Nikeras poco se esperaba esa última aparición de Fosco. Al verle una sonrisa se dibujo bajo sus barbas, con su habitual tono grave le saludó.
- Hola compañero, ¿puedo hacer algo por ti?
Entonces el menudo mediano empezó por la pregunta. Seguida de muchas más preguntas, como solía ser el caso del inquieto Fosco. Nikeras mantuvo su expresión, pero sus ojos castaños no mostraban la misma expresión. Tras unos momentos tomó aire y se sinceró.
- No lo sé, sinceramente no lo sé, Fosco. Como posiblemente habrás descubierto, tengo ciertas facultades que escapan a las que suelen tener los demás montaraces.- Empezó diciendo.- Pertenezco a una peculiar orden, de hombres y mujeres que velan por el equilibrio. La frontera entre la civilización y lo salvaje. Los más sabios de los míos se establecen en distintos parajes para velar por ese delicado equilibrio. Y los novicios como yo servimos para mantener los contactos entre esas zonas.
El canoso montaraz paseó un momento la mirada por los árboles cercanos.
- El miembro de mi orden que debería estar aquí... es como si no estuviera, tal vez se posicionara del lado de los lobos, tal vez fuera atacado por un licántropo, desconozco que ha pasado. Pero el equilibrio debe restablecerse, sin ello este conflicto podría crecer más aún. Hombres de tierras cercanas podrían venir para contraatacar y entonces más lobos podrían hacerlo a su vez... "ojo por ojo, y diente por diente"... y todo el mundo termina ciego.- Mirando de nuevo a Fosco añade.- Soy poco más que un iniciado en mi orden, pero mi deber es intentar restablecer el equilibrio y mediar en este asunto. Pero para hacerlo debo saber más y tengo el presentimiento de que cerca del aserradero puedo encontrar información al respecto. Así que acompañaré a esa gente hacia allí y una vez en la zona... improvisaré.
El druida se mantiene erguido, apoyado en su lanza de fresno y con Zicko a su vera. Mirando al mediano.
- El camino que elijo es peligroso, a fin de cuentas todo aquel que ande sobre dos piernas está sentenciado mientras permanezca en el valle, según dijo Cicuta. No pediré a nadie que me acompañe en esta empresa, no me lo perdonaría.
Entonces miró hacia donde estaban el resto de los compañeros.
- Ve con ellos Fosco, ve con ellos y procura evitar los peligros. A fin de cuentas este asunto no te reclama.
Lord Septow está pensativo... No quiere que una muestra de interés desaforado le haga parecer patético. Pero la propuesta le agrada. Tampoco le gustaría ser el que pasó a los anales de la historia familiar como aquel que perdió el arma del abuelo.
Lo cierto... es que sí me gustaría recuperar mi estoque, pero en estos momentos no llevo nada más encima que veintiséis monedas. Así que esperaremos a que todo esto acabe para realizar el trueque. Cuando los lobos ya no infesten Dorvinia, estás invitado a mi mansión, en la ribera sur de Vor Ziyden. Allí seguro que tengo alguna cosilla que te pueda interesar, mediano, y que sea equivalente al valor de mi arma en un trueque justo.
De momento puedes guardármelo... Fosco.
A ojos del Barón, el mediano había dejado de ser insignificante. Se había ganado que le llamasen por su nombre.
Motivo: Dinero random
Tirada: 6d6
Resultado: 26
Fosco... Si quieres el dinero y así olvidarte de esa promesa de futuro, puedes hacerlo. Si no, te tocará cargar con el estoque durante unos días.
Estoque Parthiano, arma exótica: tiene un pequeño compartimento para la pólvora, suficiente para un disparo. Efecto: si aciertas a un enemigo con un golpe del estoque, automáticamente puedes elegir disparar (sin tirada de ataque, es éxito automático) para sumar +1d10 al daño.
El arma que te dió Septow está cargada para un solo disparo, y no sabes quién te puede proporcionar más pólvora en la zona.