- Van María y Balaguer para allá. Aguantad todo lo que podáis, no cortéis para que pueda oíros en todo momento... No provoquéis al enemigo, intentad negociar, mostraos complacientes. Balaguer, sé discreto y rápido cuando te cargues al cabrón que está atacándonos -confiaba en las facultades asesinas de Alex, lo cual era grave- . María: No te hagas la heroína... Y el resto NO VA-CI-LÉIS al enemigo.
Una serie de interferencias interrumpieron la comunicación, y poco a poco la nube de ruido que se había montado sobre la voz de Jolene dio paso a otra, mucho más masculina, como era de esperar tratándose de quien se trataba...
- Aquí el Kapten Lars Madsen -saludaba, tranquilo y frío-. Por ésto no os dejan llevar teléfonos móviles, son muy fáciles de pinchar. Cuando yo estuve con Isenhall lo aprendimos a las malas -un suspiro largo-. Voy a echarte una mano, por lo de Fairline en Australia. No creo que seas peligroso... Pero te tengo vigilado. A tí y a tus amigos. Anota -no daba lugar a interrupciones, su voz era autoritaria, propia de un muchacho que a la corta edad de Lars, había llegado al rango de capitán- Hector Hershlag. Ese es el nombre real de Gabriel Zaan. Es originario de Shighisoara, fue criado de Madame Zaan (una noble fotofóbica, excéntrica e insomne, soltera y sin hijos), quien fue también su benefactora y pagó sus estudios de filología latina en Roma. En la ausencia de su criado y albacea, la tal Zaan fue acusada de vampirismo por una mujer que le tenía rabia, y el Vaticano envió a un maníaco a comprobar si tal cosa era cierta. El tipo sacó a la mujer a rastras, la ató a una columna durante una mañana y la mujer murió debido a un shock por su alergia a los rayos ultravioleta. Al enterarse y heredar la fortuna, Hershlag empezó a promulgar que aquel cura no era más que un psicópata que había aprovechado una dolencia médica para justificar sus actos e insultar la memoria de una buena mujer. Para entonces Héctor había desarrollado su belleza inhumana, y estaba juntando a un buen número de gente dispuesta a una pequeña rebelión y a revelar un escándalo contra la iglesia (estamos hablando de los años cincuenta, no era una época en la que criticar a la iglesia fuese lo común). Para demostrar que el revolucionario joven era también un ser maligno, los enviados del Vaticano lo ataron también a la luz del día, pero solo consiguieron que pasara hambre y sed durante dos días, pues no murió, nadie le golpeó, y el pueblo rumano cada vez hacía más eco de la injusticia sufrida, así que se tomó la medida de secuestrarle y entregárselo a un científico del Vaticano, aquí documentado como "Jack Atreides", un tipo que, por cierto, aparece por primera vez en el mundo en 1947, sin identificación ni partida de nacimiento previa a éste año, y aparece en Roswell, además, haciéndose cargo de recopilar información en el lugar del incidente OVNI por orden del mayor Jesse Marcel. Después de pasar por las manos de éste Atreides, Hershlag es un monstruo, un vampiro completo, incluso con la intolerancia a los símbolos religiosos. Conocí al tal Hershlag, y tenía una verdadera obsesión por encontrar a los Dirzas. Escapó de las instalaciones de Gelus Vírica al mismo tiempo que la plantilla experimental "Mago de Oz", que formábamos Falken (el Espantapájaros), Gunnarson (el León Miedoso), Danny Meridian (Dorothy) y yo (el Hombre de Hojalata). Vi en una ocasión al tal Atreides, iba embutido en un traje de buzo antiguo y enorme de marca Dirzas, no permitía verle el rostro, pero se paseaba entre los médicos de bata blanca vestido así. Por otro lado Hershlag es la cabeza visible de una nueva unión pro-mutante anti-humana (increíble) -aquella palabra, tan efímera, era la primera opinión subjetiva que Lars había dado delante de Donovan- pero aunque lo hacen parecer, no es el verdadero capo, pues ésta es Sloane O'Hara. Se cuentan como miembros de ésta iniciativa a mutantes muy destacados y peligrosos como Michael Serlen (Psychotech), Adrián Cadaval (Ghost), Bertrand DeLuc (Skin Runner), Carla G. Seras (Red Hood), Oskar Almanric (Obituary), Azahara Bari (Radar) y Herkus Reisel (Catástrofe). La peculiaridad de éstos miembros de ésta secta incipiente es que no padecen ya o no han padecido el Ígnea. En éste momento Psychotech, Ghost, Skin Runner y Red Hood se encuentran en Barcelona, Obituary en algún punto de Croacia, Sloane, Radar y Herkus en Berlín. Tenéis a tiro y solo a Zaan, que es el reponsable de la muerte de Elekainos de Dirzas, de Jake Neville y de muchos más. Matadle.
A continuación, de nuevo una nube de ruido se montaba sobre el sonido, y de nuevo volvía a oírse la voz de Jolene...
- ¿¡Donovan!? ¿¡¡Me oyes!!? ¡¡DONNIE!! ¡¡POR EL AMOR DE DIOS, HÁBLAME!!
Mientras se sucedía el encuentro con Donovan, en la mente de Hugo sucedía algo mucho peor... Pudo oír la voz de María, como un eco lejano y débil...
- Hugo... -decía aquella voz- No uso el comunicador... Simplemente porque no puedo moverme... Nos han atacado... Fue una mujer, Caroline Sands... Nos ha dejado caer desde muy alto, sentí un golpe terrible en la nuca y después... Nada... -parecía sollozar, una terrible sensación de miedo, inquietud y dolor invadieron a Hugo- ¡No puedo moverme...! ¡No puedo...!
(...)
Tras unos segundos de horrible silencio, María volvía a enviar un mensaje a su última y mejor pareja:
- Hugo... Creo que me estoy muriendo... No siento nada... Solo veo a Balaguer... Creo que él también se muere... Yo... Hugo... Te quiero... Quiero vivir y estar contigo... Por favor, Hugo... No te rindas... Ayúdame... Te necesito... Por... fav...
El silencio colmó entonces el lugar, solo interrumpido por las respiraciones de Donovan y Dale, la hojarasca agitándose con el viento...
- ¿¡En Vancuver!? ¡Dios mío, Madison...! ¡Si que te estás poniendo las pilas, cariño! -la señora Greens parecía pletórica de alegría, no solo por la noticia, sino por saber de su hija, empezaba a pensar que podía haberle ocurrido algo- Pero... ¿No podías haber llamado o mandado un mensaje? Cinco minutos al menos, cariño... Estábamos preocupados... ¿Qué tal está el clima por ahí? ¿Te has llevado ropa buena? ¿Necesitas dinero...? El otro día vi a Ethan... Me preguntó por tí, no sabía qué decirle, cielo... ¿Hablo con él? ¿Le ignoro? No sé, es que después de tantos años...