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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Viajes.

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15/03/2017, 14:25
El Regente de Jade.

ESCENA DE VIAJES:

Notas de juego

- Escena principalmente narrativa, para facilitar la narración de viajes.

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27/09/2017, 22:01
CALENDARIO.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, VEINTICINCO DE ABADIO.

PUNTA ARENA.

POR LA MAÑANA.

Durante los siguientes quince días se llevan a cabo todos los preparativos del viaje.

Ameiko vende todo su patrimonio inmobiliario, excepto su posada (que lega en testamento a Bethana Corwin y a Hattori, por si no regresa con vida), con lo cual puede financiar la expedición.

Sandru adopta su papel natural como líder de la caravana comprando carros, contratando personal, gestionando la compra de provisiones y asignando puestos a todos en la caravana.

En total serán cinco carros con sus correspondientes caballos de tiro, preparados con pieles abundantes para climas fríos (el viaje será hacia el Norte y es pleno invierno), y con un refuerzo de tablones duros y barras de hierro para el carro de Koya. Se añaden a la caravana tres carreteros y dos cocineras, todos varisios y lamentablemente con algunos vínculos con los Sczarni, aunque Sandru ha procurado contratar a los que le parecen más honestos.

 

   

Los carros van casi llenos de pasajeros, provisiones, mercancías y materiales de reparaciones. Sandru finalmente da el visto bueno: todo está listo para partir.

Notas de juego

// Entran en escena: Ameiko, Bevelek, Giorgino, Kelsier, Koya, Kromdal, Sandru, Serveris, Shalelu, Vankor, Hattori, tres carreteros varisios Sczarni, dos cocineras varisias Sczarni, el Perro de Vhiskirville. - Proceden de: Punta Arena.

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30/09/2017, 00:08
Caravana.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Tras dos días de viaje por la carretera de la Costa Perdida, la caravana de Sandru arriba al pueblo de Galduria.

Galduria es un pueblo en la parte central de Varisia, situado en la costa occidental del Lago Ember Lake. Generalmente considerado como dependiente de la ciudad-estado de Magnimar, la mayor parte de la riqueza del pueblo se genera por el comercio de grano y madera a través del lago y a lo largo del Río Lámpara Negra. Lo más famoso del pueblo es su colegio arcano, la Academia del Crepúsculo, fundada en el Año 4629 RA por Galdurin Barmier. La Academia rivaliza con escuelas más grandes en Varisia, como la Piedra de Videntes en Magnimar o la Acadamae de Korvosa. El colegio se fundó específicamente para evitar la presión política y las intrigas de esas dos ciudades. La Academia del Crepúsculo tiene reputación de llevar a cabo muchas prácticas experimentales y poco convencionales. Pese a todo, la población local hace la vista gorda a sus rarezas debido a que el colegio es capaz de proveer dinero para varios proyectos civiles.

Se dice que la Academia del Crepúsculo alberga a la Sociedad Presagiada, organización que se concentra en los misterios de las cartas de presagiar.

El tiempo es fresco, pero al menos no hay lluvias ni nieves. Hay cierta desconfianza hacia los empleados contratados por Sandru, aunque de momento su conducta ha sido correcta. Parecen haber viajado antes en otras caravanas.

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30/09/2017, 18:58
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

La carretera, el traqueteo de los carros, el aire libre, limpio y puro, el campo y la casi total ausencia de peligros. Bevelek era feliz, después de sus dos viajes internándose en el pantano, donde había tenido que jugarse la vida, deseaba tranquilidad y volver a la normalidad. Estar de nuevo en su puesto de trabajo y dedicándose a lo que se le daba bien, le congratulaba enormemente. En los días de viaje se había dedicado a entablar conversaciones con los nuevos empleados del Jefe Sandru. Se acercó a ellos con amabilidad y tratando de integrarles en el grupo, pero lo hacía porque no se fiaba de ellos. Cualquier cosa que oliera a scazrni era sospechosa para Bevelek que se enorgullecía enormemente de pertenecer a una de las pocas familias varisias que podían enorgullecerse de estar limpias.

