-Entiendo que luego de dos años, hallar pistas sería asombroso.- Admitió Adele. -Pero como ya he dicho hace un momento, me gusta cumplir con el protocolo y remover cada pieza posible. Mi compañero y yo hemos conseguido resultados en muchos casos en el pasado por ser puntillosos y no conformarnos sólo con los datos que se nos proporcionen. Ahora que además no podamos tomarnos al pie de la letra los informes presentados por el Sheriff Taylor, tendremos que pedir una vez más que se nos repita información que ya hoy en día habrán olvidado parcialmente.- Tomó un largo trago de agua. -Tengo en cuenta a la señora Eloise, si tenemos oportunidad en la mañana luego de hablar con los O'Hara y los Tillman podemos movilizarnos de Uncertain a Karnak, pero justamente por locación es que me gustaría tratar con ellos primero. En caso que no podamos en la mañana, iríamos luego del almuerzo.-
La mirada de la agente Lewis se iba en la dirección por la que se había ido Max. No le había pasado por alto el detalle de la botella, algo que la había tensado. Max había luchado y ganado contra el alcoholismo, la idea de que este caso pudiera hacerle recaer provocó una sensación incómoda en la mujer. Ya el Sheriff Taylor le había dicho que aquella sería un caso del cual no saldría siendo la misma. No esperaba que aquello fuera a ser tan literal y tan pronto. Perdida en esos pensamientos, le tomó por sorpresa que el agente Bennet preguntara por ella. -¿Hm?- Dijo. -Honestamente, Scott, estoy agotada. Anoche no dormí nada y sólo he podido descansar unas horas dentro de un coche, que no es la mejor manera de dormir.- Se llevó una mano a la nuca y masajeó un momento en ese punto. Volvió a mirar directamente al hombre. -Max puede tener un temperamento fuerte, pero confío en su intuición y sus habilidades. Ambos estamos muy cansados en este momento, ha sido un viaje largo, hace un calor espantoso, y sabemos que esto es sólo el principio. Espero que para mañana las cosas estén bajo otra luz, una más positiva.- Se lo pensó un momento antes de continuar. -No se cierre a la idea de que puedan trabajar juntos, agente Bennet. Sospecho que las circunstancias de este caso nos ha de forzar en buscar aliados entre nosotros cuando la mierda llegue a las aspas. Mientras tanto, intentemos llevar la fiesta en paz.-
Se puso en pie. -Con su permiso, iré a retirarme también. Buenas noches, agente Bennet.-
Dejo chance por si Bennet quiere agregar alguna cosa antes de irme.
¿Que distancia hay entre Uncertain y Karnak?
Max llegó a su habitación, cansado pero sobre todo enojado. Sentía que había perdido el control sobre sí mismo y eso no era bueno. Y lo peor de todo era que se sentía solo en aquel momento. Volvió a mirar el móvil para ver con desagrado y decepcionado que Becca no había respondido a su mensaje. Creía que sí había algo especial con ella, que quizás hubiese encontrado justamente lo que necesitaba: a alguien jovial, espontánea y entusiasta a la par que inteligente y segura de sí misma. Alguien que le aportase aquello que añoraba a su lado. Pero estaba claro que se había hecho ilusiones demasiado pronto.
Eso fue lo que hizo que se quitase el traje con desgana y que por un momento se plantease dejarlo tirado en cualquier sitio. Pero no tenía muchos más como para ir dejando arrugados todos por un mal día y lo colgó para que no se arrugase, junto con la camisa. Apesadumbrado, se desvistió por completo y se echó en la cama con la cabeza bloqueada por todo lo acontecido durante el día.
No era capaz de entender porque Adele había optado por el intercambio de parejas. Ellos funcionaban muy bien juntos. ¿Por qué estropear eso? Les habían dado la orden de cooperar con los rangers, no hacía falta llegar a ese extremo. ¿O sí? ¿Tal era el enojo de Adele con él como para optar por separarse de esa manera? Hasta hacía unas horas tenían una pareja que se compenetraba bien y que confiaban uno en el otro y una pareja por otro lado completamente disfuncional. Ahora tenían dos parejas disfuncionales en su totalidad.
Las ganas de bajar a por la botella e incluso llamar al servicio de habitaciones y solicitar una, no se le terminaba de ir de la cabeza y cada vez le pesaba más. Miró una vez más el móvil, pero Becca no estaba y él necesitaba a alguien. Su desesperación llegó a tal punto que le escribió un mensaje a Lisa. Un sencillo: "Hola, ¿te apetece hablar?" pero en el último segundo optó por cancelar el envío y llamar a Sam. No quería preocupar a su familia.
