, alguien muy venerado en mi familia y cuyas facciones jamás podría olvidar.

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19/07/2018, 13:04
Kelsier Deznad.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Kelsier asintió con la cabeza gacha cuando Sandru exigió que le quitaran años verbalmente.

- Sí Sr. Vish... err... Sandru - logró decir el muchacho. Su tía Clara le había enseñado a ser muy educado y tratar a los mayores con deferencia y respeto. No obstante parecía que a algunos no les gustaba aquello, sintiéndose viejos con aquel tratamiento.

Rarezas humanas, pensó el joven en un primer momento, no comprendiendo desde su escasa experiencia élfica el por qué la confianza debía anular un trato de consideración, un trato de respeto. Conforme había viajado con el caravanero, más había crecido el respeto de Kelsier hacia Sandru y en su fuero interno el explorador pensaba que el varisio era más Señor que nunca. Pero si él lo exigía así...

- Yo creo que igual la fata... - comenzó a decir con voz queda al tratar el tema de la salud mermada de Serveris. Si Koya quedaba lejos, tal vez podían recurrir al hada del cementerio, ya fuera para intentar sanar al espadachín o usar alguno de los pergaminos mágicos, si es que eran útiles. A tan solo cinco minutos a paso lento. Sin embargo parecía que tanto el afectado como el viejo tien no querían hablar de abandonar del castillo, aunque fuera momentáneamente.

Pero si esos seres llevan ahí muchas décadas. Seguro que pueden esperar diez minutos más, se dijo el semielfo rascándose la cabeza, no comprendiendo la obstinación ni tozudez de los humanos para darse una pausa bien necesaria. Ah, igual es ese sentimiento de que no viven tanto como otras razas y necesitan hacerlo todo rápido y sin interrupciones durante su corta vida... Pero esto me parece exagerado, razonó el joven. Finalmente se encogió de hombros. Si esa era la decisión de Serveris, él no era quien para decirle qué debía hacer.

Por ello, cuando Sandru habló de investigar los últimos lamentos que se oían en el subterraneo, el arquero preparó sus armas y siguió al resto del grupo. Tras descender a los sótanos y recoger ciertos enseres del espectro que dañara tanto al joven tien, hallaron un portón con verja que hacía imposible proseguir. A pesar de la oscuridad, los ojos élficos de Kelsier captaron dos huecos a los lados del rastrillo, indicándolo. Dos huecos del tamaño de ciertos discos que Sandru guardaba. El jefe de la caravana lo investigó y concluyó que, en efecto, los discos deberían caber perfectamente.

Mientras Hattori insertó uno, Sandru hizo lo propio en el otro lado. Sonó un crujido y el ruido del rastrillo bajando pesadamente, evidenciando su carencia de uso en mucho tiempo. Más allá del rastrillo, una habitación simple llena de polvo. Repentinamente este, de manera sobrenatural, se arremolinó dando lugar a una aparición de porte señorial y recargada armadura. También portaba una espada que blandía amenazadoramente.

El semielfo, preparado, apuntó contra la aparición. Pero no disparó, esperando una indicación de sus mayores. Tal vez no fuera necesario el combate. Que sonaran primero las palabras, si era posible. Ya habría tiempo después para la lucha, si no había alternativa.

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19/07/2018, 22:17
Viejo Hattori.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Al descender al sótano de la torre del homenaje se encontraron frente a frente con una figura tras los barrotes. El anciano tien adelantó su candil para iluminarla bien y al reconocer de quien se trataba no podía dar crédito a lo que veía.

Ante ellos se erguía Rokuro Kaijitsu-sama, abuelo de Ameiko Kaijitsu-sama. Aunque por la edad que debía tener no podía estar vivo. ¿Acaso era una trampa?¿Acaso era otro Oni burlándose de ellos? Hattori era demasiado viejo para dejarse engañar a la primera de cambio y revelar a aquel ente la cercana presencia de la nieta de Rokuro. En cualquier caso, actuó como si delante suyo estuviese su antiguo señor y deseó con todas sus fuerzas que así fuera.

Clavó una rodilla en el suelo e inclinó la cabeza a modo de saludo.

- Mi señor Rokuro Kaijitsu-sama, soy Hattori. Kikonu y Nindinzego han sido derrotados. El castillo de Muro de Salmuera vuelve a ser vuestro. Mi señor, ¿estáis vivo?¿cómo es posible? Deberíais ser más anciano que yo.