Por las noches tanto su hermano, como su primo y su jefe entrenaban juntos, ellos le ofrecieron unirse más de una vez, pero Bevelek no le veía ningún sentido a aquel agotador ejercicio físico y tampoco tenía ninguna gana de luxarse la muñeca o algo similar. Su intención era evitar el combate y si volvía a llegar aquel fatal momento en el que debía de emprender acciones físicas con intención de dañar a otro ser vivo o no vivo, siempre le quedaba su fiel ballesta con la que sí que practicaba en alguna ocasión.

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01/10/2017, 10:50
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

La excitación inicial por la inminente partida fue atenuándose con cada bache por el que la carreta conducida por Giorgino, y que contenía a su achacosa abuela, pisaba. 

No es culpa suya.- Pensaba la adivina quien se rendía de poder concentrarse en leer las cartas o consultar a Desna  sobre vicisitudes del camino mientras siguieran en movimiento. Afortunadamente, Vankor y Bevelek le habían instalado un toldo y una mesa plegable para poder trabajar cuando acampaban fuera del espacio reducido que suponía estar dentro del carromato.

Arrebujada en un colorido chal que cubría su espalda, hombros y brazos, Koya se disponía a sentarse un rato a tomar el aire. Ya que iban a pasar por Galduria visitaría la Academia del Crepúsculo. Como adivina de la caravana de su hijo Sandru no podía dejar pasar la oportunidad de pasarse por la Sociedad Presagiada.

- ¿Cuánto tiempo vamos a quedarnos por ahí, hijo mío?- Esperaba que al menos un par de días para que sus huesos pudieran descansar como era debido un par de días.

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01/10/2017, 13:02
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Kelsier, como el "Conejillo Principe" que Koya sabía, audaz y explorador, con un punto de imprudente deliberado, pero soñador y totalmente dichoso por abandonar las tierras y bosques circundantes de Puntarena, su pequeño mundo al que se hallaba adscrito, gozó internándose en nuevos territorios. Descubriendo nuevos ríos, bosques y llanuras y buscando o rastreando las huellas y signos de fauna o flora del entorno.

Debido a que eran zonas nuevas y se hallaban en constante movimiento, la posibilidad de obtener caza era complicada y por ello debía aguzar todos sus sentidos, habilidades y conocimientos, para descubrir sustento para la caravana.

No hubo día que viniera con las manos vacías: caracoles, ranas, conejos, perdices, algún pato rezagado... Incluso una gama. En los días menos productivos conseguía buena flora, a pesar de ser invierno: abundantes setas, algunos hongos y espárragos trigueros, nueces y almendras. El hecho de retornar, sano y salvo, y con algo que compartir para los integrantes del grupo de viaje le proporcionaba un sentimiento de satisfacción, al reafirmar su capacidad como explorador.

Por otro lado, el hecho de descubrir nuevas tierras le proporcionaba un sentimiento de felicidad. Viajar y conocer nuevo mundo. Sus penetrantes ojos de elfo no se perdían ningún detalle como un niño curioso, a pesar de aparentar indiferencia, y atesoraba lo aprendido en su interior.

Finalmente, el hecho de sentirse, en ocasiones, vigilado y seguido por alguien que intuyó se trataba de la "Reina Liebre" le hizo recapacitar sobre los últimos acontecimientos que envolvían a ambos, no sabiendo si tomarse aquello como algo bueno o algo malo.

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01/10/2017, 13:34
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Habían sido dos días la mar de emocionantes para Giorgino, aunque en realidad no había pasado nada, pero para él era su primer trayecto en una caravana y llevaba con orgullo el carro de su abuela intentando adaptarse al ritmo del resto, si por él fuera hubiera ido mucho más rápido.
Enseguida se presentó a sus nuevos compañeros con entusiasmo, aunque su tío le había recomendado prudencia pues aún no los conocían demasiado, pero le parecían buena gente. Al conocer a las cocineras agradeció los consejos que su abuela le había dado descartando buscarse una novia dentro de la caravana.

