Partida Rol por web

DÉCIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIA MAÑANA. - TIEMPO: DÍA GRIS.

Después de una mañana organizándose, el grupo de Hermanos parecía ya dispuesto a regresar. Se habían limpiado y vendado heridas, se habían recogido enseres que podían ser necesarios, incluso fabricada una especie de parihuelas con lonas para transportarlos. Otros objetos se habían repartido entre los que llevaban menos carga, Derviche entre ellos.

Finalmente se había agenciado uno de los odres para agua, y nadie se había opuesto. Bien.

Los muertos habían sido apilados, y parecía que iba a hacerse una pira funeraria con ellos. No era lo más tradicional, pero no le parecía irrespetuoso a la K'Hlata. Los hombres del poblado de Rocasone habían luchado con coraje, eran buenos guerreros. Habían vertido su sangre honorablemente, no les guardaba rencor. Merecían una despedida acorde.

Cuando escuchó a Keropis comentar algo que el propio Ponzoña ya había apuntado, Derviche asintió, y se acercó hacia donde estaban ambos hombres.

-Yo no soy quien para meterme en algo así de importante, Cabo, pero estoy de acuerdo totalmente con él. -Indicó de un cabezazo al eremita.- Rocasone tiene algo especial, una especie de tranquilidad rara, no sé cómo explicarlo. Quizá sería un buen punto para trasladar el campamento, no sé. El pozo es bueno, y no hay accesos a túneles, que hayamos visto. Lo que sí habría que hacer es leer esa carta de esa tal Elsa que dicen que han encontrado, ¿no? Puede ser importante. E investigar esas pinturas de los muros... podrían ser la clave de esta tranquilidad.

Se encogió de hombros, la magia no era cosa suya, y las responsabilidades de los mandos, tampoco. Pero no iba a quedarse callada, eso tampoco iba con ella.

DÉCIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIA MAÑANA. - TIEMPO: DÍA GRIS.

El problema de este sitio es que tarde o temprano recibiríamos el ataque de las brujas. Y no tiene forja, como Verdín. Pero tarde o temprano vendrán los recaudadores de Ridwan y los lugareños nos echarán para evitar problemas, así que acabaremos aquí tarde o temprano.

La madre que te parió, Ballestero... Cada idea que das es para hacernos trabajar más...

Más parihuelas era más peso a cargar. Más tumbas implicaban cavar más. La opción intermedia, de quemar los cuerpos, implicaba acarrearlos y juntarlos en un lugar. ¿Es que no podían dejarle descansar?

Eh, eh, eh... Una pira en un bosque no es la mejor manera de despedir a alguien. El fuego puede descontrolarse. Congraciémosnos con los druidas: dejemos los cuerpos al aire para que las alimañas puedan alimentarse.

DÉCIMO SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: MEDIA MAÑANA. - TIEMPO: DÍA GRIS.

Pero el Idonita ya estaba acumulando los cuerpos justamente entre las cuatro paredes semiderruidas de lo que había sido una vivienda. También juntó leña en cantidad.

Les había devuelto lo más posible de su sangre, y los colocó a todos en fila, con las manos y los pies juntos, para que retuvieran lo peor de su fuerza vital, y que así no persiguieran a aquellos que les habían abierto la puerta de los mundos.

Estaban acostados sobre la leña más seca que pudo encontrar. Aquella que ardería rápido y sin humo. El plan era apilar luego encima toda la otra leña, la que no iba a ser tan fácil que ardiera. Y es que quemar un cadáver lleva mucha leña.

A todo esto, ya casi era la hora de partir. Tomó un trago de vino y, sin beberlo, hizo aspersiones a los cuatro puntos cardinales, y a la tierra y al cielo, murmurando algunas palabras de tanto en tanto.

Luego esperó a que el ermitaño hiciera su parte.

DÉCIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ALBA. - TIEMPO: DÍA GRIS.

Escuchó a Keropis y frunció el ceño.

