Partida Rol por web

La cara de Pringoso se trasformó al ver que Thabitha llamaba a sus amigos para que no la delatara. El inmenso Behemoth recibió un golpe del trineo de Thabitha y ni se inmuto. Pero cargo a Pringoso con su furia. EL Niño realizo su máximo esfuerzo para esquivarlo, pero el Amigo de Thabitha logro impactarlo con lo justo.

El Behemoth apenas echo cuenta a mi ataque, y se centro en el asesino de Pringoso, y al parecer no iba a salir mal parado.

Volví ha arremeter contra él, pero seguía chocándome contra un muro de hormigón, o eso era lo que me parecía puesto que apenas se inmutaba de mis ataques.

Vaya, estas muy fuerte "amigo". No es que quisiera salvar al asesino de Pringoso, sino que temía que después de acabar con él llegaría mi turno y prefería que no estuviera al 100% de sus fuerzas.

La cosa no parecía pintar bien para los supervivientes.

Pringoso recibe un golpe que casi lo deja tieso y Tabitha no puede hacer nada con su ataque. Aún así, el niño contraataca y golpea con fuerza al adversario.

Pero en la ciudad se mueven todos los niños, y apuntando con sus rifles, atacan al mounstro haciéndolo retroceder. Después, un disparo aislado, del Mayor, le revienta la cabeza al supermutante.

Y al parecer, todo ha pasado.

Y en ese momento, cuando Pringoso se sienta para disfrutar de la victoria, un dolor en el pecho, justo dónde recibió el golpe del Mutante hace que abra muy grande los ojos y se lleve las manos al pecho... Tras soltar todo el aire, el pequeño queda inerte en el suelo, muerto... El golpe ha sido demasiado para él...

Una explosión resuena en todo el valle.

La dirección es en Megatón.

El sonido llega desde allí.

Al parecer la bomba ha estallado.

Los niños me habían salvado de aquella amenaza y para el bienestar de todos los que nos movemos por el Yermo, el Behemoth había acabado con el asesino de "Prin".

Muy Bien chicos, ya podéis dejar de disparar, os agradezco la ayuda. Este lugar es peligroso deberíamos salir de aquí y dirigirnos a un sitio más seguro... 

En ese instante se escucho un ruido enorme, y a lo lejos se divisaba una gran nube de Humo, MEGATON, seguro que han sido los de Tempenny.

DIA 3

El tiempo pasó rápidamente, y el sol comenzó a despuntar por el horizonte. No había sucedido nada más por la noche y tu estabas allí, charlando y hablando sobre el ataque de la noche anterior. Por suerte, el sol salió pronto, no tardó mucho en ponerse a una altura suficiente para que la luz ilumine todo el lugar.

Lo ocurrido por la noche me había sobresaltado bastante y apenas pegué ojo durante la noche, el sol comenzaba a iluminar la ciudad y los cadáveres de Pringoso y el Behemonth podían verse en la entrada al pueblo, caminé hacia donde habia visto por última vez al pequeño "Mayor". Hola hay alguien por aquí, estoy pensando dejar la ciudad pero si necesitáis algo de mi podéis pedirme lo que sea. ¡¡¡Ahí están!!! se me habían caído mis Super-mega-fashions gafas de corazones en la pelea nocturna y las vi junto al cadáver de aquella bestia, así que me dirigí a cogerlas.

- Gracias por pasarse por aquí, señora Tabitha y nos sentimos tristes al ver que se quiere ir. - Dijo el Mayor. - Pero mire, quiero que se lleve un recuerdo de nosotros. No podemos utilizar esto, pero creo que a usted le vendra de perlas. -

El Mayor te da un SIGILANTE*.

- Cuidado al usarlo por que dicen que causa adicción y algún efecto secundario. -

Muchas gracias amigo, quizás vuelva dentro de unos días, cuando este todo más calmado, nunca se sabe.

Hasta luego.

Me iba un poco triste de dejar a mis primeros "amigos" pero algo me decía que era la hora de partir.

NOCHE 3

Nadie atacó la Ciudad de los Niños esa noche.

Estaba todo muy tranquilo... demasiado tranquilo dirían algunos.

¿Estaría el Enclave preparando otra de sus jugarretas?

Nadie lo sabe, pero esta noche, podéis dormir tranquilos en Little Lampligth.

Tabitha se retira del lugar.

- ¡Oh! ¡Has vuelto! ¡Bienvenida de nuevo! - Dijo el Mayor mientras se acercaba a ti con una sonrisa. - Hemos estado hablando con mis compañeros aquí presentes para ver quién regresaría primero... y he ganado un par de chapas al acertar que venías tu... ¡estoy contento! -

El chico te dio unas palmaditas en el brazo.

- ¿Qué tal todo por allí fuera? -

En ese momento, una explosión sacudió un poco el lugar.

Provenía del Inframundo.

Me alegro mucho de volver a Little Lamplight, ha sido el mejor lugar en el que he estado hasta la fecha y además me reciben con una gran bienvenida, qué más se puede pedir -Muchas gracias por la bienvenida, Mayor, os he echado de menos, ha sido el mejor sitio en el que he estado. Ahí fuera las cosas están complicadas. ¿Qué tal las cosas por aquí? ¿Habéis recibido nuevos ataques?

