Fosco salía y miraba al muerto... Una sonrisilla astuta salió de su cara. Luego subió a la barcaza y dejó todo en el suelo para luego ir guardándolo minuciosamente. Esto por aquí y esto aquí... Finalmente fue saludando la gente chocándole con el puño Que pasa? Qué tal? Essse! Palmeó los muslos de Flame me caes bien... Quizás deberías unirte a mi compañía...digo nuestra compañía dijo señalando a Onfale. Aunque aún no sé como... quizás sólo deberíamos hacer tratos puntuales. Me vendría bien alguien con tu talento,¿sabes? le decía a la rubia aunque sin saber muy bien como encarrilar lo que decía, parecía que no decía nada o que insinuaba algo. Luego miró a la pelirroja y a Onfale me quedé con el pringado de los dos... La maga roja se había convertido en alguien muy respetable, hablaba de quemar cosas... sería su pelo rojo que le "hablaba y le decía que debería quemar cosas" cosas de locos y tal.
Piénsate eso le dijo a Flame... y luego se puso a juguetear con Rufus.
El grupo salió a la superficie sin ningún problema y fueron recibidos con cierto alivio por los que esperaban en la cubierta del barco. Kaevhas subió a la embarcación y asintió con una sonrisa a Leiath. -Estamos bien. Y siento haber ido en contra de tus advertencias, pero al final hemos podido sacar algún provecho.- Le dijo a la bruja de Hala con un tono afable para tratar de aplacar sus reprimendas. Mientras dejába su máscara y cogía el respirador, prestó algo de atención a las palabras de Alice. "Magia para cambiar la forma..." Sin duda eso resultaría muy interesante tanto para ver como para aprender. Pero la maga dejó bien claro que ella no podía, de modo que continuó con sus quehaceres.
Onfale fue el primero en adelantarse para contar lo sucedido en la cueva y, tras una breve pero inofensiva disputa, el perfumista se decidió a comenzar con las modificaciones. -Si, empecemos.- Dijo con diligencia mientras acercaba alguno de sus utensilios por si podían resultar de utilidad. El componente alquímico de aquel respirador llamaba la atención del mago. Él tan solo pudo aprender las bases siendo todavía joven, antes de su retiro, y no conocía muchas recetas ni métodos. Pero su mente ávida y su ingenio le permitían salir adelante y aprender por su cuenta.
Kaevhas te ayuda, pero por lo que vi no es necesario que tire para ayudarte, no?
Tremens fue el último de ascender a la cubierta de la embarcación trepando por su misma cuerda que Onfale dejara allí sujeta. Tras dejar el hallazgo se quedó sentado mientras el resto se saludaba, dejando que el perenne sol le ayudara a secarse mientras se frotaba el pelo para liberarlo del exceso de agua. También aprovechó para mirarse las heridas recientes que había acumulado durante las últimas semanas. Allí estaban aún los rojeces que el contacto gélido de la explosión de aquel demonio le dejara. Así como algunas heridas dolorosas de la lluvia de fuego... y el mordisco de los gigantes hombres-pez.
Ya mojado, y con tiempo a la vista, aprovechó para limpiar sus ropas manchadas por el camino de polvo, mugre y sangre. Una vez limpias sacó hilo y aguja y empezó a remendarlos con gran soltura.
Pese a todas las posibilidades el grupo había regresado sin un rasguño e incluso con nuevas alternativas para descender hasta la ciudad sumergida, aquel grupo ciertamente tenia capacidades ocultas entre su aparente displicencia. Con el grupo completo y todos en guardia no hago otra cosa que guardar el arco y sentarme en uno de los rincones de la barcaza sin dejar de extrañar ni por un segundo mi hermosa hacha extraviada, todos parecían saber lo que hacían y aprestaban los recursos que serían necesarios para el descenso submarino.