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La Compañía Negra 3: Tierra de Sombras.

Caminos de Nidal.

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29/05/2021, 20:12
"La Compañía Negra".

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Tras todos los preparativos de rigor, se dieron las órdenes y la expedición del Cabo Barril a Cántaro Roto se puso en marcha.

El carro de Khadesa, pilotado por Guepardo y Dolor, y cargado con el grueso del equipo, provisiones y la impedimenta, fue el primero en salir del Campamento Principal de la Compañía. Les seguía Analista a lomos de Dante y seguido de Beltza con su equipo, tras él trotaba Sabueso.

A continuación, el Cabo Barril, flanqueado por Palomita y Grito en sendos destreros (siendo Caos, el negro semental de la Oscura, con mucho el más impresionante). Seguidamente el Chamán Rastrojo, escoltado por Campaña y Keropis. Seguidamente Lagrimita, Derviche, Lombriz, y Romo.

Cerraba la marcha el Inquisidor Fadresh, sobre su destrero nidalés, seguido de su séquito de nueve zombis reanimados.

Notas de juego

// Entran en escena: Analista (con Dante y Beltza), Chamán Rastrojo, Dolor y Guepardo (con carro de Khadesa, 2 mulas y toda la impedimenta de la expedición), Cabo Barril, Palomita (con Caos), Lagrimita, Campaña, Keropis, Grito (con destrero nidalés), Romo, Derviche, Lombriz, Sabueso. Más el Inquisidor Fodres Fadresh y nueve zombis reanimados. - Proceden de: Campamento Principal.

 

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30/05/2021, 01:31
Infantería (P): Cabo Barril, Jefe de Infantería.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.




 

Una vez estuvieron fuera de la vista de los habitantes de Carnonegro, Barril alzó un inmenso y metálico puño llamando al alto de la columna. Una vez detenidos, se dirigió a los hombres en K'Hlata en pro de una formación congruentemente táctica.

Bueno muchachos, se acabó la pose, vamos a distribuirnos para viajar en columna de marcha. Ojos atentos y seguridad ante todo. En caso de conflicto nadie se aleja de su área asignada demasiado sin una muy buena razón o permiso explícito.

De esto último están exentos aquellos que van a funcionar como exploradores de vanguardia y retaguardia. En vanguardia irán Guepardo y Dolor; iréis algo más adelantados y con patrullas no periódicas que os hagan avanzar trescientos pies para reconocer el terreno y sus peligros. En retaguardia la misión es algo diferente, ir algo retrasados y apostarse, igual de aleatoriamente, ocultos en lugares adecuados para observar si alguien nos sigue, también con distancia de separación de trescientos pies como mucho. Ambos grupos se repliegan hasta el grueso principal de inmediato en caso de conflicto, no quiero héroes, suelen acabar en una tumba.

En principio no perseguimos a nadie que huya o nos provoque para atacar, se aguanta y dispara o se espera al cuerpo a cuerpo manteniendo la formación en la medida de lo posible. Si hay que seguir o capturar a alguien, para eso tenemos dos avezados jinetes, Palomita y Analista que irán en vanguardia. Los podridos señaló a la escolta del Inquisidor no nos importan, sólo son carnaza y señuelo. De ellos se ocupa nuestro acompañante.

Segundo Mago, supongo que preferirías curtir tus piernas a pie pero dada tu dilatada experiencia con monturas irás conduciendo el carro. Si puedes usar a tu grajo para explorar, bienvenido sea. Además el Chamán estaba en el centro de la formación fijada, con lo cual se esperaba que eso le confiriera cierta protección y le dejaba en una muy buena posición para restañar algún posible herido. Por último se dirigió a Fadresh en Común Taldano.

Inquisidor, puedes mantenerte en ese lugar, procuraremos que sea un viaje seguro. Se dirigió al resto de nuevo en K'Hlata. Las guardias se distribuirán al caer el sol. Barajo dos opciones, binomios a seis turnos de hora y tres cuartos, o trinomios a cuatro turnos de dos horas y tres cuartos. El Inquisidor, Analista y el Segundo Mago están fuera del cuadrante de guardias, de ahí los números. Luego se verá. Analista distribuirá unas dagas de plata a la hora de las guardias. Estas deben ser portadas por el personal de guardia, que las irá entregando en sucesivos relevos. Por la mañana se devuelven a Analista en perfecto estado de revista, desde luego.

Una vez que la columna tomara la forma que Cabo Barril había ordenado, éste ordenó la puesta en marcha. Tenían terreno que cubrir y quería hacerlo tan pronto como fuera posible.

