Partida Rol por web

Los Guardianes continuaron su camino hasta que finalmente vislumbraron Mesné. Para su sorpresa vieron como una decena de ¿forjados? trabajaba para levantar un muro de piedra en torno al poblado. La primera pregunta que le vino a todos a la cabeza era de dónde habían salido todos esos  forjados. ¿Podía ser de esa torre de la que había hablado Chetire?

La verdad es que el hecho de que hubiera más forjados lo complicaba todo de sobremanera, luchar con seis de ellos ya se antojaba un auténtico desafío, pero ahí había diez y quién sabía cuántos más podía haber en toda la ciudad. Pero aquella no fue la única sorpresa que los aventureros se llevaban. Alguien los esperaba en la puerta de Mesné.

Adín.

El forjado avanzó hacia los Guardianes Errantes mientras estos se dirigían hacia el pueblo hasta plantarse a unas decenas de metros de ellos.

—Me gustaría daros la bienvenida a Mesné, pero tanto vosotros como yo sabemos a qué habéis venido. Vuestros patéticos intentos allá atrás sobre dónde me encontraba o las referencias a mi hermano Shem.... Y tengo la fortuna de que gracias al asesino de mi hermano, todos sus recuerdos están a mi disposición—Adín se tocó con el dedo índice en la sien para repetir—. Todos. ¿De verdad creíais poder engañarme?

—Bueno al menos ya no hay que preocuparse porque nos descubran—dijo Jace por lo bajo.

—No voy a ser tan patético como para deciros que mi hermano os mintió en lo que os dijo. Es cierto que ansío un cuerpo como el vuestro. Y estoy dispuesto a lo que sea para ello. Pero no tengo intención de hacerle daño a nadie deliberadamente. Y también voy a trabajar para darle lo mejor a Mesné. Lo mejor para que el pueblo crezca y se convierta deje de estar bajo el yugo de Aguasfrías o Treslunas.

El primogénito de Vorpymyprov extendió los brazos.

—¿De verdad vais a oponeros a que este pueblo viva su época dorada?  De verdad un grupo como el vuestro está en disposición de convertirme a mí en el malvado de esta función? ¿Acaso sois vosotros más inocentes que yo? En este mundo lleno de asesinos y tiranos, ¿yo voy a ser el gran villano?

Elbrietas llevaba mucho tiempo en silencio. Demasiado. Había ido perdiendo amigos, conocidos, esperanzas... Pero se acabó. Era hora de volver a enfrentarse a todos los aspectos de la vida.

Elbrietas puso los brazos en jarras y se preparó cogiendo aire para decirle unas cosas bien dichas a ese pedazo de hojalata.

- Adin, siento mucho bajarte de esa nube pero... de gran villano nada pedazo de trasto, es decir. Quizás sea por que eres muy alto y estás acostumbrado a mirar al mundo por encima del hombro de la mayoría. Pero en fin, lo gnomos igual por ser bajitos sabemos bien que incluso el mayor de los tesoros es la suma de un montón de monedas. Y cada moneda no vale más que si misma. Es la suma de todas ellas la que le da ese valor de tesoro. Y le puedes preguntar a cualquier dragón. Así que menos gran villano ni nada...

El mundo como bien has dicho está lleno de gentuza como tú que por ser algo más lista o fuerte que la media, se cree con la capacidad e incluso el deber de cambiar el mundo. Y no.

Si de verdad hubiera un Gran Villano. No habría héroes como nosotros ya y todo el mundo estaría bajo su poder.

si hubiera un Gran Héroe. Los villanos estaríais tan cagados de miedo que no haríais nada a luz del sol.

El mundo está lleno de lo que hay hoy aquí, un idiota cerebro de hojalata con aires de grandeza y una panda de inconformistas decididos a impartir algo que llaman justicia, si hace falta a base de golpes y violencia.

¿Nos empezamos a entender?

-Adín...¿de verdad te crees tu propia historia? Te has apoderado de la mente de tus hermanos sólo para tu propio beneficio. ¿De verdad te crees capaz de decidir qué es mejor para un pueblo si ni siquiera has sido capaz de cuidar bien de tus hermanos?

El paladín negó con la cabeza mientras miraba al forjado.

-Tu sólo te contradices en tu arrogante discurso diciendo que harás lo que sea por conseguir tus objetivos pero también dices que no quieres hacer daño deliberadamente... ¿Y qué sino es apoderarte de las mentes de tus hermanos? ¿Que otra cosa es erigirte como salvador de un pueblo que nunca te ha pedido que lo salves? Sacas conclusiones como un niño pequeño... te falta aprender que el tener la capacidad de hacer algo no te da derecho a hacerlo.