¡Que viejas que son! Pensé que podría venir alguna joven y guapa, pero bueno, da igual, tengo que hacerle caso a la abuela.

Con los otros carreteros contratados tuvo unas palabras para hablar sobre su profesión y quizás poder aprender algún truco de otros carreteros más veteranos, aunque dudaba que fueran mejores que Vankor y Bevelek.
Por las noches entrenaba con su tío y su primo Vankor, la lucha no era su fuerte pero todo buen caravanero debía aprender a defenderse a él mismo y a la caravana, así que prestaba toda la atención posible e intentaba mejorar en el manejo de las armas.
Cuando por fin llegaron a la que sería su primera parada importante en el camino el joven Giorgino estaba ansioso por conocer el pueblo al que habían llegado, era la primera vez que no estaba en Punta Arena. Saltó del carro con agilidad y comenzó a rodearlo por delante para pasar al otro lado donde estaba sentada su abuela.

-¡Espera abuela! Te pondré la escalerilla para que bajes. -Mientras su abuela hablaba con su tío el muchacho dispuso una pequeña escalerilla de madera para que Koya pudiera bajar del pescante si así lo quería.- ¡Eso tío Sandru! ¿Cuánto tiempo nos vamos a quedar aquí? Me gustaría conocer el pueblo. ¿Alguien se anima?

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01/10/2017, 19:39
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Dos días había costado el alcanzar su primera etapa, dos días en los que Vankor había estado mirando el cielo con suspicacia. Los primeros fríos no habían llegado pero ya se sentía el mordisco de las temperaturas de la estación presente y las nubes grises y plomizas prometían algo que se resistía a ofrecer de momento, afortunadamente para ellos, pero que no tardaría en llegar. Sabía lo que era la lluvia cuando se tiraba de un carro cuya rueda se había hundido en el barro y no quería ni imaginar lo que supondría afrontar una ventisca o una nevada con copos tranquilos y espesos que no dejaran ver la senda a seguir más allá de un metro. Pondría a prueba a todos y cada uno de ellos, y especialmente la lealtad de los contratados.

En aquellos dos días, había cuidado de los animales, sabiendo que de ellos dependía el buen avance de la caravana. Los cepillaba, vigilaba sus cascos y herrajes, engrasaba los arreos y procuraba darles el forraje y pienso adecuado amén de dejarlos pastar antes de que el sol se pusiera. Por las noches, les echaba una manta por encima pues quien creyera que tales bestias no podían pasar frío o enfermar era que no las conocían.

Y en medio de las labores, Sandru, tal y como había prometido, lo entrenaba junto a Giorgino, un breve e intenso momento en el que olvidar el resto de quehaceres y desentumecer los cargados músculos tras la marcha diaria.

-¿Conocer el pueblo? -repitió Vankor un tanto incrédulo-. ¿Para? No necesitamos víveres de momento y al alba volveremos a partir. Acabamos de empezar nuestro viaje y un pueblo es una distracción y fuente de potenciales problemas, más cuando no lo conoces. Y mañana tienes que llevar el carro de tu abuela, Giorgino. Una inesperada resaca, la fatiga provocada por una amigable vecina o un ojo hinchado tras una pelea de bar no te ayudarán. Mejor ayúdame a encender un fuego para que Koya esté caliente y cómoda y podamos empezar a cocinar.

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02/10/2017, 18:22
Ameiko Kaijitsu.

Mitad del invierno del año 4708 RA.
Día del Sol, veintisiete de Abadio.
Galduria, Varisia.
Por la tarde.
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Echaría de menos la belleza salvaje de la Costa Perdida en cuanto el camino se adentrara en el interior, pero de momento disfrutaría enormemente del espectáculo que aquella naturaleza inhóspita ofrecía. El choque de las olas contra los escarpados acantilados; la bruma que se expandía parsimoniosa sobre los páramos; los pequeños reductos de bosque que alteraban amablemente el paisaje; y el frío, porque aunque el mar regulara la temperatura a algo más que fresco en el interior se volvería implacable contra los desprovistos. No era de extrañar que numerosos acaudalados, o ermitaños, se instalaran en la hermosa tranquilidad que los rodeaba siempre cerca de la mar.

