—Es una bobada, se lo aseguro —intervino el señor Watson un tanto molesto—. Antes todo el mundo quería tener un fantasma en su hotel. Atraía clientes y daba buena publicidad. Pero luego llegaron toda esa caterva de cazafantasmas aficionados que lo único que hacen es molestar y, algunos, hasta te destrozan las habitaciones para hacer sus "experimentos".
Se levantó hasta el aparador que tenía aspecto de ser un antigüedad y comenzó a seleccionar algunas botellas que llevó hasta la mesa: jerez, un vino dulce californiano y algo un poco más contundente. Sue Ellen regresó con el postre.
—Espero que aún les quede hueco para este Red Velvet Roulard. No estoy segura de que sea la receta original, pero en casa lo llevamos haciendo años y..., bueno, prueben un pedacito.
Mientras tanto, Julius sirvió a los agentes las bebidas y se preparó a sí mismo un generoso vaso de bourbon que hizo torcer el gesto a su esposa.
—Hace años que dejé de fumar, pero todavía me permito una copita de vez en cuando... ¿Y dígame, señor Bennet? Su acento no parece tejano, suena a la Costa Este... ¿Nueva York?
—No creo querido —tomó parte Sue Ellen—. Suena a Nueva Inglaterra pero no alarga las "aes" ni se come las "erres" al final de las palabras como los neoyorquinos... Yo apuesto por Boston. Tuve una compañera en la universidad que era de allí y su manera de hablar me recuerda mucho a ella. ¿Me equivoco?
-Los fantasmas no existen -dijo, con gran seguridad, dirigiendo una mirada a su compañera. Bennet no creía en la existencia de espíritus ni nada relacionado con lo paranormal. Por lo general, ese tipo de fenómenos siempre se le aparecía a gente muy sugestionada o temerosa-. Aunque no hay dudas de que esas historias tienden a atraer a mucha gente a este tipo de hoteles. ¿Suelen pasar por el Excelsior algunos clientes habituales?
Scott Bennet había visto un patrón en las desapariciones de los niños. Era muy poco probable que se tratase de alguien que fuera ajeno a aquella población, pero, ¿y si se trataba de algún forastero que hiciera visitas frecuentes? Valía la pena valorar esa opción.
-Punto para la señora -comentó Scott, con una sonrisa cuando el anciano matrimonio trató de averiguar de dónde provenía su acento-. Soy de Boston -Bennet no quería tener que dar muchas explicaciones acerca de por qué estaba tan lejos de su tierra natal, mucho menos en presencia de su compañera, por lo que decidió escurrir el bulto con rapidez-. Digamos que me enamoré del sur, así que decidí tener un cambio de aires.
Rechazó con educación la copa de vino dulce, aunque no el postre que le tendían. Habría que estar loca para negarse a un bocado dulce. Sin duda estaba saciando por completo su apetito y empezaba a comer por pula gula, alegrándose por una vez del metabolismo que había heredado.
Hundió el tenedor entre la nata y la crema, separando un pedazo del bizcocho enrollado antes de partirlo de nuevo y llevárselo a la boca, escuchando a su compañero de profesión hablar de su acento. Esperó unos segundos entre bocado y bocado para encauzar el hilo de la conversación, dirigiéndose a Sue al estar más cerca de ella.
¿Sigue manteniendo el contacto con sus antiguos compañeros de profesión? Intuyo que no todo el profesorado de la secundaria de Marshall vivirá allí, puede que alguno sea de Harrison o de Marion.- Pinchó el otro pedazo que dejó antes de llevárselo a la boca. Después se limpió un poco con la servilleta, dejando unos segundos para masticar y tragar aunque el bizcocho prácticamente se deshacía con su propia saliva.- Era por saber si conoce a alguien que actualmente esté dando clases en este centro escolar.
—¿Clientes habituales? —Julius miró a su esposa un momento—. La verdad es que no... Bueno, algún representante pasa por aquí de vez en cuando, pero poco más...
