Partida Rol por web

El campeón con chupa de cuero y gafas, para proteger sus ojos, estaba terminando un segundo largo y refrescante trago cuando casi se atraganta por culpa de la aparición súbita de la estatua parlante, y aunque no dijo nada nuevo dentro de ese mundo que unicamente conoce la guerra, si que estaba tan confundido como el resto, así que bebió, pensó que un tercer trago, rápido y helado le ayudaría a pensar mejor.

-Los foraneos sabemos lo mismo que los de fuera, serpiente, no empieces a escupir veneno entre nosotros tan pronto.-Contesto poco antes de deja escapar un ligero eructo, muestra inequívoca de que la espuma estaba en perfecta cantidad dentro de su barril.-Sa.-Carraspeo.-Creo que salvo los amigos de esa bruja, el resto sabemos todos lo mismo. Así que acusar a los de fuera o los de dentro no tiene caso, fácilmente puede ser mas de uno y ser de ambas partes.-Se golpeo el estomago lo que provoco ondas en el.-Esto es ridículo, a mi me llamaron para calmar la charla y terminar con una guerra milenaria que no tiene sentido ni premio, no para decidir quien vive y quien muere. Maldita Ashe otra vez me la ha vuelto a jugar.-Estas ultimas palabras sonaban mas a tristeza que a ira.

-Como se supone que elijamos a alguien si la mitad de las personas de aquí, apenas las conozco y las que si, confió en ellas.-Su cabeza estaba llena de dudas, necesitaba otro trago.

 Shyvana no supo si sentirse molesta o reírse ante el insulto de la mujer serpiente. - ¿Me llamas lagarta? ¿Tú? - Pregunta con media sonrisa, irónica. - Si siempre has sido así de desagradable, ese nuevo aspecto maldito tan poco agraciado te va mucho mejor. - Se mofa, arrogante. Sin embargo cuando vuelve a dirigirse a ella lo hace en un tono algo más tranquilo y conciliador, intentando dejar a un lado el intento de Cassiopeia de herir su orgullo. - Pero puedes estar tranquila... Serpiente - Se ahorró otro mote más despectivo. - Os dejaré en paz a ti y a tu familia si mantenéis vuestra promesa. - Asegura, pasando su mirada por cada uno de los hermanos, deteniéndose algo más y por último en la pelirroja, quien aparentemente le arrancó una pequeña sonrisa con su ironía.

 La verdad es que la pregunta de Olaf le resultaba bastante estúpida, casi tanto como la exigencia de su compañero Garen. Hasta estaba empezando a molestarle ese comportamiento tan patriótico de algunos de sus compañeros. Ella se sentía demaciana como la que más, pero ahora creía que todos debían hacer un esfuerzo por separar sus guerras y centrarse en lo verdaderamente importante.

 - Gragas tiene razón. Ahora no importan las naciones, sino cada individuo. - Refuerza y aclara su postura, mirando por un momento a Draven antes de contestar a su pregunta. -  Ya lo había dicho antes. Lo difícil es no darse cuenta, eres tú el que no escucha. - Dice seria y exigente.

Cierre Día 1.