Partida Rol por web

Taylor salió del Ice Hotel a pecho descubierto. La parte superior del technopijama colgaba desde la cintura y las mangas rozaban la nieve. Respiró hondo, se recolocó el paquete (el ahora little Taytie reaccionaba al frío contrayéndose en una posición incómoda) y escupió al suelo.

La nieve se tragaba el gargajo, asumiéndolo y haciéndolo suyo. A Hawkins le pareció curioso: no había ni rastro de moco. Fué ese un salivazo líquido, muy diluído, transparente..., lejos de aquellas flemas clásicas marrón-verduzcas. Ahí cayó en la cuenta de que no sentía frío, de que la lágrima que ahora se le escapa no es producto de su metedura de pata con Rew en los pasillos y de que los efectos terapéuticos del Ice Hotel no llegaban hasta ahí: seguía enfermo.

-No. No viene.- contesta a Antti, aún mirado cómo el hielo del piso se bebe su escupitajo.- Hoy le han dado día de asuntos propios...

Taylor levanta la vista y casi mejor que no lo hubiese hecho. Era enternecedor ser testigo de cómo la muchacha se esforzaba por colocarse su burka particular para no ir partiendo cuellos, braguetas y corduras. Como la hermana de Judah Ben-Hur en el valle de los leprosos, igual de apestada: Lexy era bella hasta aquel extremo,...y Hawkins intuye esa luz bajo las ropas, siguiendo su silueta con la mirada, envidioso de las caricias que su Musa dedica a otro hombre.

-¡Oh, joder!. No aguanto tanto pastel por la mañana...- dice agitando la cabeza, rechazando la hipnosis. Bromeando. Agarra un buen puñado de nieve, hace una bola con las dos manos y se lo lanza a la pareja de tortolitos.-¡¡Iros a un hotel!!.

Taylor sonríe soltando aire por la nariz y camina sin prisas hasta donde queda el trineo. Se va hurgando el ombligo, mirando aquí y allá: no quiere verla de cerca.

"Cerveza y Boxeo". "Cerveza y Boxeo". "Cerveza y Boxeo". Céntrate en eso, vaquero. El plan no es malo,...¿desde cuándo no ves un combate?. "Cerveza y Boxeo". No la mires. Ni se te ocurra. Mady, Dale..., díles algo, lo que sea... Desvía la puta atención. ¿Quieres cagarla con Ella?. NO-LA-MIRES. "Cerveza y Boxeo"...

-Ví un traíler de esa...¿cómo era?..."A Knight's Tale". Me huele a truño, chicas, ya os lo adelanto. Hay que tener muy poca vergüenza para colocar el "We will rock you" en una peli rollo medievo,...y encima se vé al público en un torneo de justas coreando a los Queen. ¡No me jodas!.

Taylor parece estar subiendo el Alpe D'Huez con plato grande y piñón chico. Se le nota el esfuerzo.

-Haced lo que queráis,...pero cuando salgáis de la peli con el estómago revuelto no digáis que el Tío Hawkins no os lo advirtió.

Los escasos metros que lo separan del trineo parecen interminables. Taylor se dobla y deja caer las manos sobre las rodillas. Respira entrecortado y traga saliva. Su boca parece una chimenea,...pero aunque el californiano está en una forma lamentable, su desaliento no es producto del cansancio físico.

Es el puto autocontrol lo que en verdad lo agota.

Como empieza a ser una costumbre en este día, la sonrisa se amplia al encontrar mi objetivo de búsqueda, las chicas. Las que mejor me caen, para ser exacta. A paso ligero me acerco a ellas, el corazón, otra vez, latiendo un poquitín más rápido de lo que debería. Pero a mi que no me regañé Sven, que de verdad lo estoy intentando... la mayoría del tiempo

Me alegro mucho de que estés mejor, Dale. Con tono de voz cálida y sincera mientras deslizo mi mano para apretar suavemente su hombro.