—Antes sí venían algunos de vacaciones cada temporada, pero ya no... La competencia, imagino —añadió Sue Ellen.
Era evidente que los Watson solamente estaban diciendo la verdad a medias y que algo les incomodaba de aquella conversación, quizás por el hecho de que la pregunta viniera de un agente de la Ley bastante circunspecto y de mirada severa.
—La gente prefiere quedarse en los bungalows de Uncertain o ir directamente a Marshall —aclaró el señor Watson.
—Eh... No mantengo amistades de aquella época —dudó Sue Ellen sorprendida por la nueva pregunta—. Sé que la directora del centro de primaria de Jefferson, Cynthia Mitchum*, trabajó conmigo en Marshall hace mucho tiempo. Una vez coincidí con ella y me explicó que había dejado la secundaria para poder tratar con niños más pequeños porque son más manejables —sonrió algo nerviosa—. Nunca tuvimos una relación estrecha, pero me animó muchas veces cuando pasaba por los peores momentos, antes de dejarlo.
Sue Ellen se bebió de un trago una generosa copa de vino dulce como si tratara de bajar algunas palabras que no quería que acudieran a su garganta. Se levantó un tanto bruscamente y comenzó a recoger los platos. Su marido abandonó la postura relajada, se sirvió otro vaso largo de Bourbon pero no bebió.
—Bueno, y díganme agentes, ¿qué les trae por aquí? —inquirió sin mayor preámbulo aunque tratando de mantener las buenas maneras—. Entiendo que no es asunto nuestro pero este es un lugar pequeño y las noticias vuelan, ¿saben? Hemos oído que estuvieron con el alguacir Skinner en el colegio, buscando a Richard Matteis. ¿Ha hecho algo inadecuado ese tipo?
Su mujer le miró desde lejos con gesto de reprimenda, pero Julius lo ingnoró y permaneció muy atento a la respuesta.
*La que os recibió y os informó que Richard Matteis está de vacaciones.
A medida que la noche avanzaba, parecía que la cena se iba convirtiendo cada vez más en una conversación de verdades disimuladas que debías averiguar sin que notaran tu interés, como si fuera una especie de Escape Room. De alguna forma, le ocasionaba gracia y curiosidad a partes iguales.
Terminó el postre, degustando el último pedazo mientras se acomodaba en la silla con la copa en la mano, esperando a tragar para darle un largo sorbo. Teniendo en cuenta todo lo que había bebido para acompañar, ahora tenía una urgencia urinaria que debía esperar.
Miró a su compañero de reojo intentando darle un mensaje mudo, pero teniendo en cuenta que no se conocían lo más seguro es que lo malinterpretara así que descartó la idea, esperando que él siguiera el hilo de conversación que les dedicaba Sue. Lo sabe. Sonrió al reconocer que los rumores del colegio habían llegado, incluso de la compañía de Skinner, así que no le sorprendía que estuvieran también al tanto del presunto abuso de la adolescente.
Me gustaría ser franca.- Dejó la copa en la mesa, captando la atención de los comensales.- Estoy segura de que ambos conocen el motivo de nuestra visita al condado y, aunque sea una investigación en curso y no podamos dar información, sí agradecemos todo tipo de ayuda.- Juntó sus manos sobre su regazo mientras le dedicaba una cordial sonrisa.- Ahora mismo no estamos en “horario laboral”, pero entiendo que tal vez nuestra presencia pueda…- Se giró hacia su compañero para buscar las palabras adecuadas, encontrándola en la seriedad de su rostro.- … Intimidar.
En cualquier caso me gustaría haceros unas preguntas más directas no como la Agente Greenwrim, sino como la turista Moira.- Esperó que aquello no les molestara y terminara de romper la buena cordialidad que habían formado, queriendo reafirmar por si acaso sus intenciones.- Y no, no es un interrogatorio, pueden negarse perfectamente y volver a la cena que, debo decir, estaba deliciosa.
