Partida Rol por web

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Frontera observa brevemente el cielo. Se estaba poniendo de tormenta en apenas unos instantes. Devolvió la vista al combate y vio cómo Piojillo lograba engañar a Romo con una finta muy hábil y colarle otro golpe.

¡Bien!

Pero Romo contraatacó a la desesperada y casi derriba al jefe de los Campamenteros.

Mierda, no está ganado aún...

Pero entonces todo eso dejó de importar. Del cielo cayó un rayo directamente sobre Keropis, sin que a este pareciera importarle lo más mínimo. Por unos instantes, pareció moverse más rápido que el ojo humano y enganchó a Chamán Rojo por detrás y... ¿le rebanó el cuello?

Frontera tardó unos segundos, anonadado, pero fue de los primeros en reaccionar.

¡Ke-Keropis! ¿¡Pero qué cojones haces!?

¡C-capitán! -se giró para buscar a Capitán, pero este ya corría hacia su compañero herido. Frontera fue detrás de él, lo más rápido que pudo para ayudarle en lo que pudiera con tal de salvar a Chamán Rojo.

Centrado en mi combate, vuelvo a lanzar un golpe a Piojillo. 

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Guepardo se sentía cansado, a pesar de que no había hecho gran cosa ese día. Sencillamente esa noche no había sido nada reparadora. Los recurrentes sueños sombríos que acompañaban al joven durante tanto tiempo, habían sido especialmente intensos la pasada noche. Las sombras volvían a ganar poder en sus sueños y hacían que el jaguar se levantara exhausto, como en el tramo final de la Guerra Pastel, tras la toma de Galdan. Y eso no presagiaba nada bueno, tal y como aconteció el día del apocalipsis.

El resto del día fue realizar una rutina en la que realizaba las cosas por pura disciplina marcial. Miméticamente. Practicó desganadamente y sin hacer esfuerzos con su lanza, golpeando enemigos imaginarios y muñecos de paja.

O sombras...

Comió con poco apetito y procuró echarse una siesta, algo nada habitual en él. Pronto escuchó voces animadas que lo despertaron y supo que la gente hablaba sobre diversos duelos apunto de comenzar. Apático, caminó hacia el terreno de lucha y observó a los contendientes.

Chamán Rojo y Keropis..., los reconoció mientras hacía memoria sobre lo que sabía de ellos en combate. Del extravagante ermitaño con armadura oscura no sabía gran cosa. De Chamán Rojo algo recordaba y no es que fuera un combatiente excepcional. Quizás había mejorado. Con interés genuino observó a ambos. Quizás dieran un espectáculo decente y aprendiera algo de ellos. Y realmente algo aprendió.

El combate fue torpe y anodino hasta que, repentinamente, de entre las nubladas nubes, un rayo de sol logró abrirse paso y tocar al ermitaño que, repentinamente, degolló como si fuera una ofrenda ritual al pobre Chamán Rojo a una entidad oscura. La luz había impactado en Keropis, mas el sorprendido joven jaguar solo vio sombra en él. Quizás, después de todo, no todos los que se habían encarado al Señor Oscuro, tras pasar el portal, habían logrado sobreponerse a sus tentaciones.

Zon-Khuton está con él, no pudo evitar pensar mientras, repentinamente espabilado, corrió en dirección de Chaman Rojo junto a otros, con la intención de evitar que el campamentero muriera.

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Aquel tipo de la ballesta era o un sosainas, o estaba a punto de quedarse dormido, sea como fuese, Lombriz seguía a lo suyo.

-Me aburren todos menos los 'Oscurecidos', es gracioso ver a la mole intentar cazar una mosca con un garrote, el resto no tiene gracia- Los nubarrones se les echaron encima

-Si al final va a llover y todo, ¿No deberíamos irnos, Ballestero? Entre la 'Ñeve' y la lluvia cogeremos un catarro seguro- Entonces un rayo surcó el cielo hasta golpear a Keropis, el cual sin mediar palabra, le rajó el cuello a Chamán Rojo sin aviso. 

¿Qué demonios había ocurrido? Por fin Lombriz lo supo, tenía razón desde el principio, aquel maldito era un zombu encubierto y se había quitado por fin la máscara. 