Las noticias no pueden ser mejor... ahora, a Kiruna... lo del boxeo sería excitante para probar cosas nuevas y todo eso… si no supiese lo que va a haber que no quiero ver ni en pintura... Sangre. No, ya veo bastante diariamente, desgraciadamente, como para ver ni un derechazo, así que suspiro aliviada con el plan alternativo. “Os cagáis de bueno que está”, pequeña risita incontrolable y asentir con la cabeza, esa si puede ser una buena forma de alegrarse la vista. Aprieto los labios y aparto la mirada, cohibida, pues es muy raro cuando no te reconoces a ti misma del todo...

Lex, lo tuyo no tiene arreglo… La miro casi seria un instante y relajo la expresión, para que sepa que es una broma sin malicia ¡Si es que quitas el hipo! Otro poquito de alegría en el semblante, intentando animarla ahora No sé, pero creo que así estás bien.

Los ojos se abren como platos cuando Taylor manda la bola de nieve a la pareja, me tapo la boca con fuerza, escondiendo la risa que está intentando escapar, por si a alguien le ha sentado mal, pero el brillo en los ojos y el ruidito es inconfundible. Y lo que dice después, pues sí, provoca otra sonrisa divertida Este Taylor... que fuerte, puede llegar a ser gracioso. Cuando quiere, como todos.

Me infundo valor y me obligo a concentrarme, tengo que solucionar lo que me quema por dentro de vez en cuando, eso sí que me debería poner de buen humor, y si confío en los planes que hace alguien, esa es Dale, lo ha demostrado con creces. Voz mucho más seria, y con más decisión de la que acostumbra en ella. De la que acostumbraba hasta hoy.

Necesito vuestra ayuda: Me coloco al lado de la australiana voy a llamar a mis padres para decirles que estoy bien y todo eso... he pensado decir que tengo una beca en otra universidad, unos meses, y que por eso no estoy en Montreal. No sé, supongo que se lo creerán, sólo he estado ocho o nueve días sin dar señales de vida. Los peores de toda ella, básicamente ¿Se os ocurre un plan mejor?

También hay otra cosa, Dale, ¿Crees que hay alguna forma de que recupere el dinero que tengo ahorrado en mi cuenta, desde aquí, sin tener mi documentación? Es que estoy sin nada… ¿Me podéis prestar para llamar, y... el que algo quiere, algo le cuesta, Madi para comprar un colgante, es que Andrea me ha dado está cadena, saco la pequeña cruz romana para que la vean, pero el tío se ha arrancado el colgante. Vaya forma de hacer un regalo ¿eh?- Niego con la cabeza mientras sonrío. Mejor así, sin los detalles del conjunto de la escena ni de mi patética actuación. La observo más detenidamente, acercándola a mis ojos, hablando más para mi misma, bueno, a lo mejor puedo simplemente arreglar éste... Ea, otra vez casi a punto de perder la concentración, me fuerzo a levantar la cabeza y quedarme en la conversación importante

¿Alguna idea?

Dale no puede evitar que una pedorreta salga de entre sus labios apretados justo en el momento en que la bola de nieve impacta contra la pareja en el momento más meloso de sus vidas. Antti y Lex: Cantado.
Lo mejor es la cara del enchochado finlandés al recibir el impacto. Por un momento menea el cuello como uno de esos chuchos de plástico malo que mueven el cuello parsimoniosamente con el movimiento del coche, solo que en éste caso el vehículo es un 600 atravesando campo a través un paraje montañoso. Pero al ver a Taylor en ese estado de pre-erupción, mantiene la sonrisa y simplemente responde:

- Veremos la peli en modo "mute" -el guión importa poco. Queen sobra. Lo bueno es el rubiales en movimiento. Estaba tentada a ver una de las pelis de Donovan, pero eso sería muy malo para sus nervios. Le guiña el ojo a Taylor, lo peor de todo es que le cae bien. Le da asco, pero le cae bien. No les quitará más tiempo a los tíos para que se den los cabezazos y cornadas que necesitan.