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30/05/2021, 11:13
Infantería: Soldado Novato Romo.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Las explicaciones del Cabo Barril eran bastante claras, la formación típica para avanzar durante el recorrido que teníamos por delante y en caso de combate, había que ser conservadores, mantener las líneas y nada de cargar a lo loco. Romo esperaba que el viaje fuera tranquilo, pero en esas tierras tan extrañas y hostiles, dudaba que eso fuera posible.

La presencia del Inquisidor y su escolta no muerta no era santo de su devoción, pero como bien había dicho el Cabo, su escolta era carnaza para los enemigos. Mejor que cayeran ellos que no nosotros.

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30/05/2021, 16:14
Analista.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.


Ante las órdenes del Cabo, Analista hizo un gesto a Sabueso.

-En otra ocasión será -dijo retirando las riendas de Dante y volviéndolas a atar al pomo de la silla de Beltza-. El deber nos manda

Con un leve talonazo, espoleó a su montura para que se pusiera en vanguardia, a la altura de Palomita, a la que saludó con un breve cabeceo. 

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30/05/2021, 23:21
Instrucción: Aspirante Sabueso.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Sabueso había puesto cierta resistencia en llevar algo tan valioso como era uno de los caballos de Analista. Por supuesto no había dicho nada al respecto, pero los segundos que había tardado en reaccionar le delataban. Analista le había dicho que Dante era un animal pacífico y fiel, pero que olía el miedo. Sabueso sabía algo acerca de oler el miedo, pero no sabía nada acerca de estos animales. No era capaz de reconocer las emociones en las bestias, y temía que el animal no lo aceptara y echara a correr.. No obstante, si eso ocurría, Sabueso estaba seguro de que no soltaría las riendas aunque lo arrastrara kilómetros y perdiera todo su pellejo.

Cabo Barril los detuvo en ese momento, aunque Sabueso no entendió por qué. Ahora todos hablaban en K'Hlata. Se esforzó por escuchar, no las palabras de aquel idioma extraño, sino los sonidos del roce de la armadura al mover los brazos, gruesos como troncos. Pareciera dar indicaciones.

Sabueso permanecía en su sitio, con la capucha puesta para ocultar su rostro de la luz. Percibió otro movimiento, este de Analista, su voz y después alejarse sobre su caballo. ¿Qué debía entender Sabueso de todo esto? Por lo pronto, que no llevaría las riendas de Dante, lo cual era un cierto alivio, y también que Analista iría delante y él no, pues de lo contrario le hubiera esperado. ¿Pero cuál sería su deber concretamente, en esos momentos? Sin estar seguro del todo supuso que sería volver a su lugar, el mismo que cuando viajaron a Carnonegro.

De modo que una vez que le pareció que Cabo Barril había concluido, Sabueso se dispuso a retroceder hasta situarse en la retaguardia. Qué era extraña era la vida del soldado que en aquel viaje él era todo el pelotón de instrucción que había, pensaba mientras rebasaba los cadáveres animados del Inquisidor sin querer prestarles demasiada atención.

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31/05/2021, 08:38
Cuadro de Magos: Rastrojo, Segundo Mago.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Rastrojo era un triste, incapaz de expresar emociones de alegría salvo que se tratara de las palabras Fodres Fadresh. Cuando le ordenaron ir en el carro, en lugar de sonreír se limitó a pestañear mucho. Asintió a Barril, había ocasiones en que ya no le parecía tan culo gordo petardo.

Entendido, Cabo.

Alzó la mano, señalando al firmamento.

¡Gran Grajo! ¡Es tu turno! ¡Vuela alto como las nubes y sé nuestros ojos cincuenta varas por delante de nosotros!-el pájaro empezó a volar en círculos en torno a la caravana-. O patrulla a nuestro alrededor. Bien hecho, Gran Grajo. Me gusta que muestres iniciativa.

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31/05/2021, 12:29
Infantería: Soldado Novato Grito, Segundo de Infantería.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Grito fue asignado a la retaguardia así que dejó paso al grueso de la comitiva y se descolgó ligeramente del grupo principal.  La visión de la escolta del inquisidor era curiosa, sus andares eran una mezcla entre caminar y arrastrarse como si tuvieran una cojera permanente.

Esperaba que el camino fuera más tranquilo que la última vez, donde una emboscada en el bosque involucró a toda la compañía.  Sabueso era su pareja de baile en el flanco derecho, era un buen rastreador y podía pasar desapercibido facilmente por lo que era una buena tarea para el aspirante.

Conforme la columna avanzaba y de vez en cuando Grito se quedaba en el lindero del camino, subido en algún árbol fuera de los ojos de cualquier explorador que pudiera seguirles el rastro.  Cuando consideraba que aquella posibilidad se desvanecía volvía a recortar la distancia con el grupo principal para de nuevo empezar el ritual.