Aún con todo eso, debía admitir que viajar en carromato no era precisamente cómodo, por lo que las paradas necesarias siempre eran bienvenidas. Había acordado con Serveris que siempre que sus funciones en la caravana les dejaran tiempo libre le enseñaría a leer y escribir; por eso dejó de ser raro al paso de los días verlos garabatear con una ramita en la tierra, y otras leer de algunos de los libros que había traído consigo. Les llevaría tiempo, pero toda meta tenía un comienzo.

Cuando llegaron a Galuria fue casi como si la magia desapareciera, pues ya se había acostumbrado al paraje y las edificaciones agrupadas desentonaban. No podía negar que como en Punta Arena la civilización tendía a agruparse, con sus cosas buenas y malas. Y precisamente aquí, era evidente que Koya se plantaría en la Sociedad Presagiada. Ella tenía la picardía y experiencia necesaria para manejarse por aquellas calles, pero su  preocupación era Giorgino. Demasiado bueno y curioso. Vankor no lo pudo expresar mejor, pero todo estaba en manos de Sandru y seguro que alguna "expedición" a la ciudad se haría. Y encima no confiaba en los nuevos contratados, pero tenía que ser prudente de momento.

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02/10/2017, 18:44
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Koya aceptó de buen grado la ayuda de su nieto Giorgino para bajar del carro. Era todo un primor, por lo que no entendía cómo alguien podía rechazarlo. ¡Allá ellas! Compartiendo carro con él pretendía convertirlo en un todo un galán. Con su amplia experiencia en la vida, y en concreto en tema de amoríos, podría convertir al ingenuo Giorgino en el terror de las mujeres. Pero tenía que tener cuidado pues conocía de sobra la inagotable energía de su nieto y ella no estaba para muchos trotes ya.

- ¡Ay, Vankor! No seas aburrido chiquillo...- Replicó al atractivo joven que ponía pegas para hacer una parada.- Me gustaría pasarme por la Sociedad Presagiada y seguro que Ameiko quiere visitar la Academia del Crepúsculo. No son oportunidades que se le ponen a una delante todos los días. No se lleva a una adivina en las caravanas varisias de adorno. Seguro que puedo conseguir información muy útil para hacer nuestro largo camino mucho más llevadero y de forma que Desna esté contenta.- Los varisios era personas supersticiosas, sobre todo cuando estaban metidos de lleno en un viaje. Si jugaba bien sus cartas, nunca mejor dicho, Koya podría procurarse un agradable viaje, haciéndose una persona imprescindible para los miembros de la caravana, con los beneficios que aquello podría traerle. Por si el chantaje religioso no fuese suficiente para convencer a Sandru le quedaba la excusa de su avanzada edad.- Ya no duermo tan bien como antes. Es lo que tiene hacerse mayor, el reuma y estos huesos doloridos. Y Desna es una diosa que gusta de penetrar en las mentes de sus acólitos cuando estos descansan. Un día o dos descansando bien no me vendrían mal. Tsé, tsé, tsé...- Arrugaba el ceño y torcía el gesto en un gesto claro de que las cosas podrían ir mal.-Hace tiempo que Desna no me visita por las noches.

Hace mucho tiempo que nadie me visita por las noches.- La anciana cruzó la mirada con el Príncipe Conejo, Kelsier, y asintió con un gesto serio. Ya había advertido a los miembros de la caravana que no se acercaran al chucho maldito. Y eso es lo que quería averiguar de paso en la Sociedad Presagiada. ¿Qué hacía ese perro siguiéndoles? Estaba preocupada por si sus augurios se estuvieran viendo condicionados por su propio odio visceral hacia los Sczarni o si de verdad, como intuía, los nuevos integrantes de la caravana tuvieran algo que ver.

