Localización:
Se trata de una localidad de los Cárpatos en la pequeña región rumana de Szeklerland, Transylvania, entre Budapest y Brasov, a más o menos la misma distancia de ambas capitales. Es de muy difícil acceso en carretera y a veces el pueblo queda aislado por los aludes que se producen, imposibilitando la circulación en coche. Consta varios riachuelos que la rodean y de un lago.
Fauna:
Osos, lobos, jabalíes, halcones, castores, nutrias, sapos venenosos y cuervos. El lago no es muy rico en peces pero tampoco tienen mala pesca de salmón en los rápidos de los ríos.
Gente y mito:
Buenos cazadores. La familia Kálnoky, nobles que fueran exiliados por el mismísimo Vlad el Empalador, tenían ahí su residencia de caza, pero vivían la mayor parte del tiempo en su castillo de Sepsikoröspatak, a cincuenta kilómetros de ahí. Durante la guerra civil, se dice que el descendiente de los Kálnoky regresó a la región y restauró el pueblo, habilitándolo para el turismo. Habiéndose encontrado los cuerpos medio devorados de cinco excursionistas húngaros sin una gota de sangre y habiendo oído de los lugareños que otros muchos desaparecían y no daba tiempo a encontrarlos, la leyenda urbana dice que el señor de Kálnoky sigue vivo en Sepsikoröspatak, y que seguramente sea el mismo señor al que el Conde o Drakul Vlad Tepes exilió de Miclosvar, del que dicen las historias, el Empalador acabó convirtiéndole en un ángel del infierno como el mismo Stocker describió a su Drácula.
La gente de Miclosvar asegura que al señor Kálnoky no le agrada la tecnología, por eso es que aún se estilan los carros tirados por burros, la medicina natural y por lo general la vida propia de principios del siglo XX.
Aunque su pueblo es próspero y la restauración del mismo es ejemplar, ningún lugareño gusta de revelar el paradero de Sepsikoröspatak, pues dicen que si el señor lo restauró todo fue únicamente por atraer turistas a los que devorar. Una frase hecha para describir a alguien de quien uno no se puede fiar dice así: "El vointa a voi tell unde este Sepsikoröspatak", que significa "Ese diría dónde está Sepsikoröspatak", como si se tratara de una condena a muerte.
En las ventanas y puertas de las casas se ponen tarros con cruces de madera sumergidas en aceite de ajo bendecido para impedir que los vampiros entren. Durante las fiestas del pueblo (principios de Noviembre) la plaza se rodea de éstos tarros y se hacen bailes, juegos y comidas al aire libre.
Korospatak
Se trata del conjunto monumental nobiliario de Miclosvar, se divide en la Casa, la Cripta y la Casa chica. Se trataba de la residencia de caza de los Kálnoky, la cripta de la familia y la casa de invitados. A pesar de conservarse bien y de la restauración de la fachada, las puertas y ventanas han sido tapiadas, y un gran silencio reina en torno a la cripta de la familia y cementerio del pueblo, curiosamente alejado de la iglesia.
La cripta fue saqueada en 1970. Los "securitate" (policía rumana) encontraron al ladrón y lo encerraron, requisando el botín. Tanto el ladrón como el botín desaparecieron aquella misma noche sin que fuese visto, sin dejar pista alguna.
Iglesia:
Objeto de varios saqueos, la iglesia de Miclosvar cambia con frecuencia de párroco, una extraña costumbre de la localidad. No desparecen, simplemente piden el traslado a la diócesis de Brasov.
Gastronomía:
Fruta y verdura fresca todo el año, carne de caza y productos lácteos de elaboración tradicional. El restaurante y el hotel del pueblo ofrecen también menús vegetarianos y cestas de picnic. No obstante, lo más típico de éstas regiones de los Cárpatos son la carne de jabalí muy hecha y la mazorca de maíz seca al aire.
Alojamiento
Hotel: Construido en una de las casas restauradas por el Conde de Kálnaky. Habitaciones dobles o individuales. Se sirve desayuno, comida y cena.
Tel: Internacional: 0040-742-202586
Nacional: 0742-202586
Fax: 0040-267-314088
Casa rural, atendida por sus dueños, que harán o no de comer a los huéspedes según su deseo. Se puede reservar en el mismo teléfono que el hotel.
Apreciadlo, cabrones... Si llamáis a esos teléfonos os cogerán de verdad en Miclosvar XDDDDDDD Son datos fidedignos que me han costado mis críticos personales en "buscar referencias" XDDDDDDDD
Os lo digo en verso:
Si hacéis otra tirada más,
os van a dar por detrás : D
Biieen...
Donovan alza las cejas y se lame las muelas, pensativo y ligeramente preocupado, cuando repasan toda la información que han ido encontrando entre Hugo y él.
En resumidas cuentas, vamos a viajar a un pueblecito perdido en mitad de los cárpatos, encaramado a unas montañas llenas de fauna peligroa, que sigue estancado a principios de siglo por miedo a su señor y en el que a parte de muchas cosas escabrosas y extrañas se recela de los extranjeros.
Se incorpora, apartándose de Hugo y el ordenador y se lleva las manos al pelo, apartándolo de su frente arrastrando las manos hasta entrelazarlas en la nuca.