Voy a intentar agilizar esto ;)
—Caretas, fuera —intervino Julius—. Me gusta, agente..., Moira. La verdad por delante. Vamos a ver hasta dónde podemos llegar con la "charla amistosa" con nuestros turistas —ironizó lanzando una sonrisa a su mujer que, sin embargo, no pareció nada contenta con la deriva que había tomado la charla de sobremesa.
—Igual sería más conveniente que nos preguntaran como Rangers en lugar de como paisanos, ¿no creen? —añadió—. Por si necesitamos un abogado —sonrió nerviosa.
Bien esto va a necesitar una tirada de Carisma por tu parte pero antes dime, ¿qué quieres hacer, una tirada de Superar o una de Crear Ventaja? Dependiendo de lo que elijas la dificultad y las consecuencias del éxito y del fracaso son distintas.
Superar hará que les impresiones, que les caigas bien y que te contesten a las preguntas hasta donde saben y crean que pueden hablar.
Crear una ventaja busca crear en ellos un aspecto que facilite la relación de ahora en adelante y facilitar otras tiradas de superar.
Puedes, de hecho, hacer primero la de Superar y, dependiendo del resultado y de como continúe la conversación, intentar Crear la ventaja.
En cualquier caso la dificultad va a depender de lo que les preguntes.
Lo que he escrito vale para todos. Id pensando vosotros mismos vuestras tiradas, no sólo la habilidad sino el tipo: Superar, Crear una Ventaja, Atacar o Defender.
Tirad siempre que lo creáis necesario. Si no hiciera falta o hubiera cualquier confusión se ignora o se subsana sobre la marcha.
Los Watson sabían que habían estado en el centro escolar en compañía de Skinner y que habían estado buscando a Richard Matteis. Lo sabían y, tras el gran paso que había dado su compañera de querer adoptar una postura más informal y cercana con la pareja de ancianos, Bennet optó por seguir por esa misma vía. No era algo que le agradase, pues esperaba que Moira fuera meticulosa dejando caer la información solo a cuentagotas.
-Es por lo de los chicos desaparecidos -fueron las palabras de Scott, adoptando un tono más serio, evidenciando que era un caso de cierta gravedad-. Por eso estamos aquí. Todos esos chicos desaparecidos estos últimos años... Blansky, Tillman, O'Hara. Imagino que habrán oído algo al respecto.
Era difícil responder a la pregunta de si Richard Matteis había hecho algo inadecuado. ¿Lo había hecho? Scott no podía llegar a responder a esa pregunta. Tal vez Matteis fuera un depredador, pero desde luego su supuesta nueva víctima no encajaba con los perfiles de los otros niños. No creía que fuera el hombre a quien buscaban. E incluso cabía la opción de que la chica se hubiera inventado lo sucedido o sus padres la hubieran forzado a ello, por lo que Mateis podía también ser inocente.
-Aún no lo sabemos, pero pesa sobre él una grave acusación de abuso a una menor. Una alumna -explicó Scott, expresando el frío dato del que disponían, sin hacer ninguna valoración más al respecto-. ¿Qué saben acerca de Matteis? ¿Sería capaz de algo así?
Ok, la iniciativa de la tirada de Carisma sigue en manos de Moira. Si Scott tuviera al menos un +1 en esa habilidad podría darle un bonus de +1, pero no es el caso. De todas formas el agente Bennet ya ha abierto el melón y ahora le corresponde a Moira decidir cómo se sirven las tajadas...
Si había un buen momento para cometer el delito, sin duda era ese.
La mirada que Moira le dedicó a su compañero era de las que mataba, la que no le importaba pasar varios años con ventanas de barrotes y enjaulada en una celda junto a otro compañero, la que se declararía culpable ante el juez con una amplia sonrisa, disfrutando de cada segundo que apuñalaba a su compañero.
