Partida Rol por web

Siobahn y Max caminaron por el interior del coliseo, mientras escuchaban todo el griterío del público. Parecía que el combate estaba siendo bastante animado. De todas formas no tardaron mucho en escuchar la voz de Mosto.

—¡BOSS ES LA GANADORA!

Era lo esperado. La joven había mostrado en la arena ser una gran luchadora. Y estaba el tema de los treinta y tres medallones. Gorko era el mayor problema que tenían los Piratas de Tong-Hu pero no el único. Boss también lo era.

Finalmente los dos piratas llegaron a la puerta de lo que parecían los aposentos de la capitana Morgana Black, pero no entraron.

—La capitana llegará en seguida—dijo el pirata.

Y no tardó. No mucho después de haber llegado la vieron aparecer. La verdad es que se trataba de una mujer bastante peculiar. Tenía el pelo y los ojos de color de rosa y vestía un traje de buena confección que llevaba con elegancia. Nada de lo que uno podría esperar de un pirata. Junto a ella iba Boss a la que parecía estar contándole algo que parecía interesar a la mujer.

—Capitana Siobahn. Max Powder—saludó Morgana con cortesía—. Creo que no nos han presentado, soy Morgana Black. Capitana de los Piratas Morganeer. Adelante, sed recibidos.

La mujer se adelantó para abrir la puerta y entrar en sus aposentos. Se trataba de un cuarto espacioso. Al fondo había un gran ventanal desde donde se veía el coliseo. Parecían estar justo debajo del palco desde el que habitualmente veía los combates. Delante del ventanal había un gran escritorio con una confortable silla y al otro lado había tres sillas.

—Por favor, tomad asiento—dijo mientras la mujer se dirigía a una de las esquinas de la habitación, justo donde se encontraba un tocadiscos. Allí la mujer revisó cuidadosamente los discos que tenía y poco después la música empezó a sonar—Habéis dado grandes combates. Poderes demoníacos, técnicas únicas… y qué decir de ese combate cargado de amor y odio Tengo que felicitaros sinceramente con el torneo que estáis ofreciendo.

Mientras elogiaba a los presentes, Morgana se acercó a un armario y sacó de él una botella de vino y unas copas.

—¿Os apetece un sorbo de Chateau de Toulon?

-Soy recibido. -Comentó Max Powder con nada en su cabeza, salvo por el hecho de conseguir un PEP para poder recuperar su MiniMax y dejar de ser mirado mal por el resto de los piratas; o quizás una bomba especial que sí explotara a su comando para mutilar los Mini-Nombre-De-Los-Otros-Piratas y que no se rieran tanto.

El artillero caminó hacia las sillas que había en el lugar y cargó una en su espalda -en concreto la confortable-, tal y como aquella mujer había dicho. Realmente aquella otra batalla le había llevado al extremo tal que, no parecía que fuera a mejorar demasiado su comprensión de las palabras o las frases con doble sentido.

La culpa era de Siobhan Vetev por curar sus heridas externas pero no los años de daños neurológicos que había sufrido por tantos golpes, tantas explosiones y tanta pólvora inhalada, comida y dentro de los oídos. Por desgracia Max Powder no se sentía mal, por lo que no podría culpar a su capitana de estas cosas que no eran su culpa.

-No quiero beber un Castillo. -Comentó Max un poco extrañado por aquella petición, al parecer aún tenía las clases de francés dentro de su cabeza, aunque se le hubo olvidado por completo la tabla del siete. Pero eso no importaba, si no tenía recuerdos del pasado, este ya se los inventaría sobre la marcha y actuaría arbitrariamente sobre ellos.- Las piedras se me quedarían entre los dientes y le tendría que pedir a la "POR AHORA" Capitana que me las quitara... y los dientes también. ¡Pero dejemos de hablar sobre ella!. ¡Hablemos sobre mi!.

¿Qué es lo que quieres de mi?

La respuesta de Max la había dejado descolocada, no porque la hubiese convencido sino por lo sorprendente de la misma. En esos instantes mientras caminaba hacia la instancia de los Morganeer, su rostro era parecido al mismo que ponía cuando a las cuatro de la tarde, justo cuando iba a cabecear el sueño un vendedor ambulante hacia abordaje en el barco para vender algún tipo de producto inverosímil.

Todo ello se difuminó cuando entraron en la habitación presidida por Morgana Black y acompañada por… ¿Boss? ¿Pero no acababa de terminar su combate? ¿Cómo es posible que estuviera ya allí? ¿Se debe a algún tipo de elixir de la ubicuidad? ¿Acaso es la usuaria del architeorizado elixir del Cerbero? ¿Había más de una? ¿O es que este pirata es un inepto y nos había traído por el camino más largo? – se preguntó así misma Siobhan que quedamente respondió un – Gracias, bienhallada.

