Partida Rol por web

Intercaló alguna mirada rápida con Adele simplemente para asegurarse que, al igual que ella, estaba atenta de las respuestas del matrimonio, una especie de aviso al creer que habían dado con una pequeña pista de la cual podrían tirar. Al menos con su declaración pudo confirmar que la persona tras las desapariciones era alguien metódico que observaba durante largo tiempo para saber sus rutinas, aunque el relato se torciera levemente a un paraje más sobrenatural cuando mencionaron a una “bruja”.

¿Conoce a más familias cuyos hijos hayan desaparecido en circunstancias parecidas? – Ya sabían que los perfiles eran casi idénticos, pero nunca había pensado que podrían conocerse entre ellos. Tal vez haya un punto en común, como una clínica de desintoxicación, servicios sociales o la Iglesia donde pedir ayuda. Se aseguró de que la grabadora siguiera grabando, queriendo apuntar ese dato para investigar más tarde junto al nombre de “Tim Mortimer”, sonándole de haberlo leído en uno de los informes.

¿Bruja del árbol? – Intercaló entre ambos al ver que el Gregor parecía más senil, queriendo saber quién era esa figura que tenía relación con ambas desapariciones.

—Conocemos personalmente a los padres de Samuel, Debbie y Ron... —comenzó Juliette, pero pronto se le quebró la voz—. ¿Se lo puede creer? Dos niños... desaparecidos... en la misma Uncertain... tan cerca...

Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y la voz se le entrecortaba con suspiros e hipidos. La madre de Theresa luchaba con todas sus fuerzas para contener el dique de su dolor y poder contestar a las preguntas; pero Moira sabía que no iba a poder aguantar mucho más.

—Tres —corrigió Gregor levantando los dedos de su mano derecha que no paraba de moverse a causa de la borrachera—. El niño mejicano ese también era de Uncertain...

El apoyo de su marido pareció animar a Juliette que se sorbió los mocos de manera ruidosa y encaró de nuevo a la agente de los Ranger.

—Me había olvidado de él, lo siento. Pero la verdad es que nunca conocimos a sus padres. Nadie nos reunió nunca a las seis familias, no se creó ninguna asociación de víctimas, nadie nos envió ayudada psicológica... Tan sólo el sheriff Taylor y sus ayudantes se interesaron por nuestro caso; pero ya ve... fue incapaz de hacer nada por mi niña...

Y ya no pudo continuar. La presa reventó y brotó el llanto desconsolado que Juliette había tratado de controlar todo ese tiempo. Resbaló desde el sofá hasta el suelo donde, tumbada sobre la mugrienta alfombra, dio rienda suelta a toda la pena que consumía su alma. Gregor se incorporó, tambaleante y cayó de rodillas junto a ella para tratar de consolarla. Violetta se despertó de nuevo y se la escuchaba berrear desde su cuna en el dormitorio. El patetismo de aquella escena era difícil de soportar sin implicarse emocionalmente o sin tratar de escapar de allí.

Scott sonrió para sus adentros cuando escuchó al sheriff Taylor despacharse a gusto con Smith. Era cierto que Smith era un tipo grosero, machista y bastante mezquino, pero el hecho de que ni siquiera la intervención del juez del condado hubiera sido de ayuda implicaba que el sheriff Smith tenía o creía tener suficiente poder en Marion.

-Greenwrim y yo ya tuvimos un encontronazo con el sheriff y sus ayudantes -reconoció Bennet, con amargura-. No se puede decir nada bueno de ese hombre -coincidió con Taylor, aunque sin entrar en más detalles al respecto. Para sus adentros comenzaba a pensar que tal vez necesitase pedirle un nuevo favor a Frank Riley.

El ranger escuchó la pregunta del sheriff Taylor y su rostro adquirió una expresión amarga y aún más seria, como si el hecho de hablar sobre los chiquillos desaparecidos le hiciese entender que aún tenía una larga investigación que llevar a cabo.

-Mañana visitaremos a los padres de todos los chicos desaparecidos y hablaremos con ellos -reveló Bennet, en tono frío-. No podemos mentirles ni darles falsas esperanzas. No ahora que Theresa O'Hara ha aparecido. No podemos cerrarnos en torno a una teoría o dar nada por hecho, sino que buscaremos puntos en común que existan entre las desapariciones de los pequeños.

