Partida Rol por web

Cuando sucedió aquel cambio de planes no pude alegrarme más, y mientras íbamos entrando le dí un ligero codazo a Jesse al igual que le sonreía, entrando junto al resto hasta la sala de computación. Una vez tomamos asientos rápidamente Jesse comenzó a teclear. -Bien, tu busca y mientras veré si logro sacarle algo de información a la profesora Minerva, si veo que no va a algún lado veré si me escurro y averiguo algo de los demás profesores, suerte.-

Después de decirle aquello me levanté y caminé hacia ella, para luego tomar una de las sillas de computación hasta rodar hasta ella, para luego dar un par de pequeños toques al escritorio donde estaba como simulando una puerta, para así poner mi mejor sonrisa, aunque tal vez no contrastaba muy bien con las ojeras que traía. -Toc toc, ¿Como está profesora Minerva? Hace un buen tiempo que no nos vemos, ¿Que tal fue su Verano?-

Matias se había sentado en el primer asiento que vio libre al llegar, no se había perdido el discurso inaugural por muy poco. Todo el estrés temiendo su primer día, donde según las películas le harían salir a la pizarra a contar su vida, se quedó en agua de borrajas. Parece ser que les habían hecho ir hasta allá solo para escuchar una charla que apenas había llegado a la media hora. Al menos sus papeles estaban listos y sellados. Que le hiciesen ir al instituto para nada era una nimiedad comparado con que le hiciesen ir a otro continente para nada.

Cuando la gente empezó a abandonar el sitio pudo centrar su atención en los dos chicos que se sentaban a su lado. Por alguna palabra que logró cazar de su cuchicheo, parecían preocupados por la salud de la directora. Ambos se veían cordiales, o al menos tuvieron la iniciativa de saludarle.

-¡Ey! A ti no te conozco ¿eres nuevo?... Hola. Me llamo Robert, y este es Wyatt

-Si nos sueltan, no es divertido escaparse.- comentó a su amigo mirando a la gente salir. Luego volvió su atención a Matias. -Hola, encantado. Soy Wyatt.- Se presentó aunque el otro ya hubiese dicho su nombre. -¿Eres nuevo?- Preguntó lo obvio con curiosidad

No tendría nada de malo llegar tarde el primer día ¿Verdad? Menos aún si los que me retrasaban eran los mismos ejecutivos del colegio, releyendo una y otra vez mis papeles de admisión. ¿Qué tanto tenían que confirmar y re-confirmar? Ni que tuviera un sumario de crímenes...

Mi tía me saludó con un beso en el cachete, lo cual hubiera considerado suicidio social de no haber sido porque lo hizo cuando aún estábamos en la oficina de admisión, lejos de la vista de todo el mundo. Iba a protestarle pero... no podía enjorme con ella. Le devolví el beso y salí corriendo justo para escuchar en los altoparlantes adónde debía dirigirme.

Fue la ceremonia de inicio de clases más corta de mi vida. ¿Adónde estaban los abanderados? ¿Y el acto de los freshman? Sin duda estaba lejos de casa...

Quedé algo descolocado ante la idea de saber que nos podíamos ir. Observé desorientado mientras todo el mundo comenzaba a salir del lugar cuando dos voces me tomaron de sorpresa.

-S-sí!... Soy nuevo. Me llamo Matías- respondí a los muchachos que se dirigieron a mí -Un gusto Robert, Wyatt. Sí, soy nuevo... en la escuela y el país- les asentí con la cabeza, sonriéndoles -Entonces... ¿Nos han dado el día libre o me predí en la traducción? -pregunté algo avergonzado. Después de todo y por mucho que hubiera estudiado, era mi primera vez hablando con nativos del país foráneo. Me uní a ellos e instintivamente comencé a seguirlos mientras salíamos del lugar -¿Esto pasa todos los años?- pregunté curioso.

La profesora levantó la vista. Por un instante una sombra de preocupación surcó su rostro. Rápidamente sus ojos buscaron a Jesse, pensando que quizá se trataba de la típica estrategia de "uno la distrae, otro intenta montar algo que ha roto, o robar una impresora" pero Jesse tecleaba inofensivamente en un ordenador, así que la mujer apartó aquellas sospechas de su mente.

-¿Mi verano? Pues...- hizo una pausa, repasando la lista de "sin permiso para salir antes". -¿habéis venido aquí voluntariamente? ¿No preferiríais marchar a otro sitio, lejos del instituto?

Suspiró. -Pues mi verano fue bastante bien. Nietzsche me dio un susto hace poco, resulta que tuvo una reacción alérgica a su pienso. ¿Te lo puedes creer? ¡Un gato con alergia a una proteína del pescado! Pero ya está bien, solo fue un susto. Aparte de eso no hice mucho más, ningún gran viaje, solo un par de escapadas de fin de semana. Me puse al día con mi lista de lectura ... y poco más. Bueno quizá viví algún  tipo de aventura secreta, algo que si te contará tendría que matarte.- Le dijo con tono serio y cara de no estar bromeando. De inmediato sonrió y añadió: -No, los libros que tenia pendentes han sido mi mayor aventura.

¿Y como fue tu verano? ¿Aprendiste algo? ¿Leíste algo interesante?

El chico abrió los ojos interesado. -¿De otro país? ¿Cuál? Si que se te nota un poco de acento, pero pensé que eras de Texas.

