Partida Rol por web

La zona del pueblo más alejada del coliseo estaba vacía. O casi vacía. Era normal, porque la mayoría de la gente empezaba a dirigirse hacia el estadio donde tendrían lugar los combates. Mary, Rendam y Sira se encontraban en la terraza de la taberna que en esos momentos estaba cerrada. Max y Siobahn se habían marchado. La radio del capitán Tong-Hu se la había quedado el grupo de secuestradores, los consejos del anciano pirata serían más útiles para ellos. No mucho después llegaron el capitán Yamamemoto acompañado de un joven con un peinado extraño que hacía que su cara pareciera un cangrejo vestido de color rojo.

—No tenemos mucho tiempo, Quermosura quería irse ya hacia el coliseo pero le he dicho que mi viejo amigo Tong-Hu quería que nos reunieramos en privado. He pensado que le deis una paliza a Goyo—dijo señalando a su acompañante que no estaba muy convencido—y lo mandemos de vuelta con el resto de mi gente para que avise de lo que ha pasado. Pero estoy dispuesto a escuchar lo que habéis pensado.

—Capitán, ¿es necesario lo de la paliza?

—¡Por supuesto!—dijo arreándole un coscorrón—¡Y si hace falta te la daré yo!

    Hmmmmm... - musitaría tras un prolongado silencio que llevaba acuesta, cansancio... dudas... una sana meditación terapéutica, esa respuesta solo la sabia yo - Lo cierto, es que no suena a un mal plan - comentaría a la propuesta de aquel capitán, solo para ver al joven con ciertas dudas - y si, tiene que ser realista... que se note que esta en problema, eso si... - para girarme hacia el hombre mayor - ¿ aprecia mucho su gorra señor Yamamemoto ?, necesitamos que el muchacho vuelva también con algún bien que este usted siempre cargando... eh, intuyo que su hija a visto mucho aquel accesorio tan característico.

   Y quizás... tengamos que rasgarlo medianamente, para darle algo mas de.... de.... - ladeando ligeramente la cabeza de un a otro como parte de mis pilas se hubieran gastado en aquella charla - Dramatismo.

   Ohhhh señor, también hay que hablar sobre cierto asunto, pero... dejémoslo para cuando marche el muchacho, que lo de su hija tiene mas prioridad.

A Sira el tema del secuestro le parecía bien aunque, después de escuchar la propuesta de Yamamemoto y el comentario de Mary, ya no le pareció tan bien. Se tensó un poquito, Goyo no parecía una mala persona, aunque igual habría que aplicar la metodología del mal menor para que el plan saliese bien.

—¿No es demasiado pegarle una paliza "de verdad" a Goyo? ¿No habría forma de suavizarlo un poco? Me da algo de pena...—comentó Sira mientras miraba a Goyo—. Por ejemplo, ¿utilizar algún tipo de maquillaje, o no hay tiempo ni recursos?

Tras un momento pensando, a Rendam sólo se le ocurrió una cosa.

- No sé si podemos maquillarlo, pero igual con unos cuantos cortes en la ropa y la cara... - dijo mientras convertía algunas de sus plumas en cuchillas y miraba a Goyo- supongo que sería menos doloroso que una paliza.

El capitán no pareció muy convencido con aquello de destrozar su gorra, cosa que Goyo decidió aprovechar.

—¡JA! Así que su gorra no pero a mí si me pueden pegar una paliza, ¿eh? ¡Vaya caradura!

Furioso, Carloto agarró su gorra, la tiro con rabia al suelo y empezó a pisotearla con ansia.

—¡Está bien! ¡Ahora dejadlo hecho un cristo!

Rendam levantó la gorra con una de las cuchillas, la impulsó hacia arriba, y en cuanto empezó a bajar de nuevo le propinó un buen zarpazo con tres cuchillas. La gorra se queda en el suelo casi separada por partes, unidas sólo por la visera.

Volvió a mirar a Goyo: - Entonces, ¿paliza? ¿O cortes superficiales?