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31/05/2021, 18:51
Hostigadores: Soldado Nuevo Guepardo.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Y repentinamente el orden de marcha cambió. Al parecer la primera formación venía a ser una especie de fanfarria para impresionar a los pueblerinos de Carnonegro, pero una vez se adentraron en los caminos deshabitados el cabo de infantería dio nuevas órdenes. Para el jaguar aquel nuevo orden de marcha tenía más sentido, aunque abandonar el carro supondría modificar cierto uso de equipo preparado en el vehículo que ya había ideado junto a Dolor en caso de ataque al carromato. Ahora todo eso quedaba en nada y habría que idear cómo arreglárselas estando en vanguardia.

El joven tomó su escudo, preparado junto al pescante y lo enganchó a las cinchas de su espalda. Después bajó del carro, observando cómo un pletórico Rastrojo tomaría ahora las riendas, probablemente feliz de no tener que caminar. Paralelamente al dolorita el explorador avanzó por el flanco izquierdo de la columna hasta situarse en cabeza, algo adelantado al grueso de la infantería. Desde allí esperó a que Barril diera de nuevo el orden de avance. Ahora quedaba en manos de ambos hostigadores ser los ojos y oídos frontales del grupo. Y si el espíritu cuervo del chamán birrioso ayudaba, tanto mejor.

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30/06/2021, 07:42
Instrucción: Aspirante Sabueso.

TRIGÉSIMO QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: FARASTO (INICIOS DE LA PRIMAVERA, MES TRES).

DÍA: 8, DÍA DEL SOL.

HORA: ANTES DE MEDIODÍA. - CLIMA: CIELO DESPEJADO. TEMPERATURA TEMPLADA.

Sabueso caminaba al final de la comitiva siguiendo las órdenes del Cabo Barril. Le había dado cierta flexibilidad a la hora de hacer su trabajo: quedarse rezagado un poco, adelantarse, esconderse y, sobre todo, olfatear por si les seguía alguien. Sabueso lo hacía diligente, pero procurando no obstante no acercarse demasiado a los árboles. Ya sabía lo que podían hacerle, no se pondría al alcance de sus ramas si podía evitarlo. Los arbustos eran otra cosa, no le daban miedo. Como mucho podían atraparle los pies, pero Sabueso estaba seguro de que con dos patadas podría zafarse. Por si acaso también los evitaba.

Como el camino lo estaba haciendo prácticamente solo, Sabueso pudo aprovechar para meditar acerca del otro camino que se estaba abriendo ante él. Recordó el viaje a Carnonegro formando parte del pelotón de instrucción, y que no le había permitido muchos momentos de introspección, pues el fallecido Desastre e incluso Gobaldet eran bastante habladores.

Meditó acerca de que servir a la Compañía Negra había empezado a transformarle. Su vida había sido moldeada a base de golpes, torturas y dolor, específicamente para servir a los amos y, por supuesto, al Señor de la Medianoche. Hasta ahora había sido simple, pero estaba adquiriendo nuevos elementos y matices que la empezaban a hacer compleja y contradictoria. Servir a estos mercenarios hasta las últimas consecuencias estaba provocando grietas en los cimientos de lo que sustentaba su realidad, y Sabueso se esforzaba por evitar que todo se desmoronara.

Pero era imposible, y en el fondo sabía que lo único que tenía era aceptar la miseria y el dolor del cambio, rezar al Único y Verdadero Dios y a las sombras que tanto le cuidaban y susurraban. Si lo pensaba de ese modo, no era algo tan diferente a lo que conocía, salvo que a veces le parecía ir en contra de, precisamente, todo lo que reflejaba Zon-Kuthon.

Oh, pero también tenía a Analista. Sabueso se había negado a dejar los objetos que éste le había dado en el carro y los llevaba en un hatillo a la espalda. Su peso le resultaba agradable y reconfortante, pues aunque pensaba que no los necesitaba, esos objetos mundanos estaban cargados de significado. La manta, el jabón... eran los símbolos del cambio.

El pájaro del Chamán Rastrojo graznó arriba, muy por encima de su cabeza, y Sabueso alzó la cabeza, olfateando. Percibió nuevos olores, sutiles, traídos por la suave brisa de la primavera que llegaba. Y tras ella, el verano. Eran la recompensa del Señor del Dolor por sufrir con gozo el duro invierno, y que volvería para poner de nuevo a prueba los corazones de los nidaleses. Sabueso se preguntó entonces si todos los cambios que estaban aconteciendo en su vida serían el preludio al invierno que estaba por venir, el más negro y oscuro que conociera jamás.

Sabueso se detuvo para mirar con sus ojos cosidos a un árbol cercano. No lo veía, pero sabía que estaba ahí, con sus negras ramas retorcidas como garras crispadas. Suspiró largamente con ánimo sombrío y se ajustó la capucha para alejar todo lo posible la luz del sol de su rostro, reanudando la marcha. Sería necio esperar lo contrario.