Partida Rol por web

Mortymer salió corriendo siguiendo al resto con la sensación de que en la garganta tenía dos órganos que no deberían estar ahí. Jadeaba por la carrera y por el miedo que sentía pero no miraba atrás, solo daba cortos saltitos de un lado a otro nervioso como metiendo prisa... solo le faltaba gritar "venga venga venga venga" pero estaba tan acojonado que no articulaba palabra...

Donovan seguía bajo los efectos sedantes del poder de María y demasiado confundido como para poder tomar ningún tipo de decisión mas allá de la que le salvara de la vida frente a un peligro inmediato. Apenas si opuso algún tipo de resistencia cuando el grupo salió a la carrera del edifico de la enfermería, dispuesto a escapar en un trineo de perros que esperaba ahí fuera. La mujer que había acabado con la vida de Amber había sido la entrenadora de aquellos canes y ahora, irónicamente, iban a ser su billete hacia una huida precipitada.

El joven actor espera, casi de forma paciente y con el cuerpecito entre brazos, a que alguien le diga qué hacer, llegando casi a pasar por alto el comentario de Sven. Dirige una mirada cargada de malos presagios al médico. En el fondo de sus ojos se pueden leer el dolor y la muerte con los que carga... Y, aunque podría fulminar en ese mismo instante a Sven con su propio poder, una voz en su mente le advierte que quizá no fuera buena idea. Si Isenhal u otro de sus secuaces salían en su busca, podría utilizar al médico como cebo y arrojarlo del trineo en el momento adecuado...

Con esa idea en la mente, toma asiento en el trineo.

En efecto, Sven se colocó como jinete de aquel trineo y para sorpresa incluso de si mismo, consiguió ponerlo en movimiento. El clon de Andrea tuvo que seguirles al vuelo, pues no había lugar para él ahí.

El doctor no llevó el trineo directamente a Kiruna. Se desvió al aparcamiento más cercano del lugar, donde esperaba un buen Mercedes familiar plateado, que se abrió al extraer un mando que desconectó también la alarma. Indicó a todos que subieran y nuevamente, al ver en el retrovisor a Donovan sujetando a Amber, tuvo que hacer acopio de voluntad para moverse. La cuestión ahora eran Jolene, Victoria y Roan. María, sentada entre Donovan y Andrea, no podía dejar de llorar y acariciarle el pelo al cadáver de la pequeña, ahora pálido.

- Tenemos que llegar a Lulea -dijo Lockhart mientras conducía- he mandado a Victoria y a Roan ahí. Andrea va también, y creo que el resto han cogido un tren para allá. Es la ciudad portuaria más cercana, también tiene aeropuerto y... Hay que salir de Laponia como sea. Isenhall está con Gelus Vírica, Notara también lo estaba... Pero eso último lo he descubierto ésta mañana. Renka me llamó desde una cabina justo antes de ocurrir todo... -tragó saliva y miró de reojo a Mortymer un instante mientras conducía- Llevó a Arthur y Renka a una base de Gelus Vírica... A ellos dos precisamente, que son quienes podrían haber plantado cara a Isenhall en su territorio. A.J... -tragó de nuevo- Le han matado... Pero le ha salvado la vida a Renka... Ella está en Texas y hay que encontrar algún modo, ALGO que nos permita traerla de vuelta. Desgraciadamente tengo que permanecer localizable para que me llame, ella no debe tener nada con lo que se le pueda localizar, está sola y tiene menos posibilidades... No sé a dónde ir después de Lulea. Si alguien tiene una remota idea... Que hable, por favor.

Mortymer se quedó practicamente congelado mirando al frente... Renka estaba bien pero eso no le suponía ningún alivio... su primo, aquel chico inteligente, brillante y malhumorado con el que se había criado estaba muerto... o eso decía Sven, pues una parte de su mente se negaba a aceptar aquella durísima realidad que le acaban de comunicar... - no puede ser... no... - masculló entre dientes sin dar credito... demasiadas malas noticias, demasiada muerte en ese día incluyendo aquella dulce niña que hace no demasiado acababa de ser asesinada brutalmente... guardo silencio y las lagrimas por respeto a aquel hombre que admiraba y que mecía el cadáver de la pequeña Amber.
Tragó saliva y negó - no... yo no se nada... hasta hace un poco estaba en coma o muerto... o yo que se... - y se lamentó por no poder facilitar más información

- Yo tengo un par de buenas ideas, Sven... - Murmura Donovan entre labios con un tono que rayaba la clara amenaza - Lo primero que vas a hacer es dejar de comportarte como si tuvieras la capacidad mandar sobre todos nosotros. Ni se te ocurra volver a dar una sola orden... Porque yo... - Desvía la mirada hacia el paisaje helado que pasa a su lado a gran velocidad y sonríe con una tristeza tan profunda que carece de fondo. En esos momento deseaba poder señalarle a la pequeña que llevaba en brazos aquel gran árbol de aspecto extraño, o ese ciervo que salía a la carrera, asustado por el ruido del motor del coche. Pero no era el caso. No podría hacer nada de eso, nunca más...

