Partida Rol por web

Sonrío. Usando una expresión muy humana, jodido hijo de supermutante radiactivo. La mejor manera de conseguir un ascenso de posición sin arriesgarse y pudiendo cargarle el marrón frente a los miembros de seguridad a otro.

-Esa llave me interesa. Veré lo que puedo hacer. -Le digo como única respuesta, junto con un ligero asentimiento de cabeza. Luego, me paso un rato de la noche disfrutando de la comida, antes de revisar la planta del edificio hasta tener un momento para subir en el ascensor hasta lo alto de la torre. Una vez ahí, avanzo hasta la puerta del Sr. Tempenny, buscando al guardia de seguridad que seguramente se encuentre protegiéndolo de manera permanente. Solo queda ver si puedo llamar a la puerta directamente y entrar, o si tengo que convencer a alguien de que me deje pasar para tener una charla...

DIA 6

Cuando se hizo de día, Boone decidió que era hora de visitar a Tempenny. Cuando llegó a su planta, se sorprendió que allí no hubiera nadie de seguridad cubriendo esa entrada. Era como si en ese momento, los agentes de seguridad estuvieran ocupados, o alguien les ha dicho que se retiraran. Con total tranquilidad, el soldado abrió la puerta y allí, a pocos metros de la entrada, estaba el viejo Tempenny, sentado en un sillón de orejas, tomándose un brandy y fumándose un puro. Con una sonrisa y con un gesto de su mano, el viejo invitó entrar a Boone.

- Pase, soldado, pase. - Dijo con una sonrisa. - Sientate aquí a mi lado, charlemos. Sé a lo que vienes, dame unos minutos para mantener una charla contigo y después, podrás hacer lo que hayas venido a hacer. -

Bien. O el tio controla bastante más de lo que parece en la torre, lo cual no me soprende, o algo va extraño aquí. Pero al fin y al cabo, el mundo no parece ir a acabarse porque abra una puerta que debiera estar vigilada sin vigilancia, ciertamente. Así que abro y entro, para encontrarme que hay algo muy extraño en estos juegos de poder entre cabecillas de la torre, y el anciano directamente me estaba esperando. Sabiendo que fue un miembro de la Legión, necesito bastante de mi fuerza de voluntad para evitar que este cuerpo le meta una bala entre ceja y ceja sin escucharle, y únicamente lo consigo porque la palabra clave es fue, lo que significa que los abandonó por alguna razón. Como que no fuesen algo bueno, por ejemplo, idea con la que comulgo.

-Soy todo oidos. Empiece a hablar. -Digo, cerrando la puerta al pasar y avanzando hasta el sillón, arma en mano pero sin apuntar a nadie todavía. Quién sabe lo que puede salir de todo esto. Quizá, hasta conseguir la llave sin tener que hablar con el capullo ese, o sin salir agujereado al cruzar la puerta y encontrarme a todos los guardias que antes no estaban, que alegan que he matado al Sr. Tempenny. Por poner un ejemplo.

- Señor Boone, sé que ha venido aquí a matarme. - Dijo con una sonrisa. - No sé que le habrá dicho mi fiel ayudante, bueno, al parecer ahora no tan fiel, pero seguro que le ha endulzado los oídos para que venga aquí y me meta un tiro entre ceja y ceja. ¿Podría saber bien cual será su recompensa por asesinarme? - Continuó el hombre.

El dueño de la torre se sirvió un poco más en su copa y le dio una calada al cigarro, mientras esperaba que le respondieras.

- Por que, no sé, aún mando aquí dentro, y si lo he dejado pasar por esa puerta, es por que mi guardia se ha ido a tomar un "descansillo". No se preocupe, ya están en sus puestos nuevamente, así que, señor Boone, creo que esto es un empate técnico. Veamos que le han dicho y veamos como nos podemos ayudar. -

-Nunca crea que una situación es un empate técnico cuando lo que puede perder en ella es su vida, señor Tempenny. Le doy este consejo como recompensa a su sinceridad y educación, y le recomiendo que lo aplique pronto. -Digo, sin perderle de vista un momento y caminando unos pasos hasta poder vigilar sin problema tanto al anciano como a la puerta. -La recompensa que prometió, sin mencionar la posibilidad de usarme de cabeza de turco, es ayuda. Podríamos decir que soy una especie de cruzado y busco a un grupo de asesinos, en especial al que acabó con mi hermano. El señor Burke me ofreció acceso a los archivos de la torre para dar con él, hablando de una llave que usted tenía. Así que como puede ver, el empate técnico no es tanto que quiera matarlo o no, sino que usted cuenta con algo que me interesa y puede darme vivo, y yo querría permanecer de igual manera al salir de este lugar. -Dicho eso, paso la mano con calma por mi arma. -Por lo que podemos ser felices ambos, o podemos hacer feliz a su ex-subalterno. Así es como lo veo.

- O sea, que más bien usted vendría a ser un tipo de mensajero de los dioses que lo único que quiere es acabar con el mal de este mundo. - Dijo el viejo. - Me parece bien. Y con respecto a lo de mi muerte, yo ya lo estoy, señor Boone, hace tiempo que mi vida tiene los días contados. Morir antes o después no es lo que me molesta... pero si la traición. -

Se metió la mano en el bolsillo y sacó una llave electrónica.

- Esta llave abre el sótano de la Torre, y allí encontrará todo lo que busca, y más, señor Boone. Lo único que le pido es que haga feliz a este viejo. - El anciano metió la mano en un bolsillo y sacó una pequeña pistola, la cual después volvió a guardar.

