Partida Rol por web

Corriendo, empujando con una mano a Mortymer y cubriéndome con el otro brazo como puedo…. Al salir sólo hay una nube, muchísimo ruido y de repente…. Silencio, un asfixiante silencio. Respiro atropelladamente, con los ojos llorosos por el polvo, intentando escrutar entre los escombros como van saliendo todos…. No oigo nada, no veo a casi nadie…..

La neblina ocre se levanta, pero falta gente, ¿QUIÉN? OH ¡NO!... ¡¡¡ALICE Y MICHAEL!!!... Es demasiado horrible para ser cierto… demasiado,…. las lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas, no puede ser…. No, por favor, no… veo a Mortymer levantando hierros… un profundo dolor en el pecho, respirando con dificultad... Hay que sacarlos, tienen que estar bien… Donovan, viene, furioso, pero no consigo entender lo que dice, nada de nada…. Su mirada se dirige hacia Marcos, están apuntándolo con….. más pánico y horror en mi cara… no puedo más, NO PUEDE SER…. sigo mirando…. de pié, con los brazos caídos a ambos lados,…. completamente paralizada.

Kiwi apunta directamente a Marcos, con aquel pitido impidiéndole oir cualquier otra cosa... Pero al aparecer Donovan y Lex en aquella escena, es evidente lo que le transmiten...
El dedo tiembla sobre el gatillo, los ojos quedan vidriosos y finalmente el ceño se relaja y se torna una expresión de dolor... El brazo tiembla y baja la pistola mientras la otra mano va hacia la cara y sus pasos se vuelven carrera hacia el exterior de las ruinas...

Entonces empiezan a oirse sirenas. Policía, bomberos y ambulancias... La nube empieza a disiparse ya, mostrando una neblina que deja la visión a contraluz de los restos de las llamadas "Ruinas"... Y saliendo de uno de sus lados, una figura muy delgada parece llevar sobre sus débiles hombros el brazo de un exhausto, tambaleante e ido Michael Fauchon, cuyo otro brazo, que ni siquiera siente a causa del impacto de adrenalina, está abierto por dos brechas que le han desgarrado la carne de hombro a muñeca, dejando colgar sobre la mano jirones de carne e incluso tejido muscular...

Desde que lo hubiera sacado de su encierro entre los hierros, la extraña joven había sacado su móvil y había estado hablando, a pesar de que Michael no le oía... Y en ese mismo instante colgaba el teléfono y miraba a Donovan desde lejos con los ojos brillantes, pero no por el orgullo... Sino con disculpa en ellos...

Casi pasa un segundo cuando el sol cae, no hay rastro de la nube y las únicas luces son las de las sirenas. Para Donovan el paisaje es un concierto de gritos de instrucción para el salvamento, hay demasiada gente... Lo normal en un caso de derrumbamiento con heridos graves y muertos...

Los primeros en llegar arrebataron a Michael de al lado de Dale y ella corrió hacia Lex pasando junto a Donovan y encontrando de nuevo sus ojos con él. Una vez llegó hasta la húngara, se arrodilló frente a ella y la abrazó, enterrando el rostro de la hermosa joven en su pecho... Uno de los sanitarios se acercó con una manta, pero Dale se la pidió y ella misma se la echó por encima a Lex, diciendo que no estaba herida ni se había golpeado, que no hacía falta atención médica.

Los médicos se llevaron a Michael en una ambulancia para atenderle de Urgencia, una sanitaria cogió a Donovan del brazo y le llevó hasta una de las ambulancias para que se sentara y bebiera agua, el resto se dedicaron a comprobar los reflejos de Madison, Mortymer y Marcos, intentando calmarles... Veían como la extraña joven que abrazaba a Lex, sin abandonar a ésta, gritaba a los bomberos, que curiosamente le escuchaban y parecían obedecerle... Sólo Donovan escuchó lo que decía con aquel tono desesperado... Eran las instrucciones para sacar a los supervivientes sin que perdieran tiempo... Y dió en el clavo, sacando a Alice entre otros tres... Sin embargo, los cuatro estaban severamente dañados: La joven, a la que sólo se le reconocía por la melena manchada de sangre y tierra al salir del amasijo de hierro, se desangraba por la rodilla izquierda... Más allá lo había perdido todo, su pié sencillamente era una masa plana de carne y hueso, y la herida era realmente desagradable...

Poco a poco, al apagarse la adrenalina tan súbitamente, la consciencia de las víctimas y el culpable del desastre se apagó... Y casi era de agradecer...