Aethorn miró a Adín con decepción. Recordaba su combate con él como algo increible. Le ocasionó un gran respeto y pensó que era mutuo... pero escuchar a Adín hablar así...le partía el corazón. La cabeza de Aethorn sólo podía pensar en que le debía a Shem intentar hacer ver a Adín que estaba equivocado.

Se quedó sorprendida un tanto por encontrarse allí con Adín y bastante inquita por su posterior discurso. Entre otras cosas, llegó a la conclusión de que, si este había adquirido los recuerdos de Shem, de nada servía que se mantuviese al margen sin intervenir. Además, las primeras intervenciones de sus compañeros estaban siendo bajo su punto de vista demasiado vehementes, por lo que tenía que intentar bajar el tono de la conversación si no querían verse en una absoluta desventaja al cabo de unos minutos.

Caminó unos pasos hasta colocarse delante del grupo, se inclinó ligeramente y colocó su mano en la frente a modo de visera para aparentar que miraba mejor todo lo que estaba sucediendo en el pueblo, sin hacer ningun tipo de contacto visual con el forjado.

- Bueno, bueno, bueno. –comenzó diciendo con tono completamente despreocupado mientras continuaba mirando hacia el pueblo.  - A juzgar por ese muro, parece que piensas defenderte de un ataque. ¿Así pretendéis dar a Mesné su época dorada? ¿Poniéndole un muro que la aísle del exterior? Porque cariño, si yo fuese una mesneña y viera que de la noche a la mañana me colocan ese mamotreto en la puerta de mi casa estaría cagadita de miedo. ¿Y todo por los recientes robos en una mina? No se, no lo termino de ver...

Finalmente recobró la compostura, dirigió su mirada hacia donde estaba Adin y dijo:

- Por cierto, soy Morowe, aunque eso ya lo sabías ¿Verdad? –dijo en tono cómplice con el forjado, y continúo diciendo: - Ahora estoy de viaje con ellos, que supongo que eso si es una novedad para ti. En fin, centrémonos en el pueblo que no me quiero andar por las ramas. Parece que has encontrado a más hermanos por el camino para ayudarte en tu propósito, menuda suerte chavalote… o puede que quizás todos ellos hayan salido de la fortaleza enana y esa es la verdadera razón de fortificar el pueblo ¿No? –concluyó lanzando esa pregunta retórica al aire.

Adín negó con la cabeza.

—Vuestra falta de saber me resulta molesta. Juzgáis al mundo sin pensar en vuestra propia autocrítica.

El forjado miró a Elbrietas.

—¿Vas a hacer justicia? Mi hermanos todavía espera que hagan justicia por su asesinato—el forjado se llevó la mano a la espada y miró a Klaus—. Pero me parece que me va a tocar a mí hacerla.

A continuación se dirigió a Aethorn.

—No me he apoderado de las mentes de mis hermanos paladín, hemos fusionado nuestras esencias. Somos cada uno de nosotros y todos a la vez. Somos mucho más. Hemos mejorado la obra de mi padre y todavía podemos hacerla evolucionar. ¿De verdad te atreves a decir que no he cuidado a mis hermanos? Y piensa mejor lo que dices, tus palabras se pueden aplicar también a la inversa. Éste pueblo quiere que lo ayude, que lo lidere. ¿Tu capacidad para oponerte te da derecho a hacerlo?

Y finalmente se dirigió a Morowe.

—La Vindicadora, si te recuerdo por desgracia. Te has preguntado por qué este pueblo, rico en recursos naturales, no tiene las calles empedradas en oro. Ladrones, gobernantes corruptos, asaltos... todo eso unido a una terrible planificación es lo que tiene a éste lugar sumido en la indiferencia. Este pueblo necesita planes, defensas, una fuerza militar, una formación... sólo así podrá explotar sus riquezas. Pregúntale a tu compañero enano, pocas veces habrás oído hablar de una ciudad enana pobre. Y respecto a esos obreros, no son hermanos míos, ni tienen vida, sólo son carcasas. 

Adín entonces miró a todo el grupo.

—No tenía intención de hacerme cargo de la ciudad de Mesné. Nuestro objetivo era retirarnos a la fortaleza y continuar con nuestra evolución. Pero cuando llegamos aquí y vimos la ciudad controlada por la Mano Negra hicimos lo que teníamos que hacer, dar un paso al frente. Puedo ser tan villano como vosotros lo sois de vuestras propias historias. Ninguno de los que estamos aquí es inocente. Pero os advierto una cosa. Si me convertís en el villano de esta historia, lo seré. Lo seré hasta tal punto que lo ocurrido en Entrebosques os parecerá una tontería. Pero no quiero serlo, así que os lo pediré por favor. Marcháos Guardianes Errantes.