No habló de la caja custodia por el momento. Si el espíritu guardián quería proteger a Ameiko y realmente todos sus enemigos del castillo habían sido derrotados, Hattoria albergaba la esperanza de que el propio espíritu la liberase de su sueño antinatural. Y si no lo hacía, quizá es que todavía quedaban enemigos.

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19/07/2018, 22:46
Viejo Hattori.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Me has servido bien, Joven Hattori, tu Maestro estará orgulloso de ti. Ahora puedo partir en paz.

No todos los hombres tenían un propósito, pero Hattori sí lo tenía desde que entró siendo niño bajo la tutela de su maestro y ese propósito era proteger y servir a los Kaijitsu. Primero a Rokuro Kaijitsu-sama, luego a su hijo y actualmelte a su nieta. Hattori no era nada sin le arrebataban aquel propósito que lo era todo para él. Las palabras del primer Kaijitsu al que sirvió suponían la culminación de toda una vida de esfuerzo.

Cuando el Wight desapareció, el anciano tien tardó unos instantes en erguirse. La mano bajo su ropa, próxima a la empuñadura de su daga, le temblaba y dudaba de si hubiese sido capaz de empuñarla contra el wight en que se había convertido Rokuro Kaijitsu-sama en caso de que este les hubiese atacado. Lentamente se giró y miró primero a Serveris-san alegrándose de que hubiese tenido una visión del noble señor al que había servido su abuelo el honorable Yojimbro Tsutamu. Después miró a Vankor-san pues de todas las lecciones que podía enseñarle, la primera y más importante de algún modo la que se había puesto de manifiesto en aquel sótano. El propósito del entrenamiento, el propósito de su vida sería servir y proteger a Ameiko Kaijitsu-sama, la cual, con su nobleza y sabiduría haría del mundo o al menos de sus dominios, un lugar más justo y mejor.

Miró a Kelsier, Kromdal y Sandru, compartiendo aquel momento, que esperaba que fuera el final del asalto al castillo. Aquella era una gran victoria de la que todos habían sido partícipes y podían sentire orgullosos. Esperaba que pronto pudieran celebrarlo en el campamento. Pero aún quedaba algo por hacer y Hattori se dirigió hacia el compartimento señalado por Rokuro.

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20/07/2018, 03:20
Serveris.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

El rostro de aquel hombre lo había visto en cuadros entre las cosas de mi madre. Sabía de sobra que era el abuelo de Ameiko, el honorable Rokuro Kaijitsu-sama, el señor de este castillo y uno de los hombres más rectos que mi línea de sangre ha tenido el privilegio de conocer y servir.

Voy a detener a todos a mi alrededor pues no puedo permitir que se levanten armas contra tal persona. Voy a gritarle a todos que no deben atacar, que es Rokuro Kaijitsu-sama y que merece todo nuestro respeto. No alcanzo a hacerlo pues Hattori se adelanta y hace gala de su profunda devoción.

No es agradable ver como el respetado señor en realidad es otra clase de no-muerto, pero me lleno de regocijo al saber que recuerda quien es y que, de alguna forma que no termino de entender, le hemos brindado algo de paz. Veo también con felicidad que reconoce a Hattori y que este también ha recibido el placer de saberse reconocido y agradecido. No hay mayor gloria para un sirviente que esa y el anciano la ha recibido de su señor aun después de su muerte.

Sonrío y le hago la más profunda de las reverencias al marcharse, de rodillas y apoyando mi frente en el suelo, pues es el señor de mi legado y con su partida, se cierra un ciclo para mí. Limpiando este castillo de los monstruos que lo invadían y brindándole la paz que requería, he cumplido la misión de toda mi línea de sangre y devuelto el honor a mi familia. He cumplido con el deber de mis antepasados en su nombre y ahora puedo comenzar con mi propio camino.

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20/07/2018, 11:10
Sandru Vhiski.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Cuando cayó el rastrillo y el polvo formó al no muerto, a la mente del varisio vino una imagen, la de un cuadro en casa de los Kaijitsu. Estaba situado en un lugar de honor dentro del hogar, y la palabra "abuelo" restalló en el recuerdo de Sandru. No tenía detalles que le pudieran ayudar en esta situación y su mano bajó como el rayo hacia su cimitarra encantada. No sería una lucha fácil, los no muertos incorpóreos eran enemigos difíciles de abatir y su pensamiento se dirigió hacia la pobre condición de Serveris. No sabía si sobreviviría a un enfrentamiento con una criatura así.