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02/10/2017, 23:20
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

A pesar de haber supervisado personalmente los carros y sus mercancías, y el estado del personal de la caravana, Sandru había caído en una suerte de mutismo en estos primeros días de andadura. Al varisio se le hacía extraño hollar los caminos en invierno, una época en la que los maestros de caravana se quedaban al calor del fuego contando historias.

Claro que este no era un viaje de comercio convencional, sino que se habían propuesto una meta más elevada, destinada a que la querida amiga que era Ameiko desvelara los entresijos de su familia. Y es que pertenecía a la nobleza tien, algo que podía tildarse de muy complicado sin temor a errar.

Sandru tenía la esperanza de ser bien recibido en las poblaciones que visitaran debido a la poca afluencia de comercio en los meses fríos. Había cargado su caravana de mercancías que juzgaba que podían tener una buena aceptación en estos meses: Cálidas mantas de pelo, buen brandy y delicado vidrio (de la última hornada de la fábrica Kaijutsu) eran sólo algunos de los bienes que acarreaba. No faltaban sal, estaño, y algunas baratijas. El complemento de Koya leyendo el destino de la plebe era siempre una buena fuente de ingresos para la caravana.

Sandru bregaba con dos carros más, así como con cinco empleados, en principio de relativa confianza. No estaba acostumbrado a un despliegue tan grande y parece que dedicó los primeros días de viaje a sentirse cómodo con la nueva dimensión de la caravana, y a cerciorarse de que todo el mundo entendía su papel en ella. Cuando avistó Gulduria se permitió una sonrisa, la primera desde hacía dos días.

Todos tranquilos, cada cosa tiene su momento, jo, jo, jo. Montaremos campamento como hasta ahora y luego nada os impide entrar en la ciudad. Recordad que somos comerciantes y espero que mañana estemos en condiciones de vender nuestra mercancía. Para ello cuento con Ameiko, Giorgino, Koya, Hattori y yo mismo.

Pero eso será mañana por la mañana. Cocineras y carreteros permanecerán hoy en la caravana, mañana podrán campar por la ciudad. El resto grupos de tres en relevos alternos de dos horas. Es decir, desde que salen los primeros tres, tienen dos horas para ver Galduria y volver para dar salida a los siguientes tres. En seis horas estaremos todos aquí de nuevo. Yo permaneceré en el campamento. Giorgino, tú vas con Koya, el resto como queráis. Una vez montemos el campamento, comenzarán los turnos. ¡Animad esas caras! Si la cosa sale bien esto se hará más flexible.

Mañana comerciaremos y tras echar algo al coleto partiremos por la tarde para poner algunas millas entre la ciudad y nosotros. ­–

Sandru dedica un guiño a los presentes, y unas palmadas de ánimo a los carreteros contratados que sin duda querrían ir a gastar el oro de su primera paga en alguna bebida. Pero el mercader es perro viejo y les promete un par de botellas de vino para que entren en calor tras montar el campamento. Tras eso se pone a arrimar el hombro como el que más.

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03/10/2017, 10:51
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Giorgino asintió de mala gana a las palabras de su primo. Él si que pensaba que había muchas cosas que hacer en el pueblo y le gustaría quedarse algún tiempo, nunca había salido de Punta Arena y todo le era nuevo, pero sabía que Vankor tenía más experiencia y además era mayor, así que se dispuso a obedecerle y preparar un fuego para su abuela.
Hasta ese momento el viaje no había sido como él había soñado durante toda su juventud, el avance no había sido rápido, al menos para alguien que creía que la velocidad estandar debía ser la de una carrera de carros continua, y algunos miembros de la caravana habían estado más taciturnos de lo normal como Ameiko y su tío.
La intervención de Koya hizo dibujarse una sonrisa en el rostro de Giorgino, aún había esperanza de que aquella parada no fuera una noche más en el camino.

-Abuela. ¿Qué es eso de la Sociedad Presagiada? ¿Es una taberna? ¿Y la Academia del Crepúsculo? Tiene un nombre aburrido, como si fuera una escuela. ¿Qué es eso señorita Ameiko? ¿Quiere ir allí?