No se había esperado aquella confrontación tan pronto. Sabía que ocurriría en algún punto de su estancia, pero que estuviera ya allí encarándolos tan descaradamente, y que fuera por la pérdida de Shem hizo que el estómago le diera un vuelvo. Había perdido la motivación para muchas cosas en aquel momento del viaje y era bastante palpable que se había vuelto taciturno.  

Su mirada se fijó en Elbrietas, y no pudo evitar sonreír ligeramente, le habría dado un abrazo si no estuvieran allí, aunque realmente se lo habría dado a todos tras aquellas palabras. Todos tenían claro que no dejarían que un megalómano se alzara con el poder absoluto de aquellas personas. Y entonces dijo aquello y se puso blanco cuando Adín acerco la mano a la empuñadura de su propia espada. 

No eres tampoco un héroe el poder de decisión está en cada uno, no puedes imponer lo que crees mejor para los demás por ti mismo, no eres mejor que mi hermano...todos os creéis con la verdad absoluta de todo.... - Se mordió el labio. - Cada cual es libre de romper sus propias cadenas y elegir su destino, para bien o pasa mal y tú ..tú estás eligiendo por todos ellos según lo que te parece adecuado.... 

Adín respondió a Klaus con un tono de voz frío como el acero.

—Romper las cadenas y elegir... como hiciste tú cuando le cortaste la cabeza a mi hermano, ¿verdad?

Las palabras de Adín fueron como una bofetada.

—¿CÓMO?

—¿QUÉ ESTÁS DICIENDO?

Zhukov se había quedado detrás de sus enfurecidos amigos apretando los dientes, furioso. No quería poner en peligro a sus amigos atacando a Adin, pero conocía el modus operandi de malvados como el. Trastocaria las palabras con su inteligencia y haría enfrentarse al grupo entre ellos. Por eso no sabía qué hacer.

Su acusación hacia Klaus fue el detonante. Se interpuso entre el druida y Adin. La cara roja de ira

— ¡Demonio de hierro! ¡¿Como osas hablar de esa manera a cualquiera de nosotros con tu impía lengua metálica?! — Después señaló al grupo — ¡No conseguirás engañar a ninguno de ellos! ¡Nosotros confiamos en nuestros amigos! ¡Somos hermanos, no de sangre sino de alma!

Dirigió una severa mirada a Jace y Rajmia

Aethorn se quedó unos segundos en shock ante tal afirmación de Adín. Intentó mantener la compostura pero le fue imposible no mirar a Klaus por un instante. Aun así no tardó demasiado en recordar con quién hablaba y sobre quién hablaba.

-¿Sabes Adín? ¿En serio crees que por que tengas los recuerdos de Shem eres capaz de juzgar lo sucedido? Si de verdad hubieses querido evitar que a Shem le pasara algo deberías haber estado allí para combatir a su lado. Estoy seguro de que todos y cada uno de los guardianes hicimos todo lo posible por salvar a la vida a Shem. Yo mismo si tuviera oportunidad me hubiera cambiado por él si hubiera sido posible... Créeme cuando te digo que no pienso descansar hasta hacer justicia en nombre de Nihal por la muerte de Shem.

Aethorn dió un segundo a Adín para que pensara pero sin dar tiempo a responder. 

-En lo que tu crees no es en la justicia, sino en la venganza. Si fueras justo intentarías averiguar lo que allí pasó, ya que ni Shem, ni yo, ni Klaus, ni nadie tuvo una visión completa de lo sucedido ya que  nos vimos obligados a separarnos, empezando por el horrible ataque que sufrimos aquella noche. El hecho de haber fusionado tu mente con la de tus hermanos te ciega más de lo que te permite ver... Para empezar a averiguar la verdad deberíamos capturar al responsable de aquel ataque, y averiguar sus intenciones, y tarde o temprano daré con él.

Elbrietas estaba confusa ciertamente. Tenía unas ganas terribles de pegar puñetazos a algo, o preferiblemente a alguien. Curiosamente Adín cumplía ambos requisitos. Pero tenía muchas dudas, como bien sabía en mena de oro... No todo era blanco y negro, ya ella misma y sus amigas Aguja y Nudillos... Todo en la vida hubiera sido mucho más sencillo si hubiera podido ser pastelera y panadera... Con cierto gesto de tristeza levantó las manos y se miró los guanteletes. Ilusión y Esperanza se verían para otros ojos viejos y abollados, pero para ella relucían como el primer día. Y había algo que la carcomía...