-¿A qué crees que puede deberse, Keropis? ¿Tal vez la magia de las brujas protege el lugar o es alguna otra cosa? -sabían de antemano que el líder de los Capas Rojas cohabitaba con una bruja, por más aprendiza que fuera, pero también sabían que Rocasone había sufrido algún tipo de maldición que había acabado con la vida de todos sus adultos, excepción hecha de los niños del pueblo, aquellos que habían acabado convirtiéndose en los Capas Rojas-. Todo apunta a que deberemos efectuar una nueva expedición a esta zona y que Serpiente deberá dar con alguna respuesta a ese enigma -entonces intervino Derviche, confirmando de alguna forma la impresión de Keropis-. Rastrojo, ¿algo que puedas aportar al respecto? -dijo mirando intensamente al hostigador. El tobillo le palpitaba como si fuera a estallar, esparciendo carne, tendón y hueso por doquier. No estaba muy predispuesto a escuchar respuestas vagas o divagaciones-. Algo oportuno. Tengo bastante con un Serpiente que en su intención de ser profundo tan solo envuelve sus palabras en oscuridad y hastía hasta las tortugas.

DÉCIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ALBA. - TIEMPO: DÍA GRIS.

Caminó con pesar en sus piernas, hasta colocarse al lado de Ponzoña pues el tema que su cabo estaba tratando le llamó poderosamente la atención. No le agradaba la idea de tener que quedarse en el mismo lugar en el que casi le habían asesinado, sin embargo prefirió guardar silencio hasta conocer más factores que pudieran determinar el asunto.

—Habría que hacer un trabajo intenso de reconstrucción —murmuró mientras echaba un vistazo a los alrededores, no era el lugar idóneo para vivir en aquel momento.

—Sabemos poco de lo que habita en el bosque, si ellos se establecieron aquí es porque consideraban que estaban seguros, pero no estaría de más conocer la zona antes —Fue todo lo que dijo el oscuro antes de buscar un lugar en el que apoyarse. Estar demasiado tiempo de pie le agotaba y no quería reabrir sus heridas.

DÉCIMO TERCER DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 13, DÍA DEL FUEGO.

HORA: ALBA. - TIEMPO: DÍA GRIS.

Antes de partir, Derviche sólo añadió a lo dicho, intentando no crear aún más confusión:

-Sólo deja que os diga que las pinturas esas me dan mucho dolor de cabeza, apenas puedo fijar la vista para mirarlas, y no sé verles su significado. En absoluto. No ayudo nada, ya, pero es lo que hay.

TRANSCURREN DOS DÍAS DE VIAJE:

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Transcurrieron dos días de viaje en aquel bosque húmedo y frío, oscuro y tenebroso. Algunos vieron cérvidos de cerca y a buen seguro que no eran animales naturales muchos de ellos, pues estaban semienvueltos en sombras e incluso tenían dientes afilados. Ningún animal, sin embargo, atacó a los miembros de la Compañía, es como si respetaran alguna clase de antiguo pacto entre los Druidas y las gentes de Nidal.

No todos aguantaban los rigores de viaje de igual modo. Mientras que algunos, como el Capitán, Grito, Tarado, Sabandija, o Keropis, parecían pletóricos de fuerzas pese al exceso de carga, resistiendo sin aparente esfuerzo los rigores del viaje. Otros se notaban claramente cansados o doloridos. Algunos sufrían roces contra rocas y zarzas, o magulladuras producidas por el equipo y la armadura y otras irritaciones de la piel. Otros sentían una necesidad imperiosa de descansar en un lugar confortable y seguro.

Rastrojo decía estar cansado, pero en realidad recibía frecuentes empujoncitos espirituales de energías por parte de su misterioso Grajo.

Derviche y el Cabo Ponzoña parecían desesperados por regresar a la Granja Maldita, mientras que otros como Dolor o Ballestero parecían sumidos en una negra desesperación sin más. La infección de Campaña iba y venía de forma intermitente, teniendo algunos días de muchísima fiebre, pese a lo cual seguía tirando de la carretilla, aunque no era seguro que pudiera seguir así mucho tiempo.

TRANSCURREN DOS DÍAS DE VIAJE:

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Paso, paso, paso...

Andar, no pensar en la carga soportada ni en las heridas, ni en el cansancio. Sólo eso, andar.

Paso, paso, paso...

