Partida Rol por web

Katarina había podido sentir que algo estaba mal en el mismo momento en que dañaron a Shyvana. Sus ojos se abrieron en aquel otro lugar y de inmediato había corrido hacia donde había visto a la semidragona instalarse para pasar la noche. Los había espantado, pero el daño ya estaba hecho. 

Se tendió a su lado y besó su rostro, sus manos, sus labios... Hasta que el color volvió a las mejillas de la demaciana y pudo descansar. Katarina no volvió a dormirse. Se quedó junto a ella, maldiciendo en su interior el momento en que había decidido poner la trampa a su alrededor y no en el de su amada. Sin embargo, no expresó en voz alta sus preocupaciones, tan sólo acarició los cabellos de Shyvana hasta que el sol empezó a despuntar a lo lejos. Sus rayos laterales iluminaron el brillo de ira en los ojos de la asesina, que no se movió de su lugar, junto a la semidragona. Cuando se dio cuenta de que estaba despertando, acercó sus labios a los de ella y la besó con mucha suavidad. 

- ¿Cómo estás, mi vida? -preguntó con una ternura que nunca habría soñado aprender a expresar hasta hacía unos días-. No pude impedirlo, estaba concentrada en mis trampas y... Debí haberte protegido a ti -dijo, con un toque de frustración en la voz que se tornó preocupación al estudiar con detenimiento a Shyvana-. Ahora tendremos que tener más cuidado, pero como vuelvan a acercarse a ti... - Frunció el ceño, mosqueada con el mundo y con quien había tenido la desfachatez de agredir a su compañera. - Voy a descubrir quiénes son esos malnacidos, hijos de un chacal y voy a matarlos a todos.  -Su mirada se iba ensombreciendo. - Van a pagar por lo que te han hecho. 

Durante algunos segundos se quedó callada, con los puños apretados y los músculos en tensión. Al contemplar a Shyvana las emociones chocaban en su pecho. El odio por quien la había dañado y la necesidad de protegerla. Sin embargo, su mirada se dulcificaba a cada instante y terminó por aflojar la tensión de su mano para acariciar el rostro de la semidragona. - ¿Y a ti cómo te fue? ¿Lo de Xin ha sido cosa tuya? ¿Has visto ese... Otro lado?

 Dolorida, no abrió los ojos al despertar, sino que los apretó más, encogiéndose. Presionaba fuertemente su pecho con las manos, no sólo por el dolor, sino para darse fuerzas a sí misma, mantenerse viva, pensando en su amada, en que tenía que seguir junto a ella. 

 El suave beso fue el mejor regalo, la mejor profecía, oír su voz fue el más dulce canto, y su visión al despertar fue mejor que cualquier sueño imaginable. Como una niña pequeña perdida, hizo un acopio de todas sus fuerzas para responder a su pregunta con un impulso que las uniera en un abrazo firme, durante un buen rato. ¿Cómo mostrarse asustada delante de todos los demás? Sólo se permitiría algo así junto a ella, a la que recíprocamente le permitiría todo. Pero no eran las heridas ni la muerte las responsables del miedo, sino la posibilidad de que la separaran de su amada. 

 Cuando se separó de ella, posó las manos sobre su rostro para acercarse a sus labios y responder a su suave beso con uno más intenso y necesitado, que mantuvo durante unos instantes incluso cuando el movimiento del cuerpo le volvió a causar dolor. 

 - Estoy bien... - Murmuró débil, pero mirándola, esperanzada. - No pasa nada. Estoy contigo... - Remarcó esa última palabra con un brillo esperanzado en los ojos. - Estoy bien - Repitió tras el breve razonamiento mientras acariciaba su rostro suavemente, tan sorprendida como agradecida de encontrarla al abrir los ojos, a ella, precisamente, y no a otros. Pero esa expresión, lejos de ser provocada por el ataque sufrido aquella noche, tenía otra explicación. 

 Pero como el dolor, su confusión también era intensa. No pudo aguantar más y se llevó una mano a la cabeza, apretando los ojos por segunda vez.

 - A ver... - Se frotó la frente, intentando ordenar pensamientos. - Por donde empiezo... Será mejor que primero haga un resumen - Se contestó a sí misma, e hizo un listado antes de volver a mirarla. 

 - Estoy aquí, contigo... Estoy bajo la cúpula, con los vivos... Estoy en el páramo, en calidad de observadora. Allí están Jarvan, Lux, Tryndamere, Quinn, Sivir, Talon, Xin Zhao, y Vladimir, aunque creo que ellos no saben que puedo verles. Pero también estoy en... No sé qué es, es frío, y oscuridad, es el vacío. Allí estoy con LeBlanc y Braum. Pero ahí no acaba la cosa... También estoy con Jarvan, en... No se donde estoy, sólo que estoy con él. - Listó de seguido, antes de empezar a explicarse. Y... - Cerró los ojos un momento, tratando de concentrarse. - Sigo ahí, en todos esos lugares, no ha sido ningún sueño, ahora estoy segura.