Aprovecha que Madi se le acerca y le echa el brazo por encima mientras la deja hablar y mostrar su cadena. La mano libre tira del brazo de Lex y la arranca de brazos de su espontáneamente nevado nórdico, arrastrando a ambas cortésmente hasta el trineo libre donde, mientras se coloca en posición de tomar los mandos de aquel cacharro, responde a Madi:

- Arréglalo, tía -porque puede ser el último recuerdo que tengas del siciliano buenorro- Y por lo demás... Se me ocurren muchas cosas, pero si no nos vamos pronto de aquí Antti instalará sus huevas en el esófago de Lex vía oral y nos cerrarán las tiendas. Ahí os digo lo que podemos hacer, ¿eh? Amarráos esas correas, venga. Lex: tú detrás, agarra a Madi por si se cae para un lado o algo... -se coloca unas gafas de nieve y se aferra al asa del trineo, asegurando los pies... Nunca ha hecho eso, pero probar será divertido. Mira a los chicos y concluye un:- Coged a Rewell de los huevos y arrastradle. Su hermano no quiere ni verlo, llevad a Arthur Dryden donde está Donnie y lo tendréis cogiéndose la cogorza del siglo. A ver, ésto tiene queee... Más o menos... -mueve un poco el trasero cuando se han subido las chicas y da un grito tal y como se lo había oído a Emma Kastehelmi. El trineo se pone en marcha suavemente, sin tirón, y empieza un agradable paseo a buen ritmo en dirección a Kiruna...

Antti se sacude la nieve todavía idiotizado por el rápido devenir de acontecimientos, viendo alejarse el trineo, con una mujer para la que la nieve es una ficción hollywoodiense como jinete. Y lo peor es que se desenvuelve bien, lo cual es directamente proporcional a que se llevan a su novia. Suspira. Al fin y al cabo de eso iba... Un clásico: Las tías por un lado y los tíos por otro. Ellas llorarían, se reirían y fundirían sus bolsillos... Ellos acabarían borrachos y probablemente (al menos entre los pesos pesados) dándose una paliza amistosa después de ver el boxeo.

Se quedó de brazos en jarras y miró a Taylor un momento. Luego se agachó y le tiró una bola de nieve, sonriendo cómplice.

- Hijo puta -bromeó, sentándose a su lado en el trineo- ¿Qué hacemos? ¿Obedecemos a la rubia y secuestramos a Rewell? Piénsalo: Es inglés. Un puto hooligan en el fondo, seguro. Debe ser un espectáculo verle reaccionar a un partido o un combate -rió, amistoso.

Justo en el momento en que el trineo de las muchachas quedaba ya muy lejos y Antti le planteaba aquella cuestión a Taylor, Michael Fauchon, impecable de nuevo, apareció en las puertas del Ice Hotel, descubriendo a ambos músicos sentados en un trineo.

Taylor, ante lo imposible de esquivar el bolazo de nieve, abrió bien la boca y movió la cabeza buscando el proyectil. El impacto le dejó la cara, el cabello y la barba salpicadas de hielo. Hawkins sonríe, evidenciando el contraste entre el blanco de la nieve y el sepia de los dientes.

-Ub pfuto Huyigaan, ¿eh?.- farfulla masticando hielo, con la mirada puesta donde debería andar la enfermería. Taylor escupe los restos y se limpia la boca con el dorso de la mano.- No sé, tío. Él tiene sus cosas, ya sabes. Asuntos que tratar. De vez en cuando...¿cómo decirlo?...necesita una buena hostia de su hermano, ¿me explico?.

En mitad de la duda aparece, allá en la entrada del hotel, Michael...y Taylor recuerda el momento en el que pensó que un tipo como él podría ser buen compañero de farra. Quizá podría ser un buen momento para hacerle un par de preguntas.