—¡Ajá! ¡Maldito zombu! Estaba esperando justo este momento, por fin has revelado tu propósito— 

Mientras se decía aquello a sí mismo, pensó en Chamán Rojo, el cual era un inútil pero no se merecía aquello, menos aún el Capitán que se acercaba corriendo al lugar con los suministros médicos. 

Cuando se dio cuenta, Lombriz ya estaba corriendo lanza en mano, por delante de todos, gritando.

-¡ALÉJATE DE ÉL, PUTO ZOMBU, O TE MANDO DE VUELTA CON TU AMO COMO PERRO FALDERO QUE ERES!-

-¡TE HE DICHO QUE TE ALEJES!-

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Capitán se encontró a sí mismo corriendo antes incluso de empezar a procesar lo que había pasado. Había bastado ver el fluir de la sangre, escarlata, espesa y en una cantidad muy poco saludable, para que sus músculos se pusieran en marcha. Había ocurrido una desgracia. La clase de desgracia que tendía a ocurrir con esos condenados combates. 

Se arrojó más que agachó junto al malherido Chamán Rojo, empezando a presionar y taponar la garganta seccionada, forzando a que la hemorragia se detuviera de cualquier modo. Y, por suerte para el k'hlata, lo consiguió. Una vez pudo permitirse el lujo de pensar en lo que había ocurrido, alzó la mirada hacia Keropis, con gesto serio.

-¡Cabos, arresten a Keropis hasta nueva orden!

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Rastrojo se encogió de hombros ante el espectáculo. Puede que no obtuviese satisfacción en apostar sin dinero, pero seguía disfrutando con las desgracias ajenas. Y un combate de honor siempre llamaba a las desgracias. Desentumeció las piernas con un par de zancadas desde los rediles y se arrodilló ante el cuerpo de Chamán Rojo, y puede que su garganta fuese muy roja en estos momentos, pero el paciente no era lo suficientemente chamán como para hacer honor a su nombre.

¡Chamán Rojo! ¡Permite que Caratótem perdone tus ofensas!

El verdadero chamán, también conocido como Falso Chamán, impuso sus manos en Chamán Rojo. Una de las manos fue a la frente, por dónde curar el alma. La otra mano se fue al cuello, para frenar la hemorragia.

¡Reniega de tus pendencieros intentos de considerarte chamán y busca la expiación de tus pecados! ¡La salvación!

Sabía lo que tenía que hacer. Mientras siguiese boca arriba, el paciente se ahogaría con su propia sangre. Si lo ponía boca abajo, la tierra tiraría del alma a través de su sangre, y se desangraría más rápido. Rastrojo empujó con su rodilla y puso a Chamán Rojo de lado.

¡Chamán Rojo, no permitas que tu alma se manche! ¡Renuncia! ¡Apostata!

Con la mano que sujetaba la herida, Rastrojo creó agua. Eso limpió la herida, a la vez que la presión del agua mantuvo el torrente espiritual circulando por su sitio mientras la sangre coagulaba. A veces, sanar a un paciente es cuestión de fe. Y si moría, siempre podría decir que fue culpa suya, que Rastrojo le dijo que se retractara de ser un falso chamán y como en su lecho de muerte no lo hizo, los espíritus no pudieron salvarlo...

Luego estaba el molesto Matagatos, siempre contrario a la magia chamánica con su pseudociencia y sus prácticas de medicina oscura de vendar las heridas como si eso fuese a servir de algo para mantener el alma dentro del cuerpo. ¡Paparruchas! Rastrojo separó un poco el cuerpo para dejar al Capitán trabajar y que se cayese su castillo en las nubes. Todos debían ver con sus propios ojos que solo la magia chamánica salvaba vidas.

¡La madre que lo parió, lo ha hecho!

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Una orden.

Lombriz estaba preparado para arremeter contra el eremita al menor movimiento contra el Capitán.

Tan solo le faltaba que alguno de los jefes se lo ordenara, y cargaría como un búfalo contra el zombu.

Lo estaba deseando, desquitarse aunque fuera un poco con su antiguo amo, el Profanador de mentes.

Una orden, una maldita orden. Era todo lo que necesitaba.

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Mi táctica era clara. Engañar a Romo era casi lo único que podía hacer para intentar romper su defensa. Pero algo extraño sucede, una luz, unos gritos. Me desconcentro un momento, más cuando el Capitán da esa orden a los cabos.