Se levantó de la silla, la empujó hacia atrás y se juntó a ella en una posición extraña.

- Dispare un par de veces, y espere detrás de ese biombo. Veremos quién más está detrás de todo esto y todos saldremos ganando. -

Sin dudarlo demasiado y empuñando mi arma con la diestra, cojo con la izquierda el arma que me ofrece, sopesándolo por un instante. Luego lo miro un momento, me encojo de hombros y avanzo hacia el biombo. Por supuesto, todo ello tras guardarme la llave en el bolsillo.

-Puede llamarme eso, o puede llamarme cazador. Tengo muchos nombres últimamente. -Digo, comprobando si la linea de tiro al biombo desde la puerta no es excesivamente buena (que nunca se sabe) y preparándome para tirarme al suelo o disparar si se lia la situación. Porque sería demasiado bonito que todo fuese fácil y bien. -Ahí vamos. Si entra el señor Boone, quizá debería hacerse el muerto. -Y disparo una vez con la pistola, y luego otra. Y ahí llega el tren de la situación.

NOCHE 6

Todo sucedió muy rápido. Te escondiste, disparaste, el anciano se arrojó al suelo y tras unos minutos, el Señor Burke entró corriendo a la sala junto a tres hombres de seguridad. Al ver la escena, el Señor Burke se llevó las manos a la cabeza y con un gritó, ordenó a los hombres que te buscaran y que te mataran sin mediar palabra.

Pero los hombres se quedaron mirando al suelo.

El anciano, se levantó con una sonrisa y los tres hombres cogieron con fuerza a Burke.

Tempenny sonreía mientras Burke no lo podía creer.

- Puedes salir, Cazador. - Dijo el anciano. - Tenemos cosas que arreglar. -

Y ya está hecho pienso para mí al abrir fuego y esperar. Con ese acto, una persona asquerosa ha caido, pero la otra, más fuerte, sigue ahí. No me he manchado las manos de sangre, al menos de manera literal, aunque metafóricamente le he causado la muerte o algo peor a ese hombre. No es como si no fuese a ocurrir igualmente, pero a saber.

-Usted dirá. -Digo, avanzando hacia el anciano con ambas armas apuntando al suelo, saliendo de mi posición escondida y privilegiada. Le lanzo una mirada rápida a Burke, sin decir nada en los ojos, constatando simplemente el hecho de que ha habido una negociación a sus espaldas y él ha perdido. -Tengo una búsqueda que hacer, y gente a la que matar.

El Anciano colocó un pendrive algo desvencijado en una toma y una pantalla descendió a un lado, junto a una pared. Después, tecleó algo en un teclado que tenía junto a la mesa, y en la pantalla apareció la foto de tu hermano, su hoja de servicio y demás datos poco relevantes. El anciano continuó tecleando, y un programa comenzó a correr, el cual te parecía que estaba haciendo una especie de búsqueda.

Al final, la busqueda dió sus frutos.

Y allí apareció una persona: Jericho y una localización: Sat Com Array.

Pero en ese momento, dos soldados del Enclave entraron por el balcón, disparando sin ton ni son hacia ti, como movidos por una especie de ira asesina...

Saltar al suelo, rodar, disparar con las dos armas que tengo. La teoría humana es muy buena, pero cuando confundo girar los pernos y hacer un quiebro con tratar de doblar la rodilla para iniciar el movimiento todo se va al carajo y, aunque consigo salvarme del primero de los impactos, el segundo del tipo duro no funciona como yo quisiera.

Pero no desesperar, amartillo el arma y abro fuego contra el tipo duro de los dos, mientras trato de cubrirme con cualquier columna cercana. Ya tengo un nombre y un destino, y no pienso desperdiciar ninguna de las dos cosas en una lucha estúpida. El objetivo es replegarse, y acabar con quien sea que trate de detenerme. Y luego replegarse más.

Boone es rápido. Pero no tan rápido como para esquivar dos ataques simultaneos.

Uno de ellos lo esquiva con presteza, sin embargo el segundo, impacta sobre su hombro haciéndole bastante daño. Es algo complicado de explicar, pero la sensación es como si una parte de su esencia y de su cuerpo se separara de él en el momento del impacto del disparo.

Pero rápidamente, responde con sus armas.

Un disparo, certero, le abre la cabeza a ese hombre en armadura, el cual desaparece antes de caer al suelo muerto. Con el segundo no tuvo tanta suerte, sin embargo, se había olvidado que allí había dos guardias fuertemente armados que también saben a lo que se enfrentan... y acribillan al segundo enemigo con gran presteza...

Y con el resto de fuego, cae el otro. Dolorido, me llevo la mano al hombro golpeado, procurando hacer un torniquete para evitar que se me salga todo el aceite. La sangre. El pinchazo es agudo, pero no es totalmente insoportable, y este cuerpo ya ha sufrido bastante. Me pongo en pie, y avanzo hasta los dos cuerpos del Enclave, registrándolos con rápidos movimientos concienzudos y asegurándome de que están muertos. Y luego miro a mi alrededor, y habia abajo de la torre.

-Señor Tempenny, es momento de me vaya. Parece que queda más trabajo por hacer. -Siempre hay más trabajo por hacer. Pero esta vez, al menos, ya tengo un objetivo claro. Y muchas cuentas pendientes.

Craig Boone se retira de la Torre con un objetivo en la cabeza.

Buscar al asesino de su hermano.

Y matarle.