-¡EH, FAUCHON!.- la barbilla del californiano apunta al pijo y un movimiento de cabeza lo invita a acercarse. La garganta pica al levantar la voz. Carraspea.- ¿TE GUSTA EL BOXEO?.

Brazos en jarra, empieza a bascular sobre su cintura. Uno, dos,uno dos,...como en los putos videos de "Ponte en forma con Jane Fonda": el camino va a ser duro.

-Hagamos una cosa, Ultraheavy.- la mano se posa sobre el hombro de Koivusaari.- Yo voy por Johnny Boy y tu vás pensando en cómo hacerme un favor: Emma. Tengo un asunto pendiente con ella.- Hawkins se muerde el labio inferior e hincha los mofletes, a la vez que menea el culillo alante y atrás. Con los brazos, imita a un esquiador en pruebas de fondo.-Tú ya me entiendes.- culmina, por si no ha sido lo suficientemente explícito.

Taylor se dá un par de bofetadas en la cara -Ahora vengo.- y sale en busca de problemas.

¿Hablamos de algo de beber y un combate que ver en algun sitio o de ponernos fisicos?

Pregunto un pelo interesado, no creia que me pudiera interesar un plan asi, pero quiza estaria bien ver para variar como llueven hostias sin que te pueda caer ninguna... y ademas estaria bien apartarse de aqui un rato y bajar a Kiruna

Cuando desaparece Taylor me apoyo en el trineo

Entonces, ¿hay un combate bueno?

Antti observa los movimientos de Taylor con una ceja alzada y de reojo mientras le habla de Emma. Alza ligeramente el mentón, cruzándose de brazos y entrecerrando los ojos.

- Así que pretendes que te ayude a tirarte a mi ex mujer... -por el tono de voz, inusualmente calmo y sobrio, no sonaba como que Antti estuviese tirándose un farol. Antti suspira mirando la nieve. ¿Por qué no? Mientras no fueran Lex y Miranda (su ex cuñada, a la que tenía como a una hermanita pequeña, cabrona e insoportable) la cosa iría bien- Haz el numerito de estrella de rock y trátala como a una groopie, no es demasiado complicado -y lo sabía bien. Deja entonces que Taylor se marche y se sienta en el trineo junto a Michael. Le mira. Parece que el nórdico no se siente muy a gusto en su compañía...

- No lo sé. Siempre se puede bajar alguno por internet.

Aquel tío, Fauchon, se estaba comportando aquel día con una tranquilidad que le sacaba de sus casillas.

Sentado en el trineo miro por un instante a Antti

Bueno, hace mucho que no veo ninguno asi que por mi perfecto

Me cierro un poco el abrigo, colocando cuidadosamente la bufanda

Asi que el rockero ya tiene blanco? coemnto tratando de hacer un poco de conversacion

Antti resopló ante la pregunta de Michael, a la que solo respondió encogiéndose de hombros... ¿Qué pintaba aquel pijo entre tres macarras? Quiso pensar que lo que quería aquel tipo era distraerse para no pensar en el día anterior con todas las penurias que implicó, pero lo cierto es que su intuición le gritaba que todo aquello a Michael le daba más bien igual... El finlandés se había separado de su recién adquirida pareja quedándose en un estado suspicaz y bastante beligerante. Prefirió no preguntar por miedo a no equivocarse.

Taylor volvía, efectivamente, con Rewell, quien tenía un aspecto algo más alicaído de aquel con el cual se había despertado si cabe. Antti sonrió sin una pizca de alegría en ello, pero en el fondo le hacía gracia... No el hecho de que Taylor hubiese acertado de pleno (evidentemente, dado lo rápido que había vuelto Johnny), sino que se imaginó uno de esos gags de película de risa en los cuales Taylor le dice eso de:

Cita:

...Y la escena se reproduce exactamente igual. Palabra arriba, palabra abajo.

