Partida Rol por web

.: Purgatorio :.

Bienvenidos al Purgatorio.

Una voz resuena por algún sitio mientras que Albóndiga recorre el lugar, moviendo el rabo y saltando de un lugar al otro.

Olvidaros de vuestra antigua vida, aquí, os redimiréis, o haréis pagar a los otros por sus pecados. No me conocéis, pero he visto vuestros actos, y os he dado una segunda oportunidad...

El Enclave no puede vencer...

Así que, deberéis elegir... podéis volver siendo otra persona... os podemos dar un Avatar para que ayudéis a los demás o podéis pasar toda la eternidad aquí... pagando por vuestros actos...

-Pasar toda la eternidad aquí.... mola.

Por fin iba a descansar. Aunque a los diez minutos, Aurelius ya estaba aburrido y miró en todas direcciones.

-Espera, pero si aquí no hay ni una sola mujer.... No, no, no, yo quiero volver.

No le importaba en forma de qué volviera, pero es que solo se aburría.

Nada más recobrar la operatividad, fijo mi atención en el humano presente por un instante, para luego centrar mis sensores en observar el lugar en que me encuentro. La propuesta se hace oir, y aunque existen muchas imposibilidades físicas que niegan su veracidad, el concepto del Enclave es un hecho importante a tener en cuenta. La presencia del can en este lugar también tiene ciertas repercusiones que estudio atentamente antes de responder por fin.

-Beep bip bibip bebeep bibeep bip bip, bebip bip beep bibip. Beep bepbep beep bep bibip bip bebip biip beebip. ¿Bip beep? -El mensaje del Eyebot no podría estar más claro. Por supuesto, la idea de experimentar un hecho imposible es un aliciente, pero el asunto del Enclave y hacer pagar a otros es desde luego de la mayor importancia. Sin embargo, ¿qué dirá la misteriosa voz de su oculto interlocutor sobre la única condición que ha impuesto ED-E? Porque si es capaz de hacer volver a un humano y un robot en otros cuerpos, no debería tener mucho problema en otorgarle a este último la compañía del can Albóndiga, que tan inteligente se mostró en los últimos momentos del robot al huir de los asesinos, razón por la cual el robot lo quiere de compañero.

- Albondiga no será posible, el aún posee su alma. - Dijo la voz. - Pero si tenemos dos cuerpos sin alma, los de un tal Elder McNamara y un tal Craig Boone. Decidid cual queréis cada uno y os diré que tenéis de especial. -

La voz pareció carraspear.

- Si no decidís, simplemente el azar dirá quién sois. -

Alzo mis servocircuitos frontales en una mueca de basta incredulidad. Está en un lugar con un robot desconectado y un humano muerto -al parecer- y la voz misteriosa alega cuestiones sobre Alma, que es un archivo absurdo de los que tengo almacenados. Pero las posibilidades están servidas, así que paso unos instantes cotejando datos sobre ambos individuos... aunque tampoco necesito mucho más, sabiendo que uno de ellos es un Elder. Siendo un Eyebot de la Hermandad del acero, tengo muy claro qué significa eso.

-Bibeep bipbibip. -Afirmo. Elder McNamara. Y luego una pregunta. -¿Bip beep bibip bebip? -¿Podré recuperar mi cuerpo? No dudo que tener una carcasa cárnica puede ser práctico o interesante durante un tiempo, pero desde luego, no quiero ser uno de esos para toda la corta vida que viven los humanos. Como Eyebot, siempre puedo ser reparado y volver al funcionamiento, incluso si las placas base están dañadas.

- Bueno, bueno, bueeeeeeeeeeeeeeeeno... pero que tenemos aquí... - Dijo una voz rasposa y demoníaca. - Pero si tenemos aquí a un asesino, y a la asesina de su asesino... pecadores... malvados... y todos para mí... -

Un demonio rojo sangre apareció por allí, desde la nada.

- ¿Qué hacer con vosotros? Ay... hace mucho que no juego con humanos... -

Chasqueó los dedos y sonrió.

- Lo tengo, amigos, lo tengo. Me gustan los pecadores, pero como sabéis, me gusta castigarlos también... o torturarlos... pero bueno... podéis servirme a mí... y hacer lo que yo os diga y... bueno, digamos que podréis volver a la vida... como mis esbirros. La Cosa es sencilla, muy sencilla... vais y matáis a todos los que se os crucen. Fácil, ¿no? ¿Qué decís? - Os guiñó un ojo. - Pero ojo, ahora estáis más unidos que antes. Estáis... hum... ¿cómo dicen los mortales? ¿Enamorados? Bueno, creo que es eso, enamorados. Si uno de vosotros muere, el otro irá con él... ¿capichi? -

- ¿Amicis? ¿Os ha comido la lengua un ratón? -

¿Quieres cadáveres? Has dado con el malnacido adecuado. Devuélveme ahí fuera con algo de munición y tendrás tu masacre.

¿Que dices nena? ¿te apuntas?

- Mañana por la mañana renaceréis de nuevo, entonces. - Dijo la voz. - Os daré armas, munición y vosotros me traeréis a los enemigos con las patitas por delante. Sólo me tenéis que decir dónde queréis aparecer... pero tened cuidado... ya que como vosotros sois esbirros del Mal estoy completamente seguro que hay esbirros del Orden allí arriba... y tienen poderes que pueden detectaros... -

La voz carraspeó.

- ¿Dónde queréis aparecer? -

_Creo que a estas alturas no me queda nada más que hacer... En el fondo Grandullón... Creo que esto ha tenido gracia...

Palmadita en la espalda a Jericho.

_ ¿Qué...? ¿Donde le decimos al tipo de los cuernos que nos mande?

- ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? - Dijo el hombre de los cuernos risueño. - ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde? -