- Hola, ¿cómo vas? - Su voz denotaba el cansancio y el malestar que sentía. Aquella incomodidad por saber que tenía que hablar con Adele y que no podía hacerlo, simplemente porque no estaba allí. - Veo que me conoces... ya me has notado lo mal que estoy por la voz... Sí, un caso complicado... Lisa tocando las pelotas... Yo que fui un iluso y me hice ilusiones que una chica... un ranger tocahuevos que se cree mi psicoterapeuta y lo peor... me he cargado la relación con Adele... sí, como suena... Ha sido un día de mierda y mañana no se si será mucho mejor. Addi a optado por hacer intercambio de parejas con los rangers de Texas, cuando solo nos han ordenado colaborar con ellos y... - Max se recostó en la cama. - ... se ha quedado con el tocahuevos de pareja. No le quedaba otra, pero es un capullo del que no me fío... para mí que aún vive porque es el clásico que huye a la menor señal de peligro y temo por Addi... no, Sam, que andemos cabreados no quiere decir que no me preocupe por ella...
» ¿Mi nueva compañera? La verdad es que si la vieses la pedirías salir sin preguntarle el nombre. Es joven, inteligente y muy capaz... se esfuerza aunque lleva unas borriqueras puestas que no la dejan ver bien lo que ocurre en su entorno o no quiere verlo. Pero con un buen compañero llegaría a despuntar, no con quien la tienen puesta... Sí, claro que el malo soy yo... ¿Sino de que iba a estar tan jodido como para plantearme beberme media botella de vino? ... No, tranquilo, no lo he probado, solo lo olí... por eso estoy hablando contigo ahora... el caso me absorvió nada más empezar, cuando no era ni nuestro... pero todo el mal ambiente que se ha generado alrededor... estoy planteándome muy enserio solicitar unos días de descanso... para trabajar lejos de Addi pueden mandar a otro agente... sabes que siempre quise aprender a montar en moto, sería una buena ocasión. Además este sitio es un asco. El calor es húmedo e insoportable y ya sabes que tenemos que ir con el traje siempre, porque siempre estamos de servicio cuando salimos de viaje... Al menos no nos obligan a dormir con él puesto. - Logró bromear al fin.
Motivo: Investigar (Luana Windwood)
Habilidad: Bueno (+3) (3)
Dificultad: Grande (+4) (4)
Tirada: [1] [-1] [0] [-1] = -1
Resultado final: Competente (+2) (2), Fracaso
*El sueño comenzó como todos los sueños, en algún momento que la mente consciente no sería capaz de recordar. Haber trabajado hasta tarde en el caso era, sin lugar a dudas, la causa principal de aquél, por eso la familia McKnight estaba presente y por eso ella conversaba con la pareja amigablemente, como si los conociera de toda la vida. Tampoco le extrañó que el pequeño Benjamin se pareciera tanto a Kurt y que se convirtiera en su hijo sin que ella reparase en la incongruencia; al fin y al cabo los sueños no guardaban ningún tipo de lógica racional.
La incomodidad surgió más tarde, ¿o ya estaba allí desde el principio, como una alarma sorda que no puede apagarse nunca? El guardaespaldas de McKnight era el padre de Rose Bamford, pero tenía la cara de Skinner; por eso la miraba con repugnante deseo y por eso la trataba mal. No puedes ver a tu hijo; las madres como tú no pueden ver a sus hijos. Está mejor con Loreen. Espérate ahí que te llamará en cinco minutos, le prometió, pero Moira no sabía como contestar a la llamada.
Cuando abrió los ojos, confundida, el teléfono seguía sonando y rebotando por la vibración contra la madera de la mesilla de noche. Era Kurt, el verdadero Kurt, aunque Moira contuvo la respiración hasta escuchar su voz: temía que fuera Benjamin McKnight el que la llamara a las dos de la madrugada.
–Mamá… –sollozaba sin poder articular palabra–, mamá, tengo miedo…, era un sueño feo… Quería ser fuerte… pero no podía…**
*****
La mañana se presentó nublada y calurosa, aunque corría una ligera brisa desde los bayous que transportaba olor a flores y agua estancada. El termómetro marcaba ya 25 grados a la sombra y amenazaba con subir unos cuantos más antes de que el sol se pusiera.