Al final la culpa tenía que ser suya por decir de ser francos, teniendo que especificar que no se refería a darle el informe para que lo vieran y regalarle un traje de ranger, nombrándolos “compañeros” de aventuras. ¿Acaso no sabía lo más básico? Esto va a ser duro. Empezó a pensar que era un castigo del destino orquestado de la mano de su padre, quien debía estar en casa riéndose con una copa de coñac en la mano mientras veía el informe de ambos rangers, comprobando que tenían la misma compenetración que el agua y el aceite.
La pobre Moira ya no sabía cómo fingir que eran un equipo, si caso parecía que se contradecían a posta. Dedicó un largo, largo e intenso suspiro mientras cogía la botella de vino dulce que anteriormente había rechazado para llenarse la copa, decidiendo que era un buen momento para recaer en la bebida y olvidar lo que había pasado.
Pues caretas fuera…- Caretas, información y cordura. Bebió por completo la copa, necesitando esa dosis de alcohol para aflojar su lengua.- Como bien ha dicho mi compañero, estamos investigando el caso de las desapariciones y saber si tiene relación con la acusación hacia Matteis.- Carraspeó la garganta, costándole decir aquello en voz alta a dos civiles. Definitivamente iban a suspenderle el sueldo por esto y, mañana, las noticias volarían.- ¿Conocéis al susodicho o a la chica presuntamente abusada? – Otra copa, la necesitaba, llenándose de nuevo el vaso hasta la mitad sin llegar a beberlo, pero dejando la botella cerca al saber que Scott volvería a darle ganas de otro trago.
Motivo: Carisma para no abrirle la cabeza a Scott
Habilidad: Bueno (+3) (3)
Dificultad: Competente (+2) (2)
Tirada: [-1] [-1] [-1] [-1] = -4
Resultado final: Pobre (-1) (-1), Fracaso
Me voy literalmente a llorar tras tirar. ¿¡Pa qué me decís que lo haga!?
Los Watson se miraron entre ellos atónitos por la inesperada franqueza de ambos sargentos.
—¿En serio creen que un profesor problemático es el responsable de tantas desapariciones? —preguntó la señora Watson como si no diera crédito a lo que acababa de escuchar—. Que Dios se apiade el alma de todas esas familias si ustedes son la solución a los problemas creados por esos dos malditos sheriffs cretinos e incompetentes...
Sue Ellen rodeó la mesa y se sentó al lado de Moira, mirándola como si la viera por primera vez. A continuación hizo lo mismo con Scott y, a juzgar por sus gestos, parecía que no le gustaba lo que estaba viendo.
—Escúchenme bien los dos, "agentes" —puso especial énfasis en esta palabra, utilizando un tono casi maternal—. Si no quieren andar por ahí dando palos de ciego y convirtiéndose en el hazmerreír de este condado y del condado vecino, será mejor que no se dejen mangonear por esos dos viejos con el alma podrida y que comiencen a pensar por ustedes mismos —paseaba la vista alternativamente y se compadecía de ellos—. Todo el mundo en esta región está al tanto de lo que lleva tantos años aconteciendo; son demasiados casos en ambos condados, demasiadas criaturas que desaparecieron por las buenas sin dejar rastro y sin que haya aparecido ni un sólo cadáver o haya regresado ninguno. Pueden preguntar a quien quiera, sería un buen punto de partida para que comenzaran a pensar por ustedes mismos.
»Jason Taylor y Zack Smith no han movido ni moverán un dedo por ayudar a encontrar a todos esos niños —alzó el tono de voz—, porque están más preocupados por alimentar viejas rencillas, porque no saben hacer bien su trabajo y porque, en el fondo, les importa una mierda lo que les suceda a esos críos que no son más que los hijos de gente pobre y marginada. En cambio, si mañana o pasado desapareciera el hijo de alguien importante de la comunidad serían capaces de llamar al FBI y hasta a la CIA —tomó aire un momento, pues se estaba poniendo roja como un tomate y levantó la mano para evitar que ninguno de los dos la interrumpiera antes de continuar ya con más calma—. No conozco personalmente a Richard Matteis, tan sólo sé lo que Cynthia Mitchum me ha contado de él; pero si esperan que nos creamos que ese hombre se dedica a secuestrar menores es que nos toman por unos paletos ignorantes —sentenció dando por finalizada aquella conversación y la velada.