—Nada bueno, usted lo ha dicho —Taylor apretó la mandíbula pero un latigazo de dolor le atravesó el rostro—. ¡Joder! Lo siento, hablar de ese animal me pone enfermo —tomó aire y lo expulsó ruidosamente—. En Harrison solamente podrán hablar con la familia de Samuel; la madre de Trisha Winwood se mudó a Dallas, los Fuentes se marcharon de Uncertain sin dejar ninguna seña y Nora Smith desapareció a la misma vez que su hija...

Los pasos de Max Jordan resonaron sobre la gravilla. Venía mirando su teléfono móvil pero inmediatamente levantó la cabeza y formuló una pregunta.

—Sus padres me dijeron que no se alejaba nunca de la casa; pero, en fin —contestó poco convencido de sus palabras—. Hablé con todos los de por aquí. Nadie escuchó nada salvo la señora Preston; bueno, no exactamente ella. Me dijo que aquella tarde sus perros se pusieron a ladrar como locos, algo normal cada vez que veían u olían a algún animal; pero ella salió y no vio ni oyó nada, a pesar de que se acercó hasta la carretera. En cualquier caso ella vive lo suficientemente lejos de los O'Hara para no ver ningún vehículo que se alejara en dirección al bayou.

Se rascó la cabeza y miró a ambos agentes.

—Va siendo hora de que nos marchemos. Me da muchísima pena dejar a Juliette sola con Gregor, pero no puedo quedarme aquí toda la noche —confesó apesadumbrado—. No sería bienvenido.

Bennet tomaba nota mentalmente de todo lo que revelaba el sheriff. No era nada bueno, aunque sí útil. Podrían hablar con los Tillman, aunque los Winwood y los Fuentes se habían mudado, Nora Smith estaba desaparecida, y también se había marchado la madre de Blanksy, si no se equivocaba a Galveston, mientras que su esposo estaba en prisión.

Tillman iba a ser el primero en quien se centrasen, pero ya que tenía al sheriff Taylor delante, tenía que aprovechar a obtener la información que más tarde o más temprano necesitaría.

-¿Eloise Smith sigue viviendo en Karnack? -preguntó, intrigado, a Taylor, acerca de la abuela y madre de la mujer y su hija desaparecidas en marzo de 2003.

Desde luego, resultaba de lo más peculiar que la mayor parte de los padres de los chiquillos desaparecidos hubieran terminado lejos de Harrison, de un modo u otro. Recordaba los detalles que rodeaban el caso Blansky, y no pudo evitar pensar que tal vez dentro de cuatro años, los O'Hara ya tampoco estuvieran en Harrison. Quien se llevaba a los niños era lo suficientemente astuto como para centrarse en familias desestructuradas, de clase baja y que en su mayoría eran drogadictos o delincuentes. Los Windwood era los únicos que parecían salir de ese molde, dado que ahora su otra hija trabajaba en una serie Disney.

Tenía que hablar con Greenwrim y hacer una puesta en común sobre sus ideas. Estaba seguro de que más de uno de aquellos detalles no había sido tampoco pasado por alto por su compañera.

La información era escasa, pero era claro que al menos de momento no podrían sacar más de esas dos personas. Quizás al día siguiente estarían en mejor condición de contestar. Sin embargo, la idea de dejar a la pareja en soledad no le agradaba a Adele en absoluto. -Señores O'Hara, ¿hay alguna persona que pudiera hacerles compañía esta noche?- Preguntó, mirando de reojo hacia la Ranger. El Sheriff había advertido sobre el inestable estado de Juliette, y aún cuando la agente del FBI no era la persona con más empatía por lo que le rodeaba, pensar en que ninguno de los dos adultos presentes estaban en condiciones para cuidar de la pequeña Violetta que ahora se hacía notar de nuevo le impedía decidirse a dejar la caravana esa noche.

Aún así sabía que ninguno de los dos contaba con familia cercana, y se preguntó que clase de amigos podrían tener. Cuando finalizaran allí, hablaría con Max y los Rangers sobre la posibilidad de dejar a un par de ellos en el lugar, para acompañar a la pareja y asegurarse de que no hicieran daño a nadie, ni siquiera a ellos mismos.

Supo que la conversación había acabado cuando ambos quebraron el globo de dolor que apenas se sostenía en el aire y, aunque todavía tuviera más preguntas, no iba a formular palabra alguna. No hoy, no ahora.