Moira comprobó su teléfono móvil en cuanto abrió los ojos: temía haber dormido profundamente y no haber atendido otra llamada de su hijo; pero, por fortuna, no había llamada ni mensaje alguno.
Max Jordan, por el contrario, sí encontró un breve SMS al salir de la ducha, donde había tenido que meterse nada más despertar porque estaba empapado de sudor; un sudor sucio y pegajoso que le recordaba a sus peores años de lucha contra el alcohol. Las últimas palabras de ánimo de Sam regresaron a su memoria mientras abría el mensaje: Perdona demasiado bourbon anoche. Resaca inaceptable. Llamo luego ok? Max juraría que aquel mensaje de Becca había inundado sus fosas nasales del olor a whisky barato.
Adele Lewis ni siquiera había recargado su móvil. Había dormido tan profundamente que no recordaba ni haberse acostado. El cansancio del día anterior parecía haberse esfumado, hasta que recordó todo el trabajo que le esperaba ese día y a las tres personas con las que debía encontrarse aquella misma mañana. Entonces una ira sorda comenzó a brotarle en la boca del estómago. Estaba hasta las narices de aquellos tres y no pensaba volver a perder ni un minuto con sus quejas ni pataletas. Con cada prenda de su uniforme aquel sentimiento se iba agarrando a su piel como un cilicio. Era sábado y se le ocurrían mil sitios mejores donde estar que en aquel agujero apestoso de Texas. Había que tomar las riendas y convertir un nuevo día de bochorno asqueroso en uno de trabajo productivo***.
Scott Bennet, por su parte, se despertó más tarde de lo habitual, algo inusual en él. El colchón de aquella cama parecía haberle atrapado en un sueño profundo y culpable. Había olvidado programar la alarma porque apenas podía mantener los ojos abiertos cuando dejó el pc. Tampoco se había duchado y ahora se arrepentía mucho de ello. No había encontrado casi nada sobre Luana Windwood ni su familia. La chica no dejaba de ser una actriz secundaria en el gran universo corporativo de Disney y casi nadie se había molestado en hacerle una auténtica entrevista. Es posible que alguna hemeroteca contara con algún otro registro, pero para ello sería necesario desplazarse hasta Dallas, salvo que el periódico local de Marshall se hubiera interesado por aquella familia disfuncional de un agujero como Karnack.
En cualquier caso, tenía el tiempo justo para una ducha rápida y para el desayuno; aunque, si se demoraba, cabía la esperanza de no tener que encontrarse con ninguno de sus compañeros…
*Os escribo hoy sábado porque anoche estaba molido y me metí en la cama relativamente pronto. Como siempre, no es necesario responder hasta el lunes. Que tengáis un buen fin de semana, chic@s.
**Dejo a Moira el contenido de la conversación con el peque.
***Adele, fuerzo tu aspecto Para atrapar a la bestia, debes convertirte en la bestia. Si lo aceptas te llevas un punto de destino pero debes rolear la falta de empatía con todo el mundo (ojo, no significa que debas ser borde si no quieres). Si quieres deshacerte de este sentimiento y aparecer en el desayuno más calmada debes paga un punto de destino.
Necesito que todos me hagáis una tirada de Físico en vuestros próximo posts contra dificultad +1. La invocación de aspectos con puntos de destino para superar un posible fallo lo dejo en vuestras manos.
No es necesario que roleemos el desayuno salvo que queráis hablar entre vosotros durante el mismo. Os puedo colocar ya en las nuevas escenas.
Sin embargo, si Moira hace una primera visita temprano a la oficina del sheriff sin Max, inclúyela en tu post en este hilo. En la oficina está una somnolienta Peggy Slater que está allí de guardia desde las 8 a.m. por si hay que avisar de alguna emergencia. Ni el sheriff ni sus ayudantes están dentro. Puedes rolear con ella directamente.
Buen finde a todos.
