Partida Rol por web

RASTROJO:

- Estás distraído y aburrido, y te molestan picores corporales.

Se mantiene todo lo alerta que puede.

Observa ceñudo a su alrededor, sin saber muy bien lo que está ocurriendo.

KEROPIS:

- Estás pensando en el Príncipe de la Oscuridad, y en si habrá notado o no la explosión cataclísmica que devastó el Triplete y Cho'n Delor.

CAMPAÑA:

- No ves nada raro, pero tienes claro que esta gente tiene miedo.

- Para ellos, la gente con armas son una amenaza siempre.

Frontera aprovecha para investigar las plantas de alrededor, mientras mantiene un ojo en la gente de la aldea.

FRONTERA:

- Te parece que Analista ha salido de la casa del Alcalde y se ha metido en otro edificio.

- Examinas el terreno y los sembrados. Está claro que, pese al frío que hace aquí, esta tierras es fértil. Quizás más fértil de lo que sería natural. ¿Puede que el malvado dios de estas gentes bendiga sus cosechas?

Producen trigo (fundamental para la harina para hacer el pan y las gachas), pienso para animales, y cebada (supones que para fabricar cerveza). Además, tienen rebaños de ovejas y cabras, por lo que seguro que tienen leche y queso. También tienen gallinas, lo que supone huevos.

Pese a que el cielo ha estado gris y encapotado desde que estáis aquí no ha llovido. Quizás es que llueve principalmente cuando hace falta para regar los cultivos.

- Te das cuenta de que la granja abandonada tiene un terreno mucho más seco que todo lo de alrededor. Intuyes que eso se debe a escasez de aguas subterráneas justo en ese punto. Puede ser una maldición o simple mala suerte, pero eso puede explicar en buena parte por qué está abandonada. Parece que lleve años en desuso, quizás hay algo más.

- Te fijas en la gente de la aldea. Nadie está haciendo nada amenazador. Nadie tiene armaduras. Las "armas" son escasas y son fundamentalmente herramientas del oficio de cada uno, como las hachas de los dos leñadores, los bastones de los pastores, y los aperos de labranza de los agricultores y hortelanos. Si hay herrero seguramente tenga al menos un buen martillo, pero visto lo visto, mucho te extrañaría que forjase armas como tales.

Cielo se mantiene vigilando; no sabe como interpretar los indicios sobre el clima, pero sí que oscurecerá en un rato.

CIELO:

- Calculas que oscurecerá en poco rato, tal vez en una hora. Dudas que a los de la iglesia abandonada les dé tiempo a llegar hasta aquí. ¿Y dónde acamparíais a tanta gente? El sitio más obvio parece la granja abandonada cercana...

- Observas a los lugareños. Apenas están armados y su actitud no es en absoluto hostil. Dirías que no representan ninguna amenaza. Eso sí, son todos blancos y os miran a los negros con más que un poco de aprensión.

Ballestero intenta descubrir qué narices tiene en los ojos, que le duelen tanto.

Frontera señala al Cabo Barril el edificio en el que le ha parecido ver entrar a Analista, tras salir de la casa del Alcalde.

Se queda cerca de Ballestero observando qué ha podido pasarle, dejando espacio al Cabo Barril, Lagrimita y/o Rastrojo.

- El Grajo se aleja volando hacia la iglesia abandonada.

URO permanece atento en su puesto, pendiente de cualquier sonido o movimiento que surja en las inmediaciones. Ya se ha hecho una idea del lugar y sus habitantes. Pero no quiere ninguna sorpresa. De tanto en tanto, acomoda el enorme hacha que lleva a su espalda, evidentemente incómodo ante la manera en que la enfundó. No es de extrañar, pues cuando se dieron las órdenes de aparentar ser inofensivos, el bruto bárbaro simplemente metió el mango por el agujero de su armadura donde iba la cabeza.

RASTROJO:

- Enseguida ves lo que le pasa a Ballestero, ha recibido un golpe fuerte en los ojos, quizás por el aleteo de un murciélago que ha pasado demasiado cerca de su cara.

- Sí, crees que lavarle los ojos ha sido una buena idea. En pocos minutos debería de comenzar a sentir alivio.

BALLESTERO:

- De algún modo inexplicable, esta vez la voz de Rastrojo te tranquiliza, aunque no suele ser así.

- Después te lava los ojos con agua y notas que poco a poco comienzas a sentir un cierto alivio y que tu vista se va aclarando.

- Al principio sólo ves vagas formas y luz, la del Sol que ya se está acercando al horizonte. Supones que en cuestión de unos minutos volverás a ver con cierta normalidad, aunque es probable que no recuperes tu vista perfecta hasta que descanses los ojos durmiendo unas horas.

URO:

- Aunque desconoces qué intenciones tienen hacia vosotros los lugareños, lo cierto es que no te parece que supongan una amenaza.

- Las hachas de los dos leñadores son más sencillas que la tuya, simples herramientas en realidad, y son los únicos de por aquí que crees que podrían combatir. Seguramente tú solo te bastarías para vencerlos a ambos, pues no parece probable que hayan recibido entrenamiento como combatientes.

- Puede que en el pueblo haya alguien más capaz de empuñar un arma, pero no demasiados. Si quisierais, con los que estáis aquí os bastaríais para tomarlo todo por la fuerza.

- El clima es frío y húmedo, si bien la tierra de la granja abandonada más cercana se ve muy seca. El cielo ha estado encapotado dos días y no ha llovido. Hay bastantes campos de labranza y unos pocos en barbecho, pese al frío. No cabe duda de que estas tierras son fértiles, quizá demasiado.