 - En el páramo he averiguado varias cosas. Aunque Xin Zhao debería volver en dos días - Responde a su pregunta, proclamándose responsable... Temporal, de la muerte del senescal - Cree que está completamente muerto, no sabe nada, pero eso no es lo más importante. Él fue quien te atacó, y quien ha acabado esta noche con Sivir. Si no he entendido mal, afirma que no sigue a Lissandra, si no que puede designar a una persona por noche para acabar con su vida, y sospechó que vosotras erais parte de los culpables de todo esto y decidió tomarse la justicia por su mano... Al final sí que fue tan estúpido como para atacarte tras discutir contigo, y como para rematar a Sivir después de haber sido atacada una primera vez, y haberla seguido en sus acusaciones a Jarvan. Ese cabrón... - Apretó los puños con las pocas fuerzas que tenía - Me da igual a quien siga. Te ha atacado. Va a morir, pero esta vez de verdad. - 

 Tomó aire antes de continuar hablando. - En el vacío, Braum no se ha pronunciado aún, pero LeBlanc, esa bruja malnacida. Finge que, como yo, acaba de aparecer ahí, ni sabe nada sobre el vacío, pero se que me miente, y no se cómo atajar esa situación, si seguirle la corriente, o decírselo a la cara, o si alguien más nos observa... - 

 Se incorporó en una postura más cómoda, y apoyó la frente sobre la palma de su mano.

 - Jarvan... Estábamos en lo cierto, seguía a Lissandra. - Admite con pesar. - Ellos también tienen habilidades. Él podía ver las de los demás. Afirma que la primera noche intentó averiguar la mía, pero que por algún motivo no lo consiguió. Sin embargo la segunda noche indagó sobre Draven. Me ha dicho que posee la misma habilidad que él, pero otorgada por Avarosa. No se si será cierto, o si se tratará de una artimaña para proteger a Draven, en caso de ser su aliado, pero... Por lo que me dice... Confío en él. - Afirma con seguridad. - También me ha advertido de algo, sobre LeBlanc, y el vacío. - Continúa. -  Al principio no confiaba en él, pero sin que yo le hubiera hablado del vacío, ni de la bruja, él lo ha mencionado, con rabia hacia la hechicera. Me ha dicho que, el día antes de morir, se encontraba ahí, con ella, pero que no sacó nada en claro de la situación. Por eso se que LeBlanc me miente.- 

 - Ah, casi me olvido - Negó con la cabeza - Jarvan afirma que no sabe quienes son el resto de seguidores de Lissandra. - Añade. - Al principio me costó creerlo, pero... Si lo supiera, lo lógico sería que hubiera decidido hablar con cualquiera de ellos, en lugar de conmigo, a no ser que esté intentando manipularme de algún modo. Todo esto, el vacío... Es demasiado raro... - 

 Apoyó la frente sobre ambas manos, angustiada. - No se qué hacer... Voy a volverme loca... - Niega con la cabeza. Tal vez esa telaraña de comunicación e información podría resultar una ventaja, pero, ¿Y si daba un paso en falso, y la misma medio dragón caía en ella? 

Katarina escuchó todas y cada una de las palabras de Shyvana, tratando de seguir el hilo. Y cuando la semidragona terminó sus explicaciones, la asesina pestañeó varias veces, repasando mentalmente toda la información.

- A ver. Entonces... -recapituló- El páramo es el lugar donde están atrapadas las almas de los que han muerto, ¿no es así? Y Jarvan puede hablarte... Yo también he tenido un encuentro extraño, con Quinn. Pero ella no me ha dicho nada todavía, tan sólo nos hemos reunido en un lugar al margen de la realidad. - Frunció ligeramente el ceño. - No nos equivocábamos con Jarvan, eh. Y él mismo te ha advertido sobre LeBlanc... ¿Es ella la responsable de ese lugar de vacío? -preguntó un poco confusa- Es hasta irónico que el rey de Demacia haya caído verdaderamente bajo el yugo de Lissandra. Pero eso explica que Sivir y Draven parecieran tan seguros de su culpabilidad. Draven debió ver algo sobre él y tal vez también sobre mí y él se lo habría contado a Sivir. 

Hizo una pequeña pausa. - Escucha. Intenta sonsacar a Jarvan. Dice que la primera noche intentó indagar en ti sin éxito y que la siguiente lo hizo sobre Draven... Pero, ¿qué sabe de LeBlanc? ¿Sólo se siente traicionado porque lo señaló cuando llegó la hora o hay algo más? ¿Y por qué tendría ella que mentirte? Es extraño. 

Recordó en ese momento la parte que Shyvana había desvelado sobre Xin y su ceño se frunció con fiereza. - Maldito bastardo -escupió-. Sabía que no era tan inocente como quería parecer. Venir de noche a atacarme por la espalda como un vulgar cobarde -dijo con rencor, sin tener en cuenta que ella misma había asesinado a otros en el pasado de la misma manera-. Ya puede dar gracias por estar muerto, porque si lo tuviera delante tendría que vérselas con mis dagas. - Apretó los puños. - Y lo hará si vuelve antes de que la cúpula caiga -afirmó, con los ojos llenos de determinación-.

Fue al mirar de nuevo a Shyvana cuando su expresión se suavizó. Ella tenía el don de calmar la ira que bullía en el pecho de Katarina con su sola presencia. Suspiró y estiró la mano para acariciar la mejilla de la semidragona. - Intenta averiguar todo lo que puedas, pero no te arriesgues. No cuentes nada sobre ti si puedes evitarlo. Si puedes, trata de saber a quién acusarán Braum y LeBlanc, así podremos jugar con ventaja. Ese lugar de vacío no suena nada bien*, no me gusta que estés allí, pero... Trata de sacarle toda la utilidad que puedas. ¿Crees que LeBlanc podría estar llevando gente allí para sonsacarla? Eso explicaría que se haga la inocente contigo. Quizá eso hizo con Jarvan y trata de hacer ahora con vosotros.

