Partida Rol por web

Final Fantasy VIII-2 La Leyenda.

¿........?

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16/01/2019, 23:17
Rinoa Heartilly

-¡Seifer!!- Grita reaccionando por fin al ver caer a su amigo.

Su ex siempre fue insufriblemente arrogante, Rinoa lo sabía mejor que nadie, pero desde que acabó la guerra del León e inició su relación con Quistis había madurado. Con el paso de los años se había convertido en uno más del grupo pese a su socarronería natural.

Asomada al borde del acantilado grita impotente viendo cómo el cuerpo de Seifer es engullido por las aguas. Lloraría si no fuera porque ya no le quedan lágrimas, aprieta los puños, el aire reverbera a su alrededor a medida que una enorme cantidad de poder mágico empieza a acumularse a su alrededor. 

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16/01/2019, 23:18
Zell Dintch

Zell aprieta los dientes cuando ve caer a Seifer pero sin perder ni un instante salta contra el soldado que tiene más cerca aprovechando el impulso para propinarle un puñetazo que le destroza el casco y lo lanza por los aires rodando cómo una peonza hasta que uno de los vertiberds detiene su vuelo. El soldado cae al suelo como un fardo. 

Irvine coloca una rodilla en tierra y dispara contra un soldado que flanqueaba al rubio. La bala le abre un agujero en el pecho del tamaño de un melón.

Otro aguerrido militar carga contra Zell. El artista marcial lo esquiva con facilidad, lo noquea de un codazo y lo usa de escudo humano cuando le disparan, finalmente lanza el cadáver contra un tercer soldado que se le echaba encima. Incapaz de esquivar el ataque de un cuarto soldado se encoge para minimizar el daño de la bayoneta que se hunde en su costado, soportando el dolor aferra el arma y le atesta un cabezazo a su agresor. Un quinto soldado dispara contra Zell que incapaz de evitar el ataque cae sobre una rodilla tosiendo sangre.

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16/01/2019, 23:19
Irvine Kinneas

Los soldados se dividen, cuatro se quedan para rematar a Zell mientras los cinco restantes se separan para neutralizar la amenaza del francotirador, Irvine abate a uno de ellos antes de abandonar su pesada arma y su sacar su flamante escopeta Exeter.

Paso a paso los cuatro soldados e Irvine se van acercando de frente sin dejar de dispararse en un duelo a cara de perro.

Una bala le arranca dos dedos de la mano izquierda, otra atraviesa su abdomen y una tercera se queda alojada en su omoplato tras atravesarle el hombro izquierdo. La contundente respuesta de Exeter hace volar a su víctima varios metros con el pecho y la cabeza destrozados por los perdigones.- Quedan tres-. Una bala hace un rasguño en la cabeza del vaquero quitándole su preciado sombrero, una granada aterriza a su lado y tiene que rodar por el suelo para tratar de minimizar el daño mientras dispara a ras de pierna. La víctima de Exeter da una vuelta de campana y se estampa de morros contra el suelo mientras sus piernas aterrizan diez metros más atrás. Pese a rodar por el suelo la metralla de la granada atraviesa las prendas de cuero de Irvine destrozándole la espalda y el brazo derecho.-Quedan dos- Las distancias entre los duelistas se van acortando. El vaquero cambia su arma de mano, es difícil disparar con solo tres dedos y la mano pegajosa por la sangre pero por suerte a esa distancia y con Exeter no hace falta apuntar. Dos balas le atraviesan el pecho. El mundo se vuelve borroso pero aún llega a ver cómo la cabeza de su nueva víctima desaparece en una nube de plomo, sesos y trocitos metálicos de casco.

-Solo…   queda…   uno.-  Dice con un hilo de voz mientras se desploma. La cinta que sujeta su coleta se suelta y el pelo largo le cae con gracia sobre los hombros. El soldado que queda se acerca para rematarlo ante la impotencia de Zell que en su estado apenas puede mantenerse con vida esquivando los ataques coordinados de cuatro enemigos

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16/01/2019, 23:21
Rinoa Heartilly

Parece el fin para los dos héroes cuando Rinoa detiene el tiempo.

La joven bruja avanza levitando a dos palmos del suelo, su cara no muestra ninguna emoción, sus pupilas han desaparecido y sus ojos son dos cuencas blancas. Todo rastro de humanidad parece haber desaparecido de ella pero a medida que se acerca a sus amigos dos alas blancas de pura energía mágica surgen de su espalda y envuelven a Irvine y Zell agarrándolos y depositándolos tras ella. Entonces el tiempo vuelve a la normalidad y los cinco desorientados soldados que quedan se encuentran frente a la joven bruja que se limita a avanzar hacia el presidente Heidemann.