Mi ataque falla, y con el anterior golpe no sé si me es rentable arriesgarme de nuevo. Estamos en un combate de honor, algo demasiado serio como para que un accidente lo detenga, pero parece que el accidente ha sido realmente grave. Dudo sobre qué hacer, pero al final se impone el honor y continúo el combate.

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

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MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Había estado observando los combates en silencio, realmente únicamente había uno de ellos que le llamaba la atención, el que enfrentaba a Palomita y a Campaña. Ambos eran sus primos y dos de los pocos miembros de la Compañía Negra con los que podía mantener charlas. Por experiencia propia sabía que los entrenamientos generalmente se caldeaban y acababan en visitas a la tienda de los enfermos. Él era la viva prueba de ello, su cojera venía arrastrada de un entrenamiento desafortunado y de las letales espadas de práctica de Carpintero.

Sin querer decir nada, mantuvo los labios apretados mientras ambos oscuros intercambiaban golpes sin lograr aventajarse, lo que aumentaba los temores del hostigador. Tan concentrado estaba en ello que no acertó a ver la macabra maniobra de Keropis hasta que fue demasiado tarde. 

La sangre lo salpicó todo y Pelagatos no podía dar crédito, estaba loco ese eremita, eso no era novedad obviamente pero ¿tanto?

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DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: ¡NUBARRONES NEGROS!

Tarado estaba gritando felizmente a su compañero mientras tenía su duelo, estaba sufriendo y a punto de caer por un golpe directo en la cara con el plano de la espada. Aquellos duelos entre compañeros era de lo más entretenido y útil. Servían para entretenerse, mejorar habilidades y hacer amistad entre escuadras. Lástima que las apuestas seguían siendo algo esencial para la mayoría. Un grito le despertó e hizo mirar lejos de la batalla de Piojillo. Chamán estaba cayendo al suelo con el cuello rojo mientras que Keropis estaba detrás de él con la espada empapada de sangre. - ¡Qué haces Keropis! ¿Estás loco? - No podía creer que alguien intentara matar a otro durante esos duelos y delante de todos. No le dio tiempo en ver los cambios de los ojos ni le importaban ahora mismo. Saltó hacia delante en cuanto pudo, tenía la intención de abalanzarse sobre Keropis para inmovilizar su cuerpo e impedir que siguiera causando más daño. No era médico pero podía ver que la herida en el cuello era casi mortal salvo que algún médico pudiera hacer un milagro para impedir que se escapara el alma. Tenían que ser campamenteros los que dieran la última nota aquella tarde.

El cielo dejó de estar negro, para pasar a ser simplemente gris. El Capitán corrió hacia Chamán Rojo, mientras Keropis se quedaba sorprendido ante las amenazas de Lombriz que agitaba su lanza en su cara.

Rastrojo creaba agua sobre Chamán Rojo, empapando todo de una mezcla de agua y sangre. Guepardo lo apartó y ayudó al Capitán a estabilizar al herido.

Entretanto, Piojillo trataba de sorprender a Romo dando una vuelta y un giro sin dejar de mover su Daga en todas direcciones. Romo dio un brusco giro y casi por casualidad dejó inconsciente al jefe de los Campamenteros con un golpazo de escudo en el hombro.

Quedaban tan sólo enfrentados Campaña y Palomita, centrados ahora en mirarse fijamente. Palomita comenzaba a acusar el cansancio, debido a las condiciones ambientales, el duro esfuerzo y lo pesado de su armadura. Campaña no parecía fatigado, pero sí seriamente desconcentrado y despistado.

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: CIELO GRIS.

Todo había sucedido bastante deprisa. Los tres combates se aceleraban, evolucionaban y seguían un ritmo vertiginoso. El buen Acero Oscuro impedía que Palomita y Campaña, ambos luchadores de primera y blandiendo armas letales se hicieran daño grave el uno al otro. Piojillo y Romo bailaban una danza de intercambio de golpes a través de pasos cortos, movimientos de escudo y tajos continuos, cuyo destino final era la carne desprotegida del otro.