Tomó las dos manos de la demaciana y las acercó a sus labios para besar sus dedos con cuidado. - Eres fuerte y mucho más lista que todos ellos, puedes con esto -aseguró, dedicándole una sonrisa decidida y esperanzada-. Yo sé que puedes. Vamos a salir de aquí, mi vida. Y entonces un mundo nuevo se abrirá ante nosotras. 

 - Sí, los espíritus se encuentran en el páramo, y estoy con Jarvan en un lugar a parte, y ahora, también con Sivir, en otro... Me ha dicho que Quinn es quien nos ha unido, pero eso, y lo que te acabo de contar, es todo lo que hasta ahora he descubierto. Sobre LeBlanc... Si ya ha estado antes en el vacío, y finge que está tan sorprendida como yo, es que miente, y o intenta obtener información discretamente de forma segura, o tiene algo que ocultar. Ella debe ser la responsable - Dice seria y convencida - Pero tengo que ir con cuidado, si estoy en su terreno. Braum, por su parte, también parece confuso, pero por ahora, no puedo saber si él también miente. Jarvan dice que no sabe nada más sobre LeBlanc... Que su actitud con él fue tan poco colaborativa como lo está siendo conmigo, es... difícil, pero puedo intentar usar la baza de haber sido atacada esta noche para hacer que sean ellos los primeros en hablar. Sin embargo, no estoy segura de poder averiguar a quienes votarán hoy LeBlanc ni Braum. - Dijo algo decepcionada, torciendo la boca. 

 Los besos y las palabras de ánimo de Katarina infundieron voluntad y fuerza sobrehumanas a la medio dragón. - 'Mi vida'... - No puedo esperar para ver ese mundo - Apretó ligeramente las manos de la asesina, y las besó ella en su lugar, esta vez - No te preocupes, iré con cuidado - Afirmó con un brillo de convicción en sus ojos. 

 - Sobre los votos de hoy... LeBlanc me da mala espina, pero si la votamos, sospecho que el vacío pueda desaparecer con ella, y aunque no me guste estar ahí, tal vez podría averiguar algo si me quedo un poco más. - Esboza una sonrisa sarcástica, de medio lado. - Es irónico que, habiendo descubierto todo esto, vacile a la hora de votar a la única persona de la que sospecho con motivos, y esté pensando en señalar a alguien por pura intuición. Gragas y Olaf no parecen preocupados por la situación... El borracho vive en su mundo, o, más bien, en su barril. Olaf, por su parte, parece demasiado tranquilo, y además te señaló ayer, y es por eso que, aunque desconfío más de Gragas, pretendía votar a Olaf. Pero si has sacado algo en claro para sospechar sobre otro campeón, o estás de acuerdo en votar a Gragas... - Sugirió, esperando a escuchar sus sospechas y razonamientos antes de decidir.

- Quinn... -murmuró Katarina, frunciendo el ceño extrañada- Todavía no me ha dicho nada en ese sitio extraño. ¿Ella es la que nos trajo a este lugar? -preguntó de forma retórica mientras algo encajaba en su mente. - Claro, por eso Sivir hacía todas esas insinuaciones y me dijo que sabía de mí por otra persona. Y por eso no estornudó nadie, si ella nos observaba no pudo hacerlo mucho tiempo, ya que murió la primera. 

Después ladeó la cabeza, pensativa. - Si LeBlanc es la responsable de ese lugar de vacío podría no tener buenas intenciones. Pero eso no la convierte en una seguidora de Lissandra, ¿verdad? Así que mientras puedas aprovechar ese lugar deberíamos intentar encontrar a los asesinos. Al menos ya tenemos a uno de ellos, ese maldito senescal. 

Asintió entonces, apretando los dedos de Shyvana con los suyos. - Pensaba señalar a Olaf. No me gusta su actitud, esa forma de desentenderse de todo y ni siquiera justificar sus acusaciones. Cuando habla no dice nada y nunca participa de las discusiones. No me gustó que me mirase ayer. - Hizo una pausa. - Tampoco me gustó que Braum te mirase a ti, pero al menos él se molestó en dar una excusa. - Negó levemente. - No tengo pruebas sobre ninguno y tampoco me gusta Gragas. Prefiero señalar a Olaf, pero si crees que Gragas es más sospechoso, puedo cambiar de opinión. Cada vez somos menos y la acusación de cada uno va tomando más peso. Deberíamos señalar al mismo las dos para hacer más fuerza.

 - Por lo que me ha dicho Sivir, debe ser cosa suya, sí. Si Sivir ha podido contactar con ella de alguna forma antes de morir, entonces todo tendría sentido, aunque... Podrían haber sido un poco más discretas. - Tuerce la boca - Que Sivir te dijera aquello delante de todos fue una tontería que os salió muy cara... - Dijo acariciándole la mejilla, sonriendo una vez más al verla sana y salva, aunque ella misma no lo estuviera tanto ese día. 