Aspectos de la partida:
El Sur tiene sus propias reglas
Van a seguir desapareciendo menores
Aspectos de la escena:
Aspectos temporales creados:
Es parte del equipo (sobre Becca, una invocación gratuita)
Temperamental (sobre Matteis, dos invocaciones gratuitas)
Venimos a ayudar (sobre Gregor O'Hara, una invocación gratuita)Aspectos de pjs revelados:
Mente analítica (Taylor sobre Scott Bennet, una invocación gratuita)
Agente del FBI en busca de redención (Juliette O'Hara sobre Max Jordan)
Voy a serte franca (Taylor sobre Adele Lewis)
Impulsos:
Esto es una investigación federal (desaparecerá al final de esta escena si no se utiliza)
Venimos a ayudar
Impulso sobre Gregor O'Hara
Adele terminó de colocarse su ropa y miró su reflejo. La mirada que le devolvió el espejo era fría, desapasionada. Profesional. Allí no se había venido a hacer amigos, sino a cumplir con su labor, dar con el responsable de los secuestros. Y no iba sólo por los Rangers; no pensaba tolerar otro momento de Max decidiendo por encima del resto sobre cómo hacer las cosas. La noche anterior se había ido a la cama pensando en tener una charla con él hasta poder limar las asperezas del día anterior, pero ahora sentía que el tiempo se les echaba encima y no pensaba perder más tiempo intentando que todos se llevaran bien.
-A trabajar.- Murmuró a si misma, saliendo de la habitación. Se llegó hasta la puerta de su compañero, dando un par de golpes. -Soy Adele.- Dijo sin más, y esperó que el hombre le indicara para pasar a la habitación. Su mirada escaneó alrededor buscando botellas, olor a whisky, o alguna señal de consumo de alcohol para asegurarse que Max no hubiera terminado recayendo durante la noche, antes de centrarse de nuevo en él. -Hoy no estoy para discusiones, quejas, ni arrebatos de ningún tipo. Necesito que me digas, ahora, si estás dispuesto a colaborar conmigo para que logremos llegar al fondo de esto. Y te juro por Dios que vuelves a decir cualquier cosa respecto a los Rangers...- Cerró los ojos, respiró profundo, y de nuevo miró hacia el agente. -La disposición será la que he dicho anoche, y no pienso cambiar de opinión en este asunto. Hasta que no vea trabajar a esos dos no me fío de sus habilidades, por lo que dividirnos del modo que he propuesto me permite que al menos pueda confiar en lo que yo descubra mientras esté con Bennet y lo que tú descubras en compañía de Greenwrim. Así que, ¿qué va a ser entonces, Max?-
Motivo: Físico
Habilidad: Mediocre (0) (0)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [-1] [-1] [-1] [0] = -3
Resultado final: Terrible (-2) (-3), Fracaso
Motivo: Repetición (Fisico)
Habilidad: Mediocre (0) (0)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [1] [-1] [-1] [0] = -1
Resultado final: Pobre (-1) (-1), Fracaso
Ufff, ¡ok! Acepto la invocación, ay ay...
Edit: Me voy a gastar el puntito para repetir la tirada, espero salga mejor T.T
Bueno, no es taaaan terrible...
A pesar del aire acondicionado, el cual Max había dejado en su justa medida para que pudiese pasar buena noche sin tener que abrir las ventanas y ser deborado por los mosquitos gigantes que seguramente moraban en aquel lugar, se despertó empapado en sudor y bastante cansado tras tener una pesadilla tras otra. Su charla con Sam le tranquilizó lo suficiente como para conciliar el sueño, pero el peligro de recaer en la bebida estuvo demasiado cerca y sus pesadillas se centraron en ello.
Tras una ducha de agua fría, sintió como su mente se despejaba lo suficiente y como su cuerpo se reactivaba, como si hubiese dormido como un bebé. Al comprobar su móvil, encontró el mensaje que estuvo media noche esperando de vuelta. Lo cierto era que le hubiese gustado hablar con ella esa misma noche, aunque no pudiese contarle ni la mitad de lo que había hablado con Sam, seguramente se hubiera quedado más tranquilo.
El bourbon fue mi perdición. Recupérate pronto y hablamos cuando quieras o me dejen.
Esperaba que solo fuese algo ocasional, pero estaba claro que debía dejarle claro a Becca que él fue alcohólico en cuanto pudiese. A penas estaba a medio vestir cuando alguien llamó a su puerta. Miró la hora y le extrañó que la ranger fuese a despertarle para desayunar juntos y convertirse en la pareja ideal tras las palabras de la noche anterior. Ni pensó que fuese Adele, quien debió tener un monumental mosqueo para no pasarse antes de acostarse a hablar con él.