- Ya sabes que no soy muy dada a la magia ni buena en ella. Sea de libros viejos o de dioses aún más viejos pero... ¿Si tan mala ado es, no deberiaís poder detectar ese “mal” en el con esos poderes vuestros compañeros? Es decir. Ha dicho que tiene todos los recuerdos de Shem...

Algunas lagrimillas se acumulaban en los ojos de Elbrietas indecisas entre retroceder o caer de sus ojos.

- Si el tiene los recuerdos del cabeza de hojalata, quizás le podría traer de vuelta. Le echo mucho de menos... Sólo quieren un poco de carne y beberse una cerveza sin oxidarse. ¿En verdad es eso tan malo? No me malinterpretéis, Sigo creyendo todo lo que dije antes de este patán, pero... Soy una gnoma hasta la médula y una soñadora optimista incorregible. Aunque no lo quiera y sea más fácil romper caras, no puedo evitar... Pensar que a su manera tiene su parte de razón. Estoy con vosotros amigos, y sabéis que daré mí vida por vosotros, pero creo que aquí se están moviendo muchos sueños, esperanzas e ilusiones y que no debemos actuar de forma precipitada. Además Klaus, aquí hay muchas cosas que no entiendo y sigo sin saber que pinta tú hermano en todo esto, y lo digo en serio... Creo que no me he enterado de nada aún, pero me daba vergüenza decirlo en voz alta, ya sabéis que soy un poco corta de entendederas, lo cual es aún más gracioso siendo un gnomo.

—Decís querer mucho a mi hermano, pero a la hora de la verdad, vuestro compañero está por delante—los acusó Adín apuntando a Klaus con el dedo—. Decepcionante. No tengo más que hablar con vosotros Guardianes. Si os oponéis a nosotros Mesné pagará las consecuencias.

Parecía que ya lo había dicho todo cuando añadió algo más mirando al druida.

—Tú y yo ya ajustaremos cuentas.

Adín se dio la vuelta para volver hacia el pueblo, pero antes de que nadie pudiera ir a por el forjado o ni siquiera pensarlo, hubo alguien que se interpuso entre el grupo de los aventureros y el "Señor de Mesné". 

Jace.

—Jace, ¿qué estás haciendo?—preguntó Rajmia— Un momento, no te habrás creído las palabras de Adín. Barril tiene razón, ¿cómo lo va a hacer Klaus? ¡El forjado nos está manipulando! ¡Tenemos que detenerlo!

El mago negó con la cabeza.

—Al cuerno con Adín—replicó—. ¿Si Klaus no lo hizo por qué no se ha apresurado a negarlo? Fue lo mismo en Entrebosques, tampoco quería hablar de lo sucedido. Es la mejor manera de no contar lo que sucedió.

Jace lanzó una furibunda mirada a sus compañeros.

—¡Estáis mirando a otro lado! ¿Dónde está ese inconformismo que busca justicia Elbrietas? Y tú Barril, si somos hermanos, ¿por qué no buscas la verdad en vez de negarte a aceptar que algo raro está pasando? Shem valía menos porque llevaba menos tiempo con nosotros. Porque supongo que eso también se me puede aplicar a mí. Aethorn...—dijo mirando al paladín con decepción— ¿De verdad vas a posponer todo este tema hasta encontrar al hermano de Klaus?

Se quedo mirando a cada uno de los presentes apretando los puños y los labios antes de bajar la mirada solo para desatarse las cimitarras y lanzarlas a los pies del mago. - Si no confiáis en mí no tengo mucho más que decir aquí...¿Es por que era mi hermano el que nos atacaba?.....¿Para vosotros es confuso?......Acaso sabéis o pensáis como se siento yo al ver al que fue mi héroe matando sin control….saltándose todos los preceptos que el mismo me enseño cuando era un crio.... 

Estaba temblando en aquel momento. - No....no puedo con esto...Si....queréis creer que soy un asesino, adelante, ejecutadla sentencia...vosotros no estabais alli, quien se siente mas culpable soy yo....mas que ninguno de vosotros…por que encima....perdí no solo a Shem, me perdí a mi mismo y a mi familia…todo lo que se, todo....debería haber muerto yo... 

Se arrodillo echándose la cabeza echando la capucha hacia atrás para quedar en una posición completamente sumisa y que cualquiera pudiera darle el golpe de gracia en aquel momento.