No para nosotros- respondo adelantándome para tomar el mando de la situación-. Hemos venido para asegurarnos de que las órdenes de Andzrell DiVale. Se ha ordenado que se ejecute a un prisionero y no ha sido confirmado.
Saco amartillo el arma para dejar claro que si hace falta lo haré yo mismo.
¿Se ha ejecutado al prisionero o no, soldado?
Espero ya con el arma preparada, listo para responder al fuego en caso de recibirlo y centrado en Biggs.
Con dos buenos... argumentos.
Estaba más que claro que habían recibido un ataque, la perspectiva de tener que subir aquellas plantas era algo que animo a Sally después de tanto tiempo sentada agarrotada en aquella nave, sin embargo, parecía que no iba a ser así ya que aquel montacargas descendió con toda probabilidad con el premio que esperaban encontrar. Tras las palabras de los soldados y su compañero dice:
Entonces han hecho bien en enviarnos a nosotros aquí si ha ocasionado todo ese desastre… no está nada mal como habéis sobrevivido, ¿sois los únicos supervivientes?... seguro que os ascienden chicos
Se acerca y da un leve toque en la espalda de Wedge y dice:
Felicidades, sois unos cracks
Los dos militares palidecen debajo de sus cascos al escuchar el nombre de Andzrell DiVale. Un vulgar sargento y un soldado no pueden ni soñar con codearse con semejante personalidad, pero cualquiera en Galbadia reconocería el nombre.
-Eeeee… si señor. Bueno, no. Aún no.-Responde a Raven- De momento sigue con vida pero nos estamos encargando de ello.
G-gracias al cielo. Es un alivio. -Le responde a Sally- Al fin podré regresar con honor y casarme con Maribelle.
El alcaide y el comandante han fallecido durante el motín. El soldado Wedge y yo hemos sobrevivido porque estábamos en una misión especial...
Si, una misión especial limpiando las letrinas de la base.
Disculpen, pero todo esto es muy irregular. No nos han avisado de su llegada.. -Dice recuperándose de la sorpresa inicial e intentando ser profesional.
Chisss. Sargento- Le susurra -Que ese de ahí es uno de los hijos de Andzrell.
¿Se.. seguro? -Dice agachándose para escuchar a su subordinado, y levantando la mirada hacia Vinz. -Mira que si volvemos a meter la pata…
Seguro. Hace poco salió en Gran Hermano Vip y esa melena de pelo blanco es inconfundible. Le juro que ese es Valentine DiVale.
El oficial traga saliva y se cuadra, saludándoos formalmente. -Discúlpennos. No sabíamos nada de su llegada. Sargento Biggs y soldado Wedge a su disposición.
Por supuesto que no- respondo con voz firme, sin aclarar si me refiero a su incompetencia o a que no han sido avisados premeditadamente, como si fuera una prueba.
Señalo la caja a la que tanto miedo tienen.
¿Está ahí dentro?- pregunto mientras me acerco despreocupadamente, aunque listo para reaccionar de ser necesario.
Ahí dentro hay una leyenda.
Me encantan estos dos. XD
Sally mira a los dos soldados, parecía que estaban medio convencidos, así que cuando escucha la mención a lo que supone es un programa de televisión y el nombre de la familia de Vinz asiente y dice:
Parece que lo habéis pillado porque no se os ha informado…
Después mira hacia la celda y se acerca mientras se coloca junto a Raven y dice:
Mejor déjame a mí en primera fila… ya sabes soy más de corto alcance que tu y hay que prevenir por si hay que proteger al señor
Dice mientras mira y hace una indicación mirando a Vinz para seguir con la mentira que los propios soldados habían montado
Es que son todos unos supervivientes
De normal hubiera disfrutado cómo un enano siguiéndole el juego a aquellos dos soldados tan carajas con mi labia y desparpajo habitual, pero no soy yo mísmo. La muerte de mi padre la llevo mejor, a fin de cuentas el muy cabrón se lo merecía, ya lo odiaba antes, llevábamos años sin hablarnos y reencontrarnos solo ha servido para confirmar que era un cabrón desalmado. Pero la imagen del cadáver de Ania, convertida en un montruo irreconocible, me acompañará de por vida.
Sumido en mis pensamientos, desde que bajamos de la nave permanezco en un segundo plano dejando que sean mis compañeros quienes lleven la iniciativa en la conversación y solo la seña de Sally me motiva para intervenir.
Mis hombres se encargan a partir de ahora. ¡Fuera de mi vista! - Les ordeno a los dos soldados despachándolos de mal talante, lo que involuntariamente le da más credibilidad al personaje. Y limpiad toda esta mierda. -Añado dándole una patada a uno de los soldados muertos para mandarlo rodando hasta los pies de los dos que siguen con vida.
C… como ordene. -Le responde a Vinz.
-Adiós a nuestro ascenso.
Los dos soldados se apresuran en obedecer las órdenes de quien toman por Valentine DiVale y empiezan a retirar los cadáveres. Aunque periódicamente siguen asomándose.
-Cualquier otra cosa que necesiten no duden en decirlo.
-Señor. -Le dice a Vinz- Le informo que procedemos a cavar una fosa común.
Poco a poco entre los dos van sacando todos los cadáveres que había en los alrededores y lanzándolos a una fosa común.