Tal y como se le sugirió, la doctora tomo asiento. Y ante la propuesta de bebida, la declinó cortésmente: - Muy agradecida, pero traigo esto y si no me lo como pronto se me va a derretir. Y del bolsillo interior del cárdigan sacó un polo de una dimensión considerable con un envoltorio que no dejaba nada a la imaginación: Piña y Coco

Así que, tras abrirlo y dar un par de lametones, Siobhan preguntó de manera directa: - Dígame, ¿A qué debemos esta invitación?

Boss también declino la invitación de Morgana, por lo que la mujer sólo llenó una copa. En ese momento vio a Max pasar por detrás de su escritorio y levantar la silla. Entonces ésta se detuvo en el aire y se tiño de un aura de aspecto rosáceo, igual que los ojos de la capitana de los Morganeer. El artillero por más que tiró no consiguió mover la silla.

—Suelta eso—dijo mientras se acercaba a él con cara de pocos amigos—. Y ve a sentarte con los demás.

Que de repente la silla se quedara paralizada en el aire con aquella aura rosácea hizo que la mente del artillero empezara a divagar sobre las causas de que no pudiera moverla por mucho que este tirara de ella. Hasta que al final comprendió cuál era la respuesta. Esto había sido causado por Morgana Black. ¡Tenía un Stand invisible!.

-¡Pero dijiste que tomáramos una!. -Exclamó el artillero indignado por la actitud de Morgana Black- ¡Vale!. ¡Voy!.

El artillero sin pensar cosas de otras franquicias volvió a la zona de aquellos tres asientos -no cómodos-, y se sentó en uno de ellos, en concreto en el que se encontraría Sobhan Vetev. En ningún momento dijo que fuera a uno que no estuviera ocupado y esto, DE ALGÚN MODO, era culpa de la Capitana. ¡Y le dio un mordisco a su polo!.

Boss no estaba en la habitación como había pensado Siobahn, sino que la médica y el artillero habían llegado antes que la capitana de los Morganeer y la última semifinalista. La verdad es que no era Max el único que estaba un poquito cucú en los piratas de Tong-Hu. Todos cojeaban un poquito del mismo pie.

Pero a Morgana esas cosas no le importaban, esto sólo era una aclaración para los confusos pensamientos de una capitana pirata y su percepción de la realidad. La capitana de los Morganeers los había convocado por motivos muy distintos. Sin dejar de mirar con desprecio a Max (pero ignorando que seguía haciendo el canelo) decidió zanjar lo que tenía en la cabeza lo más pronto posible.

—Con sinceridad, aunque habeis dado un gran espectáculo, ninguno de vosotros va a ganar el torneo. No estáis al nivel de Gorko. En un uno contra uno estáis muertos. Como lo está ahora mismo Counter Striker.

Las palabras de Morgana eran duras pero también estaban llenas de verdad. Eran la cruda y desnuda realidad.

—Veréis, esto al final es un espectáculo. Y yo soy la encargada de que ese espectáculo, sea algo que le guste a los asistentes. Algo que nunca olviden. ¿Creéis que enfrentaros a esa bestia y que os mate es algo que el público quiere ver? No, claro que no. Todo el mundo odia a Gorko. Así que os propongo colaborar y jugar un poco con las reglas para darle la vuelta a la situación.

Aprovechando el hecho de que Max Powder era una máquina de hacer posts; este le dio otro mordisco al polo de la Capitana Siobhan Vetev, al parecer era como un niño grande, o un gato, dependiendo de quién lo dibujara en un fanart. Sea como fuere, y antes de entrar en los fanarts picantes. (Ahora menos picantes debido a la lesión de su Mini-Max), este apeló a lo que Morgana les estaba diciendo.

-¿Y que ganamos nosotros?. -Inquirió Max aún en el regazo de su compañera y con la boca medio polo- Ya nos han dicho que no había premio para nosotros de todas formas. Yo sigo porque quería patearle el trasero a Valeria y que me dejara en paz... y ahora si me dices que va a matar a la Capitana el cacho bestia ese... ¿Eso me convertiría a mi en Capitán?. ¡Mi problema está resuelto!... ¡Y todos los polos serían para mi!. -Le dio otro mordisco al polo, el era velocidad... y ahora azucar y piña... y coco...

Si había algo que molestara a Siobhan era que se comieran sus cosas sin su permiso. Por lo que tras guardar la compostura debido al primer bocado que Max le dio a su polo, el segundo bocado al mismo hizo que esta se reclinara hacia delante y le susurrase a Max, que aún seguía apoyado en su regazo:

- Vas a darme diez polos por cada bocado que le has dado a este. Y ay de ti si continuas porque te voy a incrustar tan profundamente el palo del mismo, que te aseguro que ningún doctor va a poder sacártelo.