El Bosque Sombrío era extenso, pero por alguna extraña razón les respetaba, sus habitantes lo hacían, quizá antiguos pactos entre Druidas y hombres, entre animales y Druidas, entre Dioses y animales. O Animales Dioses, como el Jaguar, debía estar en cierto modo también allí.

Paso, paso, paso...

Se lo había preguntado muchas veces ya, ¿qué ocurría con los Dioses de su Mundo? ¿Estaba el Tótem Jaguar velando por ella aquí también? La Diosa Oscura acechaba, de eso no había duda alguna, y Derviche había tenido suerte hasta ahora. Sí el Gran Jaguar la observaba.

Paso, paso, paso...

Debía descansar. Dejar caer el bulto a su espalda, que estaba haciendo además que tanto el escudo como las Cimitarras estuvieran clavándose en sus músculos, en su carne, con un tesón enfermizo. Necesitaba llegar al Campamento, a la maldita granja de Verdín, soltar todo el lastre, dormir. Necesitaba llegar cuanto antes, salir de allí, regresar, acabar de una vez. Necesitaba andar, deprisa, sin pensar en nada más.

Paso, paso, paso...

RANSCURREN DOS DÍAS DE VIAJE:

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Tarado se sentía a gusto, le gustaba la sensación de volver a tu campamento después de haber ganado una buena batalla. Aquella sensación de euforia y felicidad pudo con todos sus rigores del viaje, casi parecía que las zarzas se retiraban a su paso o esa era su sensación. Por desgracia sus compañeros no tenían tal tranquilidad como él, algunos compañeros sufrían los rigores del viaje. Sin pensarlo se acercó al capitán. - Capitán, señor, yo estoy bien, si desea puedo ayudar a tirar de la carretilla, no creo que Campaña deba hacerlo, no tiene buena cara. - se ofreció, no es que le sobraran más fuerzas que a otro pero no tenía heridas apreciables de la batalla y no tenía la fiebre que claramente tenía su compañero. 

TRANSCURREN DOS DÍAS DE VIAJE:

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Aquel regreso era muy diferente al último, en aquella ocasión ellos habían sido los cazadores y habían conseguido su presa.  El trabajo estaba hecho, habían pagado con sangre pero volvían todos y aquello era más de lo que podían siquiera soñar.  El regreso era pesado y lento, cargados como mulas con el botín de la batalla.

La granja no estaba lejos pero el camino se hizó mucho más pesado que en la ida.  Grito arrastraba algunas heridas de la batalla, pero aquello no hizó mella en el entrenado cuerpo del infante quien aguantaba sin problemas los rigores del camino, vio a Dolor y Derviche con el cansanció latente en sus cuerpos, conocía lo suficientemente a la mujer como para saber que ofrecerse a llevar algo de su carga sería una ofensa contra su orgullo por lo que Grito se limitó a darle algo de conversación para hacer el camino más llevadero.

TRANSCURREN DOS DÍAS DE VIAJE:

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Ahora, por ejemplo, Ballestero pensaba si no estaría muy bien que algún alma caritativa le facilitase un paso por la Puerta de los Mundos. Quizá otra vida fuera mejor que esta. Al menos durante el último día: no podía dormir bien de noche, por la necesidad de vigilar a los demonios. Llevar ese peso que tiraba de él permanentemente hacia la tierra no era menos tormento durante el día.

Casi se sintió tonificado de tanto sufrimiento, casi se sintió redimido, casi, volcándose en la sensación de cada fibra de su cuerpo, dio la vuelta a las tornas de la sensación y entró en el mundo del placer, directamente desde la tierra del dolor.

Definitivamente no. Cada día, al anochecer o al amanecer había un ratito de paz. Un momento en el que el reposo ponía las cosas en su sitio. Los pies en la tierra, el dolor en los huesos, la amargura torciendo todo el gesto de la boca, la sangre asomando al blanco de los ojos.

Más que nunca, Ballestero no expresó absolutamente nada: era una marioneta de cuero y hueso. Hablaba lo que tenía que hablar, y no menos.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Rastrojo estaba cansado de tanto cargar y tanto de ir para allá. Y lo peor era que el botín estaba compuesto por quincalla. No era una fatiga física. Era hartazgo. Parecía que no iban a salir nunca de aquel maldito bosque (o tal vez fuera mejor llamarlo bosque embrujado).

