Los pasos vuelven a sonar, alejándose. El Hadrimoi no puede permitirse el lujo de perder tiempo con un "artista", ni tampoco se atreve a arriesgarse en un combate frontal para comer carne de perro. Esas largas exposiciones que se gasta Nikeras para explicar las cosas razonada y reflexivamente, consumen mucho tiempo que el Hadrimoi podría aprovechar para correr. No puede ponerse a regatear ni a esperar a que el druida busque en su mochila algún objeto valioso, que un pobretón como ese puede que ni siquiera tenga.
Nikeras y Zicko vuelven a estar solos.
Una criatura más materialista, de haberlos sabido antes, podría haberle ofrecido el pergamino mágico que me queda. Pero tal vez tampoco hubiera sido suficiente... tal vez desconocía las respuestas a mis preguntas, o me habrá ahorrado engaños.
El hombre se encogió de hombros con gesto cansado. A esa altura de la situación ya todo le pesaba, la armadura de cuero, la mochila con escasas pertenencias... incluso el escudo y la lanza. Pero no podía desprenderse de ellas.
Mirando a su alrededor con el haz de luz verdoso con que Madre le bendijera, el hombre mira a su alrededor, todo lleno de instrumentos de tortura. Le quedaba poco tiempo de luz para poder recorrer el largo camino hacia el exterior, pero tal vez suficiente para dar un vistazo a aquel espacio. Tal vez hubiera alguna puerta escondida, algún pasaje oculto que permitiera acceder a los usuarios de aquella pequeña porción de infierno desde otro lugar, sin tener que recorrer los largos pasadizos.
Sin perder más tiempo dio un vistazo a las distintas celdas, tanteando las paredes en busca de algún sonido hueco. También resiguió las paredes que conformaban los muros de la sala de torturas, y finalmente tanteó las distintas piezas de tortura, tal vez tras una de esas o bajo ella estuviera el pretendido pasaje...
Tirada oculta
Motivo: Buscar
Tirada: 1d20
Resultado: 1(+3)=4
Durante su búsqueda, Nikeras examina con detenimiento el suelo de la dama de hierro. Accidentalmente, se pincha con una de las púas. Deben de estar envenenada, porque Nikeras empezó a sentir un ligero mareo. Se sienta unos minutos, y espera a que su sistema inmunológico cuasi divino elimine las toxinas.
La luz mágica no dura eternamente, y se termina apagando. Ahora la oscuridad vuelve a rodearle. Ha examinado gran parte de las salas de tortura y sus instrumentos, pero después de lo de la Dama de Hierro sabe que buscar a tientas es demasiado arriesgado.
Nota un bulto tocando su pierna y se estremece. Toca pelo. Puede que sea Zicko. Ojalá se trate de Zicko. Si fuese otro farfullero, notaría un mordisco en la pierna. Por si acaso, ordena a Zicko ladrar.
!Warf!
El ladrido suena a sus pies, y ahora Nikeras está seguro de la identidad peluda. No corre peligro inmediato.
Motivo: Fortaleza
Tirada: 2d20
Dificultad: 13+
Resultado: 19(+5)=24, 9(+5)=14
Exitos: 2
Nikeras suspira cansado. La cosa no pintaba bien... de hecho hacía días que no pintaban para nada bien.
- Necesitamos tomarnos un respiro. Descansa Zicko, descansa mientras me mantengo antento, luego nos turnaremos, tal vez Madre me pueda ayudar para orientarme.-Decía mientras acariciaba el denso y duro pelaje.
Y así quedó dejando que sus cansadas piernas tomaran un descanso mientras acariciaba el can.