En realidad no le importaba tanto lo que fueran uno u otro lugar sino más bien que cualquiera de las dos quisiera ir para poder postularse como acompañante.
Su mirada se desvió hacia su tío, que en aquellos casos tenía la última palabra como jefe de la caravana. Aquella noche parecía haber recuperado algo de su chispa habitual.

-Claro que sí tío, te ayudaré a vender mañana. Ya verás, sacaremos un buen beneficio. "Cualquier oportunidad es buena para hacer negocio para un caravanero." -Repitió el muchacho, la frase que había escuchado tantas veces a su tío.- Creo que podremos sacar grandes beneficios y quizás hacernos con mercancías para vender más adelante. ¿Verdad tito?

Aquello era emocionante, así podría practicar un poco de comercio y charlar con la gente que se acercara a la caravana, quizás lo hiciera alguna chica guapa, así que sería mejor que esa noche practicara mucho. Aunque lo mejor vino después cuando su tío organizó grupos para poder visitar el pueblo y él podría ir con su abuela.

-¡Bien! ¡Voy con la abuela! ¡¿Quien nos acompaña!? -Miró a sus compañeros con la esperanza de que alguno se apuntara, necesitaban otra persona para poder ir y esperaba que alguno se animara.- ¡Venga, será divertido!

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03/10/2017, 16:49
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Vankor estaba descargando todo lo necesario para montar el campamento cuando las palabras de Koya hicieron que se pusiera tieso como un resorte libre de su freno y que sus mejillas enrojecieran. Que chiquillo y aburrido aparecieran en una misma frase y además destinada a él no le hizo gracia alguna. Resopló como un búfalo tirando del arado en un arrozal, dilatando sus fosas nasales en el proceso y lanzó una mirada furibunda al grueso montón de mantas que portaba entre sus brazos y que acabó arrojando al suelo como única forma de desahogar su malestar y vergüenza. En silencio, si tal cosa podía decirse con su constante traqueteo de enseres y demás, siguió descargando, atento a cuanto Sandru decía y cuando concluyó la descarga, empezó con las maderas que deberían servir para oficiar el fuego del campamento.

Cuanto había de decirse ya estaba dicho. Sandru había planificado, dando licencia, y Vankor ya sabía que donde mandaba capitán, no mandaba marinero. Acuclillado junto a Giorgino, apiló los leños para prenderlos, un tanto abrumado por la energía verbal de este. Pero cuando preguntó por quién los acompañaría, no lo dudó.

-Yo iré con vosotros, siempre y cuando no os moleste la presencia de un chiquillo aburrido -dijo, mirando a Giorgino y desviando luego la mirada hacia Koya.

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03/10/2017, 19:00
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Giorgino sonrió ante las palabras de su primo y le propinó un par de palmadas en la espalda.

-Venga primo Vankor, la abuela no lo decía en serio, ven con nosotros. ¡Será genial! ¡A qué sí abuela!

Se lo pasaba bien con Vankor y la abuela no podría estar mejor protegida, habían estado entrenando muy duro todas las noches con su tío.

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03/10/2017, 19:36
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Se habían detenido y el Jefe Sandru había comenzado a dar las órdenes pertinentes y a preocuparse de organizar la caravana. No era una organización muy diferente de la que acostumbraba pero pese a ello Bevelek permaneció muy atento a lo que decía su jefe.  Cuando se terminaron las indicaciones el mayor de los Dalmuvian se acercó a Giorgino, a Koya y a su hermano Vankor.

Yo me acercaré con vosotros también, quiero mirar unas cosas en las tiendas de la ciudad, así que si os parece bien os acompaño.

Tras pronunciar aquellas palabras comenzó a repasar la lista mental que había trazado en su tiempo conduciendo la caravana sobre las cosas que necesitaba. Lo hizo con algo de dificultad mientras contaba con sus dedos cada una de las cosas para no olvidarse de nada.

Por cierto Giorgino ¿qué tal tu primer viaje? ¿Has aprendido ya alguna de las famosas canciones varisias de viaje? No se es un buen miembro de la caravana hasta que se conocen.