-¿¡De Texas!? Tú no has conocido muchos texanos, ¿no?- Le dijo a Wyatt. Luego volvió su atención a Matias: -No se lo tengas muy en cuenta. ¿Conoces axteris y obelix? Pues el es como obelix, se cayó en la marmita de marihuana. Yo tengo algo de sangre griega, pero muy muy lejana.

-¿Entonces no vamos a fumarnos uno ahora al jardín no?- Preguntó con retintín. -No te preocupes, me lo fumo solo en casa a caraperro.

Luego se dirigió al nuevo: -Espero que no seas un delator ni uno de esos que se creen las campañas de las drogas son malas y el templo es un cuerpo. Sí es así, todo lo que has oído era falso... sí, eso... una novatada para incomodarte pero no iba en serio

Al momento de ver su rostro mostrando esa preocupación no pude evitar soltar una muy corta risa, antes de ver como repasara la lista respondí. -Ah si, teníamos que investigar un par de cosas y ya que estábamos aquí pues decidimos despejar la duda ya que podíamos seguir aquí. Así que mientras Jesse investiga pues quise hablar con usted.-

Luego solo guardé silencio, escuchando con genuino interés lo que me creó, soltando una corta carcajada por lo que pasó con Nietzsche. -Perdón pero eso es de verdad algo absurdo, tanto que me da risa pero lo lamento.- Respondí antes de que ella continuase, y cuando hizo aquella broma decidí seguirle un poco la corriente, mostrando una expresión de entre asombro y algo de miedo antes de sonreír cuando ella lo hizo. -Pues la verdad fue genial creo yo, mamá y yo pudimos ir hasta New York por un asunto de negocios y claro, además de eso poder ver a mi hermana mayor y pasar tiempo juntos, luego al volver conseguí un trabajo donde ya llevo un considerable tiempo, he estado reuniendo... Pude leer el libro de Drácula de Bram Stoker, también he estado mirando uno que otros documentales... Creo que no he hecho cosas muy interesantes.-

-Por cierto, quería saber, no sé que tan amigas sean usted y Frau Möller, pero, ¿Como ella sabe eso del videojuego que estaban hablando los chicos cuando estaban haciendo el discurso de inicio de clases? La verdad quisiera saber.- Pregunté mientras soltaba un par de risas, pero una vez estas callaron ante otra duda. -Y por cierto, si tampoco es tanta molestia... ¿Que le sucedió? Parece que fue algo fuerte, o me dio esa impresión cuando la vi tambalearse.-

Aunque la conversación sea Arthur-Minerva, espero a Jesse.

Jesse seguía tecleando en busca de información interesante que le pudiera conducir a alguna conclusión sobre lo que estaba apunto de acontecer. De momento no estaba encontrando nada significativo, nada que pudiera dar luz a todo aquel asunto. No había demasiados resultados en las búsquedas que se aproximaran lo más mínimo a lo que había sucedido la noche anterior y las que trataban temas similares, pronto las descartaba por no coincidir realmente con lo que estaba investigando. Empezaba a desesperarse de no encontrar nada relacionado con lo que estaba buscando y de fondo, escuchaba la conversación que Arthur estaba teniendo con la señorita Minerva.

Cuando Arthur comenzó a preguntar por la amistad que unía a Minerva con Möller y sobre el videojuego y lo que le había sucedido a Frau Möller, Jesse dejó de teclear y miró por encima de la pantalla para saber como se tomaba Minerva, aquellas preguntas tan personales. Esperaba que Arthur no le pareciera un chismoso, cosa que a Jesse si se lo estaba pareciendo en aquellos momentos, aunque suponía que tampoco tenía porque enfadarse, bastaba con alegar que no quería revelar ese tipo de datos personales y punto.

Me reí ante los chistes de Robert. Claramente esos dos ya se conocían y posiblemente eran amigos. -Soy de España, de Bilbao. Llegué hace poco a Daring.- les respondí antes que Wyatt comience a hablar sobre... ¿Drogas?

Negué con la cabeza ante su duda -Tranquilo, no soy ningún delator. Honestamente, nunca he probado nada de... eso. Ni siquiera conozco mucho sobre el tema- confesé rascándome la cabeza algo avergonzado -Pero no soy quién para juzgar- me encogí de hombros.

-Entonces... ¿Qué hace aquí uno para divertirse? ¿O acaso todos se van a casa? - Inquirí. 

Un tranvía llamado deseo. Conocía la obra, sobre todo por el detalle de que había aparecido en un capítulo de Los Simpsons. También sabía que había habido una película antigua en la que aparecía Marlon Brando en uno de los papeles principales, aunque nunca la había visto. Nunca había sido muy fan de ver cine en blanco y negro.

-De acuerdo. Leeré el texto de Stanley -decidió el rey del instituto, dirigiéndole a Renata una sonrisa pícara-. ¿Tenemos alguna escena juntos? Porque eso sería interesante... -Le resultaba inevitable recordar la mítica escena de los Simpsons en la que un Ned Flanders descamisado se asomaba al balcón de una vivienda y gritaba "¡Stella!". Algo le dijo que le había tocado ese mismo papel.

Roland aguardó a que le dieran el guión de la obra de teatro para comenzar a echarle una ojeada y tratar de meterse en el papel que le habían designado.