Partida Rol por web

Draven se apartaba a disfrutar del espectáculo, mientras Cassiopeia acusaba a la hechicera sin más apoyos para la gorgona. Las acusaciones estaban claras, por un lado la medio-dragon Shyvana se unía a las noxianas LeBlanc y Katarina para intentar acabar con Olaf.

En el otro lado, el general Swain y Gragas unían fuerzas para tumbar a Braum. Parecía que si o si, iba a caer un Freljordiano, pero en medio de la batalla, Ezreal quiso intervenir. Pero Garen no se lo permitió, y ambos se enzarzaron de una forma inaudita, en la que el hermano y el novio de Lux acabaron matándose mutuamente.

Ante tal escena, el escudo de Braum cayó de sus manos, y el bigote entristeció tanto que ya no puso oposición a los ataques, hasta que cayó contra su propio escudo y acabó muerto como el resto. Uno era el que se buscaba, tres eran los que habían acabado muertos en esta ocasión...

El momento llegó una vez más y la mirada de Katarina buscó al freljordiano que la había señalado el día anterior. Sus ojos se cruzaron cuando comprobó que la estaba mirando una vez más y los labios de la asesina se curvaron en una media sonrisa desafiante. Sus dedos se posaron sobre la empuñadura de la daga y todo su cuerpo estaba tenso como un resorte listo para saltar. Por el rabillo del ojo comprobó que no era la única con el mismo objetivo y una de sus cejas se enarcó.

Sin embargo, algo atrajo la atención de Katarina cuando otro combate empezó a tener lugar muy cerca. Despacio, muy despacio, giró el rostro hacia el lugar donde otro de los habitantes de las tierras heladas se veía rodeado. Sus ojos entrecerrados fueron lo último que se movió, abandonando la mirada de Olaf casi con renuencia para fijarse en lo que sucedía. Siguió con la mirada cada movimiento de los combatientes, pero ver a Garen intervenir para arremeter contra Ezreal la descolocó. 

Sorprendida, alternó su atención entre los dos combates y cuando los dos demacianos se mataron el uno al otro, su expresión era de incredulidad. - ¿Pero qué mierda les ha pasado? - preguntó, casi para sí misma, pestañeando confusa. Vio entonces cómo Braum se rendía y acababan con él y cuando los tres cuerpos estuvieron tendidos en el suelo, los contempló uno a uno, sin moverse de su posición. - A este ritmo no necesitaremos a los seguidores de Lissandra para terminar todos muertos -comentó finalmente con una mezcla entre ironía y hosquedad, apartando los ojos de los cadáveres para dedicar una última mirada retadora a Olaf-.

Vi como Katarina me miraba, y en ese momento dejó claro que ella dudaba de mí. No me importaba, yo sabía lo que era, y Lissandra fue para mí siempre alguien a quien he odiado.

Tus sospechas no las llego a comprender, pícara, no comparto tus ideas, pero las defendere hasta la muerte.

En cuanto a esto, queda claro que esto tiene que solucionarse hoy, no quiero ser el siguiente que muera aplastado o que tenga que hacer que sus compañeros le maten a sangre fria. Alguien tiene alguna sospecha de quien podría ser?

 Una vez más, Shyvana compartió su objetivo con aquellas dos noxianas cuando llegó la hora de las acusaciones. Incluso tras haber sido atacada, estaba completamente dispuesta a luchar, a pesar de no estar al cien por cien de sus capacidades. Era necesario, si los asesinos no se andaban con tonterías, ella tampoco podía permitírselo, y luchando cara a cara al menos tenía la oportunidad de defenderse que no había tenido la noche anterior.

 Podría haberse considerado afortunada de no tener que participar en una lucha encarnizada, y tener así tiempo para recuperarse esa noche, si es que no volvía a ser atacada, pero, comprobando con asombro cómo acababa siendo la última demaciana presente en pie, incluso cuando después de haberse proclamado independiente desde que quedaron encerrados en la cúpula y hasta que consiguieran salir, afortunada era una de las últimas palabras que usaría para describirse en ese momento. De las últimas porque, al menos, aun seguía viva.

 Braum no había corrido la misma suerte, y viendo como el ritmo de asesinatos se aceleraba, también lo hacía su urgencia por salir de allí.

 Miró apretando los puños a Gragas y a Swain, con desaprobación, pero sin motivos reales de que una votación fuera mejor que otra, no había nada que replicar.