Los cinco soldados atacan a la pelinegra que no hace nada por defenderse sino que sigue avanzando. Extrañamente los ataques de los soldados no tienen efecto.  Uno de ellos lanza un tajo horizontal que la habría decapitado, la atraviesan varias veces con sus bayonetas, le disparan a bocajarro y nada parece causarle efecto pero lo cierto es que la magia de Rinoa va acumulando todo ese daño en forma de energía. Finalmente la joven bruja toca a uno de los soldados liberando toda la energía dañina acumulada, el tajo que la habría decapitado, las cuchilladas, los disparos a bocajarro, todo ello lo sufre el desdichado soldado al que toca que en apenas un segundo se transforma en un montón de pulpa sanguinolenta.

Los cuatro profesionales restantes flaquean en su ataque abrumados ante tamaña demostración de poder. ¿Cómo se puede luchar contra algo así? Durante unos segundos dudan sin saber que hacer pero Rinoa los saca de dudas lanzándoles una magia de gravedad inversa. Los cuatro soldados desaparecen volando cómo si cayeran hacia el cielo.

El presidente Heidemann se saca el mechero y vuelve a prender la punta del puro pues parece que no “tira” bien y se apaga con frecuencia. Le da un par de fuertes chupadas y examina la punta asegurándose de que esta vez está bien encendido. Si algo de lo sucedido le ha impresionado no lo aparenta.

A medida que Rinoa se acerca al orondo y descomunal hombre sus alas desaparecen, de repente Rinoa ya no levita y se sorprende tropezando cuando sus pies tocan suelo. Las líneas de su piel desaparecen y sus ojos vuelven a la normalidad. 

-¿Qué?-  Masculla entre sorprendida y asustada al recuperar el sentido y notar cómo se desvanece todo su poder.

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16/01/2019, 23:25
Heideman

-Ups ¿Algún problema?- Se mofa de ella Heidemann aprovechando su desconcierto para atestarle un puñetazo en la cara capaz de tumbar a un oso de Trabia. La bruja cae al suelo tras dar una vuelta completa sobre sí misma.

El hombre se acerca, la agarra del pelo y la obliga a levantar la cabeza mientras le muestra la mano con la que sujeta el puro. Entre sus dedos destaca un estentóreo anillo negro.

 -Un Anillo de Odine- Explica con sorna- Otra genialidad del buen doctor. Un anillo antimagia es algo muy útil contra las brujas ¿No te parece?- Le pregunta antes de atestarle un nuevo puñetazo en la cara.

El brutal golpe hace rebotar su cabeza contra el suelo. La última mirada de la pelinegra es para sus amigos sintiendo la impotencia y la desesperación de no haber podido salvarlos.

Un pitido que va aumentando de volumen te envuelve a medida que Rinoa pierde el conocimiento y la mente  de Xia se desarraiga de su "huesped".

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16/01/2019, 23:27
Narración

El presidente se limpia la sangre de Rinoa que queda en su puño con un pañuelo cuando el otro hombre que había permanecido en un segundo plano se le acerca. 

-Quedan dos minutos.-Anuncia con cierta urgencia en su voz.

 

-¿Odine?

 

El hombre niega con la cabeza.-Nuestros hombres no lo han encontrado. O sigue dentro o los Seeds se lo han llevado.

 

-Tuerce el gesto-Entonces habrá que empezar de cero.

 

-Eso llevará tiempo y sin Odine…

 

-Olvidate de Odine. -Dice señalando a Rinoa. -Ahora tenemos algo mejor.

 

-¿La bruja?- El hombre duda.

 

-Una fuente de magia ilimitada-Le corrige el orondo presidente.

 

Hum, no será fácil encubrir esto, tres seeds acribillados a balas darán mucho que hablar...

 

Tu problema Elktron es que te quedas con los pequeños detalles y pierdes perspectiva. Yo pienso a lo grande .Encárgate de los cabos sueltos -Dice en relación a vosotros-  yo me llevaré a la bruja.  

 

El orondo presidente se sube a uno de los aparatos que despega con Rinoa inmediatamente alejándose del lugar. Elktron se acerca y os quita varios objetos personales, lo necesario para ponerselos a otros cadáveres con menos plomo en el cuerpo y crear alguna farsa. 

Podéis ver cómo el hombre duda unos instantes si merece la pena remataros, algo que finalmente descarta, pues las instalaciones están a punto de explotar e igualmente moriréis.

Los dos vertibirds aún no se han perdido de vista cuando un fuerte temblor os avisa de que todo termina aquí. La tremenda explosión sacude el suelo, el fuego os envuelve y escucháis un fuerte pitido a medida que vuestras mentes se desarraigan de las mentes de Zell e Irvine.