Partida Rol por web

Paseaba de un lado a otro mirando el lujo de la habitación y tratando de no desviar la vista hacia el arma desenvainada del Tybalt, y para colmo aparece otro demonio. Esto solo les podía pasar a ellos, seguramente ahora estará pensando que han invocado al Tyfin para hacer una orgia.

Aunque el demonio venía con una agradable sorpresa, Flame, la rubia marimacho seguía viva. 

Después de observar alegre que Tylbat estaba en perfecta forma, la jóven curandera se puso a echar un vistazo a la lujosa habitación. Era la primera vez que estaba en un lugar como aquel y la verdad es que, como Aire, no estaba muy cómoda. Aúna asi no hizo ningún menosprecio. Nisiquiera la katana que parecía seguirles a todos lados.

- Vigilémosla esta noche, mañana le quitaré esa maldición que tiene y la podrá usar Tybalt si quiere. Y esa varita... si esperamos a mis rezos también podré averigüar cómo usarla sin duda alguna...

Entonces irrumpió un feo pero educado demonio haciendo que se pusiera de nuevo a la defensiva, pero gracias a Hala no paso nada malo. Todo lo contrario, les dejó un regalo.

- Fl-Flame?

Parecía que la bruja era la única en reaccionar ante la llegada de su compañera perdida. Y no era para menos, ya que la lagartona había huido del combate cuando más se la necesitaba. Pero bueno, había vuelto, eso significaba que al menos algo sentía por ellos, o que no había encontrado una opción mejor...

Estás bién?- Leiath se fue acercando a la guerrera, dubitativa. Temía su reacción, si era la de siempre, hasta se podía llevar un manotazo.

- Me dejas que te cure esas heridas? Qué te ha pasado? Cómo has conseguido volver a nosotros?

Flame estaba tirada en el suelo, muerta de la vergüenza por haber sido la única incapaz de sobreponerse a los terribles aullidos. En aquellas situaciones la mujer siempre tendía a huir, no podía con el miedo, por mucho que intentaba sobre ponerse, había sufrido demasiados traumas a lo largo de su vida como para sentir la frialdad que muchos sentían. 

Tardó en contestar a Leiath, pues fue la única que parecía alegrarse por su llegada. No comprendía bien que había sucedido, pero si estaban allí seguramente es porque habían ganado, aunque el Tybalt desnudo se le escapaba de su corta comprensión. 

Aún así, y tras meditar sus palabras, la lagartona sacó el billete que había encontrado y lo dejó sobre el suelo para que todos los vieran. Encontré esto. Dijo mostrando un billete para el plano material. Podría haber terminado de huir y haberos dejado solos. Sabéis cuántas ganas tengo de volver al plano material, a mi verdadero plano, cuantas ganas tengo de volver a mi vida normal y dejar estos incómodos encuentros, pero cuando estuve a punto de hacerlo, algo en mi interior me lo impidió. Dijo agachando la cabeza. No podía dejaros solos. Al menos no una vez más. No os podía abandonar de una forma tan definitiva. Por eso me dispuse a volver y a encontraros. Y al menos, estamos otra vez todos juntos. Dijo algo molesta al ver que todavía Jadewo seguía con ellos y temiendo que en todo aquel tiempo hubiera terminado de ocupar su lugar. 

Después asintió ante las palabras de la bruja de Hala y se dejó curar las heridas, a pesar de que su aura estuviera haciendo el trabajo más duro.