María soltó una genuina carcajada, de las que son esa risa floja en los días en que te has hartado de llorar, pero sincera y divertida. Los ojos de aquella española eran el espejo de su alma.
- Vaya, ¡por fin alguien que tiene claro qué hace aquí! -continúa la broma, acariciándole con simpatía la cara al niño y mirando de nuevo a su madre- Encantada, Nadra. El mejor sitio al que ir al levantarse... ¡Es el baño! -rió de nuevo, haciendo un ademán para que la acompañaran y conducirles hasta el mismo, mientras seguía charlando- Superman... Bueno, hay unos... -frunce un momento el ceño y se pone a contar, usando de paso los dedos de su mano mirando al techo un instante- Unos trece. Lamentablemente, seis de ellos tienen una superwoman, otro es gay y los que quedan tienen un problema muy grave: ¡Todos son tíos!
Sonreí, ciertamente el baño era el mejor lugar para ir a esas horas. Además, Roan debía estar desesperado por ir aunque el pobre no me dijera nada, pues nunca quería mortificarme. Me contagié de la risa de María, la verdad es que para una vez que podía reír sin poses, no me iba a hacer rogar. La seguimos, yo no sé Roan pero yo iba mirando todo un poco, luego que se me pasó la risa, retomé el hilo.
-Bueno, cinco es un buen número. Lástima que he tenido tan mala suerte con los hombres normales que dudo que con los superhombres me vaya mejor... Quizás con el gay-volví a reír.-Una siempre puede intentar reformar a un buen hombre que va por el mal camino.
Roan iba delante de nosotras, así que las bromas del tipo estaban a resguardo.
-Cuidaré de no coquetear con ninguno, no sea cosa que una de las superwoman me pulverice con todo y deseos libidinosos-nuevamente una sonrisa y ahora sí, la ansiedad por entrar al baño.-Perdón que lo pregunte, María pero... ¿qué haces aquí? Digo, yo estoy por los superpoderes, al igual que mi hijo; asumo que tú también pero en estos días una ya no puede asumir nada y creo que no he conocido a todos los que están aquí.
María volvió a reír, mirando con cierta ternura a Nadra. Otra con mala suerte con los hombres... Podrían hacer un club entre Lex, Dale, ellas dos y la pobre Jolene. Cerró los ojos un momento al pensar en la última. Tenía que quitarse de la cabeza al novio de Jolene, el padre del que va a ser su bebé... Pobre chica...
Pero la voz de Nadra le sacaba de aquella espiral de pensamientos y le instaba a ser más positiva, al menos con ella y su precioso hijo.
- Yo también he tenido siempre mala suerte con los hombres... Y, mira por donde, aquí encontré a tres -rió. No estaba orgullosa de haber estado con aquellos tres en la cama, pero tampoco es que hubiese sido una tragedia, precisamente- ¡Y decidí quedarme al que más calamidad es de todos! Hugo Seras, el español, ¿a que soy original? Por cierto, puedes llamarme "Mara"... -un homenaje a quien le puso el mote... No podía quitárselo de la cabeza...
Ante la segunda parte del diálogo, cuando ya habían alcanzado el baño, Mara les abrió la puerta. Eran unos baños mixtos cuyas paredes, para variar, no eran de hielo...
Seguimos en la escena de los baños : D
Mortymer iba por los pasillos en dirección a la enfermería con paso sosegado y mirando al suelo...
Luego de adecentarte un poco mientras Antti se vestía, sales al pasillo, donde encuentras a Andrea marchándose precipitadamente del Hobby Room, a Madison corriendo detrás, a Taylor con Rewell y, casi pegadas al pasillo de habitaciones, Lex abrazando a una radiante Dale Lantana, que parecía llorar desconsolada...
La situación en el Hobby Room se precipita y acaban haciéndose grupos de dos: Andrea por un lado seguido de Madison, Rewell con Taylor y, al salir, encuentran a Lex abrazando a Dale cerca del pasillo de habitaciones. Saliendo de éste, Michael.