- ¿Qué? ¿Ya os ha separado papá? -rió al final, en una especie de burla cariñosa. Tenía que estar bien lo de tener un hermano.

Empezó a levantarse y a ponerse en el lugar del jinete, cabrían los tres delante de puro milagro, pero cabrían. No esperó a que Rewell contestara, y si lo hiciera él seguiría toqueteando los amarres del trineo, a fin de cuentas dudaba mucho que cualquiera de los demás supiera manejar aquel cacharro. Les indicó cómo debían sentarse y una vez tomó las riedas, los perros se quedaron olisqueándose el trasero los unos a los otros.

- Ni una puta palabra, ¿de acuerdo? No estoy acostumbrado a ésta mierda... -era lamentable que la australiana lo hubiese hecho tan bién minutos antes. Volvió a arrearlos. Uno de los últimos incluso se dio la vuelta para husmear a Taylor. Antti empezó a sacudir nerviosamente los brazos, pero no funcionó- Éstos bichos no quieren moverse hoy...

- Ridículo espantoso. Vergüenza de tus hijos, Koivusaari.- dijo con la boca entreabierta mientras el perro le olisqueaba. Tampoco era plan de meterle una patada en los hocicos al jodido chucho, para empezar porque Taylor llevaba días sin pegarse una ducha y la entrepierna le olía a queso con palometa. Normal que el animal acudiese presto al reclamo: esos bichos comían mierda y se saludaban husmeando culos.
Por otra parte, una actitud agresiva con el can no era aconsejable. El hijoputa tenía unos dientes que parecían astas de toro,...y además iba con sus colegas.

Hawkins se dejó hacer, y sólo se escuchaba el rumor de la brisa fría y el jadeo de los animales. Faltaba el grillo. Acojonante.

-Reduce, monstruo,...que nos matamos.- el californiano no puede aguantar más la risa, y la suelta con ganas. Se arquea, dejando los miembros flojos, absolutamente descojonado, y se pone a mirar por los laterales del trineo. Busca algo. A duras penas recupera la compostura.- Seguro que esta mierda tiene freno de mano. ¿Donde coño está?.- y vuelve a reventar en una carcajada, apoyando una mano sobre Rew.

En fin, aquella jodienda estaba justificada. El tipo había aguantado estoicamente el pullazo con lo de Emma: reaccionó como si en vez de su ex se tratase de un plato albóndigas. Soportó bien la chufla-provocación el amigo, y eso a Taylor le hizo poca gracia: Antti parecía un buen tío pero,...pero se tiraba a Lexy, joder. La envidia es malísima.

-Vamos a ver una cosa.- dice ya más calmado. Hawkins mira al frente, unos metros adelante. Se pasa la legua por los labios. - Tú arréale otra vez a Colmillo Blanco y a ver qué pasa.

Al momento, justo donde Taylor fijaba la vista, aparece de la nada algo así como un gato. Ahí no acaba lo raro del asunto, porque parece una foto mal recortada tamaño natural del minino, irreal e incluso pixelada como un juego del Spectrum.

-Ummm...creo que debo practicar...

Los perros en principio echan las orejas para atrás. Luego las mueven, las voltean, se yerguen, acechan... No detectan olor alguno pero ven esa cosa, desde luego. Uno de ellos, el más fiero al parecer, empieza a ladrar abriendo ligeramente las patas delanteras, mostrando los dientes. El que olisqueaba a Taylor baja la cola entre las patas y vuelve a la fila sollozando. El resto se debate en hacer lo que uno o lo que otro ante semejante visión.