Tuvo que inspirar varias veces para contener el nudo que se formaba en su garganta, dedicándole de nuevo esa significativa mirada a Adele que parecía compartir. Apagó la grabadora de su móvil antes de guardarla en su bolsillo, levantándose del improvisado asiento que había tomado con delicadeza sabiendo que ambos necesitaban espacio para recomponerse, aunque dudaba siquiera que alguna vez uno llegara a poder superarlo, sólo ocultarlo.

Hablaré con el Sheriff para que disponga de un teléfono 24 horas operativo para cualquier cosa que necesiten, al igual que al resto de familias.- Era lo único que podía hacer para ayudarlos, tal vez intentar que la policía formara ese pequeño cuerpo de ayuda para los padres de los niños ahora que las cifras se habían alzado. Esta gente necesitaba cualquier tipo de apoyo, dejarles en su suerte sólo provocaría más muertes innecesarias.

Se colocó al lado de Adele queriendo decirle algo más, pero los sollozos de ambos enmudecieron sus palabras.

—Sí, la abuela sigue viviendo en el mismo sitio —respondió el sheriff Taylor a la pregunta del agente Bennet—. La dirección está en el expediente. Fui a verla poco antes de enviar la solicitud a su departamento. No parecía andar bien de salud, pero insistió en que averiguara quién había matado a su hija y a su nieta... —se encogió de hombros—. Estaba convencida de que ambas estaban muertas. Y parece que no se equivocaba...

El móvil de Max sonó con la llegada del esperado SMS:

Princesa? XD Un poco antiguo, no? No me mandes trabajo hoy, es viernes :P

Dentro de la casa, Juliette O'Hara parecía inconsolable. Su marido tuvo que dejarla para atender a Violetta, pero regresó con la niña hasta el lugar donde se acurrucaba la madre en el suelo. A pesar de la gran cantidad de alcohol que llevaba metida en el el cuerpo, se las apañaba para atender a ambas.

—Estaremos bien —respondió apretando la mandíbula—. No necesitamos a nadie. Yo cuidaré de ellas. Váyanse ya de una vez —ordenó, más cansado que furioso.

Max estaba bastante abatido por como habían salido las cosas y se había descentrado un poco al final. Sabía que necesitaba descansar y serenarse. La charla de Adele iba a ser dolorosa para él, sobre todo después de ver como se comportó y como le hizo salir de la casa. Por primera vez en diez años con ella, se sintió como un perro que recibía una patada por su amo y que no le quedaba más remedio que obeder.

Y estar fuera, junto a Bennet y el sheriff no le agradaba demasiado, menos aún con aquellas prisas por salir de allí. ¿Desde cuando en una investigación había tiempo límite para permanecer en un lugar preguntando a alguien por un caso? Tampoco era tan tarde y dentro seguían las dos mujeres. Al menos se sentía tranquilo porque no se escuchaba nada raro, como gritos, salir del interior de la casa.

- Quizás no lo estén, sheriff. Fueron las últimas en desaparecer... puede que las tenga a ambas con vida aún y por eso no hayan más desapariciones. Es eso o que el sujeto haya muerto, se haya ido a otro estado o esté en la cárcel por algún ridículo delito y nadie sepa lo que ha estado haciendo previamente. Pero, sinceramente, prefiero aferrarme a la primera idea... a que ambas vivan y que sea por eso que ese depredador haya cesado con los secuestros. - Le dijo al hombre cuando habló de la madre y abuela de las últimas víctimas.

- Sheriff Taylor. - Dijo Max sin muchas ganas. - Dejando de lado la investigación, ¿hay algún lugar que nos recomiende para pasar unos cuantos días en Uncertain? Un sitio donde no tenga problemas con el dueño por el color de piel de mi superiora a ser posible... - Le dejó claro. Y es que aunque en ese momento Jordan se sintiese mal en ese momento, no iba a permitir impertinencias sobre Adele. El enfado se pasaría en unas horas. Una fractura de mandíbula a un capullo tardaría más en curarse, así como el borrón en su expediente y tener que pasar al menos un día en una celda por partirle a un racista la cara.

En ese momento llegó un SMS a su móvil y al verlo sonrió. Se alejó un poco para responder a él con algo de intimidad tras esperar a que el sheriff respondiese a su pregunta.

Quizás es que yo soy demasiado antiguo XD. Mandarte trabajo era mi excusa perfecta para poder hablar contigo ^^U. Supongo que sin ella, tendré que dejarte el fin de semana libre :P

 Luego miró hacia la casa a la espera de que Lewis saliese. Sabía que la charla con los rangers no iba a ser de su agrado, pero tenía que dar la cara por lo que había hecho y Jordan nunca huía de esas cosas ni de sus errores.