Nada más toparse con aquellos enormes ojos azules, que aunque parecen llenos de lágrimas dejan ver que su dueña ha ganado en vigor además de sujetar una bolsa de pastelitos que pone casi de un golpe en el pecho a Lex para que los coja, roja de lo que parece ser rabia, ruge:
- ¡¿QUÉ COÑO PASA?! ¿¡A VER!? ¿¡POR QUÉ COJONES TANTO GRITERÍO!? ¡ES QUE TIENE HUEVOS! ¿NO ESTÁIS CONTENTOS CON EL SERVICIO DE HABITACIONES? -entrecerró los ojos y giró levemente la cabeza sin dejar de mirarles, en general, con aquella mirada que atravesaba con su furor paredes de hielo y fuego- Lo digo más que nada porque... ¡¡ESTÁIS VIVOS, PANDA DE GILIPOLLAS!! ¡ESTÁIS VIVOS UN DÍA MÁS Y LO INVERTÍS EN DISPUTAS OLIGOFRÉNICAS MIENTRAS BALAGUER E ISABELLA CRÍAN MALVAS DESDE AYER! ¡PERO VENGA, VAMOS A EJERCER DE TRISÓMICOS INDIGNADOS! ¡ES LA MEJOR FORMA DE HONRAR SUS MUERTES, ECHÁNDONOS LA CULPA LOS UNOS A LOS OTROS DE "SI TU VIVISTE Y ELLA O ÉL NO"! ¡ES MUCHO MÁS CIVILIZADO, ME CAGO EN LA PUTA QUE SÍ! -les mira a todos, salvo a Lex, apretando los labios y negando- Sois tontos del culo y unos amargados, y si en una situación así no veis la suerte que tenéis de estar de pié, es que podríais haber dado marcha atrás mientras os parían -se vuelve, coge una caracola de canela de la bolsa y se la pone a Madison en las manos- Me había traído ésto de Jukkasjarvi para comérnoslas entre ésta zorra loca -señala a Lex con el pulgar- Isabella, tú y yo... Pero se me ha jodido el plan, por lo visto -en ese punto hay una nota de amargura en su voz... Ya se había reído con aquella canadiense sinvergüenza...- Podéis juzgar lo que queráis. Podéis hacerle un examen de conciencia a todos los que os rodean... Pero la realidad es que los únicos que saben lo jodidos que estáis son los que vais a juzgar y examinar. Yo mientras tanto me voy a disfrutar de lo que os queda de vida y a ver si puedo hacer algo por los críos a los que por lo visto habéis olvidado, pero están tan enfermos como vosotros. A la mierda. El que quiera, que se venga, y el que no, que coma mierda. Fácil -salvo Lex, que parecía estar obligada a ir con ella, pues la cogió del brazo y empezó a arrastrarla hacia la salida.
Tirada: 1d100
Motivo: VOL - No lloro más
Dificultad: 52-
Resultado: 9 (Exito)
La idea de la línea de base no era esta, al menos no la de Alexandra. Había contado con que Rewel, tal como había entrado, saldría del Hobbyroom, siendo entonces el momento adecuado para cuestionar tamaño cabreo. Pero se equivocó en dos cosas. La primera y la más importante: que la iba a pillar el ojo del huracán. La segunda, y la más obvia…: que Dale sería quien lo provocara.
Sujetó (Dios la perdonara si decía de no hacerlo) la susodicha bolsa de pasteles, sin esperársela de golpe. Cuando cayó en la cuenta de lo que se avecinaba a continuación, hizo un amago para coger a la australiana del hombro y alejarla cuanto antes de una crisis nerviosa… Pero ya era tarde. Todo estaba perdido: Había empezado a darle cuerda a la boca.
Se llevó una mano a la frente, cerrando los ojos. No llevaba la cara tan demacrada del llanto como Dale, pero sí tenía los ojos enrojecidos y la mirada baja… Por sus circunstancias, Lantana estaba sensible, pero no por ello se restaba razón a sus palabras. ¿Quién iba a detener a la voz de la razón?