En ese instante en que la cara de Siobhan estaba prácticamente pegada a la de Max, la cara de la doctora era distinta a como lo era habitualmente, como si estuviese poseída por el espíritu del azúcar. Pero al levantar la vista hacia Morgana Black, su expresión volvía a ser la de siempre.

- ¿Y qué es lo que plantea? ¿Qué juguemos con las reglas? Porque si es tan fuerte, dudo que quiera que nos enfrentemos los tres a la vez a él. Me parece que Gorko ya ha demostrado que le sería igual de fácil despacharnos uno por uno –preguntó recordando lo que ese tipo le había hecho a toda la tripulación de Yat.

Al parecer tanto Max Powder como Siobhan Vetev tenían algo en común; ambos eran extremadamente golosos, la actual capitana parecía saber controlarse y actuar con cabeza a pesar de su pequeña adicción al azucar; en cambio Max Powder, este... bueno... digamos que nunca tuvo demasiado autocontrol.

-Entonces solo le dara uno más. -Comentó dándole un fuerte bocado al polo, palito incluído- ¡Ja!. Ahogba nbo tieneff paliffgo.... Ggggg...

Se estaba atragantando ya con el palito partido a causa del mordisco que le dió, al parecer iba a necesitar asistencia de primeros auxilios o se lo iba a pasar un poco mal mientras aquel palo bajaba por su esófago; aunque ahora mismo estaba incrustado en la garganta.

Morgana le dio un sorbo a la copa de vino.

—Precisamente un tres contra uno es vuestra única oportunidad—respondió la mujer—. No vamos a generar falsas expectativas, creo que Gorko podría despacharos igualmente. Pero es la única manera que tenéis de intentar salir vivos y llevaros el premio. Bueno, o la gloria—se autocorrigió—. Y me da igual lo que quiera Gorko a ese respecto. El torneo es nuestro y hacemos lo que queremos. 

Sí, eso ya lo había dejado claro doña Zargoh.

—Así que si los tres estáis de acuerdo, la próxima ronda será la última. La apoteósica final del Torneo de Lucha Pirata de los Morganeer: Battle Royale. Y si no lo estáis—la capitana pirata hizo una pausa y se encogió de hombros—, os mandaremos una corona de flores bien bonita.

Tras ese inocente pero amenazante comentario, se apoyó sobre su cómoda silla.

Por desgracia Max Powder estaba demasiado ocupado ahogándose con aquel palito del polo como para poder negarse a aquella petición hecha por Morgana Black, a fin de cuentas, si tan bueno era Gorko con que este se encargara de Siobhan Vetev sus problemas por la capitanía se resolverían sin hacer nada.

-Ghhhhggggg... -Sufría el muchacho el cual, en esta ocasión, tenía la cosa atorada en su boca por su propia estupidez... como la mayoría de las otras, pero esta más de antemano- Ghhhhhgggggggggg...

Al parecer iba a necesitar ayuda urgente de la médica o de cualquiera con dedos suficientemente finos para quitarle un palo clavado en el interior de su garganta; pero bueno, no es como si esto fuera algo extraño en la vida de Max Powder, pues siempre terminaba con algo dentro de su boca.

Siobhan estaba del todo molesta, no se podría decir que le molestaba más, si aquella reunión donde simplemente la estaban mandando al matadero junto al resto de participantes o el hecho de que Max se hubiera comido su polo (con medio palo incluido).

Sea como sea el ruido que hacía su camarada era bastante irritante y aunque en parte se lo merecía, el juramento hipocrático le impedía dejar a alguien sufrir de esa manera, aunque dicho juramento no especificaba la manera de hacerlo. Con lo que aprovechando que Max seguía en su regazo elevo una de sus rodillas hasta que lo colocó en el punto exacto y luego, con bastante fuerza dio un codazo en la espalda del artillero haciendo que este tosiera bruscamente y emitiera un sonido como de asfixia. Eso sí, el palito había salido volando por los aires y fue a dar a la frente de Boss, donde se quedó pegado debido a la gran cantidad de saliva que acompañaba a su expulsión.

Justo fue ese el momento en el que Siobhan se dirigió a la última integrante de las semifinales que no había emitido palabra alguna. Puesto que, para la doctora si en algún momento se le pasaba por la cabeza embarcarse en una misión suicida, debía ser con la plena confianza de que todos irían a una.