 - Sí. Es también por eso que quería hablarte sobre las votaciones, incluso sin haber sido capaz de averiguar las de los demás... Pero tienes razón. Aunque también sospeche de Gragas, no tenemos indicios reales que demuestren que ninguno de los dos es culpable, y Olaf te ha señalado como el que no quiere la cosa después de que te atacaran y se ha quedado tan campante. Gragas no se ha metido con nadie todavía... Al menos de cara al público, pero ya tenemos bastantes problemas por la noche como para tenerlos también de día. Votaré contigo a Olaf. - La apoya, sellando su palabra en sus labios con un suave beso. 

 - Por ahora no creo que sospechen nada, y si es posible, espero ganar en estos días el apoyo de Braum, o LeBlanc, tal vez también de Draven. Es importante que aunemos fuerzas pero, de ahora en adelante, deberíamos tener cuidado con esto, o acabarán por descubrir nuestra alianza... Al menos, que ambas hayamos sido atacadas rebaja las sospechas sobre nosotras - Se tranquiliza por el momento. 

 - Por cierto, si hablas con Quinn... Agradezco mucho su confianza, y la de Sivir, pero si te habla de Jarvan, preferiría que no le dijeras lo que sabemos sobre él. Con que lo sepamos los vivos, es suficiente. - Le pidió cabizbaja y algo apagada, prefiriendo no volver a traicionarlo, incluso después de la muerte, y considerándolo innecesario.

Katarina asintió con la cabeza y estiró la mano para tomar la barbilla de Shyvana y levantar su rostro. Enredó sus ojos en los de la semidragona y le sonrió. - Quinn ha hablado y efectivamente ha mencionado a Jarvan. Al parecer clama entre los muertos diciendo que él puede encontrar a los traidores... Aunque no aclara para qué quiere encontrarlos -añadió, arrugando la nariz-. Pero no le he dicho nada sobre él. Quinn no me ha dicho nada que ya no sepamos. Me ha confirmado que fue ella la que nos trajo a este lugar y que hablaba con Sivir cuando la mercenaria estaba todavía viva. También me ha contado lo de Xin Zhao. 

Hizo una pequeña pausa. - También dice que Sivir le ha hablado de alguien que puede devolver la vida a los campeones. No sé si se refería a ti, pero le he dicho que no se ha hablado en público de nada parecido y que no sé nada de eso. Dice que ella todavía podría unir a más gente como a nosotras para descubrir a los seguidores de Lissandra. Me ha parecido que eso lo decía porque está desesperada por volver a la vida porque si uniese a otros como a nosotras también les estaría dando la capacidad de protegerse entre ellos y eso no sería precisamente de ayuda para localizar asesinos.

Suspiró y rastreó en su mente. Algo en las palabras de Shyvana le había llamado la atención y no tardó en encontrarlo en sus recuerdos. - ¿Draven? ¿Él también está en el lugar del vacío o cómo podrás ponerte de acuerdo con él? Si es cierto lo que Jarvan te dijo de él, su opinión puede ser verdaderamente valiosa.

Finalmente, sonrió. - Si sospechan de nuestra alianza, se la expondremos abiertamente. Se las tendrán que ver con mis dagas si se atreven a hablar en contra -amenazó con fiereza pero con una sonrisa divertida en los labios-.

 Shyvana rodó los ojos con expresión irónica cuando Katarina le dijo lo que le habían contado sobre Jarvan. - Si puede hacer lo que me ha dicho, claro que puede encontrarlos, pero incluso si lo hiciera, dudo mucho que figure entre sus intereses el hecho de revelar esas identidades. Al principio pensé que vino a mí porque sabía de alguna forma lo que puedo hacer, para que le devolviera a la vida, y aunque estaba equivocada, y hasta me ha ayudado, no soy tonta. - 

 Intrigada, enarcó una ceja después de que mencionara algo y se cruzó de brazos, pensativa. - ¿Cómo puede Quinn saber nada de eso? He hablado con Sivir de lo que le he hecho a Xin, pero no de que puedo devolver a nadie a la vida... Puede que me haya malinterpretado, pero, aun así, le pedí que no contara nada de eso a nadie, ni siquiera a los muertos, y en el páramo tampoco han hablado de nada de eso. De toda formas y, sintiéndolo mucho, ya que Quinn podría ser una valiosa aliada, guardaré la esencia de Avarosa para nosotras. - La toma de las manos. - Sabes que te seguiría a cualquier parte, incluso al páramo, pero, teniendo esta otra opción, preferiría sacarte de allí. - Besa sus dedos. 

 - Sobre lo de Draven, no tengo ninguna forma de contactar con él en privado, al menos por ahora. - Levanta los hombros - Me refería a... Bueno, tal vez podríamos lanzarle alguna indirecta que sólo él pudiera entender. - 

 - También he estado pensando sobre la esencia de Lissandra... Cuando Xin vuelva a la vida, será un objetivo seguro, pero ahora que los demás saben que él forma parte de los asesinos, aunque afirme que no sigue a Lissandra... - Negó con la cabeza - Será el objetivo de otros, también. Lo que quiero decir es que, sería más seguro para todos si lo votáramos antes de que llegara a la noche, y así guardaría la esencia de Lissandra por si descubrimos algo más. No se si, en caso de que tuviera que esperar hasta la noche para eliminarlo, también le estaría dando tiempo a él para actuar... - 

 Sonrió también cuando la pelirroja terminó de hablar. - ¿De veras? - Rió - Podría ser peligroso, pero el dragón rugiría más fuerte que ellos si se opusieran - Comentó, también divertida - Aunque tal vez también podríamos ganar algunos aliados... Me muero por ver la cara que pondría tu hermana. - Imaginó sonriente.

