Casa de los Lujanes (Mundo muggle)
La Plaza de la Villa es una de las más bonitas de la capital y también cuenta con muchas historias de los diferentes rincones emblemáticos que hay en ella. La Calle del Codo es un buen ejemplo de ello, pero no es la única. La Torre de los Lujanes es otro de los lugares que merecen ser conocidos por la historia que alberga tras sus fuertes paredes.
Para empezar, tenemos que aclarar que su nombre completo es Casa y Torre de los Lujanes y puede presumir de ser el edificio civil más antiguo de Madrid, aunque de forma relativa, ya que la torre data de principios del siglo XV y la casa se construyó a finales de ese mismo siglo. Debe su nombre a la familia de Pedro de Luján, un camarero del rey que la adquirió en 1450 y que la dividió en dos partes para sus hijos. De ahí que su vejez sea subjetiva, ya que la Torre se construyó en 1471 y la Casa en 1494.
Residencia "La Escoba" (Mundo mágico)
Para acceder a "La Escoba" tan solo hay que llamar tres veces a la pequeña puerta que hay en la fachada. Su propietaria, Emilia Munévar solicitará la contraseña para poder que solo será conocida por aquellos que son huéspedes de la Residencia.
Una vez que Emilia abre la puerta, no hay necesidad de agacharse pues tan solo hay que atravesar el portal invisible. Una vez dentro, se puede ver una residencia sumamente antigua pero bien decorada. Es un edificio de corte clásico, revestido en maderas oscuras y adornada con tapices, alfombras y cabezas de animales.
"La Escoba" tiene tan solo ocho habitaciones individuales sin mucho lujo, pero bien iluminadas. Tan solo tiene un catre, una mesa, un tintero y una pluma. Está pensada para estudiantes o jovenes trabajadores y Emilia siempre ha pensado que no es necesario nada más.
¡Pues comenzamos la partida! De momento el ritmo va a ser algo inestable, porque tus compañeros están terminando la ficha. Pero según vaya teniendo tiempo y hueco, te iré contestando y así vamos adelantando.
Entre las escenas vas a ver un montón de sitios a los que puedes dirigirte. Aunque quizá lo más importante sería empezar por ir al Ministerio.
Tal y como digo en las reglas, cuando quieras ir a un lugar, lo dejas indicado en "notas de juego" y te abriré la nueva escena para que puedas postear en ella.
Aquel día, el sol no daría tregua. Llevaba unos 15 minutos escuchando a lo lejos al gato de la señora Emilia arañando fervientemente la puerta para entrar, mezclado con el insoportable ruido de los tablones de madera al crujir cada vez que alguien pasaba por el pasillo de aquel piso. Alguien gritaba como un loco endemoniado en la plaza, más abajo, y Leonardo no tuvo más remedio que levantarse para acabar con todo aquello. El sol le atacó directamente a los ojos, pero la sensación de calor en la piel era demasiado relajante.
Tardó unos momentos en volver al mundo real, y cuando esto ocurrió llevaba abotonados la mitad de los botones de su camisa de trabajo. Pronto, el chico estaría listo para salir de camino al Ministerio, dónde le esperaba una enorme pila de documentos que firmar para la División de Espíritus y que debía entregar lo antes posible, o su cabeza saldría rodando escaleras abajo en un edificio lleno de personas a las que les gustaría verlo. Fuera, el gato seguía empecinado por querer entrar, y Leonardo se apresuró para abrir la puerta y salvar la madera de aquella escabechina.
- Hoy no tengo tiempo, gato. ¡Y ayer me dejaste las sábanas llenas de pelo! Tuve que quedarme hasta tarde quitándolos uno a uno...
- Buenos días a ti también, zanahoria. - dijo el gato con un solo maullido. Entrando sin hacer ruido, se colocó en la mitad de la habitación erguido con sus pequeñas patas rectas, y clavaba su mirada felina en Leonardo. - ¿Todo bien?
- Sí, todo bien... - decía el chico agarrando su pañuelo desde detrás de la puerta y saliendo. - No me puedo creer que ahora tenga que contarle mis movidas al gato...
Mientras sacaba la llave de su bolsillo, cerraba lentamente la puerta fijando la mirada en el gato, que se tumbaba en el suelo de madera sin dejar de mirarle de vuelta. Un segundo más tarde, Leonardo aseguraba la cerradura de la puerta, y dirigiendo su varita hacia la misma, recitó en un susurro. - Cave inimicum.
Se apresuró rápidamente hacia el hall, esquivando a dos chicos que subían, y saltando en los rellanos para acortar camino. Un único movimiento de labios dirigidos hacia Emilia está en mi habitación bastaron para despedirse de ella. Salió escopetado por la puerta y lo sabía: hoy llegaría tarde.
Tirada oculta
Motivo: Cave Inimicum
Tirada: 1d100
Resultado: 27 [27]
Me dirijo hacia el Minisiterio Ibérico de Magia.