Y al abrir la puerta, con el pantalón puesto y la camisa aún sin abrochar se la encontré de frente. Su mirada lo decía todo. - Pasa. - Le dijo mientras iba en busca de sus calcetines y se sentó en la cama para ponérselos mientras que Adele le hablaba. Se notaba que seguía enfadada a la legua.
- Que no me fío de él, pero no puedo trabajar a su lado. La pasé la psicoterapia hace tiempo y sabes que si siento que recáigo no tengo inconveniente en volver, pero voluntariamente, no forzado. Sinceramente, no entendía tus motivos para dividirnos así... no cuando trabajamos tan bien juntos... - Max suspiro. Claramente le afectaba el enfado de Adele y separarse de ella, dejándola con aquel sujeto a su lado. - Pero tu explicación tiene sentido... y lógica y es aceptablemente aplastante... no lo había visto así.
Bennet anulaba por completo a Max y eso era malo y peligroso a la vez, porque este podía reaccionar de manera violenta si se le buscaban mucho las cosquillas. Jordan se puso los zapatos y luego en pie, para abrocharse la camisa. - Aunque sigue sin gustarme la idea del intercambio de parejas... nos hemos sido fieles durante diez años y los celos son malos. Además, si te ocurrise algo, yo no estaría ahí para ayudarte. - Añadió Jordan aportando parte del buen humor con el que había salido de la ducha, tratando de recuperar a su amiga más que a su compañera.
Max no tardó mucho en ponerse la corbata y tras esto se aseguró de tener todo antes de coger la chaqueta. - ¿Seguimos hablando con un café? Es lo mejor para la resaca... - Dejó caer de golpe y observó la reacción de Adele ante sus palabras. - Te he visto mirar la habitación. Tranquila... no te tenía a ti, pero puedo contar con Sam y mi familia para esto. Ellos no van a permitir que me hunda de nuevo. Y a las malas, aún tengo a mi tutor y el grupo de apoyo... Sólo necesito no tener más días como el de ayer y menos cuando he cruzado la línea y siento y padezco lo mismo que los padres de un niño desaparecido. Sabes que lo último que se me puede hacer en ese caso es presionarme y tuve demasiada presión en esa casa... - Y fuera de ella, y en la cena...
Motivo: Físico
Habilidad: Competente (+2) (2)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [1] [0] [0] [1] = +2
Resultado final: Grande (+4) (4), Éxito
Bennet había permanecido hasta altas horas de la noche frente a la pantalla del pc con intención de encontrar toda la información posible sobre McKnight, Macklin y Windwood. Haber hallado tanta información sobre Eliah W. McKnight III desde luego no le sorprendió, ya que al fin y al cabo era uno de los hombres más ricos y poderosos del condado, aunque la práctica total ausencia de datos sobre Macklin era ciertamente extraña. Frank Macklin era empleado de McKnight, aunque no parecía ser lo suficientemente importante dentro de sus negocios, al menos a primera vista.
En cuanto a Luana Windwood, su caso era demasiado peculiar. ¿Qué posibilidades había de que la hermana de una niña raptada por un depredador terminara trabajando como actriz para Disney, incluso en papeles secundarios? Era una posibilidad muy baja, más teniendo en cuenta la clase social de los Windwood, aunque todo podía explicarse más fácilmente si un "padrino" proporcionaba ese favor a los Windwood, como medio de que permanecieran en silencio tras la desaparición de su otra hija.
Cuando esa mañana Scott se levantó, lo hizo un tanto cansado. Se miró en el espejo, notando que tenía los ojos ligeramente enrojecidos. Procedió a dirigirse a tomar una ducha para acudir a desayunar, con la esperanza de no tener que cruzarse con Jordan. Esa mañana, tomaría un café doble. Algo le decía que lo iba a necesitar.
Motivo: Físico
Habilidad: Normal (+1) (1)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [0] [1] [1] [1] = +3
Resultado final: Grande (+4) (4), Éxito
Samuel Tillman desapareció el 18 de septiembre, no en octubre. El Sheriff Taylor volvió a confundirse.
Comprobé el resto de las fechas y datos, todo correcto.
M. Greenwrim.
Tras escribir una pequeña nota a mano, la pasó por debajo de la puerta de Scott para que, al despertarse, la viera y supiera de su último descubrimiento, sobre todo teniendo en cuenta que habían hablado la noche anterior de que ellos se encargaban de hablar con la familia Tillman.