Su marido permaneció mudo durante la perorata, asintiendo muy serio con los dedos de las manos unidos delante de la cara y los ojos cerrados. Cuando Sue Ellen comenzó a recoger, acompañó a los agentes hasta la recepción, deseándoles buenas noches.
Esto va a ser un éxito parcial con un coste muy alto: a partir del día siguiente Moira y Scott se van a hacer muy "famosos" en el condado de Marion y todo el mundo va a juzgar con ojo crítico lo que hagan.
De modo que vamos a crear el aspecto temporal En el punto de mira de la comunidad hasta que que logren quitarse el sambenito.
Ea, pues se termina aquí la escena.
Podéis hablar entre vosotros o ir a dormir y pasar al día siguiente.
Era lógica aquella reprimenda, más todavía cuando el condado era pequeño y sus gentes se conocían, llegando a crear una pequeña comunidad. Le apenaba que el buen ambiente de la cena se hubiera visto enrarecido por las pesquisas de la investigación.
Prefirió no añadir nada más, intentando despedirse con cordialidad y desearles buenas noches mientras se retiraba de la mesa con intención de irse a su dormitorio aunque, antes de llegar siquiera a la puerta, retrocedió. Cerca estaba Scott, imaginándose que también iba a retirarse y descansar, y en su interior sentía que debían remediar cuanto antes el claro problema de comunicación que tenían.
Scott, espera.- Llamó su atención mientras se acercaba a él, quedándose ambos en el pasillo. Apoyó el hombro en la pared y jugueteó con la llave de su habitación entre sus manos mientras se mordía la lengua, pensando qué decir. Su prioridad en esos momentos era recordar el código de conducta de los rangers para no demostrar con sus palabras que, en realidad, era bastante novata.- Nunca he tenido un compañero de equipo, tampoco he estado al frente de un caso tan grande, pero sé lo básico y esencial.- Scott podía comprobar que la joven se estaba controlando para no decir lo que realmente pensaba, teniendo que hacer uso de grandes silencios para seguid meditando. Controla tu genio, no va a beneficiarnos en nada.- No te estoy pidiendo que seamos amigos, ni siquiera que me apoyes en todo lo que digo, pero no puedo concentrarme si me complicas tanto las cosas.
Otro silencio para tomar aire. Las palabras de Sue, el evidente acoso de Skinner, la falta de comunicación con su compañero y la negativa de su hijo eran gotas de agua que peligraban en desbordar el agrietado vaso de agua donde se sostenía.
Lo único que quiero es intentar no obstaculizarnos entre ambos por un bien común, ¿sería posible? – A pesar de estar agradecida por su ayuda en la comisaría, según su perspectiva consideraba que había cedido demasiado por la actitud de su compañero.
Bennet escuchó impasible las palabras de la señora Watson, que había demostrado ser algo más que una anciana simpática y un tanto cotilla. No, aquella mujer poseía auténtico carácter. Inesperadamente, mucho de lo que decía Sue era lo que él mismo pensaba. Ni Taylor ni Smith estaban haciendo lo más mínimo por evitar que se produjesen más desapariciones, pues al fin y al cabo todos y cada uno de los desaparecidos eran chiquillos de familias disfuncionales y bastante marginales. Tal vez fuera por su propia inutilidad, porque alguien les había indicado que no avanzasen en la investigación o, como la señora Watson había dicho, porque la desaparición de esos chicos no les importaba.