-De acuerdo. Muchas gracias.- Dijo la agente, poniéndose también de pie. -Volveremos en la mañana para poder realizar algunas preguntas más, intenten descansar esta noche.- Sugirió, aunque no quedaba por completo convencida de que aquella pareja lograría conciliar el sueño esa noche. Esperó entonces que la agente Greenwich saliera, y fue tras ella.

Al acercarse al grupo se colocó junto a Max, a pesar de lo que había sucedido entre ellos en esa media hora, aún seguían siendo un equipo, y como tal debían mostrarse ante el resto. -Sheriff, recomiendo que envíe a un agente para que vigile el área y a los O'Hara. Preferiblemente que vigilen desde afuera y que procuren no noten su presencia, la pareja ya ha tenido más que suficiente esta noche y Gregor puede reaccionar de mala manera si ve más agentes de la ley cerca de su casa.- Miró a Max y a los otros dos agentes. -Sugeriría quizás que fuera uno de nosotros los que nos quedáramos aquí junto al alguacil que asigne el Sheriff Taylor, aunque el día de mañana será duro y los prefiero frescos a todos.-

Respiró profundo. -Iniciaremos mañana con los O'Hara, revisaremos los alrededores y hablaremos con los vecinos. Luego continuaremos con la familia de Samuel Tillman. Sugiero que nos dividamos para las distintas tareas, hay varios hilos que podemos seguir, aunque para eso me gustaría conocer mejor sus habilidades en el campo, agentes Greenwich y Bennet. ¿Ya han cenado?- Preguntó, mostrando por primera vez desde que llegaran los Rangers una sonrisa.

—¿Alojarse aquí, en Uncertain? —preguntó el sheriff algo sorprendido—. Bueno, los bungalows de Tim Mortimer junto al bayou son muy acogedores, pero los precios son altos en verano. Eso sí, me temo que con esos trajes negros van a llamar mucho la atención en ese lugar de vacaciones para familias...

En ese momento, la agente Lewis del FBI y la agente Greenwrim de los Ranger salieron del domicilio de los O'Hara con un plan de actuación. El viejo policía aligeró un poco su pesar por el acicate del trabajo.

—Puedo traer a uno de mis ayudantes para que pase la noche aquí fuera —intervino antes de que los cuatro recién llegados comenzaran a hablar entre ellos—. Yo me quedaré hasta que llegue. Y no se preocupen —añadió anticipándose a las posibles advertencias—, solamente intervendremos en caso estrictamente necesario.

- Los trajes negros son nuestro uniforme, como usted usa el suyo, sheriff. Da igual donde nos alojemos, Urcentain o alrederores, llamaremos la atención igual donde vayamos. Es lo que tiene ser agente del FBI y que nuestros superiores quieran tenernos siempre guapos y elegantes. - Se permitió bromerar tras recibir el mensaje de Becca. Eso le había animado un poco y esperaba que los mensajes, al menos aquella noche, no terminasen ahí. Algo le decía que iba a necesitar a alguien con quien hablar esa noche.

Ambas mujeres se reunieron con los tres hombres en el exterior y Adele pareció más animada que nunca. Era como si Jordan y ella hubiesen cambiado las tornas. - Antes de cenar, creo que deberíamos buscar donde dormir. - Sugirió Max a su superior. - El sheriff dice que los bungalows aquí son caros en verano y no parece que tengamos muchas más opciones. Quizás deberíamos mirar uno con dos habitaciones si no hay más opciones que esa. Aunque me sorprende que solo ese tal Mortimer tenga alojamiento en un paraíso veraniego como este. - Dijo con clara ironía.

Aunque si le ofrecían a Jordan alojarse en el Bate's Motel del lugar, alojado en el extremo de la ciudad, iría a él encantado con tal de tener intimidad. Era lo que tenía vivir sólo, que uno se acostumbraba y ya no necesitaba más compañía que su propia soledad. Por lo demás no se metió. Estaba cansado del viaje. Haber dormido sólo seis horas le pesaban y su cabeza no estaba en su sitio. Además, la idea del bourbon se le hacía cada vez más tentadora solo de pensar que tendría que cenar con aquel hombre que seguía sin mirar a los ojos a nadie.