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03/10/2017, 23:57
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Cuando Bevelek anuncia sus intenciones, Sandru detiene el acarreo de unos sacos y le mira intensamente. Luego se limita a negar con el dedo, mientras señala al resto de los carreteros.

- Los carreteros nos quedamos, Bevelek. Si Giorgio va es por hacerse cargo de mi madre, y yo ocupo su lugar en el campamento. Mañana podrás campar a tus anchas con el personal que esté libre de obligaciones durante toda la mañana. Comprende que necesito manos y ojos ahora en el campamento y necesito a alguien de tu experiencia a mi lado para eso. -

El variso dedica una mirada comprensiva al más fornido de los Dalmuvian mientras continúa trabajando.

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04/10/2017, 04:48
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Después de un poco de viaje, llegamos a a Galduria, un pueblo cercano a Punta Arena. Nuestro camino ha sido apacible y mi querido Roiyaru ha demostrado ser un muy fiel compañero en esta travesía. Los días anteriores de descanso y planificación me ayudaron a superar mis heridas y la enfermedad que contraje en el pantano, por lo que cuando nuestro viaje comenzó, ya estaba en perfectas condiciones de salud.

Hoy marcho sobre mi amigo, vestido en mi armadura y cubriendo la caravana de cualquier peligro que pueda amenazarla. Nos detenemos ante las órdenes de Sandru, que decide que hagamos campamento. Me bajo de mi caballo y comienzo a montar la tienda de campaña, manteniendo la conformación que el varisio indica para tener un campamento ordenado y protegido a la vez.

Cuando ya hemos terminado de poner las cosas en su sitio, Giorgino indica sus ganas de conocer el pueblo, mientras que otros no se muestran tan entusiasmados. Digo lo que opino:

 - "Yo también quiero conocer el pueblo. No recorreré muchos kilómetros de viaje para no conocer los sitios por los que pasemos."

Sonrío pues me emociona la idea de ir conociendo los distintos lugares e ir viendo como la influencia cultural va cambiando a través de las regiones, hasta demostrar el cambio completo de culturas. Me parece algo muy interesante de ir observando a medida que el camino se alarga detrás de nosotros.

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04/10/2017, 11:22
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

No podía negar que le divertía el tono algo enfadado con el que Vankor se ofrecía a acompañarlos a la ciudad.

- Claro que no nos molesta, querido. Todo lo contrario.- El joven era un portento y no podían ir más seguros que en su compañía. El entrenamiento que Sandru estaba dando por las noches a Vankor y Giorgino daba sus frutos pero, si en alguien se apreciaba, era en el primero. Era imposible, incluso para una vieja de vista cansada como la de Koya, no fijarse en la portentosa musculatura del varisio.- Pues ya somos tres.- Confirmó a Sandru que había decidido que los grupos fueran tan solo de tres personas. El pobre Bevelek recibía la mala noticia de que, por esta vez, no podría acudir a la ciudad con ellos.- Vankor, Girorgino y yo misma. Si no os importa elegiremos el primer turno. Si no se nos haría muy tarde y debo descansar.- ¿Quién osaría negarle ese privilegio a la anciana adivina de la caravana?- Bevelek, hijo mío, si te corre prisa puedes hacerle una lista a tu hermano y te podemos traer las cosas que precises de a ciudad.- La vieja Koya arrugó el gesto algo disconforme con la decisión de su hijo Sandru.- En dos horas apenas nos dará tiempo a nada.- Sin embargo claudicó, puesto que era tarea de su experimentado hijo todo lo concerniente a la organización de la caravana.