Después de aquello se apresuró a la comisaría aprovechando que era la primera hora de la mañana, una más tranquila donde todos estaban todavía despertándose y algunos siquiera habían llegado a su puesto, como podían ser los casos del sheriff de Marion y su “agradable” ayudante. Por suerte para Moira había acertado, encontrándose a una somnolienta secretaria. Se acercó a ella con una leve sonrisa, sacando de su bolso su placa.
Buenos días.- No sabía si se acordaría de ella, prefiriendo una rápida presentación que no le quitara mucho tiempo. Al fin y al cabo no sabía cuánto tenía antes de que llegaran.- ¿Está el Sheriff? – Sabía la respuesta, pero quería conocer el horario del hombre para adecuarse a él.
Motivo: Físico
Habilidad: Mediocre (0) (0)
Dificultad: Normal (+1) (1)
Tirada: [-1] [1] [0] [0] = 0
Resultado final: Mediocre (0) (0), Fracaso
Viendo como Max respondía a sus palabras quedaba claro que el mal humor del día anterior había pasado, sin embargo Adele no le sonrió a su gracia ni le siguió el juego, como habría hecho usualmente. -Me las arreglaré, Max. No tengo tanto tiempo como agente activa del FBI por aminalarme o no poder protegerme en caso necesario.- A pesar de todo, sí se le vio algo más aliviada de no iniciar otra discusión con su compañero de faenas.
Se llevó una mano al hombro y a la nuca, en un vano intento de aliviar la tensión aún acumulada luego de tan mala noche, y le dirigió una mirada penetrante al otro agente cuando habló de resaca, antes de darse cuenta que estaba bromeando. -No es gracioso.- Dijo, molesta de que se lo estuviera tomando como un chiste. A lo lago de su vida había visto como buenas personas terminaban mal por culpa del alcohol, y que Max pudiera haber recaído a la primera de cambio le agregaba estrés a su de por si estresada mañana. -Que sea la última vez que te vea tentando a tu autocontrol. Este no va a ser ni de lejos un caso sencillo, vamos a estar continuamente bajo presión, y no pienso estar detrás de ti como mamá gallina.- Volvió a inhalar con fuerza, dejando escapar un sisieante suspiro. -Si ya estás listo, vamos a desayunar.- Al final con el fiasco de la cena apenas había comido la noche anterior y estaba hambrienta.
- Addi, se que eres muy capaz de cuidarte sola... pero sabes que me preocupo por ti igualmente y que... sigo siendo en el fondo un maldito machista que cree que debe proteger siempre a la mujer y tú siempre tienes que demostrar que puedes cuidar de ti y de mí... por eso aún seguimos vivos, porque nos cuidamos el uno al otro... y me siento mal por no estar cuidando de ti esta vez... y más aún porque me voy a sentir solo sin ti a mi lado. - Si Max se hubiese escuchado, hubiese pensado que aquello era una declaración de amor en toda regla y se hubiese abofeteado a sí mismo. Pero dejó hablar a quien mandaba en ese momento y no era su cabeza, sino su corazón. Diez años pesaban, más aún con todo lo que habían vivido juntos.
- No tenté al autocontrol, Addi. Realmente deseaba beberme esa botella. Necesitaba bebérmela. No me acerqué a ella por capricho para ver como olía, me la quería llevar conmigo. Iba a caer... porque estaba solo, me vi completamente solo y sentí que era el culpable de todo... incluso de que alguno fuese un malnacido que secuestra niños y luego los mata... No fue un juego para nada. Fue el efecto del final del día de ayer. - Jordan se sinceró con Addi y la invitó a salir de la habitación.
Una vez en el comedor, pidió un café doble, sin azúcar. Se encontraba muy bien pero quería estar espabilado para lo que le esperaba. Al entrar en el comedor buscó con la mirada a los ranger, pero no vio a ninguno. Allí se sentó con Adele y le describió lo que había visto esa noche con todo lujo de detalles. Al menos todos los que pudo darle y sacó su libreta y su bolígrafo de la chaqueta y le hizo un pequeño croquis a Adele para que se hiciese una idea de donde estaba cada cosa.
- Se que te sonará ridículo, pero puede que encuentres huellas en el exterior de las ventanas de la casa o alrededor de ellas. Si yo fuese a llevarme a la niña, primero miraría si el padre o la madre andan pendientes de ella... Quizás la lluvia no azote por ese lado de la vivienda y aún se saque algo... y supongo que se la llevó por detrás, siguiendo uno de los caminos hacia la arboleda, así pues, no estaría de más mirar el vallado por si perdió algo al saltarlo o se le enganchó la ropa... eso estará degradado, pero sabes que podría darnos alguna pista...