¿No te parece un lugar encantador para unas vacaciones? Lo único relativamente bueno es que no vamos a pasar demasiado frío y que la gastronomía parece interesante.
Bufa algo molesto por la escasez de civilización de aquel rincón del mundo y la perspectiva de tener que pasar unos días allí. Al fin y al cabo, todas las habilidades de Donovan, tanto mutantes como no, eran sociales. Iba a estar un poco perdido en semejante ambiente.
Habría que ir mirando que nos llevaremos para la misión... Cuanta mas pinta de turistas tengamos, mejor que mejor. Si ese "señor vampiro" busca recién llegados para alimentarse de ellos, seremos un reclamo perfecto. Y por otro lado confío en mis habilidades para conseguir la localización del castillo una vez estemos allí. Ya sabes que puedo ser irresistible si me lo propongo.
Vuelve a acercarse a la pantalla y mira el número de teléfono del único hotel del pueblo, memorizándolo para poder llamar mas adelante y reservas habitaciones para todos.
¿LLamamos al hotel para pedir habitaciones? xDDDDDDDDDDDDDDDDDD
-Ya lo se, he visto como Dale babeaba al verte en "super tio bueno" mode. Se podria decir que la has enganchado a una nueva droga mas fuerte que la cocaina.
Dije desganado y levemente molesto mientras guardaba los ficheros recien obtenidos y arqueaba la espalda hacia delante. Ya sabia por experiencia propia lo que hacia una buena super-aparencia, era como una droga en forma de "pocima del amor" de la que no te podias quitar por mucho que lo intentaras con todas tus fuerzas, o por lo menos no con las que ya tenia. Era ironico como habia salido prometiendo a Maria que la haria olvidarse de las drogas, y habia vuelto con un problema digno de "desintoxicacion supernatural" matando a su hermano en el proceso."Sigh, basura. Soy una puta basura." La espalda se arquea por completo y mi cabeza choca contra la mesa, solo de pensarlo me estaba volviendo a deprimir.
-Esta claro que cualquier aparato que no funcione a vapor o por engranaje, va a quedar fuera del equipaje, dudo mucho de que encontremos Wi-fi gratis o enchufes.- Dije consciente de que significaba eso, pura y total isolacion del mundo exterior.- Bueno, creo que ya se acerca la hora de queda y AUN seguimos sin saber que puede curar o matar a un vampiro. Asi que a menos que Balas sea capaz de curar tal enfermedad o que el agua de Isenhall sea sagrada o anule poderes fuera del templo, yo diria que estamos muy jodidos.- Dije mientras levantaba cabeza y miraba al reloj de la pantalla, suspiraba desesperado y sin estar seguro de que hacer.-¿Probamos a llamar a Isenhall para decirle que ya hemos elegido lugar, y ya de paso le pedimos alguna pista, o se te ocurre alguna idea antes de probar a ver que tienen para ofrecer dos hombres como nosotros a una diosa de hielo?.- Me hecho para atras sobre el asiento, estirando las articulaciones y quitando el nudo que se me habia formado en la espalda de tanto estar pegado a la pantalla.- Y no, los aposentos de Lior no entran en las lista de cosas que podamos permitirnos, al parecer la diosa no piensa que sea necesario o no piensa que nuestras vidas valgan mas que la intimidad de Lior.
¿Y no podrias habertelos inventado?¿Como hace todo master cuerdo y vago? XDDD
Dale entró en la habitación con cara de haber visto un fantasma. Se quedó mirando a Hugo y luego sonrió a Donovan, acercándose con una carpeta. Llevaba un bolígrafo atravesado en un moño mal hecho y una carpeta en las manos. Tenía la frente perlada de sudor frío.
- Culocaramelo, Culochocolate - se dirigió a ellos, sentándose en la mesa del ordenador - Tengo cosas para aburriros un poco. Quiero rosas, sábanas de satén y un trío a cambio - alzó las cejas un momento, relativizando la posibilidad de sus opciones, finalmente sonrió - Es broma. Pero un beso en las mejillas al unísono si que quiero. Veamos, nenas... Tengo a uno de los veintitrés fantásticos localizado, y además Milo me ha dado su teléfono para que podamos estar en contacto y decirle a dónde tiene que ir a por información... - reordenó papeles sobre la carpeta. Se trataba de listas de ciudades, añadidas por fechas y acompañadas de una cifra - En la primera hoja la grandísima mayoría estaba tachado, incluído uno que había sido subrayado en verde. Dale lo señaló - Ziguinchor de la provincia de Casamanza en Senegal, un mutante - se podía ver ligeramente tras el tachón. Pasó las hojas ansiosamente y fué señalando, todas las reseñas que señalaba estaban marcadas en verde - Dakar, Senegal, trece mutantes, tachado; Nouakchott, Mauritania, cinco mutantes, tachado; Laayoune, Sáhara, dos mutantes, tachado; Rabat, Marruecos; y aquí empieza lo bueno: Tarifa, España, tachados; Marbella, España, tachados; El Ejido y Mojácar tachadas, y finalmente - dejó la lista sobre la mesa y señaló "Cartagena 3m-12/Oct/2002". Sin tachar, pero señalado en verde - Ese senegalés irrompible mutante está aquí, la ciudad de Balaguer. Hay tres mutantes en ésta ciudad, uno de ellos está con nosotros, pero quedan dos. Éstas ciudades no son importantes en el mapa de España... Sin embargo en África sólo ha señalado capitales, y en el resto de listas es lo mismo, salvo que aparezca uno de los señalados en verde, entonces lo "persiguen". Podemos creer que es Balaguer, pero yo he estado en África y en España y me conozco éstos puntos de mierda que parece que no tienen importancia. Aquí, en éstas ciudades, hay verdaderos ghettos de inmigrantes, hay campo... Trabajos mal pagados con mucha demanda, lo que ellos buscan, y es el final de una ruta si te fijas en un mapa de España... Y Balaguer no estaba en su ciudad en ésta fecha, Balaguer estaba en Estocolmo...