Con el último comentario de Shyvana, Katarina echó la cabeza hacia atrás y su garganta liberó una sonora carcajada al imaginar la cara de Cassiopeia cuando se enterase. Se sorprendió al darse cuenta de que no pensaba "si se enteraba", sino que daba por hecho que en algún momento se lo contaría a su hermana. Y tendría que aceptarlo. Al fin y al cabo la asesina había aceptado que ella se convirtiese en una serpiente. Se lo debía.

- Sería un momento apoteósico -dijo, sonriendo divertida antes de suspirar-. Ha sido Braum al final. Me parece bien también. Te había señalado -añadió, frunciendo el ceño por un instante-. Pero cada vez desconfío más de todos los que están vivos. Salvo Draven y tú, el resto me parecen sumamente sospechosos. -Ladeó la cabeza y sus cabellos pelirrojos se deslizaron por su hombro. - Swaim, Olaf, Gragas... Esos tres son los que más desconfianzas me provocan. - Hizo una pequeña pausa. - Ojalá Draven hablase más y nos diese alguna pista. Están tan callados todos que es difícil descubrir quién da un paso en falso.

- Escucha -añadió entonces, acariciando los dedos de Shyvana-. Tengo que elegir qué trampa pondré esta noche. Anoche puse el escudo de ataques físicos, así que ese necesita recargarse. - Arrugó la nariz en una mueca. - Fue una verdadera lástima que repitieran con Sivir y no conmigo. No podemos descartar que quieran rematarnos a alguna de las dos esta noche. Al fin y al cabo ayer fueron a por ti. - Se quedó pensativa un instante. - La esencia de Avarosa nos salvaría en ese caso. ¿Qué te parece si uso las trampas para protegernos a una de las dos del señalamiento de mañana? Puede que intenten terminar por el día lo que no podrán conseguir por la noche. ¿Cuál de las dos crees que corre más riesgos en esas acusaciones?

Recordó algo de lo que habían visto y enarcó las cejas, sorprendida. - Por cierto, ¿viste al grandullón peleándose con Ezreal? ¿A qué vino eso? ¿Los demacianos han enloquecido todos o qué pasa? Ya sabía yo que tanta nobleza y justicia y represión os iba a traer consecuencias mentales -añadió, bromeando con una sonrisa traviesa de medio lado-.

 Contagiada de su buen humor, Shyvana sonrió también con la asesina, más relajada, pero subió los hombros un momento, casi con resignación, después de que mencionara lo de Braum  -​ Es cierto, pero no desconfiaba de él, no se porqué. Pero... Bueno, cada vez quedan menos, y menos sospechosos, mientras nosotras seguimos en pie - Añadió, pensando algo después de que Katarina expusiera sus sospechas, que la medio dragón compartía, pero no expondría su idea hasta después de contestar a su pregunta.

 -​ Creo que deberías usarla en ti misma. Yo estoy pasando desapercibida, pero Olaf está insistiendo. No creo que Olaf convenza a nadie más, pero, si pudiera hacerlo... Swain o Gragas encontrarán un nuevo objetivo al que señalar mañana, y espero que no seas tú, pero aun así, si LeBlanc, si la convenzo de que vuelva a hacerlo, tú, y yo, volvemos a votar a Olaf mañana, estaremos en superioridad numérica y no nos pasará nada, aunque... Hay algo más. Creo que sólo es casualidad, pero nunca se sabe. - Miró hacia arriba, dubitativa. - J​arvan fue el primero en entrar al vacío con LeBlanc, y fue votado después. Luego ha sido Braum, y ha pasado lo mismo... Yo preferiría que usaras tu trampa contigo, aunque creo que estarías segura de todas formas, aunque, si lo de LeBlanc fuera algo más que una casualidad, yo también corro peligro. Úsala como prefieras. - ​​

 Vuelve a mirarla, con el ceño fruncido. - Lo de LeBlanc me da mala espina, pero por algún motivo también sospecho más de esos tres. No se si te has fijado, pero Swain y Gragas han votado juntos, por última vez. - Sentenció, antes de explicar porqué al día siguiente votaría uno, u otro -​ Cada vez somos menos, y menos sospechosos. Probablemente ya nos hemos manchado las manos de sangre inocente, y... Aunque no se si eso te carcome mucho... - Recorrió con la vista todas y cada una de las armas que llevaba encima. -​ A mi no me importa repetirlo si así conseguimos salir de aquí. Ésta noche usaré la esencia de Lissandra en Swain, o en Gragas, puedes decirme si prefieres uno, u otro.​​​ En las votaciones de mañana, acabaremos con Olaf de una vez. ​Al día siguiente, Xin volverá a la vida, y lo señalaremos a él para tumbarlo de nuevo, ​antes de que llegue la noche y pueda actuar. Después de todo ya saben que él es un asesino. Entonces sólo quedaremos Draven, tu hermana, LeBlanc, Gragas o Swain, y tú y yo. ¿Qué te parece? -
 Suspiró y negó ligeramente con la cabeza. - A los demás, no sé. A mí me enloqueciste tú. - ​Sonrió divertida, acariciando su barbilla. -​ Sí que tengo que ser una demaciana interesante, sí... - Recordó las propias palabras de la asesina. Lo difícil era no pensar en algo así, teniendo en cuenta que era la última demaciana en pie.​​

Una sonrisa tranquila se fue instalando en los labios de Katarina mientras Shyvana iba desgranando sus sospechas y planes. Se sentía cómoda a pesar de todo lo que estaba sucediendo en aquel otro lugar. Su sonrisa se afiló cuando la semidragona paseó la mirada por las dagas que la asesina llevaba distribuidas por todo su cuerpo. Sus manos se habían ensuciado de sangre inocente tantas veces que había perdido la cuenta. 