- D-Dale, no te…- tragó saliva, contrariada. Una vez la australiana había empezado con su reprimenda, nada la detenía. Se cruzó de un brazo y pegó los labios a los nudillos de una mano, con la expresión entre la frustración y la reflexión. En cuanto a ella misma: No tenía ganas de discutir, mucho menos de echar más leña al fuego. Y no porque la situación le trajera sin cuidado, sino porque no iba a dejarse (más) las lágrimas y la salud en algo que no fuese lo suficientemente importante para hacerlo. Después de todo, ¿a quién le quedaban ganas de poner problemas…? Con toda aquella gente muerta… Tan jóvenes…
Alice… Balaguer… Isabella… Falken…
Art… Marcos…
Se mordió el labio inferior, tragando saliva… No miró siquiera a nadie, por lo que ni echó miradas de reproche. Czigany había tenido el “privilegio” de presenciar la muerte de unos cuantos, incluso de ser la causa. Ya podría ir todo el mundo haciendo topless o follar por las esquinas como perros al son de Benny Hill. La húngara había optado por el espíritu budista: El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Al mal tiempo, intento de buena cara…
Tal vez por eso no se tomaba a mal lo de “zorra loca”. ¿Qué más daba? Zorras, cabrones, princesitas, cuerpos lánguidos… Pues genial. Las cosas no cambiaban por hablar con mayor o menor propiedad, y una vez tiró Lantana de ella, (como si tuviera otra opción) la siguió sin añadir nada… Porque no había nada que añadir, y ella, por las razones que fuera, tenía que velar por los nervios de la sargento filas.
Cita:
Los niños… Alex tenía sus motivos sólidos para no acercarse a ellos…
- La última vez que dejo que te pongas como una gárgola estando como estas, Dundee… - dijo, con un tinte preocupado, a modo de reprimenda… Empezaba a cogerle el truco a esa pequeña pesadilla con voz de angelito.
Taylor salía del Hobby Room palmoteando los muslos como si de su querida y añorada Tama Black Beauty se tratase. Lo hacía cantando el estribillo del "Territorial Pissings", desafinando gravemente: el amigo Kurt no era Pavarotti,...pero cuando se liaba a pegar gritos clavaba las notas.
-Gotta find a way ,find a way, when I'm theeeeeeere!!!
Nadie le iba a cortar el punto ahora. No lo haría Madison por haber rechazado su invitación, porque el californiano comprende que la chiquilla no es de piedra: a poco que se aplicase, conseguiría un polvo con el metrosexual...Tan delgadita ella, tan poquita cosa. Taylor descubre cómo se le despierta un cierto aprecio hacia la muchacha, siempre desde la distancia,...y teme por su cuerpecillo esquelético atravesado por Vlad, el empalador, a poco que el tahúr andase medianamente bien calzado.
-Gotta find a way , a better way, a better w...
Taylor deja de palmotearse los muslos. Cobain no se suicidó: aquella puta acaba de volarle la cabeza. Kurty calla, el "Territorial" deja de sonar y la radio sintoniza lo que parece ser el monólogo del iluminado. Hawkins tuerce el gesto cuando escucha a Lantana y, como las hemorroides, la sufre - de momento - en silencio.
Lo peor de Dale no era que se atrevía a dar leccciones de moralidad. Ella, una niñata que rebasaba con mucho los límites de la gilipollez aceptable...a la que le sentaba mejor una camisa de fuerza que aquellas putas ropas de indie cultureta underground que solía gastar. Ella, que alienta con el verbo de un negrata de Inglewood y el tono de Max Cavalera a la responsabilidad, que suelta lo de la muerte de Isabella y Balaguer con afectación de telenovela, y que le recordaba a gritos que Victoria es más importante que un par de cevezas.
Lo peor de Dale es que, bajo toda esa basura formal, llevaba toda la puta razón.
-Come mierda tú, encanto.- dice mientras pasa por su lado.-Yo me voy a berber cerveza.
No hacía ni un minuto que Taylor cantaba por Nirvana, Balas vivía, Rew había vuelto y su hija no lo reclamaba.
Ahora, más que nunca, necesita una copa. O diez.
Escucho las palabras de Madison a mi espalda, pero no detengo mi firme caminar, observando de reojo la que Lantana estaba montando en el pasillo, aún se me hace raro estar bajo el mismo techo que ella, aunque sea por poco tiempo, entre eso, la jodida canción que el rockero entonaba, y los dos metros de gilipollas, no me apetecía en absoluto detenerme en aquel lugar.
Así que desaparezco doblando la esquina hacia las habitaciones, lamentando mi decisión de haber hecho caso a Milo, puede que sea capaz de adaptarme a una gran cantidad de situaciones, pero mientras más gente me rodea, más solo me encuentro.