No soy una master vaga, y me gusta saber éstas cosillas, nunca se sabe cuando se presentarán unas vacaciones en un pueblo de zumbados retrógrados rumanos :D XDDDDDD
Lo primero que pense al ver Dale entrar por la puerta y mirarme fue,"¿Habra pasado algo?¿No se estaran metiendo con Maria y Lex en mi ausencia?¿Y si le pido perdon y le explico que quiero formar un trio", pero luego, cuando paso aquella lista y empezo a señalar lugares de mutantes, lo siguiente que pense.
-La hostia.- Dije preocupado y tragando saliva.- Cuantos mutantes hay en españa, no me esperaba esto.
Lo que traducido a un razonamiento mas normal se comprenderia como un "¿Algunos de vosotros no tendra un telefono? Me gustaria llamar a mi familia y comprobar que estan bien... Aunque apenas recuerdo su numero y lugar donde viven.", me lleve la mano a la nariz y me recoste sobre atras. No queria meter en esto a mi familia, de verdad que no, pero me empezaba a preocupar por su salud. El padre de Donnie al final resultaba que era un mutante y sus hermanos tambien, ¿Quien dice que no ocurrira lo mismo con mi hermana?
-Uh, vale, por si acaso, antes de que digamos a Milo que investigue sobre los "23 fantasticos", supongo que seran fantasticos por ser lo unicos inmunes al Ignea.- Dije intentando acertar a la diana con ojos vendados y voz cansada.- Tendria que pasarle la direccion de mi familia, no es que crean que sean mutantes ni nada, pero... Bueno, un vistazo rapido para evitarnos sorpresas, no hara daño a nadie ¿Verdad?.- Y aunque hiciera daño, tampoco es que me importara. Ya habia perdido suficientes personas, no pensaba fallar mas aunque me costara la vida.- En cuanto a lo de los besos, lo siento pero no va poder ser, no es que te agradezca el favor y no piense que te mereces por lo menos tres besos por tu cara bonita, pero me he prometido hacer absoluto voto de castidad hasta que deje de ser un jilipollas con las mujeres. En cambio, si que te puede ofrecer esto.- Me giro y abro el fichero que recientemente he creado, señalo con el dedo el nombre del lugar el cual hemos recogido informacion y la lista de datos obtenidos.- Donnie y yo hemos quedado que entre el vampiro mata-invalidos de Predeal, el vampiro viola-mujeres de Trecnsel, y el vampiro xenofobo de Miclosvar, vamo a visitar al xenofobo. Asi que hemos reunido datos del lugar por si querias echar un vistazo rapido, y por lo que hemos visto, el lugar es encantador.- Alze las cejas y sonrei sincero, en mi opinion, ese lugar tenia pinta de ser el sitio perfecto para una escapada romantica.- Si es que no te da miedo que te maten y pasarte semanas sin telefono movil o cepillo de dientes electrico, claro esta.
Esto...¿En alguno de esos sitios esta el pueblo de Hugo?
Si. Necesitamos saber como acabar con esas sanguijuelas. Realmente... es lo único que importa. Todo lo demás podemos improvisarlo sobre la marcha.
Donovan estaba un poco frustrado por solo haber encontrado información sobre el pueblo al que iban y esos detalles sin apenas importancia. Estaba a punto de empezar a escribir "How to kill a vampire" en el Google cuando Dale entró en la sala como un torbellino, con nuevas y -por una vez- buenas noticias.
Donovan sigue la lista de ciudades y localizaciones que le va citando Dale, paseando la mirada de forma rápida sobre los tachones y subrayados, tratando de entender aquel galimatías que se le estaba escapando por completo.
El asunto de la misión del día siguiente le estaba sorbiendo todo el seso... Y tampoco es que se muriera de ganas de ponerse a pensar por si mismo teniendo a una pequeña genio justo al lado.
Sonríe, persuasivo, mirando directamente a Dale a los ojos con esa mirada intensa del que va a pedir algo que podría hacer por si mismo pero que va a intentar conseguir de otros.
Dale... te daré mucho mas que un beso en la mejilla si me das una explicación para tontos de todo lo que nos acabas de explicar. Para compensar el voto de castidad de Hugo ¿Eh?
Alza las cejas sonriente y se acerca un paso mas para echar un nuevo vistazo a la carpeta.
Aunque, si lo he entendido bien, la cosa es que hay un senegalés inmune al Ígnea que ha estado viajando desde la costa oeste de África hasta Cartagena...
Frunce el ceño ligeramente, al acordarse de la conversación que había tenido con María la mañana en la que le tuvo que decir que Marcos había muerto. habían hablado de visitar esa ciudad precisamente.