Por suerte el tan versátil Hattori pudo reaccionar tan rápida como acertadamente al hablar al espíritu, con el que sin duda se había codeado en vida, calmando sus ansias de consumir la vida tan propias de un no muerto. Puede que el honor del tien le hubiera llevado a ese estado y a proteger más allá de la muerte ese Sello del que había hablado. Alcanzó la paz rápidamente gracias a Desna, ya que no sabía cómo hubiera reaccionado de saber que su hijo, el padre de Ameiko había fallecido hace tiempo. Eso dejaba como responsabilidad de Hattori y el resto el hacer llegar el Sello a Ameiko, y Sandru esperaba de todo corazón que eso fuera suficiente para aliviar su estado febril.

Aún quedaba una amenaza en el sótano del Castillo, pero ahora mismo se antojaba lejana y débil después de haber afrontado con éxito los tenebrosos peligros que les había presentado el lugar, y que habían resuelto uno tras otro. No obstante Sandru sólo estaría satisfecho cuando Ameiko se levantara por su propio pie y cuando Serveris quedara recuperado, si tal era la voluntad de Desna.

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22/07/2018, 03:58
Serveris.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Con gran dificultad me pongo de pie pero aunque mi cuerpo se resiente por el cansancio de realizar una reverencia tan profunda, mi corazón se siente completamente en paz. El honorable Rokuro Kaijitsu-sama se ha marchado de este mundo de una vez por todas y solo me queda la esperanza de que encuentre paz a donde sea que se haya marchado. Ha sido un gran hombre en vida y ha mantenido a resguardo este lugar oculto incluso después de su muerte. Merece un buen descanso y encontrar la paz que se le negó en vida.

"Espero que ahora descanse, mi señor."

Miro a mi alrededor y, sabiendo que ya se han ido todas las almas que habitaban penosamente este lugar, siento que ya no vale nada y que podemos irnos sin mirar atrás. El abuelo de Ameiko nos indicó un lugar secreto que aún no ha sido saqueado. El resto ingresa y registra el lugar hasta descubrir tres cofres.

El del centro se abre con el solo contacto de Hattori, mostrando una extraña caja que no parece tener una utilidad para mí. Pero los cofres deben ser llevados pues ya no hay nada más acá para nosotros. Asiento a ello y me dispongo a ayudar a cargar nuestro tesoro, aunque no sé realmente si seré de demasiada ayuda en ello debido a mi estado.

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25/07/2018, 23:34
Sandru Vhiski.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Sintiendo por fin que el aura de antinatural maldad que emanaba de la fortaleza ha quedado reducida a nada después de vencer a las tenebrosas criaturas que lo habitaban, Sandru se concentra en la tarea de distribuir el acarreo de los cofres de la cámara secreta del castillo. A pesar de que el cofre que contenía la elaborada caja está abierto, la mente del mercader del maestro de caravana trabaja a toda velocidad viendo en los recios cofres de maderaoscura cuyas cerraduras parecen de tanta calidad, una buena inversión para la caravana a la hora de guardar objetos de valor o quizás como una mercancía en si mismos.

Lo único que preocupa al varisio es el aspecto demacrado de Serveris, que parece palidecer a cada minuto que pasa. Si puede llegar por su propio pie al campamento será un milagro. Con la inapreciable ayuda de los fuertes brazos de Propiedad Transitiva y Vankor y con todos los demás arrimando el hombro, él mismo asiste a Hattori para transportar el cofre que contiene la caja, creyendo que corresponde al anciano sirviente el acarrearla hasta su señora.

El camino es lento ya que la carga frena sus movimientos, sin embargo Sandru pide unos momentos dejando que todos descansen fuera del castillo, tiempo que dedica a cerrar las puertas desde su interior, descolgándose de la muralla gracias a su arpeo y una cuerda.

- Este lugar lleva tiempo deshabitado bajo la amenaza de un encantamiento, pero el mal es rápido en volver a su lugar y prefiero dejar la fortaleza cerrada, no les pongamos las cosas fáciles. Habéis mencionado un par de veces a un ser fata que anda por aquí y bajo el contexto de ayudar a Serveis, ¿qué podéis decirme de esa criatura? -

A Sandru le rondaba en la cabeza el tratar con ese ser para preservar el castillo de intrusiones externas. Poco podría hacer si volvían a abrir los túneles derrumbados en el sótano, pero en la superficie podría alejar a un mal potencial. Por la cabeza del mercader rondaba la idea de quién era el propietario legal del castillo, y si fuera Ameiko la posibilidad de que ella pudiera disponer de esas tierras en un futuro.