Adele parecía tener controlada la situación y en el rostro de Jordan ya no había sonrisa alguna. Solo cansancio, malestar y ojeras.

Una de las cosas que más le sorprendió a Moira una vez se reunió con el resto en el exterior era ver a la mujer del FBI, Adele, impartiendo órdenes a todo el mundo.  Por un lado miró al compañero de ésta, Max, tal vez al estar acostumbrada a que el hombre intentara imponerse cuando la mujer hablaba más alto. Veo que las mujeres somos las guerreras.- Pero por otro no le gustaba comprobar que, aunque sabía que ahora la investigación era en conjunto, el FBI parecía aprovechar para sobreponerse a los Ranger. Una cosa era trabajar con ellos y otra muy distinta ser sus subordinados.

Sin embargo sabía que eso era un tema que traería muchos dolores de cabeza y en esos momentos todavía tenía en mente a la familia O’Hara, prefiriendo esperar a tratar sobre asuntos burocráticos, mínimo hacerlo en la cena.

Pasando al lado de ellos, caminó hacia el Sheriff para intentar cumplir parte de la ayuda que se había prometido ofrecer a las víctimas antes de olvidarse, aunque escuchando todavía los sollozos de la familia era francamente imposible.

Según los O’Hara no hay creado ningún grupo de apoyo para las familias y creo que es necesario. Psicólogos, voluntarios… Las familias afectadas necesitarán todo tipo de ayuda para sobreponerse a la situación.- Seguía sorprendiéndole el hecho de no haber nada parecido, aunque fuera un número de teléfono con el que desahogarse.- Si es necesario puedo rellenar un informe para enviárselo al alcalde* para solicitarlo. Si no quieren pensar por las familias, háganlo por la investigación.- Estarían todos localizables y evitarían muertes innecesarias, además de tal vez lograr que fueran más participativos con la investigación, aunque lo más importantes era ayudarles a superar la pérdida.

Se giró hacia los agentes del FBI al escuchar que buscaban alojamiento, respondiendo casi por inercia.

Nosotros estamos alojados en el Hotel Excelsior, en el condado de Marion. Es cómodo y está bien de precio, por si queréis una habitación.- No quería sonar demasiado “maruja” al decir que tenían un descuento especial, así que prefirió omitir esa información.- También tiene un servicio de comida. Podemos cenar allí si os parece bien.

La abuela de Nora Smith seguía en Karnack, por lo que al menos tenían una familiar más a la que interrogar para averiguar qué sabía sobre la desaparición de su hija y su nieta, pese a que a juzgar por lo que decía el sheriff Taylor, la anciana no estaba bien de salud. Era el caso más reciente y, quizá, el que más se salía del patrón habitual, tal y como lo veía Scott. Si la madre de Nora también había desaparecido, el secuestrador estaba asumiendo mayores riesgos o directamente había sido descubierto in fraganti y había tenido que hacer desaparecer también a la madre. Pasar de una niña pequeña a una mujer adulta no era lo habitual en los depredadores con tendencias pederastas, por lo que Bennet consideraba que la madre de Nora solo había sido un cabo suelto.

-Lo más probable es que la madre ya esté muerta -expuso el ranger, mirando ligeramente a Max tras haber escuchado su teoría-. Sabemos que quien le interesaba era la niña, y sabemos que no fue su primera vez. Es poco probable que haya cambiado sus hábitos, más aún pasando de una cría a una mujer adulta. Aunque yo también espero que estén vivas -Que el depredador hubiera cesado con los secuestros era poco probable, aunque comprendía que el agente Jordan se aferrase a esa esperanza, más aún tras saber que él también era padre de una niña desaparecida.

Al ver salir a Greenwrim y a Lewis, a Scott se le vino a la mente que su joven compañera le recordaba a Clarice Starling de El Silencio de los Corderos, pero si hubiera que hacer una comparativa, él no sería precisamente Jack Crawford. Miró a Moira con una expresión severa cuando esta le reveló alegremente a los federales donde se alojaban, en un intento de lo que Bennet se supuso que era de estrechar lazos con los miembros de la otra agencia. Aunque lo que de verdad le interesó fue lo que dijo la agente Lewis.