Dale, no se en que porcentaje creerás en las causalidades, pero le prometí a María que la acompañaría a Cartagena en cuanto tuviéramos unas vacaciones de ir de un lado para otro. Es curioso. Balaguer, María y ese senegalés misterioso coincidiendo en la misma pequeña ciudad.
Se encoje de hombros y tuerce la boca en una mueca de extrañeza.
Raro ¿eh? Perece que estamos en racha entre los vampiros y esto... Seguro que no durará demasiado.
Dale volvió a ponerse algo pálida al principio del discurso de Hugo, pero mantuvo la sonrisa congelada en el rostro mientras hablaba.
- Cariño, eres un hombre, lo de gilipollas no tiene remedio - aclaró con el gesto inmóvil, observando entonces por encima del hombro de Hugo el ordenador con todos los datos, dándole una colleja cuando pronunció el nombre del pueblo húngaro - ¡"Trencsen", no "Trencsel", habla bien, coño, que no puesta una mierda y quedas de puta madre! - rió de nuevo, echándose el pelo hacia atrás con la mano, ladeando la boca - Así que un vampiro xenófobo... Cojonudo - le palmea el hombro en un gesto propio de compañeros de suicidio, aunque no parece mostrarse muy pesimista para como es ella... Eso puede ser casi peor.
Atiende entonces a los coqueteos y sobornos indecentes de Donovan, sonriendo.
- Oh... ¿Ahora tengo que comprar tus servicios...? Está bien, lo haré - carraspea, poniéndose digna y derecha - Explicación para tontos: Hay un senegalés inmune al Ígnea que ha estado viajando desde la costa oeste de África hasta Cartagena. Pero que sea inmune... Es lo de menos. No los señalan en verde por ser inmunes... Observad, pero no os pongáis histéricas...
Sacó una nueva hoja, mostrándola. Estaba escrita a bolígrafo, por una letra que no pertenecía a la de la australiana...
Cita:
- A mí me suena a coleccionismo puro... Y el diecisieteavo nombre me pone la piel de pollo...
Pasó entonces la lista a Hugo como si se tratase de un ovillo de lana que uno entrega a un gato, y se cruza de brazos, torciendo una sonrisa sin diversión alguna.
- Seguro que hay una explicación racional o irracional al tema de esa ciudad. En cuanto estemos en... - echó un ojo a la pantalla - Miklosvar, esa y otras tantas. Pero de lo poco que he hablado con Milo, hablando de cosas más "útiles" para el momento... Matar a un inmortal siempre es la misma cantinela: Cortar cabeza, quemar cabeza rápido, quemar cuerpo rápido, a ser posible desmembrado - adoptó una mueca de asco - Qué bien va a venir Balaguer... Pero yo pienso quedarme en el hotel, porque... Tará-taráaaa - canturreó, abriendo una bandolera que llevaba sobre el trasero, extrayendo un pinganillo de muestra - ¡Mirad qué chuchería he encontrado! Los he configurado ya, están listos para la acción. Sólo falta que nos hagamos las maletas, nenas... ¡Queredme mucho!
Puso la mejilla y se la señaló, esperando un beso.
Donovan se adelanta un paso y estampa un sonoro beso en la mejilla de Dale, sonriendo con todos los dientes, blanco como perlas. Dos buenas noticias. Es mucho mas de lo que podría haber soñado. Qué mundo tan loco que era aquel hotel. Un despertar casi normal, una mañana entretenida, unas horas mas tarde un noticia terrible que implicaba gran cantidad de muerte y sacrificio, luego Balaguer y ahora esto.
Resultaba que los míticos veintitrés mutantes de los que le había hablado Isenhall, estaban a la vuelta de la esquina. Literalmente hablando, además. Por no decir que él mismo era uno de ellos. Y Hanne otro. Y Dale otro mas. ¡Qué locura!
La alegría se vio empañada por unos segundos por el peso de una terrible y pesada responsabilidad... Pero Donovan la espanto sacudiendo la cabeza con fuerza y ensanchando un poco mas la sonrisa.
¡Qué bien! ¿No te parece demencial?
No sonaba demasiado convencido.
Esto... que chulos los pinganillos ¿Eh Hugo? Nos va a solucionar un par o tres de problemas, si. Espero que puedan adaptarse a tus oídos si cambias de forma...
Risilla nerviosa. Veintitrés mutantes en todo el globo. Y él era uno de ellos. Y para mas inri, el único de su familia. Si su padre ya estaba orgulloso, ahora o bien daba saltos de alegría, o bien se llevaría las manos a la cabeza y contrataba a la mejor empresa de seguridad del mundo para que vigilaran a su hijo incluso cuando fuera al baño.
Era como estar en el Olimpo de los famosos. Como ser uno de los actores mas conocidos y mejor pagados del mundo. Añadiendo un plus de peligrosidad mortal, por supuesto.
Si... que bien. ¿Tenemos carnets de pertenencia al club o algo así? Porque... estoy histérica. Si, histérica. Así que imagina... Y hablando de todo un poco, mis poderes tampoco son nada del otro mundo. No destaco mas que Jolene y no creo que sea el único mutante en todo el mundo capaz de cambiar de aspecto físico.