- Lo segundo que vas a hacer, doctor, es dejar de tomar decisiones sobre el futuro de los miembros de mi familia. Si se te ocurre volver a poner la vida de Jolie en manos de un perfecto desconocido del que ¡NO SABES ABSOLUTAMENTE NADA Y QUE PODRÍA ESTAR LLEVANDO A MI HERMANA CON LA GENTE DE GELUS VÍRICA OTRA VEZ! -Donovan comienza a hiperventilar mientras el resto de palabras se le atragantan en la garganta, nervioso hasta el punto de temblarle las manos, incapaz de controlar todas las emociones que luchaban de nuevo en su interior por hacerse con el control de su cuerpo y su mente. Así era aquel chico, pasional. Siempre lo había sido... Y siempre lo sería.

Incapaz de seguir hablando, se limita a apretar los puños con una rabia que le consumía por dentro, tratando de calmarse sin éxito alguno. Unos segundos y estaba mirando con súplica a María, pidiendo a sordos gritos que hiciera su magia para volver a encauzar sus desbocadas emociones. Aunque Donovan hubiera enloquecido hasta un nivel desconocido incluso para sí mismo, una parte de su mente seguía intacta y cuerda... Aunque no entendía que quizá lo que le suplicaba a María era demasiado pedir.

No era fácil, nada fácil admitir lo que eres, y cuál es tu misión, pero no tenía más remedio que asumir lo que era para el resto de los allí presentes, los cuales seguramente pensarían que su vida no valía nada, pero ya estaba acostumbrado.

Permanecí en silencio, con la mirada alternándose entre María, Donovan, y el cadáver de la niña, que nunca tenía que haber subido a aquel coche. No le sorprendió en exceso el conocer las verdaderas intenciones de Isenhall, aunque si le fastidió que Milo pudiera haberlos traicionado, nunca lo hubiera pensado, pero tampoco lo trató demasiado. La gente muerta se iba sucediendo con mucha rapidez, casi no daba tiempo a asimilarla, se pasaba de una noticia a otra como en un telediario, con la misma indiferencia. O aparente indiferencia.

Tomé la mano de María, deteniendo su inútil caricia, de nada servía ya, no había remedio a eso, tal vez un completo desconocido  no sea la mejor solución, o tal vez sí. La miré sin decir nada y la apreté con suavidad, ¿qué iba a decirle?

Las palabras de Sven eran las de hombre desesperado, pero expresa su frustración de una manera mucho más constructiva que las de Donovan, en el que clavé mis ojos cuando por fin tuve algo que decir.

Tu hermana está a salvo, por lo menos a salvo de ser traicionada por nadie, él la protegerá hasta el final, lo conozco bien hubiera sido el momento de una sonrisa cómplice, pero nada de eso buscaba con aquel hombre, sólo sabía que Sven había tomado la mejor decisión si quería mantener a Jolene fuera de peligro.

Iré a Texas a buscar a Renka, pero lo primero es escapar de los dominios de Isenhall no confiaba del todo en Sven, pero como tampoco confiaba en Isenhall, ganaba el doctor que de momento no había intentado matarme Vamos a tener que presuponer que todos los que estamos aquí no queremos matarnos unos a otros, si alguien no piensa eso, es mejor que se separe en cuanto lleguemos a la ciudad seguía mirando a Donovan, pero este estaba perdido en los ojos de la mujer que tenía a mi lado.

¿Quiénes son el resto? pregunté a Sven, era necesario que supiera cuantos y quiénes éramos para intentar idear un plan que empezaba a tomar forma en mi cabeza.

Sven tensó la mandíbula imperceptiblemente. La situación pasaba de castaño oscuro... Entendía muy bien el dolor de Donovan, pero si la niña había muerto, al fin y al cabo, es porque él no la protegió como debía...

- Escúchame, Donovan: He hecho más por tu familia de lo q...

Un estruendo interrumpió la conversación del doctor, que lejos de seguir conduciendo o apartar la vista de la carretera, frunció el ceño y dejó de hablar mientras duró aquella serie de tres explosiones descomunales, cuyo eco pareció retumbar en toda Laponia... Miró hacia delante y abrió los ojos al ver una inmensa nube de humo negro más allá del bosque al que se dirigían...

- Mierda... -todos los demás, salvo Vicky y Roan, estaban ahí... Además de decenas de inocentes...- Otra vez no... -frunció el ceño y aceleró a toda velocidad hacia la columna de humo.

No. El tren no... Lantana, por Dios, tenías que saberlo... No puedes estar en ese tren...

Los ojos se le habrían llenado de lágrimas de no haberlos tenido tan abiertos...

- ¡AGARRÁOS!