Pero entre Keropis y Chamán Rojo parecía pasar algo más. Casi como algo predestinado, el K'Hlata no cesaba de asestar golpes sobre la impenetrable armadura del Guardián de los Muertos, como si intentara alejar un inevitable desenlace sin resultado. Y este llegó cuando negros nubarrones se cernieron sobre el lugar, y una luz amarilla malsana se cernió sobre Keropis, casi como si algo sobrenatural hubiera caído sobre él, haciendo que un duelo de honor se convirtiera en un sangriento desenlace. Barril tuvo la sensación de estar viendo a los sacerdotes de la iglesia en ruinas segando la vida de los sacrificios de aquel obsceno altar; casi parecía que Keropis empezaría a amputar los miembros de Chamán Rojo y a arrojarlos a un lado, cuando el momento pasó. El resplandor esmeralda volvió a aquellos ojos, como si hubiera sido tomado por otra fuerza, algo que le hizo actuar como lo hizo.

Tan pronto como el Capitán se puso en movimiento, Cabo Barril hizo llegar a sus manos su maza y su escudo de metal, dando unas rápidas zancadas para quedarse al lado del líder de la Duodécima. A pesar de que el cielo parecía clarear por momentos, la exótica espada de Keropis aún dejaba caer gruesos goterones de sangre en la tierra. No era cuestión de jugársela.

Luego llegó la orden del Capitán. Barril avanzó ligeramente, interpuesto entre el Capitán y el Eremita. Alzó la maza levemente, simplemente apuntando hacia el arma de la silenciosa y metálica figura que se erguía frente a él, a un par de pasos.

— La puta espada al suelo, Keropis. Dale una patada, luego ponte de rodillas. Que alguien traiga una cuerda. —

De reojo vio como Romo asestaba un fuerte golpe con el escudo a Piojillo, mandándole a besar el suelo. En su bolsa cayeron mentalmente dos monedas de plata, parecía que Frontera no había tenido suerte esta vez. Piojillo no pudo acabar lo que bien empezó, para su desgracia.

Campaña estaba tan concentrado en el combate que no se dio cuenta de lo que había pasado hasta que empezó a ver con el rabillo del ojo a todo el mondo agitarse y volverse loco. Las voces llegaban a él de manera inarticulada

-¡Chamán Rojo!- ... -tas loco?- ... -tu alma-...

Palomita seguí su baile mortal delante suyo. Hacía mucho tiempo que tenía su respeto y admiración, y eso hacía que quisiese esforzarse para no quedar mal.

Apretando los dientes, y aprovechando aquel momento de extraña expectación, Campaña atacó.

Asalto 6

Intenciones: terminar el combate, aún con lo que ha pasado. :(

Edito: añado dos asaltos más.

QUINTO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 4715 RA.

MES: CALISTRIL (MITAD DEL INVIERNO, MES DOS).

DÍA: 6, DÍA DEL FUEGO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE. - TIEMPO: CIELO GRIS.

Casi toda la Compañía se ha reunido ha ver los tres duelos que se están dando simultáneamente. Me acerco al grupo y tomo asiento en el suelo, alejado de los combates pero suficientemente cerca para ver bien lo que sucede. Por lo que noto, algunos golpes ya se han dado antes de que yo llegase. Palomita y Campaña luchan con violentos golpes del gigante que la Oscura esquiva con mucho brío. Piojillo y Romo luchan de forma mucho más encarnizada, con magulladuras en ambos combatientes. Los últimos son Chamán Rojo y Keropis, lucha en la que, de un momento a otro, sucede algo que nadie habría previsto.

Abro enormemente los ojos al ver la sangre de Chamán Rojo saltar por los aires después del extraño y cruel movimiento que Keropis realiza. Se supone que era una pelea de entrenamiento pero lo que vemos es una carnicería que nunca debería suceder entre hermanos.

"¿Qué mierda ha hecho?"

El Capitán corre a atender al caído K'Hlata mientras se da la orden de aprehender al acorazado. No tengo una cuerda como se ha pedido, por lo que empuño mi lanza y me dirijo al lado del Cabo Barril para apoyar la detención. Dudo mucho que Keropis oponga resistencia pero tampoco habría creído que haría aquel acto, por lo que no es momento de suponer sino directamente de actuar.

Bueno, va otra ronda de tres, ya se queda hecha. Necesito 19 o 20. ¿Podría cargar?

Otra cuestión es la fatiga, que supongo que acabará dando malus.