"Ahi esta otra vez, la sensacion de que Dale me esta ocultando algo importante. Algo que prefiere no contarme para no herir mis sentimientos, como hizo con Rewell." Si, lo sabia, pero la verdad es que inlcuso yo no estaba seguro de si queria oirlo. Actualmente mi mente estaba ya bastante magullada con las feromonas que me soltaba Lex cada vez que hacia acto de presencia, un poco mas de presion y locura, y facilmente me podia ver con un collar rodeando mi cuello y tirado por la sirenita.
-No, es cierto... Pero actualmente, tus poderes y personalidad serian bastante compatibles para un Dios con complejo de Hercules o Apolo.- Y ahi iba, si Donovan ya estaba bastante "histerica", yo no dudaba echarme pensativo la mano a la perilla y jugar a pensar en la peor teoria mientras echaba un vsitazo a la lista.- Si esta lista es cierta, ademas de que Hayes deberia ya estar muerto segun esta lista, Hanne era una mutante antes de que Isenhall la tomara como posesion, y si descubrimos que ademas tenia poderes criogenicos y cierta tendecia a creerse la reina de las nieves, no solo era un sacrificio poderoso, sino el mejor sacrificio para otorgar los poderes divinos de Isenhall. De lo cual, podriamos sospechar que los otros 22, son en realidad las perfectas anclas para seres subrealistas que quieren entrar en un plano mas realista.- De inmediato, me recoste sobre atras y sonrei tontamente mientras me rascaba nervioso la cabeza.- Pero mejor que no me hagais mucho caso, tengo la mala costumbre de decir la primera chorrada que se me ocurre y si fuera cierto lo que he dicho, James Trydes deberia estar en la lista, o por lo menos asi se apodo el Dios de los ingleses. Ademas, ¿Que dios iba a quere un multiforme con tanta mala suerte como yo?¿La Muerte de las ratas?.- Si, era una chorrada, aunque yo estuviera esa lista, estaba con Donnie, nosotros tres no eramos nada fuera de lo comun, y aun menos el pizzero paleto recien salido de su pais.
Cojo la lista y se la paso de nuevo a Dale mientras me levanto, aprovechando para darle una palmadita colegial en el hombro en vez de un beso. Aun siendo gilipollas, deseaba con todas mi fuerzas evolucionar a algo mucho mejor y calificado para un capitan, y besando y palmeando el culo de tus subordinadas no era el camino.
- Aun asi, gracias por tu ayuda, Dale. Eres la salvacion para todos los tipos como yo, que prefieren darse cabezazos contra la pared antes que pasarse horas dando el coñazo a la gente y buscando entre archivos y cachivaches.- Sonrio mientras me cruzo de brazos y sonrio con buen humor, tal vez estaba paranoico, tal vez Dale no me ocultaba nada y yo estaba sospechando de ella en falso.-¿Bueno, hay algo mas que quieras contarnos o llamamos ya a Isenhall para decirle que nos hagan el equipaje?.- O tal vez, le estaba dando su ultima oportunidad de contarme la verdad que oculta, antes de que muera a manos de un vampiro androgino.
Tirada: 1d100
Motivo: Influencia -¿Tu no me mentirias, verdad?
Dificultad: 100-
Resultado: 94 (Éxito)
- No te excuses, rubia - dijo Dale a Donovan - . No hay ningún comité que te escuche. Te jodes con lo que te toca, el carné lo llevas en el ADN, por lo visto - airada, se abanicó con la mano, dándole la razón a Hugo silenciosamente en lo primero que dijo. Pero lo segundo le hizo levantar una ceja y tatuarle un "TONTO" en los ojos a Hugo con la mirada. Señaló el "Wolfgang A. Hayes, Beirut, Líbano †" con su índice de uña larga y aspecto peligroso - ¿A tí te parece que ponga "Arthur Hayes"? Es el padre de Hayes el que la ha palmado, pedazo de cernícalo - profirió un leve "tap-tap" con el dedo sobre la lista. Sin embargo, Carmencita G. Seras planteaba una teoría interesante con aquello de que las entidades surrealistas de éste plano querrían servirse de los realistas para acceder al resto... Por no darle la razón, no se la negó, que ya era bastante victoria a conceder - Por una vez que no está mal lo de hacerte caso... Con lo que mola Terry Pratchett... - sonrió lobuna de nuevo, atendiendo a la pregunta de Hugo negando con la cabeza - Id a hacer vuestra maleta, culetes, ya me ocupo yo de Isenhall, no sea que la caguéis.
Damos la escena por concluída, que si no, no nos vamos de misión jamás XDDDDD
Perfecto. Porque ni tengo ganas de calentarme la cabeza con el asunto de las entidades subrealistas accediendo a un plano realista, ni de hablar con Isenhal. Y no estoy dispuesto a ablandarme la cabeza a golpes contra una pared, faltaría mas.
Donovan sonríe de medio lado negando con la cabeza en dirección a Hugo y se acerca a Dale, estampando un nuevo y sonoro beso en su huesuda mejilla.
Ale, rubia, nos vemos a la hora de la comida. Qué te sea leve la visita a Isenhal
Canturrea pasando a su lado y sonriendo con expresión zorruna, los ojos entrecerrados y una sonrisa de dientes perfectos como perlas. Y justo cuando le da la espalda, le palmea el culo con garbo y elegancia, como solo Donovan Dryden sabría hacer.
