Partida Rol por web

-Al menos parece que la espía no vio mucho. Probablemente de no ser así lo habría dicho ya. Vayamos a por la cría esta, Woo-Ji.

Amelia se agarra del brazo de Karioni.

-Cada vez le estoy tomando más el gusto a esto... ¿sabes?

Busco los ojos de ella cuando me toma el brazo y ladeo la cabeza, con curiosidad, pero relajado.

Arráncale los ojos. Sonreiría si pudiese hacerlo bien, pero estoy seguro de que darás todo un espectáculo.

¿Sabes? Yo también le estoy tomando el gustillo a esto... creo que estamos mejor solos ¿no te parece?

Aquella noche salieron a cumplir con su tarea y era Woo-ji la escogida. Fueron con cautela hasta llegar y Amelia atacó a la chica; primero atacó su pecho para tomar su corazón y lo lamió con gozo al sentirle aún palpitar. La sangre brotaba de la herida de la chica, pero Ameli disfrutaba de tener su fuente de vida en su mano.

Luego de esto, apretó el corazón con fuerza, de modo que su latido se desvaneciera poco a poco. La sangre bañaba su mano y seguía lamiéndola como si se tratara del mejor manjar. Por último, arrancó sus ojos, tal y como pidió su compañero y se los entregó para que este los disfrutara.

Empiezo a aburrirme.

Confieso con un gran bostezo.

Tanta resurrección es tediosa. Casi prefiero morir. Por no hablar de que hay más espías que en una novela de... espías. Valga la redundancia.

Me siento y la miro.

¿Hay algo que quieras que sepa? Parece que tu suerte está echada.

-Parece que hoy no conseguiré salvarme y te quedarás en serio... Votaré por Sayuri, Josh me ha confesado que también piensa hacerlo y quizás Sam se una a la fiesta... Es mi única posibilidad. Ten cuidado, se habla demasiado de ti como otro de los asesinos... Y me temo que aún está suelto quien haya intentado atacarme esta noche.

La rubia se acerca a Karioni y le da un suave beso en la mejilla.

-Cuídate, compañero.

Me dan ganas de... acabar conmigo. La verdad. No me parece nada justo esto que está pasando.

¿A quién quieres matar? Lo haré yo por tí. Total... estamos condenados. Yo me inclinaría, como dije hace tiempo, de matar a los que ya hemos matado, pero es tu decisión.

Dicho esto, no bajo la guardia, sin saber qué puede pasar. Un gesto que podría ser una sonrisa aparece con el beso de mi compañera y cierro los ojos en gesto de aceptación.

Puede que vote a Josh, también está atrayendo muchas miradas.

-Ya que voy a morir... he de ser sincera -Amelia se encoge de hombros.- Mi muerte implica también la de Josh. En cierto modo alguien ha unido nuestros destinos. No me hace gracia reconocerlo, pero llevan razón... Esta casa está llena de maldisos espías.

Una especia de suspiro escapa a través de sus labios de porcelana.

-Eso quiere decir que una vez que ambos caigamos las miradas se centrarán en Sayuri o en ti... Si quieres tener alguna posibilidad, no vayas a por ella. Sin embargo, con tantas resucitaciones todo el mundo sabe ya el poder de todo el mundo. No tardarán en dar contigo. ¿Sinceramente? Me da igual a quién mates.

Dejaremos que la casa decida entonces.

Poco importa, en verdad. Tarde o temprano volverá a la vida.

Llevo mi mano a mi mentón con un aire meditabundo.

Lamento escuchar eso. Mañana puede que hayan más muertes de las esperadas, si tenemos algo de suerte. Que no la vamos a tener viendo lo visto.

Con la muerte de Amelia, su muñeca perdió la vida, dejando solo a Karioni en este lugar de muerte.

Esa noche, Karioni saldría por su cuenta. En parte, los nervios se apoderaban de él, ya que no habían elegido y la promesa era que podían cometer incluso suicidio si no elegían una víctima. El joven sintió cómo sus pasos eran guiados sin que pudiera controlarlos hacia alguien. Ansioso, buscaba dónde se detendría, pero parecía parte del sufrimiento, ya que daba vueltas una otra vez.

Por fin llegó a su destino, mostrando que la elegida había sido Akire. Tomaste el cuchillo con firmeza mientras luchabas con el impulso de no hacerlo, mas tus pasos eran controlados y te habías vuelto una simple marioneta. Tus movimientos no te pertenecían y con una simple y contundente puñalada sobre su corazón, esperabas que llegara su final. Sin embargo, una fornida figura sujetó tu mano antes de poder hacerle algo a la chica y te arrojó lejos de ella. Comprendías que era el momento de huir y al recuperar la movilidad de tu cuerpo, corriste lo más rápido posible. Pero entonces, viste una sombra correr lejos de allí, mas no muy cuidadosa. Tus instintos se activaron y el deseo de sangre se activó. Con esto, fuiste tras esa segunda víctima, cuyos pies se enredaron y cayó al suelo al verse perseguida. Primero, atravesaste su espalda con el puñal, asegurándote de alcanzar su corazón, para luego darle unos cuantos besos en el cuello y morderlo con total entrega. El sabor de la sangre era exquisito y saboreabas cada ápice de esta. Corriste al ver que se asomaban los primeros rayos de sol.

Después de todo, la ofrenda de sangre había sido cobrada.

La casa me tortura, pero no es la primera vez. Ya he sido obligado anteriormente a tomar vidas, vidas que no son mías.

Otra vez demostraba que vigilar se me daba infinitamente mejor que asesinar... directamente.

Y ahora me encuentro solo para cumplir una venganza, en inferioridad y mirando al infinito.

Dime, misteriosa voz. ¿Y ahora qué? ¿Jugarás hasta que terminen con nosotros?

Asiente ante la voz. Su mente no para de funcionar al máximo rendimiento posible, que no era demasiado dada la situación.

Camino de un lado a otro. La suerte estaba echada y mi aliado no parece muy colaborador.

Ha llegado la hora de intentar terminar lo que había empezado.

Akire. Debe. Morir.