El agente Bennet hubiera querido responder que él también consideraba que Matteis no era el depredador al que buscaban, que la adolescente supuestamente abusada no encajaba en el perfil de los desaparecidos y que no confiaba lo más mínimo en Smith ni en sus ayudantes. Pero no era el momento de avivar el fuego. No aún, al menos.
Con expresión de autómata, Scott decidió regresar a su habitación, pero las palabras de su compañera le hicieron detenerse. La escuchó, pero de nuevo no comprendía a qué jugaba su compañera. Desde que habían llegado al Excelsior, la actitud de Greenwrim hacia él había cambiado repentinamente, pasando de una pesadez de cordialidad casi complaciente a tornarse fría, como si le ignorase adrede o quisiera hacer las cosas sola y por su cuenta, sin contar con él.
-Señorita Greenwrim, son usted y sus botones locos los que nos complican las cosas -le dijo, mirándola con absoluta frialdad. Se podía pensar que había sido una broma de Scott, pero el hombre no sonreía. ¿Había sido un golpe bajo dirigido a su compañera?-. Muestra una excesiva necesidad por querer agradar a otros, por caer simpática o simplemente dar la mejor imagen posible con quienes conoce. Pero al mismo tiempo no aprovecha ese don, no quiere llegar hasta el final -afirmó, clavando sus ojos en los de ella, sin muestra alguna de empatía-. La falta de confianza que posee en sí misma es enorme. Si ni siquiera confía en usted misma, ¿cómo espera que confíen en usted? -le espetó, sin mutar su tono-. No es el compañero de equipo que me gustaría tener, del mismo modo que imagino que yo no soy el suyo.
Bennet acortó las distancias con Moira, clavando sus ojos en ella, mostrando una absoluta seriedad.
-Les sonríe, les muestra fotos de su hijo y les pide que la llamen "Moira". Les dice que está segura de que ambos saben cuál es el motivo de nuestra visita, ¿y soy yo el que complica las cosas? -le espetó, con frialdad-. No me malentienda. No lo ha hecho mal, pero desde el momento en que dijo esas palabras, estaba dando pie a que ellos le tiraran de la lengua. ¿Qué hubiera hecho, Greenwrim? ¿Responder con evasivas o ponerse sonrojada? Elegió una actitud sincera y agradable, y había que seguir con ella hasta el final. Mentir le habría hecho perder la confianza en estas personas. Por eso intervine y expuse lo que, como usted bien ha dicho, señorita Greenwrim, ellos ya sabían. ¿Y cree que nos ha ido tan mal? -El ranger sonrió por primera vez desde que empezara la conversación con Moira-. Esa señora ha expuesto lo que probablemente sea el pensamiento de toda la buena gente de Marion. No hubiéramos podido sacarle esa información fácilmente.
Las palabras de Scott habían caído como el agua fría, separando a ambos en una inmensidad que por su lado se había negado a acortar. Sin embargo, a pesar de que sus verdades eran puñales clavados le mantuvo la mirada, desafiante, como si se tratase de amenazas veladas que ambos se lanzaban hasta ver quién caía primero ante la presión. Era esa misma aura ofensiva la que pensaba que podía relajar al estar lejos de su familia, lejos de su departamento, descubriendo que la jungla estaba en todas partes y no sólo en su cabeza.
Sin duda esta noche hemos sacado muchas cosas en claro. Buenas noches, agente Bennet.- Cortando ya toda comunicación al no querer escuchar más de su parte, y sabiendo que quedaba una larga noche para investigar, Moira le dio la espalda para dirigirse a su habitación, cerrando la puerta tras de sí.
Lo más importante era el caso, el resto no importaba.
estoy sin internet esperando a que me lo arreglen, así que he posteado como he podido con temor de no poder hacerlo luego. En todo caso podemos pasar al día siguiente si quieres.