-Señor. Los cadáveres están siendo enterrados tal y cómo pidió.
-Señor- vuelve a decirle a Vinz intentando congraciarse con él- El tiempo sigue seco con escasas posibilidades de precipitaciones.
Mientras esos dos siguen con lo suyo os acercáis al bloque prisión y abrís la puerta de la celda, que no parece estar ni cerrada con llave.
En el interior de la espartana celda solo hay un retrete y un camastro, un hombre de unos setenta años con el mismo mono naranja de presidiario que llevan el resto está tumbado sobre el camastro mirando el techo. Al escuchar cómo se abre la puerta el hombre se incorpora y se levanta con cierta dificultad. A pesar de su edad y de estar algo encorvado, el hombre debe rozar el metro noventa de altura. Una cicatriz cruza su cara de izquierda a derecha.
-¿Qué pasa gallina?- Le espeta a Raven, quien abre la puerta, tomándolo por uno de los carceleros. -¿Aún no habéis tenido suficiente? Largaos de una vez y cerrad la puerta tras vosotros si no queréis que vuelva a enfadarme.
Tranquilito, Almasy – respondo entrando a la celda apuntándole, pero guiñándole un ojo en cuanto desaparezco de la vista de los guardias y bajando el arma – Hemos venido especialmente hasta aquí por ti. No hagas que mi jefe tenga que lamentar el viaje hasta este erial perdido de la mano de Dios.
Le indico que guarde silencio y vuelvo atrás otra vez apuntándole.
Todo suyo, señor DiVale – añado y me quedo en la puerta arma en mano.
Empiezo a plantearme si no hubiera sido más fácil pegarles dos tiros a esos dos gilipollas. Vienen hasta para dar el parte meteorológico. Ni para perderse valen.
Sally entra en la celda suspirando mientras mira a Raven y niega con la cabeza, se coloca frente a Seifer y le mira de arriba abajo, si ese anciano había sido capaz de hacer todo eso por sí mismo sin duda era alguien poderoso y capaz de causar un gran daño, ella le mira fijamente a los ojos y dice:
Raven… no creo que haya falta seguir con el juego… usted es Seifer Almasy ¿verdad?... antiguo caballero de la bruja… nosotros estamos aquí por algo muy sencillo, nuestro futuro es ser caballero de Artemisa… y solo usted puede ayudarnos a evitarlo
Sally era bastante directa y en general no muy prudente y si muy impulsiva, por lo que habían visto había poca gente allí, solo esos dos y le daba realmente igual que se enteraran una vez habían llegado a Seifer, además, tenían con ellos a un hombre que había sido capaz de acabar con toda una prisión, ¿Qué era mejor contarle la verdad ahí o en medio del jardín?
De verdad, que vaya par de cansinos -pienso tocándome las sienes- Id a patrullar el desierto y no volváis a molestarme- Les ordeno cansado de recibir estúpidos informes. Me hagan caso o no decido ignorarlos igual que hace Sally. Si son tan estúpidos cómo para intentar detenernos, peor para ellos.
A simple vista, la leyenda no parece gran cosa, solo un anciano, aunque sí que posee un aura venerable, que me hace cuidar mucho mis palabras y hablarle con respeto.
- La directora Trepe dijo que usted conoció a Artemisa mejor que nadie. Debe acompañarnos- Añado, complementando lo dicho por Sally, intentando que no suene cómo una amenaza.
Seifer frunce el ceño en un principio, reacio a creeros pero al final acaba asumiendo que no le estáis tomando el pelo. -Así que Artemisa ha vuelto y mi exmujer envía a unos Seeds, con el potencial para convertirse en caballeros de la bruja a buscarme a mi, al antiguo Seed fracasado y caballero de la bruja. -Resume la situación, que dicha así en voz alta, resulta un tanto ridícula.
Joder Quistis, tienes que estar verdaderamente desesperada para pedirme ayuda- Comenta hablando solo, cómo rumiando qué decisión tomar, aunque se decide pronto.
Está bien gallinas. Llevadme ante Quistis -Os dice- Pensaba que lo único que me quedaba por hacer en esta vida era podrirme en este sitio marginado por todo el mundo, pero puede que aún tenga algún papel que jugar y algunas cabezas que golpear -Dice saliendo de la celda con una sonrisa socarrona en la cara.
Tras subir de nuevo a la nave partís rumbo a Balamb. Sin embargo, antes de poder abandonar el continente tres cruceros pesados de Galbadia tratan de interceptaros, cortándoos el paso. Escucháis cómo las pesadas naves de guerra os amenazan por radio, pidiendo que os identifiquéis y os detengáis. Sin embargo, no hay batalla.
Súbitamente y sin aviso las tres naves de guerra dejan de apuntaros y dejan pasar, cómo si hubieran recibido la orden de no molestaros.
Con el mar ya a la vista y sin nada más que se interponga en vuestro camino, abandonáis el continente rumbo al mar abierto, luego la isla de Balamb y por último el Jardín.
Mientras tanto, en el desierto.
Sargento Biggs… estoy seguro… de que… nos hemos perdido.
Que dices. Galbadia está recto por ahí. Ánimo Wedge. Piensa en el ascenso que nos aguarda.
Cierro escena. En breve os abriré la del Jardín.