Y no tardes mucho en hacer la maleta tu tampoco, culete.
Le guiña un ojo entre cómplice y burlón y sale por la puerta a la carrera para evitar las posibles represalias de la australiana.
Por mi bien xD
Asiento a las palabras de Andrea. “Nuestro siguiente paso” ¿Lo que dijo Taylor? Suspiro frotándome los ojos. Tengo un desgaste mental considerable. Y con Andrea al lado no se me va a quitar… estoy segura.
Sus últimas palabras me lo confirman. Levanto la mirada de refilón, sin fiarme un pelo de que no sepa llegar, pero sin hacer comentarios a eso, sólo un encogimiento de hombros. Hablando en un susurro Vale… vamos. Espero que se canse pronto.
Tras la despedida de los africanos ambos jóvenes se internan en los pasillos, fríos y silenciosos, recorriéndolos a paso normal. No hay motivos para ir deprisa, esta vez no. Aunque, puede que a los dos les gustase salir corriendo. Cada uno con sus razones.
La expresión se contrae al entrar al almacenaje, mordiendo el labio inferior para controlarme. El último sitio en el que vi a Falken con vida. El lugar en el que mataron a mi Alice. Tras apretar el nacimiento de la nariz con dos dedos durante un instante me giro, poniéndome de cara al montón de cajas, alejando mi rostro del italiano y cerrando con fuerza los puños. Hablando con, increíble pero cierto, rabia contenida, sentimiento que a veces se impone sobre la tristeza. ¿Dónde estaban esos trajes?
Los malditos trajes del maldito hotel que cura el maldito virus.
escribo debido a amenazas constantes para que lo haga....
Apoyado aún en el marco de la puerta, aquel lugar me parece aún más frío que el resto, froto mi brazo izquierdo con mi mano derecha, buscando un calor que se que no encontraré, mientras mis ojos se pierden en la espalda de la muchacha que tengo delante, es su corta melena castaña, en su fragilidad, en lo que verdaderamente importa… el blanco de su alrededor, salpicado con gotas rojas en mi cabeza, un indeleble recuerdo de lo que allí aconteció bajo mi impotente presencia…
se va tornando en un azul cansado, el sepulcral silencio contrasta con el murmullo de las personas que ahora me rodean. Nubes de humo, olor a tabaco y a sudor, no era un buen lugar el club de la cincuenta y seis con la treinta dos, a no ser que fueras un buen jugador de cartas.
Un dos y un tres en mi mano, para pasar directamente, no sé porque aguanté aquella mala jugada, creo que me di cuenta, de que era uno de esos momentos que deciden la vida de uno, una decisión en apariencia nimia, pero decidí jugar aquella mano hasta el final.
Salió el as, luego el cinco, y por último el cuatro, yo ya sabía que aquello pasaría, no fue mucho dinero, cinco de los grandes, contra Butch el Vaquero, un buen jugador de la zona sur, llevábamos ya varias horas de partida y éramos los últimos. Cuando mi carta deseada hizo acto de presencia, levanté mis ojos y sonreí, buscando aquel turbador azul que me hacía estremecer con cada instante que me correspondía.
Ella no sonrió, es más, no disimuló una mueca de disgusto, una que entonces no entendí, me levanté, recogí el dinero y tendí la mano a aquel hombre, vencido por un novato, él aceptó, sabía que algún día recuperaría su dinero, había entrado en su mundo, volveríamos a encontrarnos. Me acerqué a Sara e intenté besarla, pero ella se apartó, ignorando su gesto, como tantas veces, huyendo de una realidad que nunca quise ver. Por aquel entonces aún era yo mismo.
Has cometido muchos errores, Butch es un tirado, cualquiera de los grandes te habría dejado seco, primero se habría reído de ti, luego te habría sacado cuando quisiera enunciaba los hechos, amargando mi breve momento de gloria, ni siquiera pude disfrutarlo más allá de un par de minutos. ¿Cuántas veces te he dicho que nunca deben mostrarse los sentimientos? más tarde supe que ella no hablaba sólo de cartas…
… no podía consolarla, no podía devolverla a su antigua vida, lejos de los compañeros muertos, únicamente podía intentar ayudarla de una forma que prometí que nunca más haría, ¿pero qué importa cuando la muerte te acecha de una manera tan eficiente?
Están aquí, justo a tu espalda avanzó hacia ellos, no hace demasiado había encontrado alguno para mí, rebusqué entre las cajas y pillé un par de ellos, de las tallas más o menos correctas, enseñándoselos a la chica para que confirmara, aunque elegir la talla correcta para una mujer siempre había sido una más de mis ahora inútiles habilidades.
Salgamos de aquí le dije casi sin mirarla, cargando con la ropa, de este lugar, de esta situación, eso es lo que realmente desearía, pero de momento no puede ser. Esperé hasta haber abandonado aquella funesta habitación para volver a salir al pasillo. Una vez allí, giré mi rostro por primera vez hacia ella, clavados mis ojos en los suyos, profundos, sinceros…
Me gustaría decirle tantas cosas, pero de ninguna manera lo haría, todavía no, no me escucharía, promesas hechas, la pasión que atrajo a aquella mujer, la ilusión que fue muriendo con cada gesto contenido, todo eso, quizás…
Madison… todo el mundo puede perder muchas cosas, pero nadie puede olvidar de donde viene, es la única pregunta que puedo hacerle, ¿De donde eres? es lo único que puedo hacer, ser yo mismo.