- ¿Qué hay de usted? ¿Cree que se podría vencer a Gorko de esa manera? Y es más, ¿Estaría dispuesta a intentarlo? –preguntó mientras no podía dejar de mirar el palito del polo

Con cara de pocos amigos, Boss le dio un chorlito al palo y lo clavó en el techo.

—He venido a matar a ese pirata—dijo con bastante odio—. Si no vais a hacer el payaso, por mí está bien.

Por fortuna Max Powder había sobrevivido al encuentro con el polo, iba a vivir un día más para atormentar a todos los que estuvieran a su alrededor. Pero al menos iba a estar un poco más tranquilo mientras recuperaba el aliento y volviera a tener un tono más natural de piel, puesto que el morado y azul que tenía a causa de la asfixia no parecían ser demasiado saludables.

-Ufff... Uffff... -Resoplaba y respiraba con gran dificultad- Ufffff... Fuuufff... Bufff..... Uffff...

No, no iba a haber ningún comentario con un futil intento de ser ingenioso ni ningún grito estridente, al menos no de momento, puesto que primero era lo primero, y esto era respirar, algo que le estaba costando bastante y tenía mucho aire que recuperar del tiempo que pasó con el polo en la boca.

Parecía que Boss tenía confianza suficiente para derrotar a Gorko. En cambio, ella no las tenía todas consigo puesto que hasta ese momento ellos estaban compitiendo por nada, y así lo hizo saber.

- Es posible que entre los tres pudiésemos intentar derrotarle, sin embargo, nosotros ya no estamos compitiendo por absolutamente nada. Siendo así, sería mejor retirarse y que Boss intentase acabar con él a solas. Total, ella parece confiada de poder hacerlo siempre y cuando no nos inmiscuyamos. Pero si en caso de salir victoriosos, nosotros pudiésemos optar a otro tipo de premio…

Siobhan parecía estar tirándose un farol. En realidad, lo que ella deseaba es un barco para que los suyos pudieran salir de allí antes de que llegasen los marines tal y como les anticipó Levi. Y es lo que iba a intentar conseguir fuese como fuese.

—Vaya, vaya capitana Siobahn. ¿Me estás intentando chantajear?—preguntó Morgana con una sonrisa juguetona—No sé qué me resulta más divertido, tu audacia o que creas que estás en condiciones de chantajearme. No te equivoques, no pretendo evitar que Gorko gane el torneo, sólo quiero que continúe el espectáculo. Pero si estoy bastante convencida de que tú no quieres que tu bande pase a la historia como "la tripulación que se retiró del torneo con dos miembros en semifinales". ¿Y sabes por qué no quieres? Porque con esa reputación, te convertirás en un objetivo para otras bandas. ¿De verdad quieres ir por ahí con una diana en la frente? ¿Ese será el legado del pirata Tong-Hu?

La capitana se vació la copa de un trago.

—Por suerte para ti, me agradan las personas audaces. ¿Qué es lo que quieres?

Escucho atentamente a la capitana Black, y aunque la tachó de querer sobornarla, Siobhan permaneció impertérrita antes los comentarios de esta. Sin ir más lejos, parte de su tripulación había conseguido llegar a la semifinal, si alguien intentase atacarlos estaba segura de que podrían contrarrestarlos pues la tripulación no constaba únicamente de Max, Valeria o ella. Mary, Rendam y Sira eran grandísimos luchadores, únicamente no lo habían podido demostrar.

- Me gustaría ganar un buen barco para mi tripulación, ya que ahora mismo no contamos con ninguno y nos resulta indispensable para poder escribir nuestro propio legado –respondió Siobhan sin titubear.

A pesar de la evidente muestra de poder que tanto Boss como Morgana Black alardeaban y aquel pulso por conseguir algo que no fuera simples amenazas y la burla constante de otros piratas allá por donde pasaran; Max Powder apenas había escuchado de lo que habían hablado pero al menos recuperó un poco la voz... lo suficiente como para ser un incordio.

-Y si gano yo, -Interrumpió a ambas capitanas en aquella muestra de fuerza- quiero también ese buen barco pero mejor y más grande para mi tripulación... que será la misma que la de ella pero con una chica pelirosa -que no recuerdo de nada de mi pasado por mucho que insista- de menos. -Indicó señalando a lo que estaba bebiendo, a fin de cuentas tenía la garganta seca... e irritada, lo cual el alcohol quizás no fuera la mejor idea pero... bueno, tampoco es como si lo supiera.- ¡Y esa botella!.

Al parecer seguía queriendo ganar a Siobhan Vetev y demostrar su poder por encima de lo que fuera que estas estuvieran discutiendo; a fin de cuentas no tuvo tiempo suficiente como para enterarse del tema o sentir el ambiente que había en el lugar.