-¿Empezar por Tillman? Me gusta cómo piensa, Lewis -arqueó una ceja, escrutando a Adele con la mirada-. Puede que no sea una mala idea si queremos establecer un orden cronológico, pero el caso de Nora Smith y su madre es más reciente. Posiblemente el caso no se haya enfriado tanto y nos sea más provechoso -Incluso podrían dividirse para cubrir ambos casos, aunque no estaba muy seguro de que los federales fueran de los que les gusta jugar en equipo y él desde luego tampoco lo era.

-Reciente hasta donde sabemos, agente Bennet. Aún debemos saber cuantos casos hay formal e informalmente en el condado de Marion.- Adele se cruzó de brazos de forma pensativa. -De hecho, encontramos información sobre un Will Jefferson, de 9 años de edad, secuestrado el 8 de Diciembre del 2003 en el condado de Marion, es decir, casi nueve meses después del secuestro de Ellenore. Me parece que tenemos varios frentes por los cuales iniciar, señores. Pero si hay que discutirlo y organizarnos, prefiero hacerlo sentada y de ser posible con un buen plato en la mesa.-

Hizo un pequeño gesto de descarte con la mano, conteniéndose de seguir hablando por el momento. -Si el lugar que mencionan no queda muy lejos, me parece buena opción para quedarnos. Pero me gustaría que agregáramos el sitio de Timothy Mortimer entre los hilos donde tirar. Los Tillman han trabajado allí, y por los antecedentes de algunas de las madres de los desaparecidos no me sorprendería que también conozcan el lugar. Sheriff Taylor, me interesaría también que nos informe sobre alguien a quien llaman la Bruja del Árbol.- Dijo, mirando en dirección al hombre.

El sheriff movía la cabeza de un lado a otro, como en un partido de voleibol, a la par que los agentes iban exponiendo sus teorías y propuestas. Greenwrim y Lewis se habían dirigido a él directamente, aunque el agente Jordan también le había hecho un par de comentarios. Estaba un poco aturdido, pero visiblemente contento de tener semejante equipo profesional ante él.

—Por partes, agentes, vayamos por partes... Los Bungalows de Mortimer son un lugar decente, no un motel de carretera con prostitutas —aclaró muy serio—. Conozco los antecedentes de los Tillman y es cierto que ambos estaban en ese turbio negocio antes de venir a Uncertain; pero dudo que se dediquen a ello en el establecimiento de Tim. Anden con cuidado con ese tema, por favor; construir una buena reputación es un proceso de años, destruirla lleva solamente un suspiro... y perdonen la poesía mala de autoayuda.

Su característica sonrisa boba regresó a sus labios, esta vez sin verse acompañada por el subsiguiente gesto de dolor. No obstante, se puso serio de nuevo.

—En cuanto a lo que comenta usted sobre crear un grupo de apoyo a las víctimas, puedo hablar con el alcalde o pueden elevar una petición ustedes, pero dudo que logren nada. Créanme, a la comunidad le preocupan mucho las desapariciones de todos esos niños, pero no moverán un dedo para ayudar a gente marginada; lo verían como un desperdicio de dinero público que no nos sobra precisamente en estos momentos. El ayuntamiento no va a autorizar un presupuesto para lo que piden salvo que logren presionarles desde arriba con argumentos sólidos, y no, la solidaridad no es uno de esos argumentos —se pasó la mano por el mentón, pensativo—. Podrían intentarlo con las iglesias. Si algo abunda en estos condados son los pastores y sus rebaños... Aunque no creo que sea trabajo de la Policía andar a la caza de ayudas y subvenciones, si permiten mi opinión...

El jefe Taylor tomó aire mientras se secaba el sudor de la frente. Allí afuera continuaba haciendo un calor de mil demonios. Él podía permitirse el lujo de llevar una camisa de mangas cortas y la agente Greenwrim también iba más "fresca", lo cual era todo un lujo para la vista. Pero los dos cuervos del FBI y el otro Ranger debían estar cociéndose en sus trajes.

—Bien, no quiero entretenerles más, estarán deseando ducharse, comer y descansar un poco. Voy a llamar por radio para traer a uno de mis hombres —se acercó a su pickup, abrió la puerta y cogió el micrófono de la radio—. Central, aquí el sheriff Taylor..., un momento —se interrumpió al acordarse de la pregunta de Lewis—. La Bruja del Árbol, hasta donde yo sé, es una vieja que dicen que puede ver el futuro y esas cosas... Tiene cierta fama en la región y vive en el bayou, en algún lugar Goat Island, en el condado de Marion; pero no deberían perder el tiempo con semejantes historias... Central..., sí, quiero hablar con Bellefleur...