Asiento levemente cuando elige los dos trajes, esforzándome por atender y no pasar de lo que hay alrededor, por no rendirme, porque entonces, estaré más cerca de la muerte. Y la vida es lo único que me queda.
Lo sigo hacia la salida, incapaz todavía de decir ninguna palabra con voz firme, sin ganas de hacerlo, no en esta habitación. Seguir así, escondida de todos es lo mejor cuando no sabes nada del que tienes en frente, aunque sé que en realidad lo he hecho siempre, sin importar la persona que estuviese presente.
Levanto la mirada en el quicio de la puerta, arrepintiéndome inmediatamente, no espera encontrar una mirada tan intensa, no estaba nada preparada para algo así. Trago saliva, todavía cohibida por la expresión de su rostro, agradecida en silencio de que no sea el portador del poder de Lex, porque entonces, posiblemente, me habría desmayado.
Parece que el camino de regreso al baño no va a ser en silencio, lo vuelvo a mirar, con un brillo de sorpresa en mis ojos, es la primera vez que nadie me pregunta algo así aquí dentro. Una información que no es relevante, que no sirve para solucionar nada pero… me remueve por dentro, unos recuerdos que, quizás, con suerte, me ayuden a seguir entera.
Yo… de Canadá, de un pueblecito cercano a la bahía de Hudson: Bird. Apartando los ojos tras responderle. Ya está, respuesta realizada, ya puedo volver a mi mutismo característico.
Pero, compruebo, extrañada, que no quiero hacerlo. Portarme así con alguien que se está esforzando por ser amable no está bien, nada bien. No debo perder la poca capacidad que tenía para relacionarme con las personas. Otra decisión que tomé, otra apuesta arriesgada. Suspiro antes de comenzar a hablar, tendré que averiguar si es la adecuada.
Pero… estaba en Montreal cuando desaparecí. Iba a su Universidad, estudiaba Física, Trago saliva, decidiendo, finalmente, acabar la frase que nunca he sido capaz de decir en voz alta, ni a mis pocos seres queridos, … pensaba que así podía entender y darle sentido a lo que hago con las manos. Me encojo de hombros, mirándolo durante un segundo, plenamente consciente de lo estúpido que puede parecer algo así sabiendo lo que sé ahora. Pero es la verdad. La pura verdad.
Lo miro a los ojos de nuevo, parece que no aprendes Madi, pero bueno, debo reconocer que tengo interés, además, estás conversaciones son mejores, no hay muertes ni nada por el estilo. No soy tan ilusa, sé que esas otras volverán. ¿Y tú?... ¿De dónde eres tú, Andrea? Es curiosa esa necesidad de decir el nombre de las personas cuando son únicamente dos los que participan de una charla.
Un comienzo decente, esperanzador incluso, me atrevería a decir, rotos los silencios, intentando normalizar el caos que nos ha absorbido sin preguntar, toda partida comienza con una pequeña apuesta, nadie busca las estridencias al inicio.
Sostengo su mirada con la calma que da la rutina, Zurrieq, de la isla de Malta, ya me gustaría ver a mi las dimensiones de Bird en comparación, sonrío, dejando escapar un destello verde, casi alegre, nostálgico, pero es un lugar muy hermoso, el más bonito que puedas imaginar, un valle escarpado, abro los brazos, con cuidado de no tirar la ropa, colocándolos en forma de uve, y al final, el mediterráneo, aguas azules, cálidas, acogedoras, casi puedo sentirlas, aquel niño que buceaba en busca de los tesoros perdidos de los caballeros, otra vida, otra época, ¿otra persona?
Las cuevas, accesibles cuando baja la marea, la fortaleza, callo mirando al techo y luego a la joven, con la sonrisa más amplia, bueno, hace mucho tiempo que no voy vuelvo a relajar mis brazos, pero te aseguro que es fascinante, allí, el tiempo parece haberse detenido, te gustará una promesa implícita, nada de nieve, nada de muerte, ojalá.
Pero no he olvidado el motivo de su decisión a la hora de elegir su carrera, así que me detengo, volviendo a recuperar esa seriedad que me acompaña de manera casi perenne, colocándome justo delante de ella, Escúchame, lo que tú tienes en las manos, no es ni más ni menos que un don, una habilidad, da igual como quieras llamarlo, todo el mundo tiene uno puede parecer que digo tonterías, pero realmente lo creo así desde darle patadas a un balón, a escribir, o incluso a jugar a las cartas, no importa demasiado cual sea el tuyo llevo la mano a mi corazón, lo que vale realmente, es el uso que le des
Bajo la mirada, mordiendo mi labio, para luego esbozar una sonrisa, triste, pero también tierna, y finalmente volver a hablar, ¿me comprendes?, no debes temerlo, sé que harás lo correcto con él, ni un dólar para jugar, pero en cambio la dejaría guardar todos mis ahorros.
Suelto la ropa en el lugar donde prometimos a Nadra, y me doy media vuelta, no voy a dejarla sola todavía, Yo siempre suspendía física en el colegio, la de castigos que me costó, debes ser una chica lista cambio de tema, es mejor no alterar la calma, mientras emprendo el camino hacia el salón de descanso.