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26/07/2018, 00:11
Serveris.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

Salgo junto con el grupo, ayudando a cargar uno de los cofres a pesar del estado debilitado en el que me encuentro. Hacer un poco de fuerza no me va a dejar más o menos muerto y, por lo tanto, no veo el motivo para no hacerlo. Avanzo a paso tranquilo mientras nos dedicamos a dejar ese castillo abandonado y lleno de cadáveres. Solo me consuela saber que, gracias a nosotros, tiene cuerpos nuevos y de criaturas despreciables.

Cuando llegamos fuera, Sandru decide cerrar la puerta desde el interior, por lo que me quedo descansando mientras realiza su maniobra. Aprovecho de quedarme sentado durante ese momento pues es un descanso que mi maltratado cuerpo agradece.

Finalmente llega con nosotros y pregunta acerca de la fata. Le respondo lo que sé:

 - "Vive en ese cementerio de ahí. Ella lo ha mantenido, creí entender que es sacerdotisa de Desna también y sanó a Kromdal cuando nos conoció. Es amable y creo que le dará gusto saber que el castillo ya no alberga demonios."

Me pongo de pie para caminar con el resto y seguir nuestro camino. Si Sandru pasar a comentárselo, estaré completamente de acuerdo. Si no dice nada, lo instaré a hacerlo pues creo que la pequeña criatura ha sido una fuerza del bien en este lugar y merece un mínimo de consideración.

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26/07/2018, 23:51
Sandru Vhiski.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

El maestro caravanero parpadea un par de veces ante la explicación de Serveris, y se convierte en un triple parpadeo cuando le observa cargando uno de los cofres. Luego hace un gesto con una mano, uno que en la cultura varisia sirve para alejar la mala suerte, mientras se mesa su poblada perilla un par de veces.

- Antes o temprano volveré a ese cementerio. Hablar con esa criatura antes de decidir nuestros pasos una vez que Ameiko despierte para hablar sobre los hechos que han acaecido en el castillo parece algo importante. ¿Sabéis cómo se llama por ventura?

Pero lo primero es llegar al campamento y hacer que Ameiko salga de su sopor, parecía tan desasosegada que me da miedo que esté en ese estado durante más tiempo. -

Mientras retomaban el rumbo al campamento por la mente de Sandru pasaban varias ideas, una de las cuales pasaba por volver con su madre al cementerio. Pero sin duda ese ser ya la conocía y si él se presentaba como su hijo sería suficiente. Los seres fata eran una curiosa superstición para los varisios y Sandru estaba mitad ilusionado mitad abrumado por un posible encuentro con esa criatura, más todo eso debería esperar, Ameiko era la prioridad ahora. Trató de apretar el paso sudando por el esfuerzo de cargar el cofre con Hattori.

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27/07/2018, 00:26
Kelsier Deznad.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

HACIA MEDIODÍA.

El arcón pesaba como un jabalí joven, más o menos. Era una suerte tener a un compañero asiendo el otro lado del baúl, ya que de lo contrario hubiera sido incapaz de moverlo.

Con esfuerzo y ahínco, poco a poco, ascendieron de aquellos subterráneos y salieron a la superficie, terminando por abandonar el castillo, ahora sumido en un total silencio. Pero no un silencio incómodo y opresivo, como cuando entraron. Era un silencio que emanaba desde soledad a tranquilidad.

Sandru se empeñó en cerrar las puertas de aquel lugar. Tal vez temía que alguien tomara lugar de aquel sitio en las horas que se iban a ausentar. El joven no creía que aquel lugar que durante tantos años había logrado ahuyentar y despoblar la región súbitamente fuese ocupado. Le resultaba inverosímil. Pero no se opuso al juicio y experiencia del jefe de caravanas. A su pregunta sobre la fata el explorador dio respuesta.

- No dio su nombre. Solo su deseo de que el lugar quedara limpio de criaturas viles y el lugar donde podríamos encontrarla en caso de necesitarla: el cementerio - contestó.

Tras el breve parón y descanso ante las puertas mientras estas eran cerradas, volvió a tocar cargar con los baúles y sufrir portándolos hasta el campamento. Ojalá la solución para el mal de Ameiko residiera en ellos.