Cuando Shyvana terminó de hablar la atrajo hacia ella tirando de su cintura para besarla con avaricia durante largos segundos. - Ya te dije que lo eres. No creo que sea casualidad que seas la única que queda con vida -respondió en un susurro ansioso y se mordió el labio inferior con ganas de seguir-. Vale, creo que vas demasiado lejos para mí con todos esos planes. Yo soy más de improvisar sobre la marcha. - Explicó con una media sonrisa traviesa. Luego estiró la mano para acariciar la mejilla de la demaciana. - Vayamos paso a paso. Entre Gragas y Swaim los dos me parecen harto sospechosos. Quizá más Gragas. Se mantiene al margen como si todo esto no fuese con él. Apenas habla de otra cosa que no sea su cerveza y Olaf y él se han apoyado mutuamente en varios momentos. - La asesina hizo una pequeña pausa y se quedó pensativa un instante. - Y antes, cuando hablé de lo que había confesado Xin entre los muertos, Gragas se adelantó enseguida a decir que entonces él tenía que ser un seguidor de Lissandra, a pesar de que hay varios ataques cada noche. Y adivina quién le siguió a toda velocidad, para asegurar que Xin sólo había defendido a Jarvan. - Una nueva pausa dramática mientras su sonrisa se afilaba. - Olaf. Trata de asegurarte el voto de LeBlanc contra él, pero no confíes demasiado en ella. Jarvan lo hizo y no le sirvió de nada.

- Esperaré algunas horas más antes de colocar la trampa. A ver si alguien más interviene en aquel otro lugar. Así podremos ver si alguien parece tomar en cuenta las palabras de Olaf. Puede que los seguidores de esa bruja quieran aprovechar para sembrar cizaña y caos. 

Con estas palabras suspiró y sus ojos se detuvieron en los labios de la semidragona. - Estoy harta de este lugar y sus tejemanejes. - Sus dedos se deslizaron por la espalda de Shyvana con delicadeza y se inclinó para besar su cuello, muy cerca del lóbulo de su oreja para susurrar con voz tentadora. - Sólo quiero que nos tumbemos sobre unas pieles y derritamos este iceberg. 

 Sonrió la asesina cuando esta cuando replicó sobre sus planes. -​ Sé que le doy demasiadas vueltas, pero me es difícil no pensarlo con ese imbécil acusándonos de tonterías. Sólo quiero asegurarme de que nadie supone un obstáculo para que salgamos de aquí. Lo de Gragas está hecho. - Sentenció, casi con indiferencia. ​Atender apropiadamente a los exigentes labios de la pelirroja era mucho más importante que la poca atención que le merecía ese que pronto sería hombre muerto.

 - Todos están muy callados. Así es difícil averiguar sus preferencias después de la intervención de Olaf, pero dudo que lo tengan en cuenta, si tienen dos dedos de frente. De todas formas, y aunque no puedo confiar en ella aun, intentaré ganarme a LeBlanc, o presionarla en privado para que revele a quien sirve. Salir de aquí debería ser más fácil si colaboramos de tres en tres, en lugar de en pareja, y si no, al menos podría clasificarla como aliado, o enemigo. -

  Un escalofrío recorrió la espalda de la semidragona y su piel se erizó cuando sintió el contacto de los dedos de la asesina, tensándose cuando sintió sus labios y el cálido aliento de su susurro sobre su cuello. Ansiosa, tomó el rostro de la asesina con ambas manos y la miró profundamente a los ojos. -​ No se si seré la demaciana más interesante, pero sí la más afortunada... No puedo esperar a que ese momento llegue - ​Deseó impaciente clavando su mirada en sus labios, y sin poder resistir más a la tentación a la que la asesina la sometía, también lo hicieron los suyos. No quiso pensar en el peligro que entrañaba el paso al amanecer, ya tan cercano, sólo besarla y abrazarla, deseando con impaciencia que salieran pronto de allí, estar junto a ella hasta que las venciera el cansancio.

Katarina sonrió con picardía cuando los labios de Shyvana se unieron a los suyos y un instante después, cerró los ojos, apretándose contra ella. 

Las caricias se hicieron más urgentes, la respiración se agitó y salpicó de suspiros y pequeños jadeos, y las manos y los labios de la asesina recorrieron el cuerpo de la semidragona hasta que las dos cayeron rendidas de sueño, entrelazadas en aquel lugar en el que una burbuja de calma las mantenía separadas de todos los demás. 

El amanecer llegó, sin embargo, y con él un despertar que fue tranquilo, al menos durante los primeros instantes. Katarina remoloneaba en aquel otro sitio mientras en este se desperezaba despacio, como un gato y estiraba todos sus músculos, flexibles tras la noche pasada. Besó la punta de la nariz de Shyvana con ternura, esperando que abriese los ojos por sí misma y deseando ser lo primero que viese al despertar.