Max miró a su alrededor de nuevo. Ni rastro de Moira. - No puedo ayudarte con más... no sin estar allí ni saber donde solía jugar Theresa. Tendrás que verlo todo por ti misma. Cúbrete las espaldas porque estarás sola, Addi... y no me perdonaré ni le perdonaré nada a nadie, si te ocurriese algo malo. - Jordan miró el reloj. - Creo que la agente Greenwrim se ha dormido... iré a ver si está en su cuarto. Ten mucho cuidado y mantenme al tanto. - Dijo levantándose de la mesa para entregarle aquel pequeño mapa a Adele. - Supongo que tu compañero de baile no tardará en aparecer... las mujeres siempre soléis tardar un poco más... ya sabes, os gusta lucir bien.
Y con un guiño de ojo y una sonrisa que aquella noche fue incapáz de tener, Max fue en busca de Moira a su habitación y se despidió de Adele, como si no volviese a verla más en la vida.
Max Jordan llamó varias veces a la puerta de la habitación de la agente Greenwrim y la llamó por su nombre, sin obtener respuesta. Mientras cavilaba unos momentos si podría haber bajado por otra escalera, un hombre mayor, espigado y con una cuidadada barba cana, salió de una de las habitaciones empujando un carrito con utensilios y productos de limpieza.
—Buenos días —saludó afablemente con una franca sonrisa—. La chica..., perdón, la agente ha bajado bastante temprano —antes de que Max tuviera tiempo de responder dio un par de ágiles zancadas hacia él y le tendió un periódico—. Disculpe, pensaba dejar uno en su habitación cuando fuera a arreglarla, pero quizás le apetezca leerlo mientras desayuna. Soy Julius Watson, copropietario del hotel junto a mi esposa Sue Ellen. Espero que disfrute de su estancia y, cualquier cosa que necesite no dude en avisarme.
Max vio con el rabillo del ojo la portada del Marion County Herald, el diario local que él mismo y Adele habían consultado en las bases de datos del FBI. El titular de la portada ocupaba casi toda la página y prometía un reportaje especial en su interior redactado por Mortimer F. McAllan, el mismo periodista que había redactado los breves sobre los menores desaparecidos en el condado de Marion.
LOS RANGERS DE TEXAS SE ENCARGAN DEL CASO O'HARA
—En un pueblo pequeño las noticias vuelan, ¿verdad? —Julius Watson sonreía con ojos pícaros.
Agregamos el estado temporal Las noticias vuelan a todas vuestras escenas.
Max llamó a la puerta y no obtuvo respuesta. No tenía el número de ninguno de los rangers, así que no podía dar con ella con esa facilidad. Tendría que llamar a Adele para ver si su nuevo compañero era capaz de hacer algo útil y dar con Greenwrim. Sacó el móvil para llamarla cuando un hombre se acercó a él. Jordan le miró con cierto recelo inicial hasta que se identificó como copropietario del hotel. Así que ya sabría que también tenía a dos agentes del FBI alojados en él. Tomó el periódico que este le entregaba en su mano y antes de mirarlo, le tendió la mano al hombre y con una amable sonrisa se presentó.
- Maximiliam Jordan. Agente del FBI. - Le dijo y le mostró la identificación para que no le cupiesen dudas a aquel hombre. - Supongo que ya sabrá que mi compañera, la agente Lewis y yo también nos alojamos aquí.
En ese momento Max vio la portada del periódico y entornó la vista. Estaba claro que los rangers eran unos malditos bocas. - Ya veo. Gracias por el periódico. Me será muy útil. - Le dijo con una sonrisa relajada. Sabía que su vestimenta decía que era un agente del gobierno, así que pronto sumarían dos más dos. Ahora sólo quedaba por ver cuánto tardaban en publicar que el FBI y los Rangers trabajaban conjuntamente en el caso de los O'Hara. Si sacarían una edición especial esa misma tarde o si no lo sabrían hasta mañana, pero aquella publicidad no era nada buena para el caso, puesto que pondría en alerta al ejecutor de los crímenes.
- Ha sido un placer, señor Wallace. Quizás podamos hablar en otra ocasión. Ya que la agente Greewrim no está, he de hacer unas llamadas. Si me disculpa... que tenga un buen día.