Al cruzar corriendo para pillar a Andrea me paro en seco al escuchar a Dale. Primero preocupada por si es el mismo “subidón” que le dio en el comedor. Y luego bloqueada por lo que dice. Se acaba de enterar de lo de Isabella Bajo la mirada, mordiendo el labio inferior, definitivamente el buen humor se ha evaporado. Suspiro mientras cojo como acto reflejo lo que quiera que sea que me ha puesto en la mano.
Los niños… Mi Jake. Sus palabras me bloquean, he aprendido a ver por debajo de cómo se dicen las cosas en este sitio, ahora capto sólo el significado. Las apariencias no valen de nada aquí. Zarandeo los brazos, el corazón va a mil… estoy nerviosa… creo que demasiado… Miro el pasillo por el que ha desaparecido Andrea, que desconcertante, lo había olvidado por completo. ¿He perdido la capacidad de concentrarme o que pasa aquí hoy?
Asiento cuando Lex controla a Dale, voy a hacer un esfuerzo, intentar centrarme. Cojo impulso y salgo corriendo, gritando a las chicas, a mis amigas ¡Os busco enseguida! disparada detrás del maltes, siguiendo sus pasos ¡Andrea!... ¡Qué te esperes!
Que suerte que Sven no está viendo las carreras que me estoy dando.
Las voces de Dale no me hacen sino alzar las cejas, sin tratar de entrar en las cosas, mas que nada por no tener ni la mas remota idea de que le pasa a la australiana, a la que en realidad habria mandado al carajo, si no fuera por que que te saquen de debajo de un edificio siempre da algo de credito a la persona que lo hace
Vaya, Isabella... esa la vi por aca pero... vaya, que desperdicio
De repente esta claro que lo que no me apetece es beber nada, al menos no donde va Taylor, asi que con gesto serio aunque inquisitivo miro a Lex con un simple ¿Lex?
por si necesita algo
La sorpresa que me produjo ver a Dale en el hotel de pronto, sana y salva aparentemente y con un aspecto mucho mejor que el que tenía cuando se fueron resultó de lo más agradable. Aunque, a decir verdad, quedó empañada de forma considerable gracias a su inesperada arenga. Mi primera reacción fue, como era habitual, abrir los ojos algo más de la cuenta y tornar el gesto, sereno por el momento, a uno de evidente sorpresa. Gesto que se prolongó hasta que los gritos cesaron. Y eso era algo peligroso en una cantante tan capaz como Dale, quien seguramente podía mantener el chorro de voz durante mucho más de lo que hacía gala.
Pero, a diferencia de lo que habría pasado en cualquier otra ocasión, no dejé que aquello me afectara hasta el punto de tener que empezar a lamentarme para, posteriormente, salir detrás de ella para pedir perdón. Por varias razones.
La primera de ellas era que, evidentemente, respetaba su dolor. Se acababa de enterar de la muerte de Isabella y, tal y como dijo María, ellas dos habían entablado una rápida amistad que, de pronto, se tenía que ver cortada de forma más que abrupta por razones obvias. Seguramente ese mismo dolor había sido el motivo de la fuerte riña de la que acababa de ser testigo.
La segunda, y más importante, era que yo ya me había hecho mi propia idea de lo que el Ice Hotel -y las situaciones que en él ocurrían- era. Dentro de mi cultura televisiva podía relacionar fácilmente aquello con una especie de Mutant Big Brother: una serie de personas con poderes y problemas más o menos cotidianos que son juntados, sin comerlo ni beberlo, en un mismo lugar. Personalidades fuertes y diferentes que provocan, lógicamente, roces. Salvo que aquí había que introducir el factor "muerte", personificado por Isenhall y sus misiones. Puede que los anteriores grupos que por aquí pasaron se llevaran bien entre ellos, pero cada persona es un mundo. Y no todas las veces la colisión entre mundos podía resultar algo agradable.
No descartaba que, con el tiempo, lográramos cierta armonía... Pero apenas llevábamos un mes juntos. Entendía, así, la visión de Dale y su comprensible enfado. Pero no iba a sentirme mal por echar una mano a mis colegas. Y Antti era uno de ellos. Andrea no. Así eran las cosas. Me dispuse, sin más, a seguir a Taylor para llevar a cabo la nueva misión de pillar una buena, pero algo me disuadió. Algo directamente relacionado con la presencia de Dale en el hotel... Que también habría llegado Donnie.