Miró de soslayo a Campaña. En condiciones normales haría un comentario hiriente, como el que hizo cuando murió Peregrino y Campaña llegó malherido a lomos de un lagarto gigante. En aquella ocasión le costó ser expulsado de la tienda de heridos. Esta vez bien podría terminar tirando del carro en lugar del Oscuro.

Quitadle el casco y ponedlo en la punta de un palo. Seguirá andando, persiguiendo su amado casco como un asno tras una zanahoria...

Se mordió el labio. Rastrojo habría quedado más a gusto si hubiera podido decirlo en voz alta. Pero las consecuencias... oh, las consecuencias.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Cuanto más pasaba tiempo en aquel oscuro bosque más impresionado quedaba Sabandija. Poco a poco iba familiarizándose con sus peculiaridades, que no eran pocas, sobre todo en comparación con la sabana. Decían que había un pacto entre los cuidadores del bosque, al los que llamaban druidas, y los animales que en él habitaban, de forma que se respetaban mutuamente. Eso le daba que pensar a Sabandija. Desde luego, la opulencia de aquel entorno bien podía abastecer a todos sin que hubiese fricción alguna entre sus habitantes. Sin embargo, la codicia humana...

A pesar de ir cargado como un mulo el pequeño Campamentero seguía siendo tan silencioso como siempre. Parecía tener almohadillas en los pies, como los leones, con el que amortiguar sus pasos. Además, no parecía resentirse por la marcha militar, siempre contante, y se le veía murmurando de vez en cuando, como llevando la cuenta de los pasos.

-Izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda.- Era como un mantra que repetía una y otra vez sumido en sus pensamientos.

En uno de los momentos en los que parecía más consciente de lo que le rodeaba se dirigió a Rastrojo, al que veía dubitativo.

- Es un bosque oscuro y tenebroso. No me gustaría perderme en él. ¿Has visto qué animales más raros lo habitan? Me han parecido ver conejos con unos dientes tan afilados como los de una hiena.- Sólo le faltaba que una liebre le mordiera el culo yendo de caza.

DÉCIMO CUARTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 15, DÍA DEL SOL.

HORA: POR LA TARDE. - CLIMA: CIELO GRIS OSCURO. HACE FRÍO.

Otra vez estaba sudando. Era la tercera vez que, sin saber por qué, se acaloraba durante horas. Hasta que se le iba pasando y volvía a pasar frío. Si hubiese podido sentir el dolor como otro cualquiera, Campaña habría tenido un dolor de cabeza de cojones. De esos que lo único que tienes es ganas de encogerte, y hacerte más y más pequeñito hasta desaparecer, y por los Dioses ojalá que así el dolor también. Y con el dolor de cabeza, la flojera de piernas y la náusea. Pero dada su peculiar constitución, lo único de lo que era consciente era de una especie de pastosidad que le hacía extrañamente difícil articular palabra alguna. Y el tiempo pasaba como a saltos. De pronto veía con asombro que habían avanzado y que estaban en otra parte del bosque. Los temblores tampoco se habían ido. Se le hacía cada vez más difícil sujetar las cosas con la firmeza habitual.

Pero todo con todo, su fuerza animal seguía ahí, y con algo de lo que tirar se agarraba a eso como a un ancla salvadora.

El carro y sus asperezas le permitió centrarse lo suficiente como para no empezar a preguntarse si no era que estaba enfermo. Que le doliera la tripa, o que tuviera molestias por alguna herida era completamente normal. Tardaba más o menos pero se le pasaba.

¡Y qué ganas tenía de dormir! Echarse en un jergón de paja cualquiera y cerrar los ojos durante una buena noche de sueño. Empezó a imaginarse la cama que tenía en la Herrería de su padre, cuando era un mozalbete.

Finalmente su mente estaba empezando a reaccionar. Siempre lo hacía, aunque fuera despacio.

¿Qué la pasa a Campaña?

Se había erguido en uno de los descansos, y al soltar el madero del que tiraba sus antebrazos temblaban violentamente.

Estaba de pie, mirándose las manos. La cara estaba empapada de sudor.