Dicho esto, Jordan se alejó dando grandes zancadas hacia el exterior del hotel, mientras que en su móvil buscaba el teléfono de Adele para llamarla y avisarla de la escapada poco profesional de la ranger, así como que ahora eran el centro de atención local de todo el lugar... al menos los rangers, pero en breve ellos también estarían metidos en el saco. Un tono, dos tonos... Max esperaba paciente a que Adele respondiese, leyendo el artículo sobre los rangers que aparecía en la portada del periódico local.
El reportaje escrito por Mortimer McAllan comenzaba anunciando a bombo y platillo la exclusiva que había logrado de sus "fuentes": el sheriff Jason Taylor del condado de Harrison había solicitado a la división de los Rangers de Texas ayuda con el caso de los menores desaparecidos en su jurisdicción; pero el periodista hacía notar que ambos agentes habían visitado también la comisaría del sheriff Zacharias Smith. Sus primeras conclusiones, por tanto, apuntaban a la posibilidad de que la investigación se extendiera al condado de Marion.
A continuación venía el cuerpo principal del reportaje, que era en su mayor parte una recopilación extendida de las noticias que Adele y Max habían consultado en los diarios de Marion y Harrison; pero también contenía nueva información relevante. Se mencionaban todas las desapariciones que el sheriff Taylor tenía registradas y que obraban en poder de los Rangers y hacía mención también más someramente a los presuntos nueve casos ocurridos en el condado de Marion y que, por cuestiones legales, solamente citaba por los nombres de los menores desaparecidos: Tanya Wahington, Barbara Swanson, David Smith, Daniel Mason, Louie Rimbaud, Loreen Eaglenest, Mark Scarrow, Will Jefferson y Debora Johnson.
McAllan aseguraba haber entrevistado infructuosamente al sheriff Smith, ya que este se mostró «esquivo y cínico en sus respuestas, como viene siendo habitual en nuestro principal representante de la Ley», explicaba con ironía. «El jefe Smith negó que la visita de los Rangers a su oficina, y cito textualmente: tuviera nada que ver con ningún caso de desapariciones en el condado de Marion; pero tampoco quiso especificar el que, según él, fuera el motivo de la presencia de las fuerzas del orden estatales en nuestro condado».
»Este diario no tiene más respuestas a las preguntas que sus lectores llevan años haciéndose con respecto a unos hechos tan terribles: ¿Qué es necesario que suceda para que la Justicia tome cartas en el asunto?», finalizaba el informe del Marion County Herald.
Adele no cogía el móvil y Max se detuvo un momento a leer el periódico, dando un margen de tiempo a su compañera antes de volver a llamar. Mientras leía la noticia se encaminaba hacia la salida del hotel. No se podría creer lo que estaba leyendo. Aquel capullo de periodista había puesto toda la carne en el brasero. Los padres de esos niños, al menos lo que aún estuviesen viviendo allí, se harían eco de la historia. Las preguntas se dispararían, los rumores, las falsas pistas pronto saldrían a la luz y lo peor era que asustarían y harían huir al criminal.
Para cuando se dio cuenta, había llegado a la recepción del hotel. Sabía que la agente Greenwrim había ido a la oficina del sheriff o eso fue lo que se dijo durante la desagradable cena. Porque fue más que evidente que también dijo que irían juntos y quedó claro que mintió, así que podía estar en cualquier sitio. Eso le fastidió a Jordan, puesto que era en el único de los dos rangers en que creía que podría confiar. Pero estaba claro que ambos eran de la misma calaña.
- Buenos días. Disculpe. Necesito un par de indicaciones. - Dijo a quien atendía la recepción del lugar. - Me gustaría saber donde está la oficina del sheriff y el periódico local. Y si hay que caminar mucho de un punto a otro... no se si tendrán coches de alquiler en este lugar. - Solicitó el agente con amabilidad y con su más agradable sonrisa, aunque por dentro se le llevasen los demonios.
Miró su móvil, por si Adele le llamaba mientras esperaba las respuestas que buscaba y le daba vueltas a lo ocurrido desde que se tomase el café. Pensó que hoy iría todo mejor. - ¡Y una mierda! - En cuanto saliese fuera, volvería a llamar a Lewis. Tenía que saber todo lo que estaba pasando. Si los rangers iban por libre, ¿por qué no hacerlo ellos también?