-Joder... Casi me olvido... Tay, Antti nos está esperando fuera. Voy a retrasarme un poco: quiero ir a ver cómo está mi hermano. Id yendo a Kiruna y yo os alcanzo después... O esperadme fuera, como queráis. Sólo quiero asegurarme de que está bien, ¿vale?
-¡Oh,...vaaamos, Jhonny Boy!.- refunfuña, con la cara de un chiquillo obligado por su madre a comerse las putas acelgas. Taylor resopla y, cuando ya estaba cerca de poner hielo de por medio, se vuelve hacia su amigo.- ¿Sabes lo que va a pasar?. Yo te lo diré.
Hawkins, gesto cansino, se rasca los dientes y observa el sarro que queda entre uña y carne. Chupa y traga.
-¡Déjame en paz, Big Brother!.- dice al sobreactuar en su imitación de Donovan Dryden. Poco trabajada pero resultona.- Eres un coñazo...¡y yo soy demasiado guapo como para necesitar de tu protección!.
- NI LO SUEÑES, DONOVAN.- ahora imita a Rew, poniéndose de puntillas e hinchando el pecho. La parodia incluye ese movimiento de cabeza tan típico que John hace para apartarse el pelo de la cara,...o ese ceño fruncido que trasforman los ojos en líneas finas.- MI COMPLEJO DE INFERIORIDAD ME OBLIGA A COMPETIR CONTIGO, PERO EL AMOR FRATERNAL HACE QUE ME JUEGUE LOS HUEVOS POR EL BIENESTAR DE MI FAMILIA.
-Muy bien. ¿Y ahora qué?. ¿Nos inflamos a hostias?.- insiste, ahora de nuevo en su mala imitación del chico bonito,...para inmediatamente colocarse en la posición de su hermano para darle réplica.
-HE QUEDADO...PERO UN PAR DE CERVEZAS NO PUEDEN COMPETIR CON UN BUEN CHUTE DE ESTRESS Y ADRENALINA. ¿TE ZARANDEO YA... O ESPERAMOS A QUE VENGA ALGUIEN PARA QUE NOS SEPARE?.
Parecía que todos los astros se habían alineado para no dejarle un momento de respiro, unas horas de tranquilidad, de copas, de chistes machistas, de hablar de los Lakers, de mujeres y de música. Taylor cree que se lo tiene bien ganado y más que merecido. Luego vendrían los asuntos serios: ceder al chantaje para obtener una cura, velar por la seguridad de su hija...
Hawkins recupera la pose cansada y aburrida. Niega con la cabeza y da media vuelta. Pero ahora, Taylor no quiere dramas: ésos, aquí, venían solos.
-Te voy pidiendo una.- dice con desgana mientras se larga de allí, convecido de que hoy no habrá cerveza para el Big Cool Dryden.
Tirada: 1d100
Motivo: Imitación Pretty Boy
Resultado: 41
Tirada: 1d100
Motivo: Imitación Johnny Boy
Resultado: 6
Cita:
De camino a la salida, Lex se volvió a Michael y extendió el dedo pulgar en un inciso, sin detenerse en ningún momento (pues Dale la llevaba cogida), dando a entender con aquel gesto que todo iba bien y que la húngara podía encargarse perfectamente de la situación. Aún así, no le incomodaba saber que Madison se reuniría con ellas más tarde. Parecía que los hombres se habían organizado para darse un respiro... Y no estaría mal que el bando de la féminas optara por lo mismo. Una cogorza al estilo gitano no es que la echara muy para atrás en la situación actual precisamente.
- ¡Llevad cuidado! - no dejaba de preocuparle la idea de dispersarse fuera del hotel - Nos veremos más tarde.
Los comentarios de Taylor ya quedaban lejos, y Czinagy siguió el ritmo de la australiana, cubriéndose de nuevo con la capucha de la sudadera...
De verdad, hay gente que no sabe lo que se ha metido, y como le ha afectado
Meneo la cabeza al ver como se largan, casi que mejor, tampoco me apetece demasiado el andar con esta pandilla de inestables
De todas formas voy ahacia la salida a ver si puedo todavia bajarme con alguno a kiruna
Pues ya me pongo solito y ya me diras