 Al Freljordiano, sin embargo... - Yo sólo tengo mi intuición, pero después de que repitas lo de ayer estoy convencida de que tú sí tienes claras tus sospechas. - Mira un momento a la asesina, antes de volver a dirigirse a Olaf - ¿​A qué se deben? ¿De verdad crees que ella o yo podamos ser culpables después de haber sido atacadas? Jarvan acusaba a Sivir de la misma manera, y ahora está muerto, como ella a la noche siguiente, probablemente considerada una amenaza para los seguidores de Lissandra por haber tenido razón sobre Jarvan. - Emparejó los dos hechos amenazadores, tratando de presionarle para que se explicara. -​ Y no queremos que la misma pauta sea repetida innecesariamente, ¿Verdad? ​-

Como tu muy bien has dicho, os atacaron, pero, como sabemos que no os lo hicisteis vosotras mismas para que nadie sospechase de vosotras? Le respondo a la semi-dragona. Ademas, por lo que veo, te has aliado con una Noxiana muy facilmente, lo que me lleva a pensar: Y si sois vosotras dos las culpables de todo lo que está pasando? Además, lo que me has dicho es para mí una clara amenaza, por lo que estoy casi convencido de que me matarás esta noche como ya has hecho anteriormente con los otros compañeros.

 Shyvana se contuvo para no reírse del comentario de Olaf. -​ ¿Yo misma? ¿Y Katarina y Sivir también? ¿Pero tú estás viendo cómo hemos acabado después de cada ataque? Si quisiera engañar con algo así, no me habría hecho tanto daño. Soy dura, no inmortal. Si me alío con Katarina o, al menos, no la tengo entre mis sospechosos - Busca un momento a la asesina con la mirada. - Es por el mismo motivo por el que seguí y confié en Sivir antes de que la remataran, por haber sido atacada, y más después de haberlo sufrido en mis propias carnes. Nadie sería tan estúpido como para autoinflingirse tanto daño. Además, el peligro de mis anteriores palabras, si se repitiera el caso de Jarvan y Sivir, lo es tanto para ti como para Katarina, a la que considero inocente, y es por eso que es algo que, como ya te he dicho, querría evitar. -

 Se cruza de brazos. -​ Si caes esta noche no será cosa mía. Yo sólo lucho a la luz del día. Si entre los demacianos había algún asesino, te aseguro que ya hemos acabado con todos ellos - Afirma, con la mirada ensombrecida al pronunciar esa última frase.

A pesar de todo lo que dices, me parece bastante raro que seas la única demaciana, sospechoso creo yo... Además, obviamente no te habrás pegado tu porque si no no te pegarias tan fuerte como si te hubiesen pegado otras personas. Yo creo que tanto Tú y Katarina sois las esbirras de Lissandra.

Escuchadme todos! Esta noche moriré, pero que quede claro que las asesinas son estas dos.

 -​ ¿Sospechoso que sea la única demaciana? - Ésta vez no pudo contenerse, y sonrió de medio lado con ironía, negando ligeramente con la cabeza. -​ ¿Es que todos los demacianos, al pertenecer a una nación justa y honrada, debemos ser seguidores de Lissandra por... Levantar menos sospechas, o algo así? ​Si estás tan nervioso como para justificarte con esas estupideces y exageraciones, no será por nada. - Alza las cejas y hace una mueca por la boca, dirigiendo una clara mirada de incredulidad ​a Olaf.

Katarina se cruzó de brazos y ladeó la cabeza mientras escuchaba al freljordiano empezar a soltar lo que a ella le parecían absolutas estupideces. Su ceja se enarcó y una mueca de incredulidad asomó a sus labios. Sin embargo, contuvo sus palabras hasta que Shyvana y él terminaron de lanzarse piedras y entonces resopló por lo bajo.

- Interesante -dijo, mirando a Olaf como si ese fuese el último apelativo que podría otorgarle-. ¿Así que crees que los que sufren los ataques nocturnos son en realidad los seguidores de Lissandra pegándose entre ellos? Porque es muy lógico dedicar las noches a dejar a sus compañeros al borde de la muerte en lugar de matar a sus enemigos.

Hizo una pausa y miró al hombre de arriba a abajo con hosquedad. - Tsk -dijo, cuando terminó-. Ayer pensé que quizá la cerveza de Gragas había inundado tu pequeño cerebro. Pero cuanto más hablas más me parece que estás intentando terminar por el día lo que dejas a medias por la noche. - Enarcó aún más la ceja y continuó hablando con un brillo desafiante en los ojos. - Dime, ¿cuántos cobardes quedáis todavía? ¿Ya te has quedado tú solo y por eso atacas a la desesperada con argumentos así de absurdos?

En fin.. No merece la pena ir a por vosotras dos, está claro que estais compinchadas y que no hay nada que hacer. Espero, por lo menos, que si no es ahora, pagueis en vuestra muerte la culpa por todos estos asesinatos.

Después de eso, paso de hablar con ellas, les doy la espalda, y me duermo, esperando mi final.

La discusión entre Olaf, Katarina y Shyvana llevó a los campeones aún con vida a volver a intentar dormir. ¿Cuantos despertarían por la mañana?