- Buenos días, mi vida... -susurró dulcemente cuando la demaciana despertó sana y salva un día más. Y sólo entonces abrió ella misma los ojos en el otro lugar lleno de muerte y mentiras.

Pero algo había sucedido durante la noche. Algo terrible que acongojó el corazón de la asesina cuando por fin se levantó allá y vio el cuerpo de Cassiopeia. Sus mandíbulas se apretaron con rabia y sus ojos brillaron con fiereza. - Joder, no. Cassiopeia. - Su expresión se tensó al ver lo que habían hecho con la última persona de su familia que quedaba viva. Al hacerse consciente de que Cassiopeia ya nunca sabría nada de su relación con Shyvana, que aquellas bromas quedarían en nada. Apretó los puños con fuerza y su voz sonó grave cuando habló de nuevo. - Esto ha sido personal. Pagarán por todo lo que nos han quitado -aseguró, amenazante y fiera-. Cobardes y malnacidos.

 Exhaló un ligero suspiro a la vez que una pequeña sonrisa brotaba de sus labios cuando sintió el beso de la asesina sobre su nariz. Sin duda alguna no eran buenos días, era mejor que eso, y lo confirmó en cuanto abrió los ojos, al menos en el lugar en el que despertó junto a la asesina.

 Se incorporó para estirarse también, con un pequeño gruñido, y recolocarse un poco el pelo, revuelto tras la pasada noche, pero sabía que la tranquilidad no duraría mucho, y un escalofrío recorrió el cuello de la medio dragón y le puso los pelos de punta cuando comprobó que la caída era la otra mestiza. Sin poder resistirse, un tremendo vacío inundó su pecho. Lo de Jarvan había sido duro para ella, pero había encontrado cierto perdón para sí misma tras descubrir que formaba parte de los culpables, pero después de lo de Cassiopeia... Habían hecho daño a alguien importante para Katarina de forma injusta, y brutal, y pagarían por ello.

 -​ K​at... - M​urmuró, posando las manos sobre sus puños suavemente. -​ Pronto acabaremos con ellos, te lo juro. - F​runció el ceño, hablando en un tono firme y grave. -​ Ésta misma noche. Somos pocos... Puedo decirles que sé cosas, y que mañana sabré más, que me consideren una amenaza, aunque sea con mentiras. Tú podrías protegerme, y caerían en su propia trampa. No saldrán impunes de esta... - T​omó sus manos con más entereza y la miró a los ojos, seria. -​ Si sale bien, y no necesitáramos de un día más, o de la esencia de Avarosa... Tal vez podría usarla sobre tu hermana... -

Katarina levantó la mirada al sentir las manos de Shyvana sobre las suyas y su rostro se frunció en una expresión dolida que no compartiría con nadie fuera de aquel rincón. Poco a poco los planes de la semidragona fueron calando en ella y terminó asintiendo con la cabeza. 

- De acuerdo. Haremos eso -convino-. Los provocaremos esta noche para que caigan en nuestra trampa y paguen por lo que han hecho... - Hizo entonces una pausa y sus ojos serios se enredaron en los de Shyvana. - Pero ten cuidado con Olaf durante el día. Finalmente puse la trampa sobre mí para estas votaciones. Así que no deben señalarte a ti. Si alguna de las dos debe ponerse en el punto de mira, seré yo. ¿LeBlanc ha dicho algo? ¿Sabes si votará con nosotras? -preguntó mientras valoraba las últimas palabras de la demaciana. Terminó negando con la cabeza. - Si cuando todo termine aún tienes esa esencia... Te agradeceré mucho que la uses con mi hermana. Pero hasta que ese momento llegue, guárdala. No podría seguir adelante sin ti. - Su mirada se volvió más firme antes de matizar. - No quiero hacerlo.

Tardó varios segundos en decir algo más y antes de hacerlo resopló, frustrada. - Empiezo a dudar de todo. Me planteo si Jarvan no nos habrá engañado con lo de Draven para que no nos fijásemos en él y en realidad es uno de los aliados de Lissandra. Me planteo si Olaf estará diciendo la verdad y realmente es Swaim el que nos la está jugando. Hasta me planteo si nos habremos equivocado con LeBlanc y ella en realidad es una asesina. Aunque entre ellos Olaf y Swaim son los que más dudas me provocan. - Movió los dedos para entrelazarlos con los de Shyvana. - Tengo la sensación de que las votaciones de este día serán definitivas. Si conseguimos sobrevivir a ellas sin usar la esencia de Avarosa, esta noche estaremos a salvo. Mañana podría terminar todo, con suerte. 

 Shyvana acarició el rostro de la pelirroja, tratando de reconfortarla tras su pérdida y sus dudas. Ella misma las había compartido también, pero esa información y la compañía de Katarina eran el único apoyo que tenía.