Miro a los perros con un tanto de impaciencia, y al final chasco la lengua como he visto en alguna pelicula, consiguiendo absolutamente nada mas que indiferencia por parte de los perros, lo intento un par de veces mas pero sin demasiado afan

Nada, laverdad es que tengo poca experiencia con estos bichos, ninguna la verdad, aunque pagaban una pasta por aquiella pelicula al final pense que perderia a parte de mi clientela

Bien podía dejarme llevar por la desidia y las emociones contradictorias que me provocaba cada encuentro con mi hermano o, por el contrario, podía obviar su evidente inmadurez y pasar, directamente, a pasar un buen rato con mis colegas y... ¿Michael? Había que joderse... En fin, todo sería cuestión de empezar a beber cervezas primero, vodkas después, para acabar con whiskys de garrafa. Si el francesito seguía en pie para entonces, quizá podríamos masajearle el lomo con los puños so excusa de estar más borrachos que cubas.

Y la cosa empezaba bien... No pude más que partirme el culo a base de bien con los intentos de Antti de mover el trineo, sumados a las coñas de Taylor, siempre capaces de amenizar cualquier situación y tornarla en algo aún más absurdo. Así, entre los múltiples chascarrillos resonaba una potente carcajada, la de un servidor, quien además se permitió palmear un par de veces las espaldas del californiano y del finlandés. Intentaba hablar y decir alguna cosa, pero para mí era imposible, máxime tras ver aquella... cosa que Tay había hecho.

Finalmente parece que voy consiguiendo relajarme, eso sí, con lágrimas más que evidentes en los ojos. Lágrimas que me ponen la carne de gallina, porque con el puto frío de Kiruna como que no son lo mejor a lo que uno puede atenerse. Me puse en pie para tomar las riendas del trineo, apartando a Antti con camaradería y, básicamente, sentándole en mi plaza.
-A ver, esto no puede ser tan jodido, ¿no? Un poco como tratar con perros y el otro poco como conducir... -tras un primer golpe de riendas lo único que logré fue lo que el resto: que los chuchos siguieran a lo suyo.

-Me da la sensación de que hoy lo único que vamos a beber es nieve como no vayamos al pueblo a patita... -un nuevo golpe de riendas, aunque aquella vez fue distinto. No sé bien si fue suerte o si es que caí bien de pronto a los perros, pero la cuestión es que se pusieron todos de pie y echaron a correr colina nevada abajo-. ¡¡La hostiaaaaaaaaaaa!! ¡¡Ja!! ¡¡Ja, Ja!! ¡¡Los estoy llevando!! ¡¡Antti, dime cómo llegamos desde aquí a civilización!! -a decir verdad me sentí eufórico con un triunfo como ese.

Cuando los perros decidieron obedecer a Rewell, el gato bizarro desapareció y Hawkins se agarró del primer asidero que tuvo a mano: éste no fué otro que el cogote de Michael. Tambaleante por el latigazo, Taylor consiguió mantener la vertical, con la careta puesta de un chaval que se monta por primera vez en la montaña rusa.

Ese rostro de speed dura más de lo medianamente presentable. Un tipo duro, con el culo pelado de llevar el 911 Carrera a 120 millas/hora por la Interstate 110 de L.A, no podía permitirse esa cara de susto bajo ningún concepto.

-¡¡¡Jooodeeeer!!!- los puñeteros chuchos sarnosos estaban cachas que te cagas. No es que vayan a la velocidad del rayo, pero...qué coño...se trataba de un vehículo que funcionaba con motor de sangre, altamente inestable y jodidamente incontrolable. Aquí no había pedales, ABS o dirección asistida: aquí había un tipo que no tenía ni puta idea de trineos azuzando a unas bestias. Hostia segura. Al tiempo.

-¡Échale huevos, Rew!. ¡¡Haz un derrape!!.- gritó excitado, clavando los dedos en el hombro de Michael. Ni aquel Lamborgini con vinilos de fuego y neón rojo le había puesto tan cachondo: no era la primera vez que montaba en trineo..., pero las manos avezadas de Emma le restaban adrenalina al viaje.

Hawkins casi desea acabar rodando por la nieve.