—Creo que lo importante es la interpretación. Con un par de cortes valdría y esparcir la sangre por varios sitios de la cara... —comentó Sira en general. Luego se dirigió a Goyo—. Pero sobre todo, necesitas poner cara de sufrimiento porque como no lo hagas bien... capaces son de darte una paliza de verdad.

—Creo que con unos cortes será suficiente—dijo un nervioso Goyo.

—¿Ahora quién es el caradura?—le replicó con sorna el capitán—Mucho Ay Quermosura, ay Quermosura y a la hora de la verdad, ¿qué? ¡NADA!

La reacción de Goyo, fue como la de Yamamemoto con su gorro.

—¡ESTÁ BIEN!—gritó exagerado—¡Haced conmigo lo que queráis!

   Lo Importante es que la hija del Capitán este totalmente interesada es saber que su padre corre peligro, si por tomarlo demasiado tranquilo la misma no pica, al final del día todos vamos a llorar un destino que pudimos evitar... - serian mis palabras mientras poco a poco iba tomando una apariencia mas hibrida, que era complicado discernir si lo que tenían enfrente era una persona o una cabra en dos patas - Yo empie~eh~eh~ehzo - diría mientras me acercaba lentamente hasta el joven - Aprie~eh~ehta los di~eh~eh~eh~entes - y rápidamente arrearle un cabezazo en todo el pecho dejándole sin aliento y buscando estamparle contra alguna mesa del local.

  ¿ P-pue~de~de~es  seguir o....o llegaste a... tu li~ih~ih~ih~mite ?- preguntaría al joven, para entonces mirar a mis compañeros por si estos querían contribuir u opinar en caso de querer detenernos.

Tras el golpetazo que le dio Mary al chico, Rendam se acercó a él con las cuchillas, arañó unas cuantas partes de la ropa y luego dirigió éstas a la cara de Goyo, cerca de los ojos.

- ¿Qué te parece perder un ojo? - dijo, y tras un breve pero incómodo momento para el chico, Rendam desvaneció las cuchillas, que volvieron a ser plumas, y le propinó un par de guantazos en la cara.

- Era broma. - dijo finalmente, aunque su cara no tenía ni un ápice de estar bromeando.

Se dirigió a Sira entonces: 

- ¿Quieres hacerle algo, Sira?

—¡Dos usuarios de elixires demoníacos!—exclamó Carloto al ver transformarse a Mary y ver las habilidades plumíferas de Rendam—¡Menudo grupo te montaste Tong-Hu! Si hubiéramos reunido un grupo así siendo más jóvenes, los podríamos haber pulido bien y montar una tripulación realmente temible.

—¡Ya te digo! Son unos chicos prometedores, pero todavía están un poco verdes. ¡Y un poco disfuncionales!—al viejo pirata no parecía importarle que sus pupilos le escucharan como los criticaba.

Goyo encajó los golpes con estoicismo y poses cómicas de dolor.  Incluso la amenaza de perder un ojo, la había mostrado con un terror más cómico que real. La verdad es que al chico se le notaba dispuesto a hacer lo posible por evitar que Quermosura luchara en ese combate. Recibir una paliza lo demostraba.

—Yo creo que ya está bien...

Discretamene se dirigió a dónde estaba el dañado sombrero del capitán Yamamemoto, para agacharse y salir pitando como alma que lleva el demonio dejando incluso un rastro de polvo..

—Todo bien—le dijo Sira a Rendam, aunque ya Goyo había salido corriendo. Y no le extrañaba... las cuchillas de Rendam no auguraban nada bueno.—¿Ahora toca esperar?

- Supongo que ahora mismo sí, esperar a que venga. - dijo Rendam a Sira. Luego se quedó un rato pensativo.

- Bueno, una vez que venga aquí, ¿qué hacemos con ella?- miró al viejo - ¿La tenemos que retener de alguna forma? ¿Peleamos con ella para que se canse y no pueda luchar? - esta vez su mirada se dirigió a Sira mientras hablaba de luchar.