De repente un explosión lo sacude todo, supongo que el misil que vi desde Torre Tempenny ha explotado -¿Qué ha sido eso? Menuda explosión Ha sido más fuerte de lo que imaginaba...

NOCHE 4

Como siempre, todo parecía tranquilo por estos lugares. Hacía varias horas que no se habían producido incidentes y las cosas parecían estar encaminadas. Aunque como siempre se dice en el Yermo: un rato de tranquilidad sólo puede significa una cosa... que se avecina una tormenta.

Pero esta noche no ha sido así.

Pese a la escasez de alimentos, una noche de tranquilidad es bienvenida aunque sólo sea durante unas horas.

Y más con lo que ha pasado durante estos días.

Megaton y El Inframundo han sido destruidas, y todos sabéis muy bien quién ha elaborado esos planes: El Enclave. Y si siguen con este ritmo y esta escalada, en pocos días más todo estará más que desierto y todos los supervivientes que habitan el Yermo, o muertos o esclavizados.

Sin embargo, la tranquilidad duró muy poco esta noche.

Los disparos comenzaron a sonar lejos, y eran muchos, como si el viento los trajera hasta esta posición. No estaban cerca, por lo que el problema no era con esa zona... pero la seguidilla de disparos y explosiones... así, a bote pronto, podríais calcular que como mínimo, eran un batallón disparando...

¿Qué estará sucediendo allí fuera?

Y fue en ese momento de distracción cuando el enemigo aprovechó para atacar.

Y no era un enemigo cualquiera, no señor. Eran los enemigos más temidos del Yermo: Los Cerberos.

El bicho del demonio se había abierto paso por la tierra, hasta que encontró un sitio blando por dónde salir y así poder atacar. Son enemigos muy temidos ya que además de poseer un ataque a distancia, su ataque contamina con radiación a la víctima. Y por supuesto, son unos huesos duros de roer.

*Grrrrrrrrrrr*

Se escucha en un rincón de la sala.

¡Era Cheyenne!

El perro se lanzó contra el enemigo como poseido, al mismo tiempo que los soldados de la ciudad disparaban contra el enemigo, al igual que Sonrisas.

El enemigo no pudo hacer nada.

Simplemente, cayó muerto ante tantos ataques, desparramando su ser por el suelo.

El Mayor McGrady sonrió y se acercó a ti.

- Menudo combate, ¿eh señorita? - Dijo con una sonrisa. - Nos has ayudado varias veces, Sonrisas, ¿qué podemos hacer por ti? Pídenos lo que quieras. -

Había logrado sobrevivir al ataque de aquel terrible ser, y aún no sabía muy bien cómo. Afortunadamente contaba con la ayuda de mi querido Cheyenne, compañero infatigable y gran amigo, además de los habitantes de Little Lamplight. Entre todos habíamos logrado matarlo, a pesar de que yo ya veía como caía en esta batalla... -¡Cheyenne, amigo mio, gracias por tu ayuda! -le dije a mi querido perro mientras le acariciaba la cabeza con mucha efusividad.

Cuando el Mayor se acercó a mí para agradecerme la ayuda prestada, me alegré mucho de poder ayudarles de nuevo y contar con su inestimable colaboración -Muchas gracias Mayor, es un placer ayudaros en todo lo posible. Aunque sin vosotros, yo no habría podido sola con semejante bicho. Os agradezco la gratitud. Ahora mismo no sé que pueda pediros, cualquier cosa que me sirva para defenderme en el Yermo os lo agradeceré, pero me conformo con vuestra hospitalidad y saber que tengo un lugar al que volver siempre que lo necesite y en el que seré bien recibida. Eso es algo muy importante en los tiempo que corren -le respondí al Mayor, acompañando el agradecimiento con una de mis famosas sonrisas.

- Bueno, si, tenemos algunas balas que podemos dejarte. - Dijo el Mayor. - Y además un par de botellas de agua limpia que tenemos que nos sobran. - Continuó con una sonrisa.

El pequeño se acercó a ti y apoyó su mano sobre tu codo.

Querría ponerla en tu hombro pero no llegaba, seguramente.

- Bueno, ¿y qué piensas hacer? -

-Muchas gracias, Mayor, me serán de mucha ayuda -le contesté con una sonrisa, e intentando que no se notase que me hacía gracia el percatarme de que no podía apoyarse sobre mi hombro debido a la altura.

Mantuve el tipo como pude, mientras meditaba -Pues si no necesitáis más de mi ayuda por aquí, buscaré dónde poder ser útil. ¿Algo más que pueda hacer por vosotros antes de irme? -comenté con el Mayor sin que se me notase que no me apetecía salir al Yermo sola de nuevo y que prefería serles de ayuda.

NOCHE 5

El mayor negó con la cabeza, pero no dejaba de sonreir. Al parecer, estaba muy contento de verte de nuevo, de verte sana y salva, sin embargo, no parecía estar triste por que te marcharas. La verdad es que es la vida del Yermo. La gente va y viene y las personas siempre son felices cuando ven regresar con vida a alguien.

Los chicos se juntaron a tu alrededor y todos te saludaron.

- Te deseamos suerte, Sonrisas. - Dijo el Mayor. - Vuelve cuando quieras. -

Y diciendo esto, se retiraron todos a sus queaceres.

Sonrisas se retira de lugar.