Se rió de la ocurrencia de Giorgino. Estaba segura también de que su nieto se aburriría si tenía que acompañarla a la Sociedad Presagiada.- La Academia es un colegio arcano que rivaliza con escuelas más grandes en Varisia, como la Piedra de Videntes en Magnimar o la Acadamae de Korvosa. Si queréis podemos hacer una cosa, jóvenes.- Les dijo a Vankor y Giorgino.- Vosotros llevadme sana y salva hasta allí y luego podéis daros una vuelta sin que esa vieja chocha os retenga con su paso renqueante. Después pasadme a recoger y volvemos los tres juntos. ¿Os parece? Así Vankor podría ayudar a Bevelek con sus cosas, si lo necesita, y tú, mi Giorgino, podrías ver un poco la bulliciosa ciudad. Pero eso sí, tengo que pedirte un favor. Tienes un gran desparpajo que sólo rivaliza con el mío propio. Mientras recorras las calles háblales a las gentes de Galduria de tu abuela. La Gran Adivina Koya Mvashti. Convénceles para que vayan a visitarme al campamento si hay algo que les inquiete, les atormente o les perturbe,  y necesiten consejo de una fiel servidora de Desna.

Con todo el bullicio del montaje del campamento, Koya se dirigió a su carro a descansar un poco. Sacó una silla al exterior y observaba todo encantada de la vida.

- Vamos, vamos, todo debe estar perfecto para mañana.- Animaba así a sus compañeros ya que poco más podía hacer a su edad.- Que alguien me ayude a montar mi mesa aquí fuera. - Vankor, Bevelek y Girogino le habían hecho unos apaños a su carromato de forma que Koya podía montar un tenderete  para atender a la gente que visitara el campamento al aire libre. Al menos mientras que las condiciones meteorológicas lo permitieran, algo que una adivina como Koya podía predecir bien. De aquella pasar un poco más de tiempo fuera del claustrofóbico interior de su carro.

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04/10/2017, 18:52
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

Era una lástima que su primo Bevelek no pudiera acompañarlos, pero las instrucciones de su tío habían sido claras y además lo necesitaba para vigilar el campamento.

Vaya, que mala pata, para una vez que se anima a algo...

En todo caso seguramente podría ir en otro de los grupos que se organizara, con la Señorita Ameiko por ejemplo y con Serveris que parecía también ansioso por conocer el pueblo.

-Bueno, pensé que iríamos algo más rápidos, aunque a la abuela le venía bien ese ritmo. Estuvimos cantando alguna canción ¿Verdad abuela? Pero podemos cantar más esta noche cuando todos hayamos vuelto, quiero ser un miembro ejemplar de la caravana.

Giorgino sonrió ante las palabras que Koya dedicó a su primo Vankor y después escuchó las indicaciones. Le llamaba la atención eso de la Academia, pero si su abuela decía que era aburrido sería mejor pasar del asunto, además le hizo responsable de una misión muy importante: anunciar su presencia.

-¡Claro abuela! ¡Lo haré! Y también puedo ir a comprar las cosas de Bevelek si él no quiere ir más tarde. ¡Tito! ¡Tito! ¡A la vez que anuncio a la abuela puedo decir a la gente que venga a ver nuestras mercancías!

Tendrían doble beneficio, podía ser que alguno que se acercara a averiguar su futuro acabara comprando algo o que alguien que viniera a comprar consultar a su abuela, todos salían ganando.
Giorgino estaba deseando terminar para poder visitar el pueblo, además ellos serían los primeros en ir, así que corrió hacia el carro de su abuela para ayudarla a sacar todas las cosas que necesitaba.

-¡Yo voy abuela! ¡Yo voy!

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05/10/2017, 22:07
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL SOL, VEINTISIETE DE ABADIO.

GALDURIA, VARISIA.

POR LA TARDE.

En al necesidad de tomar una decisión entre acompañar a Koya a aquella vieja institución que ella misma definía como aburrida o acompañar a Giorgino por las calles de Galduria mientras este parloteaba con unos y otros, publicitando mercancías y las dotes adivinatorias de su abuela, Vankor no dudó.

-Yo te acompañaré a la Academia y por la Academia. Si algo te ocurriera, Sandru no nos lo perdonaría. Además, la palabra no es lo mío. Si intentara convencer a alguien para que se acerque al campamento, lo más probable es que acabara huyendo en dirección contraria. Permaneceré a tu lado, Koya.