 -​ Igual... Me he adelantado un poco... - Se rascó la nuca torpemente, antes de justificarse - Pero quiero presionar a Olaf, que hable, no me creo que ninguna de las hermanas haya contactado con él. Podría haber dicho que Serylda o Avarosa lo hicieron, pero después de haberlo negado por completo, sólo parece más sospechoso. ​​N​o se si LeBlanc votará con nosotras hoy, pero sólo hace falta tener dos dedos de frente para saber que es él quien se contradice y dice cosas sin sentido y ganar apoyos... Además - La miró más seria esta vez. -​ No sé qué planean en el páramo, ni cómo piensan llevarlo a cabo, pero ​de alguna forma influirán sobre lo de ésta noche. Gragas sospecha de Olaf, Jarvan, de LeBlanc, y ese imbécil de Xin está volviendo a sembrar la duda sobre ti. Tal vez me haya precipitado, pero estoy bastante convencida de que estaré bien hasta la noche, y es mejor que hayas usado esa trampa en ti. - Le dice ​segura, y marcando con rabia el asunto de Xin. -​ Ojalá sean tan tontos como para caer en la trampa esta noche, si no es Olaf el culpable. - Se tensa un poco, ansiosa.​ - Con algunas mentiras se pondrán más nerviosos y, como Sivir, me convertiré en su objetivo, pero ésta vez habrá alguien esperándolos. - Apretó la mandíbula.

 Hizo una breve pausa antes de negar ligeramente con la cabeza, exasperada, y continuar. -​ No podemos saber con seguridad qué sospechas son ciertas y cuales no, pero las dudas y las contradicciones de Olaf y lo que sabemos sobre Draven es lo único que tenemos para guiarnos, ya que LeBlanc no está participativa. Yo creo a Jarvan, pero entiendo que, viniendo de él, sigue sin ser una gran garantía... Como sea, pase lo que pase - Tomó las manos de Katarina con firmeza. - Esto ya es prácticamente nuestro. Saldremos de aquí juntas, y con un poco de suerte, también tu hermana. - ​T​erminó apartando un mechón de pelo de la asesina para besar su frente.

Katarina cerró los ojos brevemente cuando Shyvana besó su frente y con un pequeño suspiro movió el rostro para acariciar la mejilla de la semidragona con la suya. 

-  Olaf se ha condenado él solo con sus palabras. No creo que hayas hecho mal al adelantarlo. Con un poco de suerte te habrá servido para quitarte del medio en estas votaciones. Que la cosa esté entre Olaf y yo está bien, si lo eligen a él, bien para nosotras. Y si me eligen a mí, morirá uno de ellos... Bien también. - Se encogió de hombros y renuentemente se separó un poco de ella para mirarla a los ojos. Mientras pudiera perderse en el azul intenso de su mirada, todo iría bien. 

- Xin no podría ser más estúpido ni haciéndolo a propósito. Ojalá todo termine antes de que él pueda volver. Que hable lo que quiera en ese páramo. Si vuelve a la vida lo enviaré de vuelta a ese lugar -amenazó con fiereza-. Tú sigue con ello, haz que esos asesinos piensen que eres una amenaza para ellos como lo era Sivir. - Los dedos de la asesina acariciaron la empuñadura de su daga con delicadeza. - Los estaré esperando cuando vayan a por ti. 

- Ojalá Draven y LeBlanc se pronunciaran. Al menos nos serviría para poder formarnos una opinión de ellos. Pero con su silencio... Las apuestas son al vacío.

 -​ LeBlanc habría estado mejor si se hubiera quedado callada... - H​izo una mueca de rabia con la boca, molesta. - ¿Se puede saber qué pasa por la cabeza de esa bruja? ​¿Cómo demonios la ha convencido Olaf con esa sarta de patrañas sin sentido? - Preguntó incrédula, sin entender en qué momento ni con qué lógica se habían vuelto ya dos en su contra, de buenas a primeras. - Intento convencerla en el vacío de que rectifique, le he dicho lo que le hice a Xin, y que fue gracias a la esencia de Avarosa que sobreviviera, que estoy indefensa. Quiero que se arrepienta de sus sospechas y rectifique, o que se confíe esta noche si pretende atacarme. No le he mencionado la de Lissandra. Si consigo que cambie de opinión, o si sólo Swain o Draven nos apoyan, estaré segura hasta la noche. - A​prieta los puños, con rabia e incertidumbre. -​ La voluntad de muertos tendrá peso al atardecer, tienen sed de sangre, y parecen querer la de Olaf y LeBlanc especialmente. Esto es sólo un... Contratiempo. Las probabilidades de victoria están a nuestro favor. - Tensa la mandíbula y bufa antes de volver a hablar, llena de determinación y con el ceño fruncido. ​-​ Aplastaré a quien se atreva a venir a por nosotras, sin importar cuantos sean. - Afirmó convencida, harta de aquella guerra cobarde y rastrera.​

 Cerró los ojos un momento y volvió a mirarla a los ojos, sonriendo con orgullo tras saber que algo había cambiado. - LeBlanc estará con nosotras esta noche. Aunque dice que, hasta entonces, pretende aparentar lo contrario. -

Los labios de Katarina se estiraron en una pequeña sonrisa. Sus ojos aún estaban teñidos por la tristeza y la ira que la pérdida de su hermana le había acarreado, pero no podía evitar sentirse segura y a salvo con Shyvana al lado. 

- Me encanta cuando sacas la furia del dragón -dijo, buscando sus ojos y esforzándose por sonar al menos un poco divertida-. No importa si LeBlanc, Olaf y quien quiera me señalan a mí, caerán ellos en mi lugar. - Estiró la mano para acariciar la mejilla de la demaciana. - Pero a ti no deben mirarte por nada del mundo. Aunque no creo que lo hagan. - Contempló a Shyvana con una pizca de orgullo. - Creo que los has convencido. Y si es así, serás un buen objetivo para esta noche... Que es lo que queremos.