Parpadeo mientras asimilo el efecto de mis palabras sobre él, mis ojos se abren a la par que sus brazos, bebiéndome cada frase. Si no fuese blasfemar, juraría por dios que he visto el paisaje a través de sus palabras y gestos. Sonrío algo desorientada (pero menos mal que no bobalicona) cuando acaba de hablar, cuando regreso al hotel. Ha estado guay.
Qué… que bonito sitio, Andrea. Manteniendo la sonrisa, más relajada, mientras empezamos a andar otra vez. Mirando hacia abajo durante el trayecto, todavía imaginando el lugar. Si que es considerado, hasta me ha dicho que lo veré algún día. Seguro que considera que cualquier excusa es buena si le sirve para volver. Je.
La conversación de después no me gusta, pese a que no es de las peores que hay por aquí, me ha paralizado y parado en seco cuando ha dicho lo que cree de mí. Lo miro entristecida, me sobre valora, se lo agradezco, pero…
Estás equivocado Andrea, tomo aire y le niego con la cabeza, mirándolo a los ojos. Muy equivocado, es imposible hacer un buen uso de esto. Levanto las manos a la altura de mi cintura, abriéndolas y cerrándolas a la vez. Lo único bueno que tiene este hotel, es que aquí no puedo usarlo.
Me encojo de hombros, hablando totalmente en serio y… tampoco debería tenerlo yo…. Mira hoy, he estado a punto de usarlo contra Adrián… niego, hablando con un deje de despecho contra mí, rabia contenida hacia la más estúpida del hotel... un estudiante de periodismo, un chico normal que lo único que quería era ayudarme a escapar porque pensaba que estaba en peligro. Así que no…. Trago saliva, bajando la mirada. He estado demasiado cerca. Sabiendo tan pocas cosas de nada.... estando como estamos aquí, es un riesgo demasiado grave tenerlo. Suspiro, mirándolo, es normal que piense así. Lo tuyo no es malo, no puede matar a nadie sólo con activarlo, es normal que lo veas de esa manera, pero yo sí…. Si ni siquiera se usarlo, Andrea,…. y ya has visto como se pagan aquí los errores… Aparto la mirada. Lo he dicho. Ahora si que he dicho todo lo que me ha preocupado siempre de estas descargas, de mi misma.
Ha abierto mi caja de Pandora particular, la que guardaba los secretos, y lo raro es que me alivia. Sigo sorprendida de mi misma, ¿Por qué puedo hablar de esto con un hombre que conocí hace dos días y, nunca, nunca, nunca, me he planteado hablarlo con nadie de mi familia?
Parece que la apuesta de venir a este hotel, la primera decisión y la más fuerte, empieza a dar sus frutos. Puede que haya esperanza, puede que esté empezando a ser más yo misma, en el conjunto que soy. Me guste o no el resultado.
Sus bonitos ojos castaños sobre mi, hablan mucho más que sus palabras, no sé si ella se da cuenta de ello, creo que no. Se expresión, parece pedir perdón por existir, por ser capaz de matar a alguien con el simple contacto de sus dedos. La miro asintiendo con gravedad, me doy media vuelta, dándole la espalda, intentando reproducir sus palabras sin mirarla, tal vez así logré entender lo que dice.
Avanzó en silencio hasta llegar a nuestro destino, aquella sala vacía, y le señalo uno de esos asientos junto a la mesa, suspirando, pasando la mano por el cabello que se derramaba sobre la frente, sin sentarme aún, ni siquiera cuando ella lo hace. Estoy seguro de que ni siquiera se ha planteado no hacerlo.
¿Sabes? la miro, interrogante, alguien me dijo una vez que nada es imposible, supongo que a todo el mundo se lo habrán dicho señalo el hotel, una clara muestra de mis palabras, moviendo la mano para abarcarlo, esto era imposible hace algún tiempo ahora me acercó, acuclillándome frente a ella guardando aún cierta distancia, las rodillas se quejan un poco cuando adoptó esta posición, cuando hablo como lo que un día fui es mi cabeza quien se resiente.
¿A quién pretendo engañar?, ya no soy aquel joven, aquel niño que quería cuidar de todo, que las cosas fueran como tenían que ser, se lo entregué todo, mi mirada se pierde por unos instantes, el verde palidece, el brillo escapa, sin saberlo, sin darme cuenta, lo perdí todo en la primera jugada, ni siquiera me dolió.
Habría muerto si ella misma no me salvara abriendo de nuevo la herida, dejé de sentir.
Es irrelevante que debieras tenerlo o no, lo tienes, vuelvo con ella, a ella, y sólo hay un camino para evitar que sea peligroso, apoyo la mano en la mesa, dejo que mis ojos hablen ahora, ella sabe cual ese camino, lo sabe de sobra, ya te he dicho antes que eres lista, sabes cual es la solución para saber como funcionan las cosas me incorporo, dando un tiempo para pensar.
Camino hasta rodearla, para sentarme detrás de ella. Debo pedirle algo que no merezco, es más fácil así, esperando a que se de la vuelta, te ayudaré, sea como sea lo haré, ya vendí lo mejor de mí, tienes que confiar en mi, en alguien que se gana la vida mintiendo cierro los ojos mientras hablo, intentado recordar como era antes, antes de ella.
El precio no fue suficiente, nunca debí ponerlo.