Moira se quedó dormida con el teléfono móvil en la mano. Había llamado a Kurt que todavía seguía enfadado con ella porque no estaba con él para darle las buenas noches. Después había tenido que hablar con su padre que, sin escuchar lo que ella le contaba, se dedicó a darle consejos para llevar la investigación, incluyendo la de dejar que fuera Scott Bennet el que llevara la iniciativa cuando tuvieran que hablar con los "paletos" de la región.
Al final, Richard Matteis apareció en la comisaría y se entregó: Soy Richard Matteis, creo que me andan buscando.
Inmediatamente el jefe Taylor y el jefe Smith lo llevaron al Excelsior Hotel y lo metieron en la habitación de Moira. Todo estaba desordenadísimo y su ropa interior se esparcía por toda la cama. Moira se moría de vergüenza sobre todo cuando Skinner y el señor Watson se pusieron a recoger con ella. ¿Se estaban guardando algunas de sus bragas?
En el otro lado de la habitación, donde estaba Matteis, se escuchaban gritos y cánticos.
Moira protestaba, pero lo único que obtenía a cambio eran risas y las caras de reproche de la señora Watson y de Peggy Slater. Su madre tuvo que venir y abrocharle la camisa, que no cerraba por culpa de aquellas dos enormes tetazas que rebosaban el sujetador.
Los gritos aumentaron de tono.
Los dos agentes del FBI empezaron el interrogatorio. La mujer sonreía, haciendo de poli bueno, mientras que el tipo alto y calvo le estaba dando una paliza de muerte a Rich... Scott Bennet. Pero su compañero no paraba de reírse a pesar de que sangraba y que tenía los brazos cortados.
Moira comenzó a protestar de nuevo, pero nadie le escuchaba por culpa de los cánticos. La agente Lewis, que se parecía muchísimo a Oprah, se acercó a ella sonriendo y le tendió un informe: Son las pruebas de ADN. No nos habíamos equivocado, los huesos son de Kurt...
Moira despertó con un grito ahogado y empapada de sudor. Por algún motivo el aire acondicionado estaba apagado y, aunque era muy temprano por la mañana, el bochorno ya se había adueñado de la habitación. Trató de incorporarse y un dolor que se extendía por todo su cuerpo la obligó a tenderse de nuevo en su cama.
Tirada oculta
Motivo: Saber
Habilidad: Excelente (+5) (5)
Dificultad: Excelente (+5) (5)
Tirada: [-1] [1] [0] [1] = +1
Resultado final: Fantástico (+6) (6), Éxito
Tirada oculta
Motivo: Físico (+Impulso)
Habilidad: Competente (+2) (2)
Dificultad: Competente (+2) (2)
Tirada: [-1] [-1] [0] [0] = -2
Resultado final: Mediocre (0) (0), Fracaso
Tirada oculta
Motivo: Voluntad (Ataque)
Habilidad: Fantástico (+6) (6)
Dificultad: Mediocre (0) (0)
Tirada: [0] [0] [-1] [0] = -1
Resultado final: Excelente (+5) (5), Éxito
Moira, borra las marcas de estrés y la condición Suspicaz de tu ficha y hazme una tirada con la habilidad Físico (la tienes a +0) contra dificultad +3 porque tienes todo el cuerpo magullado, como si te hubieran dado una paliza.
No escribas, solamente haz la tirada, por favor. Con el resultado cerramos esta escena y continuamos en la de Max y Adele.
Motivo: Físico
Habilidad: Mediocre (0) (0)
Dificultad: Bueno (+3) (3)
Tirada: [1] [1] [-1] [1] = +2
Resultado final: Competente (+2) (2), Fracaso
Oki ahí te lo dejo
Tacha entonces la casilla de un punto de estrés físico: después de un rato echada parece que el dolor remite un poco y te deja la sensación de unas agujetas fuertes o de una noche de mal sueño. Con una ducha logras despejarte del todo y el maquillaje hará el resto.
Pasamos a la otra escena.